domingo, 27 de octubre de 2019


¿QUÉ DIRÁN LAS ELECCIONES TERRITORIALES?
EMPECEMOS POR BOGOTÁ.

Miguel Angel Herrera Zgaib, Ph.D.
Director Grupo PyP, Revista Pensamiento de Ruptura


                                                           Las elecciones del domingo 27 de octubre coinciden, aunque de otro modo, con las de Argentina y Uruguay. Porque en los dos últimos países eligirán presidentes, y parte de su congreso en Argentina.

Las de Colombia son, en cambio, elecciones territoriales, y no pocas veces, los árboles no dejan ver el bosque a buena parte de la ciudadanía. Por lo que es importante desde ya descubrir las familias y las dependencias ideológicas. Se trata, en lo posible, de sacar las castañas del fuego.

Esta vez hay novedades importantes. En Bogotá, con la indicación a la vista de cuatro tendencias políticas reconoscibles, que precisan dos aspirantes a ser presidentes por la oposición, sin que hayan aprendido la lección de 2018.

Establecer un criterio de unidad, en la paz y la anticorrupción, que permita derrotar a la coalición que controla el poder ejecutivo nacional, que no quiere la paz, y constituye el partido de la guerra.


Pasemos revista

Voy a darle prelación a Guarumo, que orienta un exregistrador, y académico. Porque en la competencia de firmas marcó un punto de quiebre, el 29 de septiembre. Su encuesta marcó así:
López, 25,8 %, Galán, 25,7%, Uribe: 20,6%, Morris: 13,6%.

Lo que vino después, incluido el ejercicio de totalizar con rigor diversas encuestas de Infométrika, en alianza con Hora 20/Caracol, no cambió en lo sustancial lo hallado por aquella encuesta de Guarumo/ Ecoanalítica.

Lo nuevo viene casi un mes después, con el notorio repunte de Galán, 30,5%, quien se desprende del trío contrincante; y el cuasi empate entre Claudia, 24,8%, y Miguel, 24,1%, y el bajón de Hollman, quien perdió 1,4%, porque marcó ahora 12,2%, según la encuesta de Guarumo de Octubre 23.

Pero, para que no haya calma en ninguna de las toldas contendientes, quedó claro también que será la ciudadanía indecisa la que inclinará la balanza del triunfo, esto es el grupo de NS/NR: 19%. Que se entiende por qué, hace que todos los candidatos al sonreír lo hagan con un rictus nervioso y expectante.
Pero, en todo caso, y con estos antecedentes pasemos revista a las fuerzas que dentro de 2 años estarán disputándose la presidencia de Colombia.

La reacción y la derecha se atrincheró con Miguel Uribe, y la obra realizada con el actual alcalde Peñalosa. Ellos se ufanen de tener 2.500 proyectos en marcha o a punto de terminarse el año entrante.

Para este proyecto de país, la Bogotá social no existe, sino el crecimiento económico a ultranza y los grandes negocios de las obras civiles, el comercio a gran escala, y la propiedad raíz. Guarumo le dio a este candidato: 24,1%, con 1200 encuestados, y margen de error del 3,3%.
El liberalismo, vestido de independiente tiene como su campeón, a un vástago de la familia Galán, el menos caracterizado de los dos hermanos. Es el puntero, y ha ido mordiendo parte de la centro derecha, en forma ascendente. Tiene la mayor favorabilidad: 30,5%, y el que menor imagen desfavorable tiene.

Claudia López, quien punteaba hasta hace un mes, más o menos, se ha mantenido segunda. Guarumo le da: 24,8%, y tiene por divisa la Alianza Verde. Expresa la tendencia de centro-izquierda, por su acompañamiento explícito del PDA.  Ella hizo de nuevo profesión de fe presidencial con Sergio Fajardo, quien viajó a Bogotá, para recibir la posta de nuevo.

Hollman Morris apenas registró el 12,2%. Es el portaestandarte de la Colombia Humana, y el progresismo, que a diferencia de varios países de Suramérica, aquí no alcanza todavía la presidencia. Su candidato presidencial es Gustavo Petro desde antes, y Fajardo se apresuró a cantarle de nuevo su rivalidad.


¿Cuál es la composición de la representación?

“Los tiempos de las alianzas ya pasaron, ahora estamos en manos de los ciudadanos.” Claudia López, en radio al responder a la Farc que pedía unidad con Morris.

