jueves, 27 de octubre de 2011

El estudiante de Derecho, Manuel Aguilar de la Unal, nos remite este comunicado del Colectivo José Alvear Restrepo, objeto de disputas y señalamientos en estos días, frente a denuncias por haber representado a supuestas víctimas de la masacre de Mapiripán, de la cual existe una dramatización y un relato hecho por el periodista italiano Guido Piccoli. Estamos ahora a la expectativa de la verdad que se determine a partir de las versiones encontradas con la hecha pública por la Fiscalía General de la Nación. N de la R.


El Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo” -CCAJAR-, en relación a la información de prensa relativa a supuestos hechos revelados en el día de ayer, en el marco de una audiencia del procedimiento de “Justicia y Paz”, sobre la “Masacre de Mapiripán”, se permite poner en conocimiento de la opinión pública que:

  1. En el marco de su labor de defensa de los derechos humanos, apoderó a nivel nacional e internacional a cinco grupos de personas que se identificaron como familiares de víctimas de ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzada y desplazamiento forzado en los hechos ocurridos entre el 15 y 20 de julio de 1997, conocidos como la Masacre de Mapiripán. Entre las víctimas apoderadas se encuentra la señora Mariela Contreras y su familia, quien fue reconocida igualmente como víctima en las instancias nacionales, con posterioridad a que rindiera declaración ante la Fiscalía General de la Nación.
  2. Nuestra actuación ante la Comisión y Corte Interamericana de Derechos Humanos, que culminó con sentencia contra el Estado de Colombia en septiembre de 2005, se basó en las declaraciones de las víctimas y las decisiones de tribunales nacionales a nivel penal, disciplinario y contencioso administrativo, que fueron tenidas en cuenta por el Estado de Colombia para reconocer el 4 de marzo de 2005, su responsabilidad internacional por la Masacre de Mapiripán en los siguientes términos:

    “[…] con fundamento en las decisiones proferidas por las autoridades jurisdiccionales y disciplinarias internas, y por los hechos ocurridos en el municipio de Mapiripán entre el 15 y 20 de julio de 1997, manifiesta pública y expresamente lo siguiente: 2. Reconoce su responsabilidad internacional por los artículos 4(1), 5(1) y 5(2) y, 7(1) y 7 (2)

  3. En su decisión la Corte Interamericana, consideró que, “La metodología empleada en la ejecución de la masacre y la destrucción de los cuerpos de las víctimas, sumados al terror sembrado entre los habitantes sobrevivientes de Mapiripán para causar su desplazamiento, han obstaculizado la plena identificación de las víctimas de la masacre, a pesar del hecho que existe certeza sobre el elevado número de personas torturadas y asesinadas durante esos días de julio de 1997 (párr.96.47)”.
  4. En virtud de esta parcial indeterminación, el Tribunal Interamericano estableció la obligación de identificar plenamente a las víctimas, extendiendo este deber a personas que se mencionaron como posibles víctimas, pero respecto de las cuales solo se conocían sus apodos. La Corte reiteró que resulta,

    “indispensable que para efectos, de las reparaciones, el Estado individualice e identifique las víctimas ejecutadas y desaparecidas, así como sus familiares (…) El Estado deberá completar dichas labores, así como cualquier otra que resulte necesaria, para lo cual deberá emplear todos los medios técnicos y científicos posibles, tomando en cuenta las normas pertinentes en la materia, tales como las establecidas en el Manual de Naciones Unidas sobre la Prevención e Investigación Efectiva de Ejecuciones Extrajudiciales, Arbitrarias y Sumarias”. (párr.305)

  5. En efecto, el número de víctimas mencionado en decisiones nacionales y establecido como número tentativo por el Tribunal Interamericano, se fundamenta en testimonios de una pluralidad de víctimas y en el reconocimiento que en su momento hiciese el cabecilla paramilitar Carlos Castaño Gil. Es necesario señalar que en el presente caso, el también paramilitar Gilberto Cuellar confesó su participación en los hechos y adujo que las personas asesinadas fueron más de veinte. El Juez de Mapiripán Leonardo Cortés, testigo de los hechos refirió ante instancias judiciales que fueron varias decenas las víctimas.

    De acuerdo con la sentencia de la Corte Interamericana, 96.49 Al respecto, la propia Unidad Nacional de Derechos Humanos de la Fiscalía General de la Nación manifestó que:

    […] una vez consumada la masacre de Mapiripán [fue] el mismo Carlos Castaño Gil quien ante los medios de comunicación y como “parte de victoria” indic[ó] que fueron 49 las personas dadas de baja en la incursión paramilitar en Mapiripán, lo que permite establecer en forma tentativa un número estimado de víctimas, afirmación que apoyada en la del doctor Leonardo Iván Cortés Novoa al destacar éste que fueron aproximadamente 26 las personas asesinadas y desaparecidas, y que sumados a los informes de inteligencia realizados por miembros de la fuerza pública que se encontraban desarrollando labores encubierta en la zona, señalan que fueron 30 aproximadamente, además de lo sostenido por el mismo confeso paramilitar José Pastor Gaitán Ávila que refiere haber contado 23 personas asesinadas. Lo expresado permite así advertir que las víctimas fueron en gran número, que no pudo ser menos de veinte. […]

  6. Con fundamento en la decisión internacional y el Mecanismo Oficial de Seguimiento MOS, establecido por la propia sentencia, el CCAJAR ha insistido en la identificación plena de las víctimas, obligación y atribución que corresponde exclusivamente a la Fiscalía General de la Nación, que no ha sido satisfecha plenamente, tal como lo ha señalado la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
  7. El CCAJAR recuerda que en casos de graves violaciones de derechos humanos la obligación de investigar corresponde al Estado y no a las víctimas ni a sus representantes legales.
  8. Los abogados y abogadas del CCAJAR, siempre hemos actuado de entera buena fe, y creemos y seguiremos creyendo en la buena fe de las víctimas. En consecuencia, para el presente caso, asumimos la representación judicial de aquellas personas que se declararon como afectadas por la Masacre de Mapiripán, rindieron voluntariamente sus declaraciones ante notario público, y dadas las circunstancias en que se enmarcaron los hechos, resultaron consistentes con lo establecido judicialmente y las diferentes narrativas acerca de lo ocurrido.
  9. Si algún o algunos demandantes, solicitaron su reconocimiento como víctimas sin serlo, ello debe ser establecido por la autoridad judicial correspondiente, la cual determinará la respectiva responsabilidad penal. El CCAJAR se pone a total disposición de las autoridades judiciales para el esclarecimiento de estos hechos, respecto de los cuales ha tenido reciente conocimiento por los medios de comunicación.
  10. Los hechos conocidos como la “Masacre de Mapiripán”, constituyen una grave violación a los derechos humanos, por su naturaleza, actores implicados, la sevicia con que se cometió y el terror que generó, no solo en Mapiripán, sino en el país entero. El CCAJAR insiste en la obligación estatal de esclarecer plenamente estos hechos, establecer todas las responsabilidades penales a que haya lugar, identificar plenamente a la totalidad de víctimas y repararlas adecuadamente.

Bogotá D.C, octubre 26 de 2011

En la rebelión que ha venido ocurriendo en el norte de Africa, la derrota del proyecto de Muamar GADAFI adquirió los caracteres de una tragedia humana que toca al final de él y su familia. Una nación con inmensas reservas petroleras, y constituida por abigarrado conjunto de tribus, no sólo tentó la imaginación, las extravagancias de una familia, sino que desaforó los apetitos económicos y las más secretas e inauditas alianzas con las potencias europeas.

