sábado, 21 de junio de 2014

BOGOTÁ,  UNA CIUDAD REBELDE PERO DIVIDIDA
Miguel Angel Herrera Zgaib         
Los analistas sin excepción, y ante el peso de los resultados, reconocen que el triunfo de Juan Manuel Santos  en la segunda vuelta se debió a la concurrencia principal de dos votaciones, la de la región Costeña y Bogotá.
Si la campaña del presidente, sus asesores, sumados a los compromisos de figuras de la izquierda, el progresismo y los verdes, no hubiesen estado en la brega de los últimos días, el ganador hubiese sido otro.
Los  resultados de la segunda vuelta
                                                           Conforme a lo reportado por la Registraduría, con la excepción de las localidades de Usme y Sumapaz,  Santos ganó en las restantes 18 en la segunda vuelta. Para ambos candidatos hubo un crecimiento en los votos obtenidos en la primera vuelta, lo que revela la intensidad de la lucha en las localidades para conseguir el mayor número de votantes a favor de cada causa.
Las cifras, a la postre, establecen en la segunda vuelta, que Juan Manuel consiguió 1.337.349 votos, incrementó lo conseguido en la primera en 893.298; mientras que Oscar Iván obtenía  1.045.638, con un aumento de 503.206, en relación con quienes los respaldaron en Bogotá durante la primera vuelta.
En la jornada del 15 de junio, cuando la contienda era solamente entre los dos contrincantes finalistas,  Oscar triunfó en Sumapaz y Usme, al tiempo que perdió sus mayorías en Los Mártires, Fontibón, Chapinero y Usaquén, que lo habían respaldado en la primera vuelta.
El contraste con la primera vuelta
                                                                 Es “requete-sabido” que Juan Manuel sufrió una soberana paliza en Bogotá, durante la primera vuelta del año 2014. Aquella vez, el ganador fue Oscar Iván con 542.432,  el segundo lugar lo consiguió Clara López, con 501.302, mientras que el tercer lugar fue para Juan Manuel con 444.051. En esa oportunidad fue el más votado en las localidades de Teusquillo, Barrios Unidos, la Candelaria, Santa Fé, y Suba. En tanto que, el PDA/UP, liderado por Clara López resultó favorecido en Engativá, Bosa, Kennedy, Puente Aranda, Tunjuelito, Antonio Nariño, Rafael Uribe, y San Cristóbal.
Si observamos en términos geo-poblacionales la distribución de las preferencias en materia de representación política es fácil determinar que el sur bogotano se encuentra repartido entre el Centro Democrático, y la alianza PDA/UP. Pero a la vez, esta fuerza electoral y política, conforme a la distribución de sus votantes, divide en dos el mapa bogotano, dejando en los dos extremos, arriba  a los animadores de la Unidad Nacional, mientras que al otro lado está el Centro Democrático.
En materia de voto en blanco y nulos, en la segunda vuelta el  primero pasó del 8.4 (207.783) al 5.3 (135.000), en tanto que los votos nulos pasaron, en cambio, a 2.9 (76.193),  con un aumento comparado con la primera votación, que fue de 2.18 (54.989).  Al sumar, nulos y blancos en la segunda vuelta el resultado es de 2011.193.  
Es conveniente, por supuesto, hacer la lectura por estratos socioeconómicos, quiénes son los que votan y no votan en esos tres escenarios bien marcados de la geografía electoral citadina. Pero, es esta, una tarea a cumplir en otro escrito de mayor profundidad y detalle.
Pero, en todo caso, me atrevo a anticipar que son los estratos medios los que siguen definiendo los resultados de la votación bogotana, y en ellos está ya asentada una tendencia de izquierda que fluctúan entre los 250 mil y los 500 mil votos, que, sin embargo, no tiene adecuada representación en los cuerpos colegiados de hoy.
Lo que va de la elección del  2010 al 2014
                                                          En la primera vuelta del año 2010, cuando Santos y Uribismo marchaban juntos, de un total de  2.832.483 votantes (59.68%),  Juan Manuel  consiguió 1.130.815 (40.34%), seguido por Antanas Mockus con 771.239 (27.51%), y la tercera posición de Germán Vargas alcanzó 413.576 (14.75%).  Haciendo la suma de los dos para el mismo año, el resultado era: 1.544.391 votos,  y para la primera vuelta en el 2014 solo lograron 444.051 votos. Así que la caída fue estruendosa, pero define la realidad de su propia fuerza electoral, para el caso del presidente en la ciudad capital.
El otro fenómeno que se incrementó en la primera vuelta de las dos elecciones fue la abstención y el voto en blanco. La abstención pasó de 40.32  a 51.69, esto es 11.37 %. Si miramos el desempeño del PDA en Bogota, con Gustavo Petro como candidato presidencial se alcanzó el 8.61 % (241.384); y esta vez teniendo a Clara López, después del desprendimiento de Petro y su movimiento Progresista,  el resultado en alianza con Aída Abella consiguió el 20, 41, llegando a 501.302 votos. 
Es evidente que la izquierda nacional tiene su principal fortín en la ciudad capital, pero, no tiene la representación que se correspondería con este resultado, porque, en efecto, en la pasada elección para Congreso, el PDA apenas alcanzó 145.959 sufragios. 
Al mismo tiempo, los votos de la izquierda que una vez estuvieron juntos en el proyecto del PDA hoy alimentan de modo desigual a tres fuerzas principales, que deberían ser el núcleo hegemónico, orientador del bloque de la paz democrática, un imaginario que no se confunde con la paz liderada por el presidente hoy reelecto.
Los competidores por la Alcaldía