                                                                        En Bogotá, sumando porcentajes, la pareja Galán/Uribe ya obtuvo el 55,3 %, mientras que la que se define como oposición, López/Hollman alcanza el 37 %. Esto es, que a 24 de octubre, habiendo hecho el equipo de Guarumo la última muestra el 20, con muestreo presencial de 1.200 encuestados, la diferencia es de 18,3%. La misma encuesta señala que 6,5% es voto en blanco, y el resto NS/NR: 1,9%.

Así las cosas, Bogotá, en materia de cultura política, visto lo que muestra la encuesta en comento es la más avanzada, una mixtura de centro izquierda y progresismo. Pero, sigue sin tener la mayoría.

Dicho lo cual, todo indicaría, ante la terquedad de Claudia, quien además denuncia que Petro la quiso chantajear, la más preparada intelectualmente de las candidatas, pero con un corazón neoliberal en lo económico está a punto de perder la alcaldía de Bogotá.

Está claro, también, que el progresismo de la Colombia Humana, y su presidenciable, tiene que prepararse para perder la alcaldía, y, entonces, construir organización democrática en todas las localidades. En espera que este 27 de octubre logre elegir más de 2 concejales.

Es igualmente cierto, que esta vez, el repunte de la chequera mejor provista, y la milimetría turbayista no le alcanzarán a Miguel, y al autodenominado Centro Democrático para someter a Bogotá al modelo neoliberal que acrecentó más la desigualdad, la que sus juventudes resisten, resienten y detectan en las calles, colegios y universidades, y en el transmilenio.

¿Quién ganará en Bogotá?

Claro está que ninguna de las encuestas conocidas hasta el pasado viernes pronostica quién ganará la alcaldía de Bogotá. Lo que hacen, en efecto, es registrar tendencias, y percepciones favorables y desfavorables para los aspirantes en las elecciones territoriales, que continúan siendo, al estar separadas, un termómetro de qué esperar en términos de dirección y gobierno, de la sociedad civil y la sociedad política colombiana.

Tomando con consideración, y con diferencias, lo que han informado, además de Guarumo, Yanhaas, CNC, Datanálisis, Invamer, Pronósticos S.A.S de Medellín, Infométrika, que hace un consolidado de los resultados ofrecidos por las consultoras validadas por el Consejo Nacional Electoral, hay una firma, en cierta forma disidente del resto, Tecnología y Servicios Electorales, T&SE, que difundió sus resultados el viernes 18 de octubre.

Para T&SE, en la delantera seguían Galán y López, con 22,3 %, y 22,1%, pisándose los talones. La pareja siguiente, Uribe y Morris, con menos de 8% de diferencia, tienen una diferencia entre ellos similar, 14,6% y 14,4%, respectivamente. Pero, además, lo más notable de esta encuesta tiene que ver con el registro del voto en blanco: 15,9%, superando a la pareja “colera”; al tiempo que reconocía 10,6% de indecisos, esto es, quienes van a votar, pero no habían decidido por quien.

Sin embargo, 6 días después, los indecisos: 10,6%, según Guarumo, ya eran apenas: 1,9%, mientras que el voto en blanco: 15,9% ahora quedaba reducido a 6,5%.

Con todo, tales condiciones medidas por vía cuantitativa, y en contraste, no es exagerado pronosticar que de mantenerse la tendencia, en efecto, las elecciones más reñidas de la historia electoral bogotana, quien gane no llegarán a superar el 30% de la votación total.

Para avanzar en materia de análisis de cifras, si hacemos un contraste entre lo informado por Guarumo el 23 de octubre, y lo establecido antes por T&SE, en su encuesta del 18 de octubre, quienes más crecieron fueron Uribe con 9,5 %, y Galán con 8, 2%. Entre tanto, la dupla de la centro izquierda y el progresismo es a la que peor le va, así,  Claudia sólo subió 2,7%., mientras que Hollman, es el único de los tres decreció: 2,2%.

Pero, no sobra insistir en cualquier caso, que hay todavía un voto repartible, si sumamos en la encuesta de Guarumo, la del 23 de octubre, NS/NR: 1,9 % más el voto en blanco: 6,5%, esto es 7,4%.