En particular, está la Gran Bretaña de la "tercera vía", que con Tony Blair sacó no solo "tajadas" para la London School of Economics and Political Science, institución intelectual bandera del laborismo, sino para otros menesteres, con la CIA y el M16 después del atentado de Lockerville. Así lo prueban las siguientes crónicas. N d la R.

Noam Chomsky: “La intervención humanitaria no tiene traducción en los regímenes amigos: No ha habido reacción alguna cuando la dictadura de Arabia Saudí utilizó la fuerza masiva para aplastar cualquier signo de protesta. Otro tanto en Kuwait, donde unas pequeñas manifestaciones fueron aplastadas al instante. Y en Bahrein, cuando las fuerzas armadas dirigidas por Arabia Saudí intervinieron para proteger al monarca de la minoría sunita de las demandas de reformas por parte de la población chií reprimida. Bahrein es un caso particularmente sensible, ya que alberga la Sexta Flota de EE.UU.”.

En Libia tampoco el almuerzo será gratis

revuelta_gorkarabela.jpg

Los servicios secretos británicos le enviaban prisioneros para que los interrogue, las compañías petroleras occidentales pujaban por que cada vez quería más impuestos, el asesor de Tony Blair dijo que su país iba a ser una nueva Noruega, los países de la OTAN lo armaron hasta los dientes y lo desarmaron de un porrazo (era la nueva estrella de Oriente brillando en Occidente), ex miembros de Al Qaeda (patrocinados por la OTAN) participaron en su derrocamiento. La historia de Muamar Gadafi que nunca te contaron.

A fines de septiembre, luego de más de dos meses de asedio a Trípoli y cuando ya nadie en el norte de África ponía en duda el triunfo de los rebeldes frente al ejército gadafista, se descubrían ante cientos de rostros consternados las fosas con más de 1.200 cadáveres cerca de la prisión Abu Salim, el lugar favorito del dictador Gadafi para albergar a sus opositores políticos. Por primera vez en Libia y en el mundo se exponía en vivo y en directo el horror del régimen. En 1996 hubo en esa cárcel una masacre de presos que según los activistas de derechos humanos terminó con más de 2.000 muertos.

El suceso de Abu Salim es uno más en toda la era Gadafi y simboliza su forma de gobernar: para el pueblo pan y circo, para sus enemigos la ley y el garrote. Error. En Libia no existe ley, solo garrote, y un libro que nunca llegó a madurar. Cuando Gadafi se hizo del poder en 1969 abolió la antigua Constitución y hasta ahorita están esperando la nueva. Desde ese entonces Libia se ha gobernado por el Libro Verde, una mezcla del Corán con el Libro Rojo.

Como gobernante Gadafi ha sido excéntrico, cruel e impecable, pero no original. Él hay muchos como en el cercano, lejano y mediano Oriente. Sin dejarnos de indignar ante un régimen que utilizó la barbarie como forma de negociación política, los flancos polémicos de la intervención en Libia son evidentes.

El Nobel de Economía Milton Friedman popularizó una frase que viene a cuento: “No hay almuerzo gratis” (“No free lunch”). Pensar solamente que la coalición ha sido motivada por los buenos propósitos a la hora de intervenir en Libia, podría parecer ingenuo.

Dudas vienen, dudas van
Sin embargo, la suspicacia per se no es un argumento. ¿Qué razones hay para dudar de que las potencias han actuado solo de buena fe? Aunque el Chavo no lo recomiende, a veces es rendidor contestar una pregunta con varias otras:

– Si el ataque contra Libia se produjo para evitar que continúe el trágico derramamiento de sangre de civiles absolutamente inocentes, ¿por qué se permitió que los rebeldes a quienes apoyó la coalición masacraran también a civiles partidarios de Gadafi?

– ¿Por qué la coalición que hace unos años tanto combatió al Al Qaeda apoya ahora a sus miembros en la guerra contra Gadafi?

– Si Gadafi era tan impresentable, ¿por qué hace solo unos meses los principales líderes de Europa se abrazaban, se tomaban fotos y cerraban grandes negocios con él?

– ¿De dónde provienen las armas de Gadafi? ¿Acaso de los mismos países que hoy lo bombardean?

– ¿Es cierto que lo primero que hizo Sarkozy una vez que Gadafi se reconcilió con Occidente fue venderle armas a Libia?

– ¿Por qué hubo tanta premura en la coalición en repartirse la obras de la reconstrucción cuando aún no habían terminado de controlar Trípoli?

– ¿El nuevo régimen que se establezca en Libia garantizará los niveles de desarrollo humano que se alcanzaron en ese país en los últimos años?

Las penurias del pueblo libio son evidentes y demuestran que la lucha en los países musulmanes no solo tiene que ver con la pobreza y la desigualdad sino también con la búsqueda de una mayor participación y transparencia. Democracia fue el grito que se gestó a inicios de año desde los más lejanos rincones del desierto hasta instalarse en la médula de Trípoli. Luego de muchos años los libios terminaron de hartarse de aquel excéntrico personaje que hizo de sus ánimos personales un régimen político.

Si por su excentricidad, su desacuerdo con leyes internacionales y su impenitente actitud represora se debía intervenir Libia hasta derrocar a su gobernante, entonces ahorita mismo deberían estar lloviendo bombas en, por lo menos, dos continentes enteros.

Los bombardeos en Libia no son broma. Como tampoco lo fue la irracional represión del dictador contra su pueblo. Las bombas no discriminan y las víctimas son en buena cuenta las mismas. Lo curioso es que gran parte de las armas de ambos mandos eran de la misma fábrica.

Los principales proveedores de armas a Libia son algunos de sus actuales agresores: Italia, Francia, Reino Unido y Alemania. También (y en buena medida) Rusia, aunque este país, a diferencia de los anteriores, se abstuvo de aprobar el bombardeo. Entre el 2005 y el 2009 Italia le vendió armas a Libia por un valor de 276 millones de euros.

Tiras, aflojas, rompes
Gadafi no nació ayer. Desde el año 1969, cuando derrocó al rey Idris (uno de los pocos golpes de Estado en los que la sangre no llegó el río), no se ha movido de su trono presidencial (aunque en los últimos años no ejerciera oficialmente ningún cargo público, lo que resultaba un eufemismo). Palabra exacta: un cargo presidencial con las características de trono.

Desde ese entonces su relación con las potencias europeas y con los Estados Unidos pasó por distintos (y hasta antagónicos) niveles. Desde la confrontación más agria y polvorosa hasta el apapacho más tierno. Muamar el Gadafi (en realidad hay más de 150 formas de escribir su nombre, elegimos la más convencional) empezó su gobierno inspirándose en las políticas del gobernante y líder egipcio Abdel Nasser, quien propugnaba la política del panarabismo —es decir, la unidad y soberanía de los países árabes—, y la lucha contra sus enemigos comunes.

Este Nasser tenía una mentalidad progresista para sus tiempos. Sería injusto no reconocer que Gadafi en un primer momento supo asimilar lo positivo del egipcio. Pero el mentor murió un año después de que su pupilo tomó el poder. El egipcio dejó una caricatura como sucesor.

Los setenta en Libia fueron el eco de la política diseñada por Nasser mezclada con el exotismo de Gadafi. Fueron los tiempos de las nacionalizaciones, no solo de las empresas petroleras sino de toda gran propiedad, lo que dejó fuera de la esfera del Estado solamente los pequeños negocios familiares. También, de la creación del Libro Verde y la guardia amazónica: un ejército de cientos de mujeres entrenadas y dedicadas exclusivamente a la seguridad de Gadafi.

En la década de 1980, cuando ya el panarabismo había entrado en receso y muchos de los países que propugnaron el movimiento de países No Alineados decidieron alinearse más bien con la Unión Soviética, Gadafi se volvió promotor de lo que se conoce como terrorismo internacional. Se le vincula con el atentado de la organización palestina Abu Nidal en el aeropuerto de Roma y de Viena, así como de la voladura del avión de Pan Am en el que murieron más de 270 personas.

