UNA HISTORIA EN PRESENTE

Luis Emiro Valencia es un pensador y activista colombiano, discípulo de Antonio García Nossa, quien a sus 90 años goza de una condición privilegiada, anímica y física. Al tiempo que ha participado de dos procesos políticos frustrados, el gaitanismo de los años 40, y la experiencia de la UP, bajo la dirección de Bernardo Jaramillo. 

En el ínterim también fue partícipe con el socialismo conducido por García de la experiencia del rojismo, sobre la cual se habla y se conoce menos. Siempre ha estado al tanto del rumbo de la Acción Comunal, un proyecto del que fuera animador inaugural Camilo Torres Restrepo, en los tiempos de la Junta del Barrio Tunjuelito. 

Ahora ha tenido Luis Emiro que vivir la furia y los denuestos de su exposa, Gloria, quien en una breve nota al lector de El Tiempo ha querido demeritar su trayectoria y cercanía con Jorge Eliécer. Sin embargo, él deja en el reportaje de Gloria Helena Rey, que aquí reproducimos, claro que su participación y cercanía con Gaitán tuvo que ver con la redacción del Plan Gaitán, que es sabido por boca del propio García Nossa, estuvo en buena parte a cargo de este conductor socialista, controvertido como el que más, pero prolijo, brillante expositor del socialismo liberal desde los años 30 en la historia nacional. N de la R.



Hay que ir a las causas que originaron esta guerra'
Analista

Valencia fue secretario del Plan Gaitán, cofundador de las juntas de acción comunal y vicepresidente de la Unión Patriótica.
Foto: Claudia Rubio / CEET

Testigo del asesinato de Gaitán y del exterminio de la UP habla sobre el proceso de paz.

¿Que cuántos años tiene? Diríamos, parafraseando al escritor José Saramago, que Luis Emiro Valencia tiene los años suficientes para gritar sin miedo lo que piensa, reconocer yerros viejos y rectificar caminos, porque cuenta con la experiencia de lo vivido y la fuerza de convicción de sus deseos.

A sus 90 lúcidos, saludables y envidiables años, este intelectual y economista egresado de la Universidad Nacional no solo es un invaluable testigo de la historia de Colombia de los últimos 80 años sino su memoria viva. Quienes lo conocen hace tiempo aseguran que Valencia es el último gran amigo de Gaitán. Además, fue su yerno póstumo. Estuvo casado con Gloria Gaitán hasta los años 70.
Las más grandes tragedias políticas de Colombia las vivió Valencia como parte de los protagonistas: el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán (1948), que partió en dos la historia política de Colombia, el de Bernardo Jaramillo (1990) y el exterminio de la Unión Patriótica (UP), que sepultó en sangre uno de los muchos y malogrados intentos por la paz realizados en Colombia durante el último medio siglo. Valencia fue vicepresidente de la UP.

Por estas circunstancias personales consideró importante ofrecer algunas sugerencias sobre la consolidación de una paz duradera, que les envió en una carta y en varios documentos al presidente Juan Manuel Santos. Valencia es un convencido de la necesidad de la participación ciudadana en estos diálogos. Considera que el logro de la paz no será solo del Gobierno y de las Farc, sino de cada uno de los colombianos, a los que nos corresponde ser activos para alcanzarla.

Valencia, integrante de una de las generaciones de economistas más sobresalientes de la Universidad Nacional, también ha sido un destacado motor de la economía solidaria. Fue fundador, con otros, de las juntas de acción comunal, que hoy superan las 50.000 en todo el país.
Pese a todo lo anterior, se declara sorprendido con esta entrevista: "No creo merecerla". Y se ampara en Ortega y Gasset para explicar los hechos que se han conjugado a lo largo de su vida: "Yo soy yo y mis circunstancias" y "todo lo vivido fue fruto de ellas, como lo es la vida misma".
"Creo en la necesidad de la solución política del conflicto histórico-social armado en Colombia. Esa fue la estrategia de la nueva UP aprobada en el II Congreso Nacional en septiembre de 1989 en contravía con la combinación de todas las formas de lucha". Y este complejo proceso interno motiva la publicación de su nuevo libro Vida Pasión y Muerte de la UP, el próximo marzo 23, aniversario del asesinato de Jaramillo.

¿Usted fue el último gran amigo de Jorge Eliécer Gaitán?

No, sería muy pretencioso. Fui solo el amanuense de Plan Gaitán, que fue el modelo económico creado por su plataforma política con el propósito de impulsar reformas sociales hacia un verdadero cambio en Colombia. Yo era el que toma las notas.