Con estos márgenes, la posibilidad de que Claudia derrote al puntero, Galán, sólo es posible en uno de dos casos, que haya una migración de votantes de Hollman hacia la candidata de la Alianza Verde, o que la mayor parte del voto en blanco, y migrantes de Hollman hacia ella completen los votos que requiere para impedir el envión final de Galán y/o, Uribe, que es la tendencia que más avanzó entre las encuestas conocidas por el público.

Una digresión necesaria

Una pequeña digresión sobre encuestas y estadísticas. Su poder indicativo está probado, y cuando se realizan en serie pueden medir el rumbo de una tendencia, Lo que no pueden es capturar lo inesperado, lo extraordinario, aquí y en Cafarnaum. En tal caso, sólo se raya con la “adivinación”, o con el hecho que las propias fuerzas movilizadas hacen la diferencia, y en este caso, tales partidos no existen, sino que por el contrario, los tradicionales están en merma, y de capa caída, y los movimientos también son débiles e inciertas sus influencias efectivas.

 Dos hechos que lo prueban: se hicieron en el país, 3.142 coaliciones, que avalaron en el país a 5.694 candidatos. Es igualmente relevante, por aquello de las candidaturas presidenciales a futuro, que Cambio Radical es el partido con más coaliciones. 466, lo siguen Partido de la U: 445, Partido Liberal: 411, Partido Conservador: 367, y Colombia Humana-UP: 293. Los coleros en este ejercicio, como puede verse son Centro Democrático, que es el partido más estructurado y doctrinalmente más consolidado, y el recientemente creado la Farc, al que la mayoría de los otros lo rehúyen.

Aquí se juntan, en materia de representación los dos extremos, el partido de la guerra y el de la paz, por antonomasia. La Farc escribió lista para asambleas en 8 departamentos: Vichada, Guaviare, Tolima, Santander, Quindío, Antioquia, Córdoba y Nariño. Igualmente, inscribieron 60 listas para Concejos, y 16 aspirantes a alcaldías. Tienen listas para los concejos de 7 capitales de departamento, Bogotá, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga, Villavicencio, Armenia y Florencia. La Farc piensa que podría ganar la alcaldía de Turbaco (Bolívar), con Julián Conrado, el cantante, Caldono (Cauca), Coyaima (Tolima), Planadas (Tolima), Icononzo (Tolima), Pueblo Bello (Cesar) y Venecia (Cundinamarca)

Antes de cerrar esta reflexión, recordemos también que están habilitados 36.602.752 colombianos para votar, quienes elegirán, incluida Bogotá, 1101 alcaldes, 32 gobernadores, 12.063 concejales, 418 diputados, y 6.814 ediles. Este es personal que el país escoge en las elecciones para gobernar y/o administrar los territorios, que son coronados por la administración central, que sigue teniendo como sede a Bogotá, donde están las ramas del poder público entronizadas, prácticamente desde los tiempos en que el orden lo estableció la Constitución de 1886. Es la red político administrativa que reproduce el orden existente desde la actual constitución sancionada en 1991.

Esta vez se pone a prueba el estatuto de la oposición a nivel territorial, del mismo modo que operó ya en la elección presidencial. Quienes ocupen el segundo lugar en la elección de alcaldes y gobernadores, podrán escoger ser concejales y diputados según el caso, con la advertencia que se trata de un derecho personal con independencia de quien lo haya avalado, y tendrán que manifestar su voluntad de aceptación o no. Y en caso que haya aceptación no se alterará el número previo de diputados y concejales.

Por último, los elegidos en las elecciones territoriales, en enero de 2020, al posesionarse, sus partidos tendrán que declararse en oposición, independientes o de gobierno en cada departamento y municipio, de este modo se dará cumplimiento a otra parte del Estatuto de la oposición vigente.

Ahora sí, ¿posible ganador?

De acuerdo con los reportes ofrecidos por las encuestas conocidas, el triunfador en Bogotá sería Carlos Fernando Galán, quien en el inmediato pasado ha militado con Cambio Radical, el partido que esta vez tiene el mayor número de coaliciones, al que no renunció hasta la fecha. Este partido tiene a ojos vistas, al tercer candidato presidencial, Germán Vargas Lleras, el gran derrotado en la pasada contienda, que estará disputándose la primera magistratura junto a Sergio Fajardo, Gustavo Petro, y falta, quién será el cuarto aspirante, cuyo principal proponente será el Centro Democrático, y su gran elector, Álvaro Uribe Vélez, si sale bien librado de la indagatoria ante la Corte Suprema de Justicia.