Durante el tiempo en que Gadafi fue como una especie de mecenas de la subversión internacional, tampoco la pasó piola. Por el contrario: su país y él mismo fueron víctimas de diversos atentados. En agosto de 1981 dos aviones estadounidenses atacaron a dos aviones libios dentro de su territorio. Eso ocurrió días antes de que fuese revelado un plan del jefe de operaciones de la CIA Max Hogel para el asesinato de Gadafi. En 1986 Estados Unidos atacó Libia con misiles, y ese ataque provocó la muerte de su hija. Todo ello acompañado de un tenaz bloqueo económico.

Primero le dieron de alta y luego le dan de baja


El atentado de Pan Am tuvo consecuencias paradójicas. El hecho significó el desprestigio del régimen gadafista, pero las negociaciones posteriores marcaron el punto de inflexión del líder Libio. Gadafi, contra todo pronóstico, viró. El temible Muamar el Gadafi fue cambiando de equipo de manera paulatina. Empezó con ciertas negociaciones con los países perjudicados en el atentado aquel. Poco a poco fue haciendo méritos hasta que un día de hace pocos años se convirtió en el super star de Occidente. Se retrató con Sarkozy, Berlusconi y Obama. Su proceso de “rehabilitación” patrocinado por Occidente había sido tan exitoso, que tuvo que ser dado de alta.

La pregunta actual es: ¿Por qué justo cuando vivían una luna de miel a Europa y los Estados Unidos les entraron apremios éticos con el dictador libio, a quien conocían perfectamente? Responde Zavalita Cruzado: ¿En qué momento se jodió Gadafi?

Uno de los argumentos de quienes sostienen que el aspecto económico nada tiene que ver en la intervención bélica hace referencia al giro de Gadafi. Si el dictador libio ya era socio de Occidente y le resultaba tan rendidor, ¿por qué separarse ahora?

La respuesta la podemos encontrar en los famosos wikileaks. El buen viento que parecía signar las relaciones entre Libia y Occidente era apenas una apariencia, pues mientras Gadafi se abrazaba y sonreía a diestra y siniestra con los principales líderes de la OTAN, adentro se comprimía mucha disconformidad. Las empresas petroleras no se sentían seguras en la Libia de Gadafi, se quejaban de un líder que nominalmente no tenía ningún cargo pero que en la práctica controlaba todo. Especialmente los grandes negocios. “En Libia el negocio es la política, y Gadafi controla ambos”, escribían preocupados los funcionarios estadounidenses en Libia. Y esa situación quedó reflejada en los cables que envió la Embajada estadounidense en Trípoli y que fueron filtrados por wikileaks.

Los otros pecados de Gadafi
Para el año 2003 Gadafi había renunciado ya a fabricar armas de destrucción masiva. Sí, las mismas que producen Estados Unidos y otros países de Occidente; pero algo debían de tener en especial éstas: o eran más armas o eran más destructivas, porque sus colegas de producción letal le ponían a Libia como condición que, si quería dejar de ser paria, debía dejar de fabricarlas. O tal vez simplemente no les gustaba la competencia.

Libia lo hizo, y a continuación una caravana de empresas petroleras se instaló en su territorio. Todos felices y contentos, hasta que al gobierno libio le pareció que estaban ganando mucho y dejando poco. Por eso los empezó a molestar con una suerte de impuesto a las sobreganancias. No hay necesidad de explicar mucho, porque aquí ya estamos bastante familiarizados con ese concepto.

Lo que le sacaba pica a la Embajada estadounidense no era solo la actitud del gobierno libio de hacer exigencias antes de culminar los contratos, sino el allanamiento de las empresas petroleras a las condiciones que les imponían. Es que los empresarios son todos parecidos: hacen cuentas y actúan según la relación costo-beneficio. Cuando la empresa italiana ENI firmó el contrato, a la Embajada le preocupó que las condiciones se hicieran cada vez más complicadas.

“Libia es un lugar excepcionalmente difícil para las petroleras internacionales, que tienen que afrontar numerosos y bizantinos problemas y cuyos márgenes de beneficios son comparativamente menores. La situación empeorará en los próximos años”, señala uno de los cables redactaos a finales del 2007 según www.publico.es.

Dicho y hecho: el asunto se agravó dos años más tarde, cuando el gobierno libio reunió a las principales petroleras para exigirles —perdón, para solicitares— un apoyo económico voluntario, parte del cual se iba a destinar a reparar a las víctimas de los atentados. Los petroleros, por supuesto, emitieron un unánime “no, esta vez no”. Pero trascendió que algunas empresas, como Gazprom de Rusia, se habían chantado hace ya tiempo.

El plan de privatizaciones que anunció pocos años atrás Gadafi generó mucho entusiasmo, pero en los pasillos los funcionarios de los Estados Unidos no ocultaban su escepticismo debido a que en Libia se pedía que los nuevos dueños mantuvieran a las mismas personas en el trabajo: “Esto a menudo hace que sea poco atractivo para un inversor extranjero, en la medida en que la productividad de las empresas públicas libias es infame y tienen exceso de personal como consecuencia de las generosas leyes laborales” (wikileak difundido por www.publico.es).

Es cierto que nada de eso nos puede llevar a afirmar que los desaguisados económicos han sido el motivo principal del apoyo a los rebeldes y la intervención militar; sin embargo, sí prueba que tal luna de miel no existía del todo y que, aun cuando la diplomacia tenía un buen rostro, existía una latente y creciente disconformidad.

Lo que también está clarísimo es que las empresas de los países de la OTAN van a estar en mucho mejores condiciones y con mucho más trabajo (y dinero) con el Consejo Nacional de Transición (CNT) que en la era Gadafi. Es decir, había un Gadafi bueno y un Gadafi malo, pero lo mejor era no tener a Gadafi.

De momento, y desde antes de que termine la insurgencia, ya se frotaban las manos. El presidente del CNT, Mustafa Abdel Jalil, declaró de manera explícita que en la reconstrucción van a favorecer a los interventores: “Lo gestionaremos de acuerdo con el apoyo que nos han brindado”. En otras palabras: que estén tranquilos, que el almuerzo de ninguna manera va a ser gratis.

Sin embargo, al interior del nuevo Gobierno también existen contradicciones. Uno de sus miembros aboga por que la ONU gestione el país en todo el proceso de reconstrucción, lo que favorecería a los países de la OTAN. La mayoría prefiere que sean los propios libios quienes se encarguen de ello. Pero igual, como hemos visto, los contactos están ya bien avanzados.

Pero no todos los intereses pecuniarios en el conflicto libio se reducen al crudo. Uno de los proyectos de Gadafi consistía en unificar países africanos y árabes con una moneda común: el dinar de oro. Esta idea, que se venía incubando desde hace tiempo, produjo reacciones contrarias en los países occidentales. El presidente Sarkozy dijo que con esa medida Libia estaba amenazando el sistema financiero mundial. En un contexto de crisis económica global que tiende a agravarse, la moderación (a la fuerza) del norte del África podía ser fácilmente una necesidad perentoria. Sin duda, la caída del régimen de Gadafi ofrece mejores oportunidades.

La pregunta actual es: ¿Por qué justo cuando vivían una luna de miel a Europa y los Estados Unidos les entraron apremios éticos con el dictador libio, a quien conocían perfectamente? Responde Zavalita Cruzado: ¿En qué momento se jodió Gadafi?