                                                        Luego del drama de la alcaldía de Gustavo Petro, que ha sido destituido, y luego por vía de tutela restituido en el cargo; acción la primera que fue avalada por el propio presidente Santos; para después pactarse el apoyo del progresismo a la reelección de Juan Manuel, aventajando a todos en más de dos meses, ahora estamos en presencia a algo más de un año vista, de una lista de aspirantes a reemplazarlo.
Ahora que la derecha fue quebrada en su dominio electoral sobre Bogotá en elecciones para Congreso y presidenciales, con el triunfo en la pasada segunda vuelta presidencial, la pregunta obvia es si se mantendrá el gobierno de la izquierda con aliados de centro en Bogotá, o si, por el contrario, la ganará un candidato del partido de la U, o del Centro Democrático, CD.
Al respecto, está claro, primero, que Clara López quiere ser alcaldesa, y que a sus aspiraciones, por lo menos, se le oponen dos candidatos en perspectiva,  Rafael Pardo, quien ha dicho que quiere ser nurgomaestre; entre otras cosas, porque le quedó gustando la “palomita” que le ofreció Santos.
El otro adversario es Francisco Santos, quien tiene a la vista la herencia de más de 1 millón de votos depositados por Zuluaga, parte de los cuales él pastoreó al ser responsable como jefe de debate del CD en la capital de la República.
Bogotá, democracia y rebeldía
                                                        Está claro que Bogotá es una ciudad dividida y también segregada; y que la realidad de la desigualdad que aqueja a Colombia, aquí tiene una prueba efectiva, y sin aproximación mecanicista al fenómeno político, la abstención recurrente de la ciudadanía a votar tiene una correlación evidente.
Sin embargo, a la vista de la propuesta de Frente Amplio por la Paz, las fuerzas de izquierda y centro que se expresan en Bogotá tienen la posibilidad de  madurar lo que no pudieron acordar en la pasada elección presidencial.
Ahora bien, si en efecto, progresistas, PDA/UP y Alianza Verde se juntan, y definen una plataforma propia que reclame la defensa de una paz democrática, al tiempo que se disponen a combatir los privilegios, en procura de una efectiva igualdad social, que acabe con el deshonroso puesto que tiene el país en la región, donde ocupa el primer lugar, podrán aventajar a los otros rivales en el gobierno del segundo más importante cargo político-administrativo; para pensar en un triunfo electoral presidencial.
En materia de desigualdad,  el coeficiente de Gini, que citó el libro de Thomas Piketty, para el año 2010, era  de 55.4, que corregido  con base en el pago de impuestos se sube a 58.7. Este  indica a Colombia y a la capital que ha mejorado en desempleo , un derrotero, una brecha socio-económica que la izquierda en Bogotá tiene que encarar y reducir. No se trata de disminuir la pobreza, sino de quebrarle el espinazo a la desigualdad, sin lo cual la izquierda no puede aspirar a volver a ser gobierno local, regional y nacionalmente. Bogotá es, hoy más que nunca, el laboratorio de este triunfo posible, una vez se consoliden las negociaciones de paz con las dos guerrillas, las Farc-ep y el Eln.
A la vez, para poder obtener este triunfo, la izquierda en una suerte de frente democrático, de dirección plural, tendrá que hacer una efectiva vigilancia de las ejecutorias finales del alcalde Gustavo Petro, en todos los asuntos que están pendientes; y en primer lugar, resolver  lo que tiene que ver con la movilidad, que es con la miseria la tenaza que más aprieta la condición citadina.
Resueltos estos dos problemas le permitirán escalar posiciones a la capital en el ranking de ciudades globales más atractivas de América Latina para la inversión extranjera, ya que en la actualidad a Bogotá se la ubica en 4º. Lugar, después de Ciudad de México. Por supuesto, que en este caso se tratará de implementar el modelo de la ciudad social, en franca oposición a la ciudad neo-liberal, obsecuente con el servicio al capital, y de espaldas al trabajo en sus diferentes figuras.
El talón de Aquiles de los jóvenes y la educación
                                                               La realidad de una activa, vigorosa democracia bogotana tiene mucho que ver con la presencia de sus miles de jóvenes, quienes provienen en buena parte de los espacios de la educación pública, a todos los niveles. Estos a la fecha no han obtenido la debida atención, y están a la espera de una respuesta clara en materia de mejora de sus condiciones de vida. Ellos requieren del apoyo cierto, en materia de educación, empleo, recreación y transporte.  Es el sector social transversal a la pirámide de clase más sensible y de potencial efectivo para el cambio en procura de la igualdad real y efectiva.
Por lo pronto estas cuatro exigencias no están cumplidas para la juventud, y en cambio, sí hay un deterioro dramático de las instituciones públicas principales con asiento en Bogotá. Las universidades Nacional, Distrital y Pedagógica requieren auxilio y atención inmediata. Ellas son el triángulo catalizador de una urgente reforma intelectual y moral que potencie el quehacer democrático de la ciudad toda.
No puede ocurrir de nuevo lo que ha pasado con la U. Distrital abandonada de la preocupación de los alcaldes, y mucho menos que estos le den la espalda a la educación superior de carácter nacional que tiene aquí sus sedes principales. Una candidatura de la izquierda democrática y sus aliados provenientes del centro podrá hacer esta diferencia y ganar la próxima contienda electoral, que prepara la disputa por la presidencia a un candidato de la izquierda con opciones de triunfo.