A no ser que hoy, los electores propios de Colombia Humana se separen por mitad, al menos de su candidato Hollman Morris, y depositen su voto por Claudia López, quien rechazó cualquier coalición, y, no solamente eso, si no que tachó a Petro de chantajista. Tal señalamiento podría costarle la pérdida de la alcaldía, y la pérdida de lo que fuera el triunfo en Bogotá de la Coalición Colombia, en la primera vuelta presidencial del año 2018.

Nadie se atreve a decir que a la fecha, entre el viernes y el sábado se haya establecido un acuerdo electoral entre Galán y Uribe, a pesar que este último se lo propuso en las primeras de cambio, al empezar la competencia por la alcaldía. Tampoco hay grandes diferencias programáticas, empezando por la más jugosa de las obras civiles, la construcción, por fin, del primer tramo del metro de Bogotá, y pocas diferencias en el modo de entender la expansión urbana de la ciudad capital, pensada con sus guardadas proporciones, como Ciudad global.

Para la izquierda y el progresismo en Bogotá, en particular para la Colombia Humana, que sigue aún sin ser partido o movimiento, hay poquísimas esperanzas de ganar la alcaldía, y, claro, mucho que aprender en términos de construir, al fin, el primer partido democrático y con amplia participación, porque de eso no conocemos los colombianos, y es tiempo para su advenimiento, y con un programa que en efecto encarne los intereses efectivos de los grupos y clases subalternas, sin ambages ni conciliaciones dictadas por la conveniencia.

Claro que es importante hacerse contar en términos de fidelidades, habida consideración de las luchas por la ciudad, que no cesan sino que se acrecientan día a día. En una coyuntura internacional, donde la presencia espontánea de la gente ha puesto en entredicho de un modo en apariencia definitivo, el neoliberalismo con su amplísimo reparto de miseria y pobreza que ha impuesto en la población subalterna. Sí, en verdad, es el tiempo de Bogotá, la ciudad social y solidaria, que se compromete con la pluralidad, pero no tendrá esta vez la cabeza en la representación de la ciudad capital.






sábado, 26 de octubre de 2019


¿QUÉ PASÓ EN EL ECUADOR?

Giovanni Mora Lemus[1]
Después de la tempestad viene la calma, reza el adagio popular. Sin embargo, una vez los subalternos abandonaron las calles de Quito no llegó el sosiego, porque la coyuntura sociopolítica ecuatoriana sigue ardiendo.

Así las cosas es el momento de los balances: ¿qué se logró y qué se perdió, para el movimiento popular en este último levantamiento? Permítanme valerme de algunos análisis académicos para valorar la situación del país suramericano.

Según el politólogo argentino Atilio Boron[2] la movilización de los subalternos - a quienes él no los nombra de esa manera - indígenas, sindicalistas, transportistas, entre otros sectores sociales, fue derrotada el pasado 14 de octubre. Nunca hubo un acuerdo entre la Confederación de nacionalidades indígenas del Ecuador (CONAIE) y el gobierno de Lenin Moreno. Más bien las fuerzas gobiernistas lograron desmovilizar a los insurgentes con el pretexto de la negociación. 

Aunque es un hecho que lograron frenar el aumento del precio de la gasolina, las restantes medidas del llamado “paquetazo” siguen intactas. Los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) están vigentes, y es cuestión de tiempo poder evidenciar el próximo movimiento del gobierno en su programa de ajuste económico.

¿Cuál dirección ideológica y política?

Boron critica la falta de dirección ideológica y política en el movimiento popular liderado por la CONAIE. Además, se dejó ver la animadversión de algunos dirigentes indígenas contra Rafael Correa y sus fuerzas políticas. ¿Por qué los líderes del movimiento no siguieron, en cambio, con la condena a la brutalidad policial que dejó por lo menos diez muertos? Se cuestiona el argentino.
Hay otra pregunta clave que nos ofrece este análisis polémico: ¿qué ocurrió con los apoyos de los sectores sociales urbanos que se esfumaron con el paso de los días? Aunque se logró una articulación en el seno del movimiento popular, articulando ciudad y campo, en particular en Quito, por qué solo fue momentánea.    
Para el sociólogo ecuatoriano Mario Unda,[3] la estrategia del presidente Moreno buscó desde el inicio del levantamiento,  fragmentar el movimiento social y popular. Él siempre quiso negociar por aparte con los indígenas, obreros y transportistas, y se entiende por qué. Cosa que al final logró, pero que según él no es algo nuevo: la atomización de los subalternos se debe, entre otras razones, a que en los años del Correísmo, el entonces presidente de manera equivocada atacó a los movimientos sociales. Punto bastante polémico para quienes, desde la otra orilla de análisis, Borón incluido, señalarían que eso nunca estuvo en las intenciones de un gobierno progresista. En todo caso, el analista argentino guarda silencio al respecto.