11.jpg

Los tiempos de la intervención humanitaria
A Gadafi lo llegaron a masticar pero nunca a pasar. Era un elemento indigesto a quien al primer as de bastos le bajaron el dedo. Los tiempos han cambiado y existen una serie de candados internacionales como para que la comunidad internacional pueda deshacerse así nomás de algún presidente indeseable. La penúltima incursión en Irak tuvo la cobertura de la agresión e invasión a Kuwait y la última, mucho más cuestionada, la de la guerra contra el terrorismo global (luego se descubriría que muchos de los argumentos fueron falaces y fabricados).

La intervención en Libia estuvo más bien amparada en un fundamento novedoso pero muy rentable llamado “intervención humanitaria”. El contexto de la frase nos remite a un escenario de conmiseración y solidaridad, pero su aplicación dista mucho de ello.

Alejandro Tudela, analista internacional y ex canciller de un régimen por cierto nada democrático como el fujimorista, advierte, no sin razón, de los peligros de su uso y abuso: “Este argumento no está basado en conceptos absolutamente objetivos como soberanía del Estado, sino subjetivos, sujetos a interpretación, y representan riesgos para la paz mundial, porque son muy peligrosos. Está emergiendo una nueva norma de derecho consuetudinario a nivel internacional: la intervención humanitaria sin una resolución del Consejo de Seguridad, lo que debilita el orden de la carta de Naciones Unidas. Se está regresando a un mundo más incierto”.

Los amigos del libio
Mientras por un lado se atizaban las tensiones de las que dan cuenta los wikileaks, por el otro se reforzaban relaciones de distinto tipo. La conexión de Libia con Occidente fue hace pocos años mucho más que entendederas comerciales. Llegó a niveles de promiscuidad, en los que estuvieron comprometidos la CIA, el Servicio Secreto Británico (MI6) y las administraciones de Bush y Tony Blair.

Según los documentos encontrados en los últimos días y que han sido publicados por medios como The Independent y el Wall Street Journal, el MI6 firmó una especie de TLC policiaco con Libia, que llegó al extremo de enviar prisioneros al reino de Gadafi para que le hagan el cachuelo de sacarles información, en virtud de su alta tecnología para los interrogatorios. Por su parte, ellos les pasaban el dato sobre la actividad de los opositores al Gobierno libio en el extranjero.

Estamos hablando de hace solo algunos años. Cuando iniciaron esta relación, la CIA, el MI6 y el mundo conocían muy bien las atrocidades en las que estaba metido el líder libio, no obstante lo cual no tenían el menor empacho en colaborar activamente con él. No haría falta hurgar mucho para llegar al concepto de complicidad.

En este episodio el ex director del MI6, sir Mark Allen, tuvo un papel protagónico: facilitó los primeros contactos para la reconversión de Gadafi y, para saltearse las leyes británicas de trato a los prisioneros, los envió a las salas especiales de Libia. El interlocutor de Allen fue Musa Kusa, el ex canciller libio que desertó hace algunos meses. A Kusa se le conocía como el liquidador del Coronel, y estuvo directamente implicado en el atentado de Pan Am. Era el anfitrión principal de los servicios secretos británicos. No en vano su primer destino cuando decidió abandonar a Gadafi en pleno conflicto fue Londres. La actual Administración inglesa de Gordon Brown ha señalado que se investigarán a fondo los lazos que se gestaron durante el gobierno de Tony Blair, en un reconocimiento implícito de tan cuestionadas relaciones.

Los amigos de Al Qaeda
Las justificaciones bélicas europeas hacen agua por los lados menos sospechados. Si bien Gadafi reemplazó a Bin Laden en los odios y las pesquisas occidentales, eso no significa que ambos hayan tenido una relación estrecha. Todo lo contrario.

Muamar Gadafi era enemigo declarado de Al Qaeda, igual o más que aquéllos que declararon a Bin Laden como peligro público a nivel mundial y que iniciaron una cacería que acabó con su muerte, hace pocos meses. Resulta que ex integrantes de Al Qaeda pertenecen a una de las facciones rebeldes que actualmente controlan el país.

Es el caso de Abdul Hakim Belhadj, líder principal del LIFG (grupo de combate islámico libio), jefe del Consejo Militar Trípoli y uno de los principales comandantes de la resistencia Libia, actualmente en el poder. Belhadj fue arrestado en el 2004 durante la guerra contra el terrorismo emprendida por el presidente estadounidense George Bush tras el 11 de septiembre.

Al año siguiente se lo envió a Libia en nombre de las buenas relaciones que mantenía Gadafi con el mundo occidental y sus servicios secretos, pues Belhadj era parte de la Jihad librada en su contra. El islamismo de Gadafi no es ultramontano sino todo lo contrario: es demasiado liberal para los talibanes. Según Alejandro Tudela, el Libro Verde de Gadafi vendría a ser al Islam como la teología de la liberación al catolicismo.

En el 2010 Abdul Hakim Belhadj fue amnistiado por Gadafi no sin antes hacer que él y sus compañeros firmaran una larga confesión en la que daban por terminada la guerra contra Gadafi. El propósito les duró poco tiempo, porque a inicios de este año Belhadj se convirtió en uno de los principales líderes rebeldes.

Actualmente muchos de los que se encuentran en el poder en Trípoli son islamistas extremos, ex miembros del Al Qaeda. La crítica a la instrumentalización de movimientos extremistas que se les hizo a Estados Unidos y las potencias europeas en el caso de los dictadores latinoamericanos como Pinochet o del mismo Bin Laden en Afganistán parece no ser cosa del pasado, ni, mucho menos, lección aprendida. Se trata de un perverso “uso y costumbre” nunca desterrado. Uno de los riesgos actuales es que la contradicción que existe entre los grupos islamistas radicales y el CNT se agudice y desencadene otra guerra civil: OTAN copyright.

La advertencia del periodista Pepe Escobar es desalentadora: “Por lo menos 600 salafistas que combatieron en la resistencia suní iraquí contra EE.UU. fueron liberados de la prisión Abu Salim por los rebeldes. Es fácil imaginarlos aprovechando el saqueo generalizado de Kalashnikovs y de misiles antiaéreos soviéticos Sam-7 lanzados desde el hombro para reforzar su propia milicia islamista de la línea dura siguiendo sus propios planes, su propia guerra de guerrillas”.

Doblez
El doble rasero de la intervención de la OTAN es muy bien resumido por Noam Chomsky: “La intervención humanitaria no tiene traducción en los regímenes amigos: No ha habido reacción alguna cuando la dictadura de Arabia Saudí utilizó la fuerza masiva para aplastar cualquier signo de protesta. Otro tanto en Kuwait, donde unas pequeñas manifestaciones fueron aplastadas al instante. Y en Bahrein, cuando las fuerzas armadas dirigidas por Arabia Saudí intervinieron para proteger al monarca de la minoría sunita de las demandas de reformas por parte de la población chií reprimida. Bahrein es un caso particularmente sensible, ya que alberga la Sexta Flota de EE.UU.”.

El analista internacional Farid Kahhat concuerda que en la intervención militar subyace el tema del petróleo, pero no por codicia sino para garantizar su flujo: “Los objetivos de las potencias occidentales en Medio Oriente se resumen en la necesidad de garantizar la estabilidad política de la región, el acceso a sus recursos energéticos y rutas comerciales, y su cooperación en temas migratorios y de seguridad”.

A pesar de ello, el internacionalista peruano es partidario de una intervención humanitaria en Libia, pues los crímenes contra la población no deben ser avalados por la comunidad internacional: “Tampoco discuto la hipocresía que supone enarbolar un discurso de respaldo a la democracia mientras se tolera que autoritarismos aliados repriman a quienes exigen reformas democráticas. Pero de ello no deriva que, por simetría, Estados Unidos debería también ser cómplice de una represión aun mayor contra la población civil de Libia”.