martes, 17 de junio de 2014

REVISIONISMO  O REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA.

EL LEGADO DE GARCÍA NOSSA VISTO POR UN HIJO DE LÓPEZ MICHELSEN

Miguel Angel Herrera Zgaib

Un vástago del buen y brillante burgués que fuera el presidente Alfonso López Michelsen, Juan Manuel, se atreve a recordar uno de los n trabajos de la autoría del prolífico pensador Antonio García Nossa, animador de los socialismos de mitad del siglo pasado, "El materialismo dialéctico y el voto", publicado en 2006, por  Luis Emiro Valencia, exposo de Gloria Gaittán, y De la Pava, del fondo editorial recuperado y coleccionado con devoción por el jurista Rugeles Castillo, joven discípulo de García Nossa.

Pero, este otro Juan Ma, se toma licencias frente a las denominaciones. Por ejemplo, Antonio García habla de "realismo dialéctico, no de materialismo, y luego en la "jerga" de cuño marxiano habla de la dialéctica de la historia; e indica que Marx no fue economista, sino historiador y sociólogo. La verdad, Marx no fue economista sino crítico de la economía política, una suerte de Kant radical en el estudio del porqué de la insociable sociabilidad del hombre burgués revelado en el siglo XIX, y después.

Pero, el heredero del segundo López nos habla de la evolución de la sociedad, y se cuida de "desterrar" la expresión revolución en su nota, como se verá; pero, en cambio, encara la pregunta: ¿cómo o qué determina la forma en que se pasa al estado siguiente en la llamada dialéctica de la historia, regida por la presencia de contrarios?

Dice que Marx destaca los "intereses materiales y económicos"; y deja ahí para recordar lo advertido por los prologuistas del texto de García Nossa, quienes señalaban las falencias del sistema político y social colombiano, preñado de privilegios varias veces centenarios; y cerrar con una pregunta:

 ¿Votar para legitimar un sistema que niega sus defectos y pretende continuarse?

Aquí, Juan Ma no se equivoca. La tarea de la igualdad social está incumplida, y la desigualdad es la evidencia incuestionable. Pero, el marxismo no es un realismo, ni tampoco una doctrina, como se convirtió en la U. Soviética el legado de Marx, para disponer y disputar acerca de unas inexorables "leyes de la historia" que estaban de parte de los devotos de los manuales del materialismo dialéctico y el materialismo histórico que fue la vulgata marxista dictada por Stalin y la intelectualidad obsecuente con sus catastróficos designios.

Una excepción notoria a este culto a la ignorancia de Marx, un hereje encarcelado, Gramsci, no fue un autor que trabajara en forma explícita nuestro Antonio García Nossa, quien sí le puso, en cambio, atención a lo escrito por el liberal Benedetto Croce, discípulo de Antonio Labriola. Tampoco parece que hubiera atendido García Nossa, a otra víctima del orden político e intelectual bajo la égida de Stalin, Isaak Rubin, quien puede dar cuenta de los talentos de Marx en la lectura crítica y tendencial de la economía capitalista. 

Con todo, lo que señala Juan Ma, quien tuvo como jovencito que ver, cuando su padre recordó a los rebeldes y revolucionarios del MRL, que no se olvidaran que era, primero que todo, un burgués reformista, ayudan a iluminarle el camino al hoy presidente reelecto que es proclive hace 20 años de la tercera vía; y pronto traerá a sus gurús de las cuatro esquinas del hemisferio occidental.

domingo, 15 de junio de 2014

GANA SANTOS LA ELECCIÓN.
UN PUNTO DE QUIEBRE

                                                 Con el  94.65 por ciento, algo más de 80.000 mesas escrutadas, se afianza una tendencia nacional, que establece una diferencia del 5 por ciento de diferencia entre Santos, 7,366 millones y Zuluaga, 6,566 millones. Como se señalaba son Bogotá y la Costa los que establecen la diferencia defiinitiva. En votos ya se superan los 13 millones,  y  el voto en blanco parece que alcanzará el  5 por ciento. La abstención puede quedar en un 53 por ciento.