Una pifia presidencial

En una infortunada alocución, el presidente Lenin Moreno, le echó mano a la vieja estrategia de la “teoría de la conspiración”. Según él, los encapuchados eran guerrilleros colombianos pagados por el expresidente Correa y Nicolás Maduro. 

Es un libreto ya conocido por muchos en América Latina, y que hoy se cae por su propio peso. Seguramente los intelectuales del establecimiento deben estar pensando cómo innovar el discurso, cuando tengan que enfrentar las próximas protestas, ellos también sacan conclusiones de su praxis política.

Pese a que es evidente la tensión entre un sector del movimiento social y el correísmo como fuerza política y electoral, lo acontecido en Ecuador deja ver el enorme potencial de los subalternos, su capacidad de organización y por ende de proyecto político. Amedrentar a un presidente por sus actos de gobierno, a tal punto que tuvo que salir de Quito e instalarse en Guayaquil, refleja el tamaño del movimiento y la separación suya del interés de los muchos, que se gestó caminando al lado de  Correa.

Casi paralelamente a lo acontecido en Ecuador, los estudiantes colombianos y chilenos empezaron la refriega contra el neoliberalismo. La lección esta aprendida, y el ejemplo cunde. El modelo económico aplicado en los últimos veinticinco años está agotado, no garantiza los derechos sociales, y este recorderis en las calles, plazas y carreteras se lo debemos a los amigos ecuatorianos.            
         
 

     
        



[1] Miembro Grupo Presidencialismo y Participación. Coinvestigador. Profesor T/C Universidad de Monserrate.
[2] Véase el artículo titulado “Un octubre que fue febrero” http://www.rebelion.org/noticia.php?id=261487
[3] Véase el artículo titulado “se abre un nuevo ciclo de protesta popular contra el neoliberalismo” http://www.rebelion.org/noticia.php?id=261489

sábado, 12 de octubre de 2019

PERSPECTIVA SUBALTERNA

La Otra Historia de la Violencia en el Bicentenario de Colombia.
Miguel Angel Herrera Zgaib, Ph.D.

                                                                      Hoy, sábado 12 de octubre, leyendo un escrito de Alfonso Cuéllar Solano, en Caja de Herramientas, fuí a la búsqueda de la carta de Juan Carlos del Castillo, hijo del representante conservador Carlos del Castillo, quien en una discusión en la sesión de la Cámara de representantes, en noviembre de 1949, le quitó la vida al representante liberal  Gustavo Jiménez.

El heredero del representante conservador, escribe una nota el ESpectador, para celebrar el acuerdo de paz entre gobierno Santos y Farc-Ep, en septiembre de 2016. Dice que fue militante de la izquierda, pero se cansó de su debilidad ética frente al fanatismo, el odio y la violencia. Y reclama: esta generación... tiene derecho a salir de la maldición de la sangre.

Crisis orgánica y comienzos de la gran violencia

Aquella vez, los dos congresistas, Jiménez y del Castillo, se tranzaron en una discusión personal, cuando debatían sobre el decreto presidencial de Mariano Ospina Pérez, que cambiaba la forma de votación y la organización de la Corte, que antes había dado vía libre al adelanto de la elección presidencial, según proyecto aprobado por las mayorías liberales en cámara y senado.

Las elecciones para Congreso en 1949, dieron la victoria a los liberales con 920.718 votos, y los conservadores consiguieron 788.662, esto es, una diferencia de 132.056. Había entonces 63 senadores, 33 L, y 30 C; 132 representantes, 69 L, 63 C. Había, igualmente, control liberal de 15 asambleas departamentales y 820 concejos municipales.

Con esa mayoría conseguida en el poder legislativo, el presidente entonces de la cámara, Julio César Turbay se refirió a "la batalla por la reconquista del poder", que fue el modo de presentar el proyecto de adelantar la elección presidencial para junio de 1950. Cercano estaba el asesinato de Gaitán, y el desastre del 9 de abril y los siguientes días y meses de 1948.