El problema no es que la comunidad internacional intervenga, sino la forma y el fondo de ello. El tema es hoy el día siguiente. Si nos atenemos a los antecedentes, tendríamos serios motivos para preocuparnos por el futuro de Libia y de toda esa convulsionada zona. ¿Cuándo fue la última vez que tuvo éxito una intervención extranjera por esos lares? ¿Tendremos que remontarnos al Antiguo Testamento? La constante más bien ha sido que después de ellas sobreviene una catástrofe similar o peor que la anterior.

Ha pasado ya más de medio año desde que se inició el conflicto y los tiempos de paz no se avizoran. En estos momentos Gadafi está corrido pero vivo y coleteando. Las masacres a civiles ahora se escuchan menos (¿se silencian más?). De lo poco que se conoce, los batallones de la CNT ex rebeldes están cometiendo innumerables abusos contra la población civil, contra quienes se cree que han estado apoyando a Gadafi. La Unión Africana ha denunciado que están matando de manera indiscriminada a ciudadanos negros, sindicándolos como hombres de Gadafi, pues el ex dictador libio empleó dentro de su contingente a muchos mercenarios provenientes de lugares aledaños a Libia.

La Libia que no te contaron
Es que existen en Libia muchas personas que aún quieren a Gadafi. Y no necesariamente por un reconocimiento histórico o por clientelismo, una relación muy común entre dictadores y dictados. El caso de Libia es peculiar y, según algunos entendidos, uno de sus aspectos positivos terminó siendo la base de la revuelta. Esa conciencia de democracia y libertades tiene que ver con un nivel de educación muy superior al de sus pares regionales.

¿Cómo imagina Libia? ¿Como un pobrísimo país desértico en el que existe una disparidad abismal de una casta rica-riquísima y un pueblo pobre-pobrísimo? Es probable que se tenga esa idea, si hacemos un símil con las rebeliones que la precedieron. Pero no. El caso de Libia es distinto.

A pesar de la gran desigualdad entre ricos y pobres, se trata del país con el más alto índice de desarrollo humano del África y con mucha mayor inversión en programas sociales e infraestructura que varios países emergentes. La esperanza de vida al nacer es 75 años, su tasa de alfabetización es 89%. Su nivel de ingreso está catalogado como mediano-alto. La educación es gratuita y tiene un efectivo sistema de salud.

Nada de esto debería ser patente de corso para acabar con cualquier tipo de oposición. Sin embargo, hay que tenerlo muy presente a la hora de construir el régimen que relevará a la familia Gadafi. Si continúan el modelo de los países amigos de la OTAN en la región y nos fijamos en sus índices de desarrollo humano, es probable que dentro de algún tiempo los mismos que hoy celebran su caída mañana extrañen a su último león del desierto.

Solo basta revisar lo ocurrido en Afganistán e Irak para encontrar realidades devastadas por una guerra que solamente multiplicó los problemas. En Irak hasta el momento nadie sabe del paradero de los 20.000 millones de dólares que la Administración de Bush había llevado para la reconstrucción.

Es que la administración posguerra del país o el ejército interventor ha sido un desastre en el que la corrupción campea y la inoperancia brilla. De acuerdo con el informe de una comisión de investigación del Congreso estadounidense, en los últimos diez años Estados Unidos ha desperdiciado entre 31.000 y 60.000 millones de dólares en las guerras de Irak y Afganistán en los proyectos que encargó mayormente a empresas privadas. Según este mismo informe, la intervención de las empresas privadas aumenta el riesgo de malversaciones, pero sin su concurso sería imposible realizarla.

Las cifras de la guerra de Irak y Afganistán son elocuentes. Gasto económico, 3,2 billones de dólares. Vidas, 225.000 personas, de las cuales 7.000 son soldados norteamericanos.

Es singular, por otro lado, la manera en que hasta hace poco se miraba a Libia más allá de la dramaturgia y del apapacho. El Fondo Monetario Internacional (FMI) elogió recientemente a Libia por su política macroeconómica y su exitoso programa de reformas. Por su parte, Anthony Gidden, asesor de Tony Blair, afirmó en un artículo que publicó en The Guardian: “¿Un real progreso sería posible solo cuando Gadafi deje el poder?

Yo, más bien, tiendo a pensar lo contrario. Si es sincero respecto a los cambios, tal como yo pienso, podría contribuir a silenciar el conflicto que podría surgir con la modernización. Mi futuro ideal para Libia, dentro de dos o tres décadas, sería una Noruega del África del Norte: próspera, igualitaria y que mire hacia el futuro. No es fácil alcanzar eso, pero tampoco es imposible”. De Riplay.

Que la comunidad internacional permanezca impasible ante una matanza indiscriminada en la que se perpetran crímenes de lesa humanidad no es una opción, pero tampoco lo es una intervención armada internacional cuestionada en su génesis y desprestigiada en sus efectos. Debe buscarse soluciones intermedias en las que prime la buena fe de los países para con el pueblo afectado y no los intereses económicos.

Lo más turbador de estas guerras globales es que el principal argumento de las coaliciones termina siendo el más endeble: en nombre de la democracia y la libertad. Que mejor nos cuenten una de vaqueros. Y es que pareciera que los cow boys no han desparecido.


miércoles, 26 de octubre de 2011

Esta es una crónica del corresponsal Luis Mejía, sobre el intercambio pícaro de favores ilegales antes y ahora entre los gobiernos de Israel y Colombia. N de la R.

Amigos,

De un conocido he recibido este enlace sobre el papel que Colombia podría jugar en el reconocimiento del estado palestino. Lo más interesante y que me cogió de sorpresa es la afirmacion del presidente shimon peres de israel que cita el articulista sobre la participacion de colombia en la violacion de un embargo internacional de armas. dice:

As Defense Minister, Juan Manuel Santos went on an official visit to Israel. He was received by Israeli President Shimon Peres who stated during the visit, "In the 1950s, Colombia defied international embargoes to ship weapons to the newly created Jewish state (…) in recent years the situation has come full circle, and Israel is able to repay Colombia in kind".

Un noticionón que como siempre los reporteros acompañantes no captan, porque la verdad sea dicha: ah duros de oido que son algunos reporteros colombianos cuando "cubren" la cosas que afectan a Colombia en el exterior. Es que simplemente no las cubren porque no oyen.

podria lo dicho por shimon peres ser parte de una tendencia en las relaciones bilaterales que incluye los entrenadores de paracos y de interrogadores de los organismos secretos?

El artículo a que me refiero se encuentra en este enlace:

http://fairobserver.com/article/colombian-vote-palestine-dilemma?page=2#.TqfqlwVPeb4.email

Cordial saludo.
ETA: DEJACION DE ARMAS Y LUCHA POLITICA

CARLOS MEDINA GALLEGO

Docente-Universitario

Universidad Nacional de Colombia

Agradecimiento especial a Carlos Arturo Velandia

Gran parte de mi vida me he dedicado a estudiar los grupos armados en mi país y se dé la manera como los mismos han evolucionado en el tiempo de su condición de grupos insurgentes con proyectos revolucionarios socialistas y grandes simpatías sociales, al señalamiento de grupos terroristas y narcoterroristas enfrentados a guerras no solo militares contra los distintos gobiernos y sus políticas de seguridad y defensa, sino, adicionalmente, contra bien estructuradas campañas de difamación mediática que en no pocas ocasiones los mismos grupos alimentan con sus equivocadas formas de operan contra la población civil.

Pero si algo me ha quedado claro en todos estos años de investigación académica es que a pesar de todas las objeciones que se les puedan hacer a grupos como las FARC, el ELN y para el caso de este articulo a la ETA, estos siguen manteniendo en su esencia la naturaleza política de su lucha y ese constituye su principal patrimonio histórico en un proceso de solución política negociada.

