miércoles, 18 de noviembre de 2020

  1.  SERIE "LOS APESTADOS". Primera parte.
  2. EL NUEVO CURSO DE LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA EN LA UNIÓN AMERICANA.
  3. Miguel Angel Herrera Zgaib, PhD.
  4. Director XVI Seminario Internacional Gramsci, 9-13/10/20.

  5. “Son los votantes los que deciden el ganador de una elección, no el presidente ni el Fiscal General…No hemos visto evidencia alguna de algo que pueda interferir en que se certifiquen los resultados…” Carta de exveteranos del Departamento de Justicia de los EUA.

  6. “Esto es parte de una maquinaria corrupta de los demócratas…Están haciendo trampa”. Tuit de Donald Trump, presidente.
  7. “Dicen que son las elecciones más fraudulentas de la historia de EEUU. ¿Quién? ¡El propio presidente que está a cargo ahora!” Alí Jamenei, Ayatollah de Irán.

  8. Comparando con la historia de los Estados Unidos de Colombia
  9. En los escenarios electorales del presidencialismo más prosaico, como Colombia, las elecciones quedan resueltas de un día para otro. Más aún, no existen las encuestas a boca de urna, para dizque no influir sobre los votantes indecisos. Tampoco se permite el voto de las fuerzas armadas para evitar que se “politicen” desde el año 1958.

  10. Esta última, es una decisión por la que aún se honra la memoria del patricio liberal, Alberto Lleras Camargo, peón de brega internacional de los Estados Unidos, desde la segunda posguerra. Padre cofundador de la fórmula consociacional del Frente Nacional, estudiada por Jonathan Hartlyn, a la cual Lleras añadió el carácter no deliberante de las FF.AA, que defendió en el discurso del Teatro Patria en diciembre de 1958.

  11. No es el caso del republicanismo liberal estadounidense, donde la elección presidencial pasada es ahora bloqueada por el presidente Trump, quien aspira a ser reelegido, y con un mes de antelación al 3 de noviembre, como mínimo, empezó a alertar sobre un fraude que se preparaba.

  12. Según él, a través del servicio postal nacional, porque los ciudadanos, con millones de votos por correo, para elegir presidente y congresistas. Después, el bravucón Trump acompañado del fiscal general, William Barr, el más obsecuente mayordomo del presidente, no esperó a que todos los estados de la Unión certifiquen los resultados, lo cual ocurrirá el próximo 8 de diciembre.

  13. Hasta ahora el triunfo tiene que ver con el conteo y tendencias difundidas a través de los medios de comunicación. Sin embargo, la VOA sigue hablando de “proyección, no de triunfo”. Los demás medios bloquearon de forma instantánea el decir del presidente Trump, cuando buscó denunciar un fraude, sin mostrar prueba alguna, ante la audiencia nacional.

  14. En lugar claro está, de aceptar la derrota, o esperarse a lo decidido por el conteo definitivo, acudir a las cortes estatales, y luego a la instancia superior de la CSJ. Por el contrario, Donaldo ha movilizado el poder ejecutivo y los organismos complementarios a su alcance.
  15. A lo anterior, ya sumó el primer despido, el del secretario de defensa, Mark Esper, quien se negó a movilizar el ejército para contener los disturbios raciales que estallaron en varios estados, a raíz del asesinato de George Floyd. Éste es el primero de una cadena de despidos.

  16. Sí ha logrado que el líder de la mayoría del senado, Mitch McConnell, quien conforme a los resultados conocidos, aspira a mantenerse al frente del Congreso, señala que “Donald Trump está 100% en su derecho de investigar cualquier posible irregularidad en la votación…y no tiene la obligación de aceptar las proyecciones de los medios.” (Ver ET, 10/11/20, p. 1.8)

  17. El fiscal en virtud de su poder ordenó a los funcionarios de este organismo de la rama ejecutiva que investiguen un supuesto fraude en las elecciones. A lo anterior se sumó la orden presidencial perentoria de no colaborar en la transición de poder, e impedir el acceso del Joe Biden y su staff al Departamento de Estado. Es una actuación casi sin precedentes en la historia de la república recreada en la Convención Constitucional de Filadefia del 14 de mayo al 17 de septiembre de 1787.