El proyecto lo objetó el ejecutivo presidido por Ospina Pérez, pero la CSJ le dio vía libre. El liberalismo propuso como su candidato presidencial a Darío Echandía. Pronto renunció, al producirse la muerte de su hermano Vicente, cuando participaban de una manifestación en Bogotá.

Estando en sesión de la cámara , se produce un rifirrafe entre el representante Gustavo Jiménez, liberal, y Carlos del Castillo, conservador. Jiménez le dice que él no es del Castillo, sino Castillo, y tampoco Isaza, sino Saza, hijo de una modesta familia campesina de Boyacá. Castillo ripostó: Yo al menos soy hijo legítimo ¡Ud no lo es, y reaccione!
Jiménez le contestó: mal nacido!

Gustavo hizo un movimiento con su mano, a la derecha de su saco, y del Castillo, quien tenía la mano en el bolsillo con gesto amezante antes, sacó un revólver y le disparó a Jiménez, quien estaba a poca distancia, y quien pronto murió. Se desató la balacera entre unos y otros, y quedaron 3 heridos. De estos, uno, el representante Jorge Soto del Corral, alcanzado en una pierna, murió también a los pocos meses.

La excepcionalidad como forma de gobernar

Al poco tiempo, a un mes de la balacera mortal, el ejecutivo conservador, por decreto, echó atrás lo decidido en Corte, y, en cambio, procedió a modificar la forma de votación de la CSJ así como su organización.

Se esgrimió por la bancada conservadora, que el presidente Ospina​ iba a ser acusado ante la Cámara. Y éste, con tal pretexto, y la situación de orden público precario, que inspiró la oración de la paz, de Gaitán, un año atrás, febrero de 1948, para parar la sangría, que respondía de hecho al triunfo electoral liberal de 1947, clausuró el congreso que no lo favorecía, valiéndose de la medida de estado de sitio, que de aquí en adelante se volvió una pandemia política.

Ahora, a 70 años de tales episodios, a menos de un mes de aquel brutal episodio, estamos a dos semanas escasas de una nueva elección local y regional, donde la disputa entre gobierno y oposición está bastante cerrada, según lo indican las variopintas encuestas que conocemos. 

¿Una salida para el régimen para-presidencial?

Es ejemplo de este clima de tensiones, las escasas diferencias entre los candidatos a la alcadía de Bogotá, el bastión más evidente de la oposición  democrática  y de izquierda. Son pocos puntos los que separan al hoy puntero, Carlos Fernando Galán, de Claudia López y Hollman Morris. 

El más rezagado es el nieto de Julio César Turbay, Miguel Uribe.  El entonces presidente de la cámara llamaba a la reconquista del poder, entonces, para los liberales en 1949, ad portas de desencadenarse la gran violencia.

Está claro que los tiempos y las circunstancias no son los mismos. El bipartidismo tiene delante una tercera fuerza plural, repartida entre el progresismo, el centro y la izquierda, que intenta concluir la agonía del bipartidismo y acceder por fin, a un gobierno presidido por otra tendencia programática. 

Por el contrario, el gobierno actual, fruto de juntar reacción y derecha, quiero hacerse al poder, tanto legislativo, que no tiene en las cámaras, como el poder judicial, cuya corte suprema de justicia hoy adelanta un proceso formal a su máximo líder, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, sindicado de compra de testigos y fraude procesal.

Lo que va de Builes a del Castillo.

"Esta generación tiene que salir de la maldición  de la sangre"

Existe la posibilidad de quebrarle el espinazo a la parapolítica, incubada en las regiones de dominio bipartidista reaccionario, que tiene en la franja que se extiende desde Antioquia hasta la Costa Caribe. y Norte de Santander  las casamatas y trincheras políticas de la para-república, el engendro degenerado del hiperpresidencialismo nacido en 1991.

Esta de-democratización fue impuesta a partir de los años 90, a sangre y fuego en la guerra social no resuelta todavía contra el pueblo subalterno, compuesto de campesinos, pobres urbanos, y minorías étnicas, parias del remedo de república que empezó a malnacer en 1819.