No menos claro es para mí que en el desarrollo de una guerra que se toma cuatro o cinco décadas con periodos de profundo recrudecimiento y ensañamiento en las formas de operar de los actores se vaya creando una situación crítica en materia de violación de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, así como una población de victimas que no deja de sentir rabia e impotencia frente a su situación y no pocas veces ganas de venganza lo que prolonga de manera indefinida el espiral de la violencia. Pero las guerras no se dan entre ángeles y demonios, entre buenos y malos, entre los que tienen derechos y los que no los tienen.

Todos los que participan en la guerra son responsables de sus acciones y de sus resultados. Unos como otros, insurgencia como fuerzas militares y organismos de seguridad, secretariados y comités centrales, como gobiernos, son responsables por igual de los crímenes cometidos en la guerra y las prácticas criminales en que incurran sus miembros. Pero igualmente, tienen unos derechos a los que no se les puede negar acceso por violentos que hayan sido su crímenes. Entre ellos el derecho a la justicia cuando se encuentran prisioneros y a todas las posibilidades que contempla el régimen carcelario existente en cada país.

El viernes 21 de octubre se conoció el pronunciamiento público de ETA en la que le avisa al mundo la dejación definitiva de las armas y se dispone a retornar a los caminos de la democracia sin abandonar las causas estructurales del proyecto de lucha nacionalista del pueblo Vasco. No tengo la menor duda que ETA fue siempre una organización político militar integrada por militantes independentistas vascos, no obstante, los permanentes señalamientos de criminales y asesinos y sus prácticas de guerra que en medio siglo dejaron algo más de 850 muertos, nada comparado con el conflicto colombiano, pero escandaloso para una sociedad como la española o la francesa.

La decisión de marchar hacia la dejación de armas más que una derrota militar en la que hubiesen podido languidecer cinco décadas más, se ha producido porque procesos muy importantes al interior de los movimientos de izquierda vasca han creado las condiciones para que muchas de las reivindicaciones políticas del pueblo Vasco encuentren en la lucha electoral y política un camino de seguros y legítimos éxitos.

La ETA ha dado un paso transcendental en la dejación definitiva de las armas y más que por una derrota militar, por la que debe ser ponderada su segunda más importante y exitosa decisión política, es por el acatamiento juicioso de los dictámenes políticos de los proceso de la izquierda Vasca que ha ido abriendo contra todos los obstáculos de la derecha y de las izquierdas tradicionales, un lugar propio para la lucha política del pueblo Vasco. Hoy le corresponde a los Estados de España y Francia desmontarse de los discursos triunfalistas para abrirse a la profundización de la democracia y al emprendimiento de acciones políticas que contribuyan a su fortalecimiento.

Las labores de las contrapartes en el conflicto vasco ya han sido realizadas: la izquierda abertzale ha creado las condiciones políticas necesarias, para que la organización armada ETA haga el tránsito de la guerra a la política, al construir la propuesta y movimiento SORTU (Nuevo Amanecer), que por impedimentos de la Ley de Partidos no fue habilitada para las elecciones en el país vasco, pero que finalmente pudo entrar en el proceso electoral bajo la fórmula de BILDU y ganar espacios de gobernabilidad importantes. ETA entendió que era el momento de oportunidad para poner fin a la acción armada, luego de 43 años, cuando la sociedad vasca y la izquierda se disponen a dar la lucha, en democracia, por la obtención de las aspiraciones de los vascos que quieren ser reconocidos como nación y que reivindican su país como Euskalherria.

La comunidad internacional, representada por importantes organizaciones no gubernamentales, y personalidades reconocidas en el mundo de las mediaciones de paz, acompañaron el esfuerzo y sacrificio de los vascos con la realización de la Conferencia Internacional de Paz de San Sebastián, donde se produce la Declaración de Donostia, la cual ha sido acogida en su totalidad tanto por la izquierda Abertzale, como por la sociedad Vasca.

El mundo debe quedar a la espera de que en lo inmediato España y Francia, produzcan hechos de gobierno que den solidez a estos esfuerzos de paz, que en mi concepto no pueden ser otros que:

1- Libertad inmediata para Arnaldo Otegui, líder de la izquierda Abertzale y gran constructor de este proceso de paz,

2- Amnistía para Josu Urrutikoetxea, conocido como "Josu Ternera", quien desde la clandestinidad logró que ETA se inclinara por la actual salida de paz y por la declaración del fin de la lucha armada.

3- Que se produzca el acercamiento inmediato de los presos políticos militantes de ETA, a cárceles del país vasco. Y todo el que quiera informarse de la situación de los presos de ETA debe saber que han pasado por los más rigurosos sistemas carcelarios inspirados en un deshumanizado sistema de aniquilamiento físico y moral, despertándolos cada dos horas, reduciendo al mínimo su tiempo al aire libre y su higiene, cambiándoles constantemente de celda y de cárcel, impidiendo que las familias les hagan llegar libros o comida, obstaculizando al máximo el contacto con sus personas queridas…Los presos de ETA deben revestirse de todas las garantías y derechos establecidos para los presos políticos en el derecho internacional y debe pensarse para ellos un indulto general.

4- Que se derogue la Ley de Partidos, por cuanto al desaparecer la amenaza de la violencia armada de ETA, ésta ley pierde toda vivencia y se constituye en un obstáculo para la profundización de la democracia y la consolidación de una autentica paz.

5- El Gobierno de España debe promover de inmediato, el retiro de Herri Batasuna de las listas terroristas de la Unión Europea; promover su rehabilitación política y su inmediata legalización; y

6- Los Gobiernos de España y Francia deben disponerse a la apertura de diálogos con ETA sobre "las consecuencias del conflicto", esto es:

a. Una solución judicial tanto para los presos como para los que siendo miembros de ETA no lo están.

b. Reivindicación de todas las víctimas, sobre la base de que "Victima es Victima", sin exclusiones y sin distinciones.

c. Apertura de un proceso de verdad, reparación y justicia que lleve al esclarecimiento de lo ocurrido, a la dignificación de las víctimas, a la reparación económica y moral de todas las víctimas y sus comunidades y a la aplicación de una justa justicia para los perpetradores de los grandes crímenes cometidos durante el largo conflicto vasco.

d. Discusión y acuerdo sobre el tema de las armas; sea este por la vía de la entrega a un tercero confiable, o la destrucción certificada por tercero confiable.

Sin duda son estas acciones, entre otras de naturaleza política de gran aliento son las que pueden llevar al punto de cierre uno de los conflictos interno - internacionalizado más prolongado en la Europa de los siglos XX y XXI.

Colombia tiene un camino largo aun por recorrer que no es en nada parecido al recorrido por ETA, pero seguramente en algún momento cuando la democracia se hay profundizado y los movimientos políticos y sociales de izquierda sean respetados y valorados como parte fundamental de la construcción de la democracia, las FARC y el ELN se verán abocados a tomar la decisión política, que hoy valientemente ha tomado la ETA, presionados por una sociedad civil urgida de tener un respiro de paz en la larga historia de la violencia colombiana.

25 de Octubre de 2011

lunes, 24 de octubre de 2011

Gadafi y la putrefacción moral del imperio

Por: Atilio Borón

El brutal asesinato de Muamar Al Gadafi a manos de una jauría de mercenarios organizados y financiados por los gobiernos “democráticos” de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña actualiza dolorosamente la vigencia de un viejo aforismo: “socialismo o barbarie.” No sólo eso: también confirma otra tesis, ratificada una y otra vez que dice que los imperios en decadencia procuran revertir el veredicto inexorable de la historia exacerbando su agresividad y sus atropellos en medio de un clima de insoportable descomposición moral. Ocurrió con el imperio romano, luego con el español, más tarde con el otomano, después con el británico, el portugués y hoy está ocurriendo con el norteamericano. No otra es la conclusión que puede extraerse al mirar los numerosos videos que ilustran la forma en que se “hizo justicia” con Gadafi, algo que descalifica irreparablemente a quienes se arrogan la condición de representantes de los más elevados valores de la civilización occidental. Sobre ésta cabría recordar la respuesta que diera el Mahatma Gandhi a la pregunta de un periodista, interesado en conocer la opinión del líder asiático sobre el tema: “es una buena idea”, respondió con sorna.