En Santander, el ganador será  Santos, y lo mismo ocurrirá en Nariño.  En los departamentos donde ganaba Zuluaga, sigue ganando en los departamentos de la región Antioqueña-caldense. Es posible que se alcance a los 16 millones del total de la votación.



Ha triunfado el proyecto de paz liberal, con el concurso de la izquierda y la democracia. Empieza una nueva época, y la guerra parece dar paso a la paz con condiciones, en la medida que el reclamo por la igualdad social pase de las mesas de votación a la concertación a lo largo y ancho de Colombia con los subalternos en sus tendencias armadas, Farc-ep y Eln;  y desarmadas, que animan la plural sociedad civil de abajo; y los sectores democráticos de la decisiva clase media que le da peso específico a los ejercicios de representación electoral.



Es la despedida del partido de la guerra, que tendrá que controlar el proceso de la paz desde el Congreso. Es la hora de la reconstrucción de Colombia, con el concurso de los muchos. Se abre el espacio  a la Constituyente Social.

sábado, 14 de junio de 2014


ENTRE VOTOS  Y GOLES, NO ES TIEMPO PARA DEVOTOS.

Miguel Angel Herrera Zgaib

                                            Hoy,  a las 11 am., la colombianidad, dividida en materia electoral, vistiendo camisetas tricolores, acostada, sentada en las casas o en sitios públicos, o con viva presencia en el estadio Minerao, de Belo Horizonte, dispondrá corazones, emociones y pronósticos en la idea que el equipo que orienta Pékerman nos ofrezca un parte de victoria, en medio de tanta derrota histórica por hacer de esta tierra una democracia real, de palabra y obra.

Desde el afónico Zuluaga, y su ventrílocuo en adelante hasta el Santos de "la tercera vía al capitalismo" estarán preparados para gritar los goles de Colombia; y murmurar en silencio, si los hay en contra, de los griegos, sucesores de Atenas y la cultura de la temprana "ilustración".

Aquí estamos viendo a los jóvenes descendientes de 26 siglos de los padres fundadores de la primera democracia; restringida, pero ejemplar, en la enseñanza que los seres humanos no dependemos de fuerzas exteriores, que dizque nos dictan como enrutar nuestras vidas, hasta derrumbarlas siguiendo a ciegas fantasmas e ilusiones, así se vistan de utopías.

Votos y Goles
                                            Los griegos han mordido el polvo, con honor de la destorcida capitalista que les ha arrebatado derechos sociales conquistados, antes y después de las dictaduras militares. Y un candidato de la izquierda, y un conjunto de parlamentarios mantienen la lucha política reivindicativa contra los ejercicios punitivos del gran capital transnacional.

La democracia del común da la pelea contra los rebrotes del fascismo/nazismo social en el seno de la Unión Europea, donde la extrema derecha y la izquierda democrática hicieron inocultable avance, mientras las fórmulas del centro socialista, de la tercera vía, recularon por su inconsecuencia política y social. Merkel, la heredera de la pareja Thatcher y Reagan no la pasa bien por otros días.

El Brasil de los juegos del hambre enfrenta también el recuerdo aciago de su catástrofe futbolera de 1950. Pero tiene ahora otras camadas, forjadas en la lucha contra el hambre, millones de pobres, trabajadores organizados, campesinos, gente de clase media, que no le come cuento a los embelecos de Cardoso y las cajas destempladas de Dilma Roussef, que le invirtió algo así como 90.000 millones de dólares al jogo bonito, cuando el milagro brasileño se angostó para los muchos como la piel de zapa del inolvidable Balzac.

A su manera, en las calles, ruge el descontento, y pueda que lo opaquen las gargantas al unísono en los estadios que se volvieron nuevos campos de concentración de la biopolítica, con cerco que los rodean con 3 kms de tierra de nadie, que los custodian las fuerzas del orden, para prevenir cualquier protesta.

Es como si estuviéramos a una reedición de lo que pasó en Seattle, y lo que ha aprendió de ello, allí y en Génova, el bloque dominante del capitalismo global, en lo que Negri y Hardt denunciaron en el año 2000, como la era imperial, regida por una ecuación antagónica, democracia  y guerra.

Colombia, su combinado, donde tres jugadores juegan en el país, y el resto por fuera, en el gran negocio global de la pos-industria cultural, que no alcanzaron a pensar los creadores de la escuela de Frankfurt, atesora la energía pulsional y la potencia constituyente de millones de compatriotas, que después de hoy, en pocas horas estarán decidiendo quién los mandará?

Será el representante del partido de la guerra, y  la tradición del capitalismo enfeudado, dependiente, que odia la reforma campesina, y la liberación de los "siervos de la tierra", o, por el contrario, con ironía y sarcasmo desmesurados, sortearán el acertijo de la paz, y pondrán condiciones a la paz neoliberal de Santos y sus aliados y conciliados de ocasión?

Lo cierto es que en la cancha de Minerao no serán ni los hijos de Zuluaga ni los de Santos los que harán los goles, o evitarán que los griegos los hagan en su valla. Será, en buena medida, el concurso de deportistas nacidos en los hogares de clase media y trabajadores.