El laboratorio de esta reacción contra la presencia de una tercera fuerza democratizadora la Alianza Democrática/M19, que emergió de la asamblea constituyente, arrecia a partir de 1994, y tuvo su laboratorio de incubación en la gobernación de Antioquia, cuando estaba a la cabeza Álvaro Uribe Vélez, con el apoyo de las Convivir, relanzadas legalmente por el presidente Ernesto Samper y su ministro Fernando Botero.

Como lo han probado varias investigaciones y reconstrucciones periodísticas, entre otros, los trabajos dirigidos por Claudia López, el libro de Olga Béhar, los expedientes de las causas penales, y una reciente recopilación de millones de datos, hecha por el politólogo Ariel Ávila, Detrás de la guerra en Colombia, que fuera su trabajo de maestría, el nacimiento de las Auc pasó por la Hacienda Guacharacas de la familia Uribe.

Es  lo que han denunciado, corriendo todos los riesgos, el mayor Meneses de la Policía; el paramilitar Monsalve, hijo del mayordomo de esa hacienda, que tenía a Santiago Uribe como codueño y administrador, cuando se dio existencia al llamado Clan de los 12 apóstoles, porque hay cura incluido en esa triste creación.  Porque Monseñor Miguel Angel Builes dejó retoños hasta hoy en día.

Era Builes, quien había espetado para los años 1948/49, lo siguiente:

"La revolución del 9 de abril de 1948 dejó los campos políticos perfectamente alineados con nuevos y definidos mojones: el comunismo y el orden cristiano". 

Con esta falacia sigue cabalgando la reacción política, y desechando las tareas el posconflicto y la reconciliación, con todo tipo de argucias y sofismas. Sorda a lo dicho por el hijo de Carlos del Castillo, quien diera muerte a un liberal, Gustavo JIménez, aquel día de 1949. Estamos a 70 años de hacer profundas rectificaciones en el rumbo de la República. 

¡Palabra y obra que sí !

sábado, 5 de octubre de 2019

APARTES DE LA PONENCIA LEÍDA EN EL PRIMER ENCUENTRO DE LA RED COLOMBIANA DE ESTUDIOS MARXISTAS. BOGOTÁ, 4 DE OCTUBRE DE 2019.

LA FORMA INTELECTUAL Y LA FILOSOFÍA DE LA PRAXIS
MIGUEL ANGEL HERRERA ZGAIB, Ph.D.
Profesor asociado, Ciencia Política, Unal
Director Grupo Presidencialismo y Participación,
Presidente Sociedad GlobAL Gramsci, delegado de la IGS.

La vida y la obra de Antonio Gramsci han experimentado desde que se hicieron públicas parte de sus Cartas de la Cárcel, por el Partido Comunista de Italia, al terminar la II Guerra Mundial, múltiples revisiones y propuestas interpretativas, desde todas las orillas del espectro que compone el campo del marxismo como acción y pensamiento.

En Colombia ese proceso, arrancando por la divulgación, inspiración y puesta en práctica del legado gramsciano, tiene un recorrido específico que no está agotado del todo por su reconstrucción actual, pero día a día se enriquece y completa con mayor rigor.

Sobre el particular, como botón de muestra, quiero señalar en dicha tarea, a la que hemos contribuido con el grupo presidencialismo y participación, y de modo personal, a través de varias publicaciones, dos referencias a la presencia de Gramsci en nuestro estrecho mundo intelectual.

Empecemos con una, la más reciente, que apareció en la edición del libro Hernando Valencia Goelkel. Crítica Literaria, 1955-1976, Tomo I, en la edición del Instituto Caro y Cuervo 2018, a cargo de crítico colombiano Carlos Rincón.

A él quiero recordarlo también, por su notable, polémica, juiciosa contribución a los estudios literarios, en particular sobre la novela, y a la cultura colombiana; una obra producida dentro, y sobre todo, fuera del país. Él falleció hace poco. Había vuelto a la Universidad Nacional, donde hizo una publicación de trabajos de Francisco Posada, un marxista polifacético, que fuera compañero suyo cuando Carlos se desempeñaba como docente en esta universidad en los estudios literarios.

En su escrito introductorio al tomo I, “Trayecto de Hernando Valencia Goelkel,” de 112 páginas, Carlos Rincón menciona la presencia de una traducción de Antonio Gramsci, incluida en un número de la revista Mito, en el apartado Confutatis.

