jueves, 12 de septiembre de 2013

MURIÓ  UN GRAN INTELECTUAL, UN HOMBRE DE BIEN:  MARSHALL  BERMAN.


"En el otoño de 1998, una suerte de luz de neón brilló en mi cabeza: el título "Adventures in Marxism". Aquí estaba el camino que me permitía juntar cosas. Para evocar el Marxismo como un tipo especial de experiencia humana, diferente de la vida ordinaria, alegre, liberadora, excitante, pero problemático, aterradora, peligrosa. No tenía cierre: para sugerir un futuro que podía ofrecer más aventuras Marxistas. Talvez ahora cuando estuve listo para lanzar mi libro en el mundo y dejarlo ser." M. Bermann, New York City, June 1999.

MIGUEL ANGEL HERRERA ZGAIB
Profesor Asociado, Ciencia Política, UNal
Director Grupo Presidencialismo y participación

                                                    Conocí a Marshall Berman, durante el segundo semestre de mis estudios, por la libre, por mi cuenta, en la Escuela de Graduados de CUNY, en Nueva York. Era profesor de un curso de Teoría Política, donde Marshall trataba los tópicos del liberalismo clásico y también Marx, Lenin  y el marxismo.

La figura de gran patriarca judío de barba poblada, entre rubia y blanca, su gran rostro, y sus ojos de nobleza infinita me acompañan todavía, y le dan nombre y peso carnal a su bonhomía. Hoy me enteré por un correo, varios correos que llegan de "la capital del mundo", de su fallecimiento. Lo lamento profundamente, como quienes tuvieron oportunidad de conocerlo y tratarlo durante todos estos años de compromiso con la docencia, la investigación, y la izquierda democrática. Qué bien por todos ellos.

Animador de la revista Dissent, siempre tuvo su pluma en ristre para encarar las causas dificiles, y también sus convicciones como intelectual judío, crecido en el Bronx, en la década del 30, cuando había una gran, intensa vida urbana, y una intelectualidad muy activa, enfrentándose a las encrucijadas de la depresión y luego de la guerra mundial. Después como partícipe de las jornadas por los derechos civiles, y la resistencia a la guerra en Vietnam.

La penúltima vez que lo ví, conversamos en el café Metro, en la parte alta de Manhattan, en las cercanías de Columbia University, donde él acostumbraba tomar el brunch. Alli llegaba como cualquier parroquiano, conocido, y apreciado. Con él preparé lo que sería mi último examen comprensivo en el doctorado de Ciencia Política, que aún no culmino. 

Aproveché para que me firmara su libro Adventures in Marxism, donde escribió con su pluma, una breve dedicatoria "For Miguel. Avanti." NYC, Oct 03. La última vez que lo ví, en persona, fue durante el examen. Ahora, delante de aquel recuerdo, repaso al profesor Berman conversado en nuestras clases acompañado de otro gran académico también fallecido, Murphy, con quienes compartían.

No estaré acompañándolo en persona, pero sí tengo vivo, y mantengo su recuerdo en presente, y su ejemplo. Avanti, los pasos no están perdidos!!! América Latina experimenta nuevas, diversas aventuras, donde Marx y los marxistas son interlocutores válidos, en la alegría y la tragedia. 

Y te despides cuando se recuerda la marcha de otro gran personaje en la historia de la emancipación y la liberación humana, Salvador Allende, en el Chile que visitaste años después de esta tragedia imborrable.

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