  18. En presidencialismos como el colombiano, la expectación baja, mientras los perdedores saben que lo pierden todo. Después el ganador ocupa el trono ejecutivo de una monarquía constitucional que no tiene pesos ni contrapesos.

  19. Así empezó a diseñarse, con alcances nacionales en la Constitución de 1886, en lo político jurídico superestructural, que extirpó las veleidades del federalismo decimonónico. Antes, éste jugó a la elección indirecta de los colegios electorales durante gran parte del siglo XIX, con hitos en los años 1843, 1849, cuando aquella votación tuvo que refrendarse con el voto del Congreso.

  20. De ahí la célebre frase del líder conservador Mariano Ospina Rodríguez, presionado por la movilización de las Sociedades Democráticas contra el hirsuto libre cambismo y la esclavitud, que apoyaron primero a López: “Voto por José Hilario López para que no se asesine al Congreso”.

  21. La seguidilla continuó en 1858, después que se reprimió en 1854, el golpe de José María Melo, el general bolivariano, quien gobernó por pocos meses con el apoyo de los artesanos, las Sociedades Democráticas, y parte del ejército. Hasta su derrota por el bipartidismo que se inaugura en contra de cualquier oposición política con raíces subalternas populares.

  22. La elección colegiada la coronó la Constitución de Rionegro de 1863. Recuerda el editorialista Alfonso Gómez Méndez, y señala que aquella prescribía que el presidente era elegido por el voto de los Estados. Esto en el presidencialismo original de factura estadounidense quiere decir: el voto mayoritario de los Colegios electorales de los Estados de la Unión, como sigue operando allí hasta el pasado 3 de noviembre.

  23. Más aún, después del 63, para Colombia la Constitución reaccionaria y centralista de 1886 no se atrevía a prescindir de las que denominó “asambleas electorales”, nunca voto universal y directo. Caro, Núñez y Samper trataron de preservar una republiqueta que vestía las lúgubres galas de una monarquía constitucional.

  24. El maquillaje “federal” se mantuvo hasta el año de 1904. Para favorecer la elección de un cuasidictador, el general Rafael Reyes. Instrumentalizaron los votos de la provincia de Padilla, hoy departamento de la Guajira, con el uso descarado de las actas en blanco, que llenó “aplicadísimo” Juanito Iguarán para derrotar al fin, a otro general de prosapia azul, a Joaquín F. Vélez.

  25. Pero la vieja Constitución del 86 tiene una prolongación extra, un apéndice cancerígeno, después de derogada en 1991. Bajo la fórmula del estado ampliado, es decir el complejo de sociedad política más sociedad civil, su necesario correlato supérstite en el Código Civil, que rige las relaciones entre privados en la sociedad civil; en el ámbito de ejercicio de la libertad negativa de las personas, que se agrupan en los llamados “organismos privados”.

  26. Es lo que decía Gramsci en sus Cuadernos de la cárcel, cuando analizaba el proceso de desarrollo del estado y la nación italianas. Dicho Código es ahora objeto de debate, en términos de ajustar la institución de la propiedad privada y sus ramificaciones a los imperativos del nuevo tiempo. Por lo pronto es una iniciativa en la que interlocuta la academia con el Ministerio de Justicia, mientras sufre los embates de la Intergremial.

  27. En términos de tareas históricas incumplidas, recordemos las revelaciones de las ex Farc y su arrepentimiento como los responsables de la muerte de Álvaro Gómez Hurtado, y Chucho Bejarano. Los dos eran extremos en el entendimiento de la regulación de la propiedad privada.

  28. Después de 130 años, queda claro que aún no zanjamos el problema de acordar las reglas de lo fundamental, esto es, el modo de producir y reproducir las condiciones de existencia de la sociedad abigarrada, - en palabras de René Zavaleta -, que sigue siendo Colombia en el tercer milenio.

Porque los grupos y clases subalternas, esto es, el país nacional de Jorge Eliécer Gaitán, ha estado dominado, casi nunca dirigido de manera consensuada, por caudillos y jefes, después de la Campaña libertadora de 1819.


miércoles, 4 de noviembre de 2020

 ¿POR QUÉ PUEDE GANAR JOE BIDEN?