Contra viento y marea han superado los límites de una sociedad de castas y privilegios, con ingenio y potencia, vuelven después de 16 años a ser sacerdotes de la más poderosa religión laica conocida, como que agrupa a 208 colectividades nacionales. Los dos equipos, sin embargo, en parte, reflejan lo que pasa en sus sociedades, carecen de timoneles conocidos.

No los tiene ni Grecia ni Colombia a la vista, porque quedaron lesionados en el camino hacia este mundial, cuando la explotación capitalista hace estragos en la humanidad de las grandes estrellas del balompié; y dónde el juego fuerte ha reemplazado a la habilidad y  la habilidad que impide la brutalidad del gladiador dañino y mañoso, una fórmula perversa que la competencia capitalista y el rendimiento estimulan hasta el paroxismo.

Así que ambos equipos, hoy a las 11 am., tendrán que echar mano, como en la vida política, a la creatividad, a la productividad de lo común, practicado entre singularidades para tejer la alegría del gol en la cancha, y potenciar la autonomía de ser individual y colectivo en los hogares a lado y lado del océano.

Un doble pronóstico
                                                                         Empecemos por el fútbol. Hoy, es posible que Grecia y Colombia empaten 1-1, o que si hay goles en el primer tiempo, Colombia logre obtener un triunfo 2-1.
En cualquier caso, mucho tendrá que ver con lo que haga el armador inspirado que conquiste la hegemonía, auto-organizando a los restantes 10 compañeros, en un escenario estratégico para quebrar a la más sólida defensa europea, cuando los griegos están ayunos de volantes y delanteros creativos suficientemente probados.

En cambio, la defensa colombiana es frágil, aunque tiene arqueros de altura y recursos notables en la zona en que el grito o el silencio juguetean en la garganta de los aficionados.

Cerremos con la política. Mañana, a las 5 de la tarde, como en el poema del inmortal romancero, Federico García Lorca, el registador Carlos Ariel Sánchez haciendo realidad una de las pocas promesas que en Colombia se cumplen, esto es, dando los resultados del pre-conteo sin que le falten mesas por escrutar.

Para entonces, sabremos, uno, si la votación se incrementó, cuando menos en 1 millón de votos, bajando la abstención de la primera vuelta; dos, si las lealtades prometidas por los adherentes de los candidatos derrotados han hecho caso a lo sugerido por sus liderazgos; tres, si la paz o la guerra, como en las anteriores cuatro presidencias es el asunto fundamental que preocupa a los colombianos que creen en la representación política como fórmula de resolver los conflictos.

Para luego, prepararse para acabar con la desigualdad social y los privilegios ancestrales; cuatro, si la no participación de los abstencionistas, y la activa de los que votan en blanco, o anulan su voto, supera el 50 por ciento, y deja abierta a cualquiera de los ganadores la ventana del control y  la  prudencia en el triunfo que obtengan.

Pero, ¿quién ganará? 

                                                 No sabemos que le han dicho los encuestadores privados a los candidatos en la contienda, pero, si la tendencia advertida en las 5 encuestas conocidas  ha capturado el alma variopinta de la nación, y la voluntad que la expresa, ganará la alternativa de paz con el respaldo de los cacaos del gran capital financiero; y el apoyo ancilar de una izquierda que fue inconsecuente en el tratamiento diferencial y claro de la alternativa de una paz democrática, y que ahora tiene que ser un socio de segunda en su obtención, pero clave para que la reacción guerrera con su cadena de errores y bestialidad no triunfe.

En cifras, pienso que el triunfo de Santos, de mantenerse el volumen de la votación anterior no superará los 200.000, y si hay un incremento de un millón alcanzará a una diferencia del medio millón de votos, y proporcional a tal incremento.

Fútbol y política se tocan, pero son trayectorias paralelas. Ambas son juegos de estrategia que apasionan, pero en el presente caso, en la política, los perfiles individuales de los "líderes políticos de ocasión" son personalidades de segunda, pero el "innovador relativo", apropiado para luchar por la hegemonía del bloque dominante sobre los subalternos no es el  candidato del uribismo, sino el portaestandarte tardío de la tercera vía,  el liberalismo socializante que coopta, en lo posible la marcha de la revolución democrática de los de abajo, sin los cuales su triunfo se tornará en amarga derrota.


En todo caso, tenemos que estar preparados con autonomía, para encarar cualquiera de los escenarios con un tercer imaginario, en apariencia minoritario, y sin clara representación, el imaginario de la paz democrática, cuyo contenido efectivo estará dado por el ejercicio multitudinario que se obtendrá en la dinámica de una constituyente social, que corrija las inconsecuencias del rumbo fijado en la Constitución de 1991, que, sin embargo, dejó la marca de una tarea a cumplir por los muchos de este país, "que la igualdad sea real y efectiva", más allá de las vicisitudes del orden estatal.

domingo, 1 de junio de 2014

Acefalia y la tormenta.
                                                                                                                                                      
Actitud frente a la tormenta


Existe lo que se da en llamar "actitud ante la tormenta". Cuando a uno lo alcanza un inesperado chaparrón, se puede hacer dos cosas: o bien se hecha a correr lo más rápido posible, o se pone uno a resguardo bajo los aleros de las casas que bordean el camino. De todas formas, siempre se terminara mojado.
Pero si uno se prepara mentalmente, y con anticipación, a la idea de quedar mojado, no se sentirá muy contrariado por la llegada de la lluvia.
Se puede aplicar beneficiosamente este principio a cualquier circunstancia.