El imperialismo necesitaba a Gadafi muerto, lo mismo que Bin Laden. Vivos eran un peligro inmediato, porque sus declaraciones en sede judicial ya no serían tan fácil de ocultar ante la opinión pública mundial como lo fue en el caso de Sadam Hussein. Si Gadafi hablaba podría haber hecho espectaculares revelaciones, confirmando numerosas sospechas y abonando muchas intuiciones que podrían haber sido documentadas contundentemente por el líder libio, aportando nombres de testaferros imperiales, datos de contratos, comisiones y coimas pagadas a gestores, cuentas en los cuales se depositaron los fondos y muchas cosas más. Podríamos haber sabido que fue lo que Estados Unidos le ofreció a cambio de su suicida colaboración en la “lucha contra el terrorismo”, que permitió que en Libia se torturara a los sospechosos que Washington no podía atormentar en Estados Unidos. Habríamos también sabido cuánto dinero aportó para la campaña presidencial de Sarkozy y qué obtuvo a cambio; cuáles fueron los términos del arreglo con Tony Blair y la razón por la cual hizo donativos tan generosos a la London School of Economics; cómo se organizó la trata de personas para enviar jovencitas al decrépito fauno italiano, Silvio Berlusconi , y tantas cosas más. Por eso era necesario callarlo, a como diera lugar. El último Gadafi, el que se arroja a los brazos de los imperialistas, cometió una sucesión de errores impropios de alguien que ya venía ejerciendo el poder durante treinta años, sobre todo si se tiene en cuenta que el poder enseña. Primer error: creer en la palabra de los líderes occidentales, mafiosos de cuello blanco a los cuales jamás hay que creerles porque más allá de sus rasgos individuales –deleznables salvo alguna que otra excepción- son la personificación de un sistema intrínsecamente inmoral, corrupto e irreformable. Le hubiera venido bien a Gadafi recordar aquella sentencia del Che Guevara cuando decía que “¡no se puede confiar en el imperialismo ni un tantito así!” Y él confió. Y al hacerlo cometió un segundo error: desarmarse.

Si los canallas de la OTAN pudieron bombardear a piacere a Libia fue porque Gadafi había desarticulado su sistema de defensa antiaérea y ya no tenía misiles tierra-aire. “Ahora somos amigos”, le dijeron Bush, Obama, Blair, Aznar, Zapatero, Sarkozy, Berlusconi, y él les creyó. Tercer error, olvidar que como lo recuerda Noam Chomsky Estados Unidos sólo ataca a rivales débiles e inermes, o que los considera como tales. Por eso pudo atacar a Irak, cuando ya estaba desangrado por la guerra con Irán y largos años de bloqueo. Por eso no ataca a Cuba, porque según los propios reportes de la CIA ocupar militarmente a la isla le costaría un mínimo de veinte mil muertos, precio demasiado caro para cualquier presidente.

Los imperialistas le negaron a Gadafi lo que le concedieron a los jerarcas nazis que aniquilaron a seis millones de judíos. ¿Fueron sus crímenes más monstruosos que las atrocidades de los nazis? Y el Fiscal General de la Corte Penal Internacional, Luis Moreno Ocampo, mira para otro lado cuando debería iniciar una demanda en contra del jefe de la OTAN, causante de unas 70.000 muertes de civiles libios. En una muestra de repugnante putrefacción moral la Secretaria de Estado Hillary Clinton celebró con risas y una humorada la noticia del asesinato de Gadafi. (Ver http://www.youtube.com/watch?v=Fgcd1ghag5Y) Un poco más cautelosa fue la reacción del Tío Tom (el esclavo negro apatronado que piensa y actúa en función de sus amos blancos) que habita en la Casa Blanca, pero que ya hace unas semanas se había mostrado complacido por la eficacia de la metodología ensayada en Libia, misma que advirtió podría ser aplicada a otros líderes no dispuestos a lamerle las botas al Tío Sam. Esta ocasional victoria, preludio de una infernal guerra civil que conmoverá a Libia y todo el mundo árabe en poco tiempo más, no detendrá la caída del imperio. Mientras tanto, como lo observa un agudo filósofo italiano, Domenico Losurdo, el crimen de Sirte puso en evidencia algo impensable hasta hace pocos meses atrás: la superioridad moral de Gadafi respecto a los carniceros de Washington y Bruselas. Dijo que lucharía hasta el final, que no abandonaría a su pueblo y respetó su palabra. Con eso le basta y sobra para erguirse por encima de sus victimarios.

Enviado por: Camilo Ernesto Muñoz Cabrera

Articulo en el cual se plantea que la muerte de Gaddafi no es debida a la barbarie, o al grado de sentimentalismo de sus captores, sino a una orden dada por la OTAN para que Gadaffi no diera las versiones del asunto ante los tribunales

viernes, 14 de octubre de 2011

Un notable escritor de reflexiones coyunturales en medio locales y regionales quiere compartir una carta pública en la antesala al proceso electoral colombiano del 30 de octubre. N d la R.


UNA MISIVA QUE RECUERDA A BATEMAN Y PIENSA EN LA CANDIDATURA DE PETRO

Compañeros,

Tenia el presentimiento que por aquello de las campañas, Algún día alguien de la vieja guardia se le ocurriría comunicarse conmigo para enviarme un mensajito sobre la validez de tal o cual candidato. Sin este acontecimiento, muchos de los interesados jamás recorrerían las agendas de las nostalgias para esculcar el armario de los afectos pretendiendo avivarlos, sin avizorar que muchos ya nadamos a destiempo o a contratiempo, es decir, pensamos y luego actuamos y no al revés. O mejor, evitamos el desgaste electoral, puesto que el tiempo electoral siempre ha sido muy valioso unicamente para quienes han hecho de él su mejor negocio: Seria impensable que los candidatos lo gastaran en el fastidioso y fangoso mundo de las ideas, los tiempos de Bateman ya pasaron.


Afortunadamente hemos madurado todos y algunos comprendimos con claridad que esta tampoco será la vencida así gane o pierda Petro, ya no hay lugar para hacernos creer o por lo menos en mi caso, que Gustavo Petro represente al pueblo y menos que sea la opción del cambio. Afortunadamente no soy quien solo tiene dudas, navego no se si en solitario en el mar de las certezas

A la gente se le invita a que participe del entramado electoral como elector, nunca como posible elegible, para ello todo esta reservado a otras instancias, sin que importe absolutamente nada las denuncias sobre la validez del proceso electoral como forjador de transformaciones y esperanzas. Es pues una elección nueva para olvidar la anterior, la estabilidad estará por encima de cualquier cosa. Estabilidad y legitimidad de la nueva elección es equivalente a olvido de la anterior, el asunto es sumar votos a esta nueva apuesta que se nos presentara como verdaderamente transparente y democrática en función de la legitimidad como un acto de magia, pero no se nos invita y menos permite que por intermedio de esta se discutan los verdaderos problemas que aquejan a la gente, y mucho menos se cuestione en algún sentido la calamidad socian en que vivimos.