Miguel Ángel Herrera Zgaib, PhD.

Director Grupo Presidencialismo y Participación

Director Seminario Internacional Gramsci.

 

Aclaraciones útiles

“La política de Trump tiene dos ejes básicos. E l primero es el nativismo…Quiere un país más blanco y, como sabe, acá los latinos no somos considerados blancos. El segundo es bastante cínico. Si bien quiere los votos en la Florida y usa una retórica muy dura…para demostrar que está contra del socialismo o el castrochavismo, no tiene muchos resultados que mostrar…” Dan Restrepo, exasesor de seguridad para el hemisferio Occidental de B. Obama, ET, 28/10/20, p. 1,21.

A cuatro días de resolver en las urnas, quién será el presidente de los Estados Unidos, algo más de la tercera parte de los estadounidenses ya votaron, y lo hicieron por correo. A pesar de las advertencias intimidatorias del presidente en funciones, quien insistió con la estrategia de las fake news, que allí podía incubarse el fraude que burlara el querer de la mayoría del pueblo.

Sin embargo, a la fecha, la opinión pública nada sabe, en forma directa, quién puntea en este anticipo, pero sí existe como en Bolivia, la autorización para auscultar las preferencias de la ciudadanía a boca de urna.

De otra parte, ya van dos veces, la primera en el año 2000, y la segunda en 2016, al ser electo Donald Trump, que el voto popular derrota al electorado republicano. En la última elección presidencial, Hillary Clinton lo aventajó en más de 3 millones de votos.

Pero, no ocurre lo mismo en los votos de los colegios electorales, donde la mayoría ha favorecido al partido del que fuera miembro activo, nadie menos que Abraham Lincoln, durante la segunda mitad del siglo XIX. Y en estos casos, para los estudiosos y especialistas en campañas, está claro cuáles son los estados que sostenidamente votan demócrata y republicano.

Ellos conocen también aquellos estados que pendulan entre uno y otro partido. Es allí, por supuesto, donde las últimas energías de cada campaña están concentradas en persuadir casa por casa a los potenciales votantes. Por eso, la Florida, que elige 29 delegados, está siendo visitada por los candidatos, y bombardeada con propaganda, para inclinar la balanza a su favor.

Los dos perfiles

Es un duelo a muerte en la Florida. Porque ya pasó en el año 2000, cuando Al Gore reclamó la revisión, y, en definitiva, la CSJ, convalidó la votación a favor de Bush. Eso sí, con el salvamento de voto de la magistrada Bader Ginsburg, quien falleció este año, y fue reemplazada por una cristiana fundamentalista, postulada por Trump, y que le da a los republicanos una mayoría de 6 a 3.

Sabido es que Donald tiene u mansión de descanso, en Lago A Mar, en el sur de la Florida. Se ha dedicado a cortejar a cubanos, venezolanos, nicarangüenses y colombianos con sus dosis de propaganda provocadora.

A todos ellos les repite, casi les grita, que no pueden votar por Biden, que es un socialista, y al electorado colombiano que Biden está con Petro, y que éste es castro-chavista. Pero, claro, poco o nada dice de las cosas más definitivas de nuevos votantes latinos, las que tienen que ver con su permanencia legal en suelo americano, y los apoyos concretos para los dreamers.

En cuanto a Joe, quien fue la fórmula de Obama, tiene fama de moderado, y una carrera en el congreso de 54 años. Pero, en cambio su edad es 78 años, y cuando habla en las campañas con contadas excepciones, no luce vigoroso, mucho menos vital, con la pinta de un blanco de clase media bien educado, atildado y medido en sus palabras, con poco chance de despertar pasiones en sus electores.

Las locuras de Trump en política exterior, en particular, la guerra que ha cazado con el gigante asiático, China, su gran rival comercial, contrastan con Joe Biden y su presencia en los 40 años en política exterior de Estados Unidos, donde la sensatez es la medida, un poco en la tradición inaugurada en la primera posguerra por el presidente Woodrow Wilson, padre de La Sociedad de las naciones.