HAGAKURE
Jocho Yamamoto



                                                                 Había una idea entremezclándose, mientras pequeños distractores emanados de un computador y las diminutas réplicas  que se hacían por algunas redes sociales hacían que esta idea no tomara forma (tal vez como él quería); sin embargo había cosas confusas que eran evidentes, además un aire desesperanzador en la jornada democrática. Esto ya era normal.

Sin embargo, Acefalia no lo superaba fácil; recordaba que en el estado de cosas actuales, la excepción se volvía normal. Todo anunciaba un ejercicio liberal de representación democrática, bueno tanto como lo permitían los distintos mecanismos de control, mecanismos del proceso como tal, los doctos sobre el tema y la elite educadora (un discurso suena a lo lejos). El encierro hacía que la idea recorriera, a pesar de los distractores; algo sigue recorriendo la cabeza sin tomar forma. En ese momento eran impulsos eléctricos que daban imágenes y palabras  dentro del cuerpo.

La confusión se hacía más presente, mientras la noche avanzaba dilatando el tiempo. Acefalia no entendía como un candidato que en los anteriores años había demostrado ser estratégico frente a la clase política; tenía un equipo el cual se podía calificar de envidiable; reduciendo a la oposición y calmando bríos con violencia donde los medios no podían  (o no querían) entrar y gran diplomacia frente a las cámaras.

Ahora este candidato que tiene a su disposición todo el parapeto económico y político, es decir, que puede ejercer el poder desde su gran capital a más de un flanco, había tenido una pobre actuación, dejando al candidato peor que el en ventaja; de todos modos ninguno de los dos era buena opción, la diferencia radicaba en la intensidad de la hediondez a muerte; el candidato de la actuación pobre se había conformado con un resultado que dejaba mucho que desear para sus condiciones. Por eso Acefalia se preguntaba: ¿qué paso con el estratega que en público y en secreto tiene más de un admirador? ¿dónde está la Maquinaria al servicio de la candidatura? 

Se sentía agotado, recordó las campañas, mientras se recostaba en la cama, en ese momento un televisor en el cuarto continuo anuncia resignación. Ahora todos eran expertos. Acefalia hizo una fuerte respiración en medio de libros hechos a un lado con su brazo, para poder recostarse, en todo momento el computador seguía encendido.

II


                                         Se echó mientras el ordenador seguía prendido. Acefalia miraba al techo y hacía más lenta la velocidad del aire que salía de sus pulmones, entonces comenzó a buscar algo de calma en ese ejercicio, con el fin de poder escuchar que era eso que se dibujaba, cuál era el sentido de las imágenes que parecían presentarse con tanto desorden.

Su cuerpo se puso algo frío, y  la serenidad iba en aumento, entonces lo atropellaron una serie de imágenes terribles que llegaron a su cabeza.  Aquel mandatario había entregado su puesto, su torpeza, las alianzas que eran inconvenientes para abonar electorado; la pelea declarada con el contendor que había sido ganador en esta ocasión, y el contraste con la falta de protagonismo propio.

Todo esto parecía acorde con una de tantas reuniones secretas en un bello cuarto con muebles clásicos, de colores claros con algo de dorado, y a la vez colores que combinaba con estos muebles en toda la decoración de aquel cuarto de reuniones (lámparas bellas que dibujaban pequeños espirales que terminaban en flores, pinturas de paisajes y una o dos de algún hecho histórico que se podían calificar de repudiable; contrastaban con un bello marco tallado a mano y restaurado posteriormente) de pronto unas palabras de inconformidad y gente poderosa que discute. 

Ahí se había acordado todo. Todo parecía acorde al escenario planteado. El presidente tenía que entregar su puesto. Un respiro fuerte se escuchó, Acefalia espero equivocarse y además de poder dormir rápido, el frio que sintió ahora lo hizo agarrar una cobija con su mano y llevarla a su cuerpo.


Anderson Hernández


EL SENTIDO COMÚN DESDE EL SEGUNDO PISO DESPUÉS DE LA  PRIMERA VUELTA DE ELECCIÓN PRESIDENCIAL COLOMBIANA DE 2014

Durlandy Orrego


                                                      Se dice por las calles del pueblo, que en esta oportunidad la campaña presidencial no fue tan sonada, porque no hubo ese inútil despliegue de carteles y volantes que sólo ensuciaban las ciudades. Efectivamente, el último debate de los Presidenciables, que se llevó a efecto por el canal RCN, en la noche del 22 de mayo, dejó ver la plausible elasticidad de los aspirantes a la presidencia que puso de relieve una nueva consideración por parte del común de la gente que no entona con las encuestas publicitarias.