Pero, por décadas ha dado conferencias y ha escrito varios libros sobre Gaitán.
Me identifiqué y me identifico con los ideales socialistas. El asesinato de Gaitán, la posterior persecución contra los gaitanistas se repitieron casi medio siglo después con Bernardo Jaramillo y la Unión Patriótica.

De acuerdo con sus investigaciones, que ya ajustan varias décadas, ¿por qué mataron a Gaitán y a Bernardo Jaramillo?

A Gaitán lo asesinaron porque se convirtió en el líder de una fuerza efectiva de poder que lo llevaría inevitablemente a la Presidencia en 1950 y porque presentó ante el Congreso el Plan Gaitán, que reformaría la sociedad.
Lo mismo sucedió, años más tarde, con Bernardo Jaramillo y con la UP. Jaramillo consiguió reunir bajo su bandera, igual que Gaitán, muchas tendencias ideológicas y plantear una Colombia con cambios sociales, que consolidarían la paz duradera que todos anhelamos.
Como Gaitán, la llegada de Jaramillo a la Presidencia era ineludible, tras la inmensa popularidad que obtuvo por sus constantes llamados a la paz, por sus denuncias sobre la impunidad y tolerancia oficial con el paramilitarismo y sus vínculos con el narcotráfico.
Pero, la historia se repitió en menos de medio siglo y por eso debemos prepararnos para evitar el enquistamiento de esta guerra y un nuevo fracaso en la búsqueda de la paz.

¿Qué es necesario para alcanzar la paz?

He pasado gran parte de mi vida recogiendo las memorias por la paz, porque estoy convencido de que para alcanzarla de forma permanente y duradera es preciso ir al fondo, conocer y actuar sobre las razones que nos llevaron a esta guerra.
Con todo ese material que ha recogido sobre la paz, ¿ha intervenido de alguna manera en los actuales diálogos?
Le envié al presidente Juan Manuel Santos una carta y varios documentos para ayudar a consolidar los actuales diálogos de paz. Insisto en la participación ciudadana en este proceso. La paz no solo es un asunto del Gobierno y de las Farc, los dos actores principales del conflicto. También lo es de todos y cada uno de nosotros y a todos, como ciudadanos, nos corresponde participar.
Mientras eso no suceda, se obtendrá solo un armisticio, como en el boxeo: tocan la campana y se suspende temporalmente la pelea. La vuelven a tocar y se reanuda. Como Saramago en el Ensayo sobre la ceguera, el pasado y el presente que no tienen futuro, es como si no existieran.

¿Cuál es su análisis sobre el actual proceso de paz?

Considero que existe una coyuntura excepcional, cuya situación y condiciones permiten tener grandes esperanzas pero sin grandes ilusiones debido a la complejidad, antecedentes y realidad del actual y crónico conflicto armado colombiano. Hay posiciones antagónicas, es cierto, pero para eso son los diálogos entre contradictores que pretendan lograr la meta de buscar y lograr acuerdos reales, aceptables, dignos y posibles.

Habla de grandes esperanzas en los actuales diálogos por las condiciones excepcionales que hoy existen, ¿cuáles son estas condiciones que usted percibe?
Me refiero a la participación de la tecnología en el conflicto colombiano y al inusual apoyo de EE. UU. a estas negociaciones. Estoy hablando del interés económico del Estado colombiano en la paz. La fuga de capitales por la crisis económica en EE. UU. y Europa, y la globalización, están aumentando la inversión extranjera en Colombia y el Estado, hoy, más que nunca, necesita de la paz para capitalizarla.
También me refiero a la desventaja de las Farc en la guerra de las comunicaciones, que aclimató la percepción,tanto nacional como internacional, de que son terroristas.
Igualmente estoy haciendo referencia a la falta de un apoyo popular, organizado y consciente sobre las causas, condiciones y situaciones del conflicto armado.
¿Qué es lo que más se necesitaría hoy para alcanzar la paz duradera que todos anhelamos?
Que se logre una paz democrática, que implique en la realidad, y no en los discursos y el papel, progreso colectivo, cambios de actitud y actitudes de cambio, que abran oportunidades de desarrollo económico, humano, con progreso social para todos, sin exclusiones.
Se trata de construir una paz real y no un armisticio, que sería una terrible frustración e implicaría la reanudación de la guerra. Por eso, tendrán que removerse las causas originarias del conflicto colombiano. La historia, la nuestra, la que vivimos día a día, no es un teatro o parte de la literatura de las infamias descritas por Borges. Es una realidad social, amarga con todas sus negativas implicaciones humanas, sociales e institucionales.
Pasando a otro tema, ¿cómo ve la propuesta de revocarle el mandato al alcalde Petro?
La considero negativa porque es una lucha de clases. Hay que darle tiempo a Petro para que ejecute las ideas fundamentales.
GLORIA HELENA REY
Especial para EL TIEMPO