Sin embargo, Trump le espeta, cada que puede, por todos los medios, que Obama y él no hicieron nada; que, por el contrario, dejaron atrás a los Estados Unidos en el área de defensa, ante enemigos cada vez más poderosos y temerarios.

En materia de migración, uno y otro están en orillas extremas. Así se verá cuando electos, ignoren o cumplan sus promesas. A Trump poco le importará porque ya habrá sido dos veces presidente. Según el exasesor de seguridad, Dan Restrepo, hijo de padre colombiano, la migración Biden no la impedirá, sino la modulará. Aunque conviene recordar que Obama hizo retornar a millares de migrantes de América Latina.

Respecto a Colombia, Biden se destacó por el apoyo al Plan Colombia, un ejercicio contrainsurgente que aparecía para combatir el narcotráfico, pero en verdad estaba dirigido a respaldar la acción contrainsurgente del gobierno colombiano, para someter a las guerrillas, y en particular, a la más poderosa y amenazante, las Farc-Ep.

Con relación a Venezuela, no promete ni amenaza como Trump con acciones violentas, pero, en cambio, Biden insistirá en lo que intentaron España y la UE, buscar una conversación entre los enemigos y adversarios, con los apoyos regionales de parte y parte, y buscando no causarle más males a la población común con embargos y bloqueos.

Y de Colombia, ¿qué?

“Lo que estamos viendo es la participación activa de un partido político colombiano, o al menos de algunos de sus miembros, apoyando la candidatura de Trump.” Dan Restrepo, ET.

El presidente Iván Duque, ante los llamados de atención del embajador de Estados Unidos en Colombia, respondió a través de la cancillería que no había actuaciones ni favorecimientos de parte del personal en funciones diplomáticas en ese territorio. En particular, se había sido insistente en el cabildeo y activismo del embajador Francisco Santos por favorecer la campaña de Donald Trump.

Desde los tiempos del réspice polum, Colombia ha mirado a los Estados Unidos con reverencia, echando en saco roto las advertencias “sabias” de Simón Bolívar, y durante el siglo XX y el corriente, siempre ha dado muestras de considerar al gobierno de la potencia del norte como su mejor amigo, aunque éste lo ignore, y más de una vez, lo chantajee o lo intimide, como pasó con este gobierno, al que Trump amenazó con descertificar por el crecimiento de los cultivos ilícito, y a la postre, lo dejó bajo observación.

Biden exhibe en su expediente con Colombia, el haber propiciado la firma del tratado bilateral de libre comercio, cuando hubo la oposición cerrada a la iniciativa de Las Américas, promovida por Bill Clinton, en paralelo con el Plan Colombia, y la cual fue sepultada en Mar del Plata, bajo la conducción principal del Cdte Chávez, con su proyecto Unasur e iniciativas complementarias, de las que ya queda poco, casi nada.

Estas iniciativas de independencia subcontinental fueron arrasadas por la caída del petróleo en los mercados internacionales; a lo que contribuyó, en parte, el efecto dumping hecho desde Estados Unidos, al utilizar el fracking en esta guerra por los mercados del crudo, el control de su precio y el apoderamiento de los recursos no renovables.

Ante dos males, ¿cuál es el menor?

De cara a los resultados electorales del 3 de noviembre, Colombia, más allá de las preferencias, enfrenta una elección histórica, por donde se quiera que se le mire. Solo que encarnada por dos candidaturas mediocres, y una, la de Donald Trump, descarada, desvergonzadamente mentirosa.

Ahora bien, en materia de fortaleza para enfrentar la pandemia y una posible depresión económica juntas, el más firme, a ojos vistas, es Joe Biden, quien no ha sido impactado por el Covid-19; sin embargo, Trump lo fue y se ufana de haberse recuperado pronto, luego de haber “hecho fieros”, con el no uso del tapabocas en lugares públicos, e insistiendo en que la economía va primero que todo.

La pandemia ha dejado en EUA el rosario de más de 9 millones de contagiados, y el mayor número de víctimas comparando el total de la población, según lo establecen las estadísticas de Johs Hopkins a la fecha. Con todo y todo, Trump insiste ante propios y extraños que pronto estará lista la vacuna, que se distribuirá, en primer lugar a su gente. Biden, moviéndose en la “aura mediocritas”, es prudente con los vaticinios, y respeta los dictados del médico de la nación, a quien Trump promete que retirará una vez pase el trago amargo de la elección.