La presentación de la aspirante Martha Lucía Ramírez, serena y coordina con su convicción religiosa, claramente tiene entendido que el aspecto de la moralidad es base fundamental de un buen gobierno, que el no al aborto, el no a la adopción por parte de homosexuales, el no a la muerte provocada en caso médicos extremos, cuya aprobación desmiembra conductas como la prostitución juvenil; la irresponsabilidad paternal, la ausencia de respeto a la vida, las que atentan contra la existencia y protección de la familia, los derechos fundamentales de la vida y la igualdad, los cuales son la piedra angular de todo estado de derecho.

La postura seria y segura de la candidata ante estos  tópicos, la levanta sobre los demás candidatos, en la medida que responde a la añoranza del común de la comunidad cristiana y católica colombiana que es mayoritaria, de restablecer los valores morales que han desembocado en la grave corrupción, delincuencia, y desajuste social de este tiempo. 

Mientras que la candidata burguesa del Polo Democrático-Unión Patriótica, desde ya, preventivamente, inclinó su programa hacia el bando del Presidente Santos, con el continuismo que puso de presente. Y si piensa enviar a su esposo de vacaciones para gobernar, no sería de extrañar que mande el país a Caracas o la Habana, para que desde allí se gobierne Colombia. Pues no habría siquiera acierto en la consideración que de detrás de un gran hombre hay una gran mujer,  porque la mujer cuando gobierna dice el común de la gente, se le sube los humos, por lo que es corriente los gobiernos totalitarios, como ejemplo, los períodos Victoriano, Isabelino, incluyendo las más actual Margaret Thatcher, la primer ministra alemán, Corazón Aquino o el descalabro nicaragüense de Violeta.

No en vano, Jesús advierte, que el hombre es cabeza de la mujer, y ordena, nunca mande la mujer al hombre, y cómo no obedecerle, cuando el feminismo llenó de homosexuales el planeta civilizado, dejó los hijos al amparo de los hombres, quienes como machos frustrados nunca harán idóneamente la labor de educar, para lo que está hábilmente dotada la mujer, y sin la cual, todo proyecto de educación es iluso, entre otras  consideraciones por las que no es óptimo el gobierno de las mujeres sino en el interior de sus hogares.

El feminismo no salvó a la mujer sino ha destruido a la familia y por ende a la sociedad. No es que la mujer no sea lo suficientemente inteligente para desempeñar cargos de dirección, claro que sí, pero debe hacerlo respetando esa natural predisposición del hombre, que es ágil, dialéctico y objetivo, quizá porque su aparato pasional se lo colocó Dios al exterior y no al interior como a la mujer, por lo que ésta, está condenada a la pasión en sus sentimientos, pensamientos y discursos.  Es notable, la diferencia del discurrir masculino, así sea muy pasional con el de la mujer, que asume toda discusión como si se tratara de una contienda. Aunque en este aspecto, la heredera de la aristocrática familia López, educados para gobernar, ha aprendido a expresar sus ideas sin apasionamientos. 

La mujer gobierna sin estar en el frente, ejemplo típico en nuestro país, Berta de Ospina, y si observemos la primera dama de César Gaviria, quien llegó a la presidencia sin ningún pronóstico histórico y de allí se elevó a presidir la OEA, teniendo a su derecha una mujer ilustre, dinámica, carismática que provocó escándalo al contradecir las excesivas costumbres del protocolo presidencial,  sustituidas por la sólo necesaria formalidad, a la que le ganó la comodidad  y sencillez.

Los hijos necesitan la calidez y rigidez de las madres ocupadas en su esmerada educación. De las que quedan hoy unas pocas, quienes extenuadas de sus labores de oficina llegan a sus hogares a continuar con las labores domésticas, y a hacer tareas con sus hijos hasta largas horas de la noche. Estos hijos no gritan a sus madres ni las amenazan con denunciarlas por violar sus derechos cuando los corrige, sino que las guardan profundo respeto y admiración. Pero esta clase de madres son las menos, las más cambian la compañía de sus hijos por regalos, por permisiones, por alcahuetería, y cada vez, la descomposición social eleva este género de hogares, que ha traído consigo la hecatombe de corrupción que anega todas nuestras instituciones.

No sólo el feminismo sacó a las mujeres de sus hogares sin la cada vez mayor codicia de los pocos ricos, quienes insisten en mantener bajos salarios que no alcanzan a cubrir el gasto en que incurre cada familia.

Sobre todos estos aspectos es que debe elevarse el debate político, sobre corregir estos errores históricos, desplegarse con seriedad y trascendencia su actividad en las reformas de la educación y de la justicia, enmendando las leyes que han mandado al traste la autoridad de los padres, la autoridad de los maestros, el respeto a los superiores y a la ley, que han hecho de los niños sujetos de acciones delictiva que quedan impunes mientras esconden sus verdaderos autores, pero los tópicos son otros, si la minería es artesanal o industrial, si inmiscuirse en la política del vecino país o no, y otros aspectos de menor alcurnia que sólo por la buena voluntad y clara decisión de una persona sensata tienen pronta solución.