Allí Rincón se refiere a lo que Valencia escribió sobre Cesare Pavese, quien había entrado en contacto con las literaturas en inglés, y de ellas extrajo una buena dosis de realismo.
En el ensayo Cesare Pavese: la falsa simetría, hacía igualmente mención a la participación de éste en el
compromiso del grupo Il Politecnico, y de qué manera el ejemplo de Pavese lo tocó a él y a intelectuales españoles dedicados a la literatura. Se refería a residentes en el Colegio Mayor de Madrid, donde Valencia conoció a Juan y Luis Goytisolo, comprometidos para entonces con la apuesta por un realismo que combinaban con toques existencialistas.
Dice Rincón en Trayecto, “Las diversas formas en que los pavesianos y, más en general, los practicantes de la <> se autoilusionaron en España con las ideas de Gramsci sobre los <> progresistas y su elaboración del tejido conjuntivo de la sociedad, se hacen trizas a más tardar con el fusilamiento de Julián Grimau, por orden expresa del caudillo Franco, en 1965”.
Enseguida viene una cita del propio Valencia Goelkel:
“Pero todo esto se apoyaría en las muchas horas de charla que habíamos dedicado todos al tema de la littérature engagée y a la lectura crítica e interesada –quiero decir con intereses justificativos- de Lukács, Brecht y de Gramsci. Era el momento de explicar en las declaraciones programáticas nuestra heterodoxia sartriana, la escuela tan fiel y críticamente asimilada de Les Temps Modernes, sus contradicciones tan sutilmente discutidas. No en vano éramos la generación poética de Juliette Gréco (190).”

Indagando por estas influencias gramscianas presentes en la revista Mito, otro investigador, Rodrigo Santofimio Ortiz, en su ensayo El Pensamiento de Antonio Gramsci en América Latina y Colombia, publicado en la revista de Antropología y Sociología, VIRAJES, del año 2018, menciona cómo, en efecto, en Mito número 6 (1956), apareció una traducción de una nota de Antonio Gramsci, “Literatura Funcional”, de 6 páginas. Tomada de la edición temática de sus obras, el volumen Literatura y vida Nacional, uno de los más robustos en páginas, del que existe la publicación de Editor Juan Pablos.

Allí se indica también que el traductor del texto publicado en Mito fue Affan Buitrago, amigo de toda la vida de Valencia Goelkel, junto con Jorge Eliécer Ruiz. Ambos lo acompañaron en su nueva morada en la revista Eco, y en el Instituto Colombiano de Cultura.

En Literatura Funcional, Antonio Gramsci se hace y responde varias preguntas relevantes al tratar de las relaciones entre literatura y política:

“El lenguaje literario está estrechamente ligado a la vida de las muchedumbres y se desarrolla lenta y molecularmente de acuerdo con el desarrollo propio de cada grupo nacional; y si se puede decir que cada grupo social tiene su lengua, puede sin embargo anotarse que entre lengua popular y la de las clases cultas se da un continuo intercambio y se presenta una continua adherencia” (Gramsci, 409).

En otro apartado del texto, Gramsci afirma:
“El arte es educador, en cuanto arte, considerado puramente, pero no en cuanto arte educador o docente, porque en tal caso no es nada, y la nada no puede educar…” (Gramsci, 411)

Más adelante, el sardo es rotundo al señalar, que
“La literatura no genera literatura, etc, etc., las ideologías no generan ideologías, las superestructuras no generan superestructuras, sino talvez como herencia inerte y pasiva; ellas se producen no por partenogénesis sino por la intervención del elemento músculo, la historia, la actividad revolucionaria, que crea un nuevo hombre, vale decir, nuevas relaciones sociales.” (Gramsci, 411)

Como colofón, Santofimio destaca en su escrito de pesquisa sobre la presencia de Antonio Gramsci en Colombia, que lo escribiera en Literatura funcional, que hace parte de los Cuadernos de la Cárcel, iba dirigido a rebatir la política cultural del fascismo que tenía el propósito de “crear un gusto artístico, con pretensiones masivas”.



NOTA: Los interesados en obtener la totalidad de la ponencia, escribir al correo:maherreraz@unal.edu.co, presid.y.partic@gmail.com.

No olviden adquirir y divulgar la revista PENSAMIENTO DE RUPTURA, publicación independiente del Grupo Presidencialismo y Participación, IGS-Colombia, Sociedad Glob AL GRAMSCI.