Él recuerda todos los errores y horrores cometidos por esta administración, recordando lo dicho por el doctor Fauci, el médico de la nación, una especie de enfant terrible que enfrenta los desplantes criminales del niño rico que insiste en reelegirse.

Uno y otro son funcionarios al servicio de la república imperial, en decadencia, pero todavía poderosa, la más poderosa en materia militar, con el más grande mercado, y con uno de los más altos índices de ingreso per capita, en condiciones de gran pobreza y desigualdad, en todo caso.

Pero, es cierto que durante la administración Trump logró bajar los índices de desempleo de manera notoria, hasta que llegó la pandemia, y descubrió los empleos chatarra, que convierten a “la clase media” en flor de un día, que al otro se marchita en la pobreza.

Un indicio notable

“Usted es un verdadero líder para la región y representa la dignidad de todos los pueblos del hemisferio”. Mike Pompeo, en su visita al presidente Duque

“Mike Pompeo anda en una gira guerrerista contra Venezuela, pero le ha salido el tiro por la culata.” Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, ET 20/9/20, p. 1.9

Si del gobierno colombiano se tratara, claro está, hace rato, el favorecimiento por Duque y su coalición al triunfo de Trump. Ese ademán se hizo notorio con la visita del secretario de estado, Mike Pompeo, a Bogotá, de pocas horas, donde estuvieron conversando en el palacio de Nariño.

Para entonces ya estaba, sin permiso del senado de Colombia, un contingente militar estadounidense, que venía en plan de reeditar una segunda versión del Plan Colombia, a la vez que contribuir con la lucha contra-guerrillera a la chita callando.

Como si fuera poco, Pompeo se permitió “liberar” la siguiente perla, “Los Estados Unidos agradecen su ayuda en la lucha contra Hezbolá en el hemisferio”. Dicho en otros términos, la disposición estratégica del gobierno de Colombia en contra Irán, en la medida en que a éste su enemigo, el gobierno de los EUA, lo asocia con el respaldo que le brinda a Hezbolá en el Líbano.

Como si fuera poco, la retórica reaccionaria de Duque, convalida la fórmula pendenciera del socio que quiere ser reelecto, cuando repite que Maduro es “un criminal de lesa humanidad”.

Bueno, esta semana, a propósito del vecino Venezuela ha habido dos hechos significativos, la huída de Leopoldo López, y el disparo de un misil sobre una refinería venezolana, este jueves. A 4 días de las elecciones en Estados Unidos. En otras palabras, los aliados de los opositores al gobierno de Maduro, no serán los que favorezcan el voto por Biden.

¿Por quién me inclino?

Esta vez, con todo lo dicho, y sopesado aquí, me inclino, en términos de conveniencia, por la verdad en materia de relaciones internacionales, en la urgencia de que Estados Unidos modifique su estructura electoral, y permita que la democracia fluya sin talanqueras.

Pero, por lo pronto, que la locura global no se apodere del mundo, con  los juegos de guerra comercial y militar que practica esta peligrosa versión de “Daniel el travieso.” Es importante que Joe Biden sea favorecido por el voto de la sensatez en política exterior.

Sobre todo,  es necesario que haya, de una vez por todas, un trato decente y recíproco con los migrantes que han hecho posible la existencia de una gran nación diversa y dispuesta al desarrollo de la ciencia, el arte y la técnica. Y ahora, más proclive que nunca, a la causa del socialismo con democracia.

 Porque así lo quieren los jóvenes, las mujeres, las minorías y los más pobres. Biden y Harris, pueden ser la dupla que cumpla con esa misión y desafío históricos a la vista. Es lo que corresponde al pacto celebrado con el candidato independiente Bernie Sanders, portaestandarte de estas reivindicaciones tantas veces aplazadas, desde la dramática convención de Chicago de 1968, que se recuerda por estos días en Netflix con el Juicio a los 7 de Chicago, que vale la pena repasar con rigor crítico en este puente.