La postura del aspirante Oscar Iván Zuluaga, es meritoria por la concreción de su exposición. Responde con suma fluidez dando soluciones concretas a las preguntas formuladas, poniendo de manifiesto un extenso conocimiento del quehacer nacional, de las necesidades y aspiraciones del pueblo colombiano, pero lamentablemente, por haber resultado inmerso en esa consuetudinaria y deshonrosa   actividad de fondos ilícitos en las campañas políticas, bajó su popularidad, pues sería sin dudas, el próximo presidente de la república, ya que tiene bien claro que la paz es el producto de la justicia social, y no el resultado de unos diálogos de dos bandos enfrentados en diálogos oscuros durante tanto tiempo.

En Colombia tenemos una genética social del diálogo con los insurgentes, porque mueren unos cabecillas y los heredan otros, tanto en un bando como en el otro, que parece ser una historia sin fin, por lo que no se considera un gran acierto, por ejemplo, haber pactado    con los narcotraficantes guerrilleros que ya no van a traficar más, sino más bien un acto vergonzante, que en lugar de extraditarlos, estén sentándose a la mesa con delincuentes de esa envergadura. Este debate subió la población votante  a su favor.

El Doctor Enrique Peñaloza, defraudó porque con su comportamiento se inscribió en la tradicional inútil revancha entre candidatos, y salvo, su postura como ferviente protector del ambiente, no presentó ninguna idea renovadora.

El doctor Santos atinó en concretar sobre los aspectos de su actividad gubernamental notoria, su labor en el campo de la educación, su trabajo en relaciones internacionales, su labor de proveer vivienda gratis o a muy bajos precios a personas de estratos 1 y 2, la disminución en el índice de desempleo, pese a la desmesurada corrupción de este país, donde a pleno siglo XXI, hay gamonales que suben y bajan alcaldes, guardan el archivo del municipio en su casa, y ejecutan el presupuesto conforme sus propios intereses, como ocurre en este pueblo de Nilo.

Pero no fue acertada su confrontación con el candidato Zuluaga, que  reproduce esa tradicional manía politiquera de la pelea, la revancha, el ataque etc., de la que está cansada la gente y hace escéptica la sociedad civil, reproduciendo la convicción del pueblo, que es sólo un oligarca más, interesado en continuar comiéndose la torta del poder.

Pero su peor error estuvo al responder que no traicionó al doctor Uribe sino a la corrupción, porque olvidó, que era miembro clave en el engranaje de gobierno del doctor Uribe, con lo que implícitamente, afirmó que era un corrupto. Y su gestión diplomática exitosa, fue gracias al conflicto armado en pro de la paz de Colombia en el gobierno que tan vehemente ataca, en el que fue ministro de Defensa.

E igualmente, fue una equivocación, al mencionar como  éxito suyo la creación del Ministerio de Justicia, toda vez que éste existía y el Doctor Santos hacía parte del gobierno que lo suprimió, gran desacierto como la supresión del Ministerio de Trabajo, del gobierno de Uribe.

En el orden legal existe la figura jurídica de la Revocatoria Directa, que concede a las autoridades la opción de revisar sus actos y enmendarlos mediante unos nuevos. En nuestro credo religioso, está la posibilidad de confesarnos y enmendar nuestros errores.  Debe el  señor Presidente,  revestirse de grandeza de espíritu, y en lugar de esa guerra con su antiguo amigo y coadministrador, invitarlo a la paz. Dar el ejemplo de ser el primer pacifista, pues dijo, que se hace la paz con el enemigo, y así considera al Doctor Uribe, y si una vez comieron en una mesa, y hace 4 años rompieron cobijas, debe ser inteligente, reconociéndole sus aciertos, porque los tiene, y empezar por casa lo que espera lograr en la Habana, con cuya conducta atraería no sólo la voluntad de la gente sino que se haría a un socio poderoso en la construcción de todos sus proyectos políticos.

Y por cierto, el Tratado de Paz,  también es objeto de revisión, donde debería quedar claro, el límite final en cuanto una fecha determinada para los diálogos, y efectivamente, acordar sancionar los crímenes atroces, porque cuando no se castiga al necio, dice Dios, sigue cometiendo errores, y cada vez más graves. La impunidad ataca la raíz de la justicia, y deja sin piso jurídico los siglos de evolución del derecho, donde se concluyó que la pena es reeducadora, resocializadora y preventiva, porque con su aplicación hace temer a la comunidad,  que se abstiene de delinquir para impedirla.

De modo, que el debate político televisado reformó el cálculo de votación, donde muy seguramente, entrarán en riña la votación a favor del Presidente, Zuleta y Ramírez, en equilibrio de  votación, y sin duda, sacaron del panorama a los aspirantes del Centro Izquierda. El conservatismo y el liberalismo continúan liderando el juego del poder del estado colombiano.

Nilo, mayo 23 de 2014