Todo esta previamente dispuesto de una dinámica, unos esquemas, unos límites, una política, y una línea ideológica. Al acto electoral le corresponde llenar o reciclar los espacios que reemplacen con nuevas caras, las viejas ideas políticas, Impulsadas de tal manera que aparezcan como alternativas a los clamores populares; aunque para los menos cándidos, el 70% de la población, como están concebidas, no significan nada distinto al juego de unos candidatos predestinados a actuar a favor de si mismos y en contra del pueblo.

Entonces el lenguaje político que se usa es aquel que no dice nada pero que aparenta decir mucho, ligado a los símbolos modernos del cinismo: Progreso, crecimiento, democracia, libertad, confianza inversionista, tolerancia, paz , naturalmente la paz de la unanimidad, la que excluye: La paz romana, etc. “Bienvenidos al futuro”, “el si se puede”, “la seguridad democrática”, para aclarar que la democracia es seguridad antes que la misma democracia, es decir, se usan eslogan que en primera instancia se muestran como razonables pero que su verdadera intención esta en apuñalar a los recalcitrantes, a los “violentos” o no “democratizados”, los verdaderos herejes de la fiesta.

De todo aquello surge algo parecido al poder político, puesto que el poder político de los gobiernos nacionales es un espejismo, los que mandan son otros que nadie elige y muy pocos conocen.

Las elecciones no están conectadas con el país diverso, responden a un acto unilateral, a una acción unilateral de una clase privilegiada muy diestra en sus oficios de excluir engañar y odiar. En ninguna elección de los últimos 60 años han aparecido vestigios o indicios de validar o convalidar algún acuerdo social que pretenda definir cosas del devenir del país o la nación, por ello aniquilaron a la UP, esta clase hegemonica no esta interesada en un proyecto de país por estar acostumbrada a fagocitarse a su pueblo, su única devoción son los negocios para si a costa de la soberanía del país

Y a Petro solo hay que leerlo en su practica, los discursos pueden estar hilvanados con bellas palabras que si no están acompañadas en la practica son solo sofismas. En términos filosóficos como decía el Che quien se acerca al centro es porque esta preparando el salto de la talanquera para irse a su verdadero Rancho, y Petro hace años la saltó ¿o es que no se han dado cuenta?

"Nadie se explica así mismo por lo que dice y piensa de si mismo, solo los hechos hablan verdaderamente de la gente".
Ya sin temor a desatar las iras y las falsas pasiones con toda certeza les digo: Petro es un instrumento de la derecha, como lo es Navarro, como lo fue Lucho y Angelino Garzón y desde siempre, a él no le interesa sino combatir a los revolucionarios, a los verdaderos demócratas; ese hombre todo le interesa menos la democracia, la democracia es él.
Aniquiló a Carlos Gaviria porque sabia que Carlos Gaviria era un hombre verdaderamente comprometido con sus ideas; incomparable, coherente y consecuente con su proyecto y no es anticomunista ni antisocialista como Petro; le causaba urticaria que Carlos Gaviria dijera que en Colombia no había ninguna democracia y que había que construirla desde una gran perspectiva incluyente, mediada por unacuerdo con el movimiento insurgente, por eso junto con el establecimiento lo acorralaron con saña y sevicia.

Petro por su practica es un instrumento del gran capital corporativo y privilegiado del sistema; es la quinta columna para aniquilar a las organizaciones de base, confunde con su discurso en “contra” del para militarismo y la corrupción, el lo usa porque cualquier sensato coincide con que es verdad. Mas alla de las denuncias Petro no tiene proyecto de país distinto al bipartidista, no tiene propuesta política y filosófica alternativa, es mas de lo mismo, él es un instrumento de recambio del capitalismo que expresa que al capitalismo lo que le hace falta para ser perfecto es que él llegue al gobierno, pero lo mas grave para él, es que las elites de este país lo usan sin dejar de detestarlo.. Porque en la relación política amigo enemigo quien traiciona jamás genera confianza, su megalomanía le impide ver con claridad esa realidad.

Si llegase a la alcaldía no se escandalicen cuando privatice la ETB, lo único publico que le queda a la ciudad.
Lamento mucho ser el aguafiestas, quisiera que la realidad fuera distinta pero prefiero tener mi conciencia tranquila y ojala este correo llegue a muchos antiguos y sufridos carga ladrillos de siempre.

Cordialmente,


Jaime Moreno,

Aclaro no el precandidato de la terna.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Texto tomado del periódico regional La Realidad Girardoteña. Es una aproximación analítica a la competición electoral por la alcaldía de Girardot en el Departamento de Cundinamarca, del cual se hacen aproximaciones en presente y pasado a la historia de los grupos y clases subalternas. N de la R.

GIRARDOGRAFÍAS

VOTO PROGRAMÁTICO Y CONTROL CIUDADANO

Miguel Angel Herrera Zgaib[1]

miguel.herrera@transpolitica.org

Antesala

Una novedad muy importante y desaprovechada durante los 20 años de la Constitución de 1991, es el voto programático para alcaldes y gobernadores. Fue reglamentado por la Ley 131/1994, y sobrevive como un ritual sin eficacia operativa para exigir la responsabilidad de las autoridades elegidas que no cumplen con sus programas inscritos.

Ahora tenemos delante el caso de Girardot, cuando ya conocemos tres de los cuatro posibles programas inscritos por los aspirantes a la alcaldía, porque el otro posible candidato, por el Conservatismo, se encuentra a la espera de que le decidan una impugnación

Criterios

Los candidatos Carmen Lucía Arias Barrero, del Grupo Significativo de Ciudadanos, Jairo Beltrán Galvis, Partido Liberal/Partido de la U, y Diego Escobar Guinea, Partido Asi, ya depositaron sus programas. Vamos a hacer con ellos una aproximación analítica de cara a la ciudadanía. Ojalá sirva de referencia a las otras alcaldías en disputa en la vecindad de Girardot.

Primero que todo conviene establecer que un programa serio debe ser claro en su fundamentación, es decir, los compromisos que hace frente a la ciudadanía que lo votará, y la determinación de los mismos, que hagan posible tanto el cumplimiento como la exigibilidad de lo que se promete por escrito.

El voto programático es un contrato político que tiene más fuerza vinculante que un contrato civil común de la variedad de las llamadas promesas. Éstas, lo sabe el común de la gente, tienen pactadas unas “arras”, un aseguramiento que es la sanción en dinero para la parte incumplida. Luego el voto programático habilita para una vigilancia y control participativo de parte de la ciudadanía cuyo máximo efecto es la destitución del funcionario electo popularmente.

Hasta el día de hoy no ha visto Girardot un ejercicio de esta naturaleza, que supone como mínimo un año de servicio del alcalde, para poder exigirle su remoción por no estar cumpliendo lo pactado en el programa con la comunidad política que lo eligió.

Tres programas y verdades

En gracia de ser breves y concisos, hecha la lectura transversal de los tres documentos: “Haremos más por la ciudad, haremos mucho más por la gente” de Diego Escobar, “Girardot Ciudad-Región de Oportunidades” suscrito por Jairo Beltrán, y el programa de gobierno de Carmen Lucía Arias, los siguientes son los aspectos más relevantes.

El más breve de todos es el de la exdiputada Carmen Lucía, que no tiene un nombre bandera específico y abarca 6 páginas, mientras que los de Jairo tiene 25, y el de Diego 29 páginas respectivamente.

En su estructura, cada escrito contiene una presentación, una referencia normativa, partidista e ideológica, un diagnóstico de la situación de la ciudad y su población, unos compromisos, y unas iniciativas a implementar en el periodo de los cuatro años que tendrá a disposición quien gane.

Es muy importante indicar también que en el mejor de los casos estos programas fueron inscritos en el mes de agosto de 2011, y sólo a partir de la segunda semana de septiembre estuvieron disponibles. Así las cosas, el ciudadano común y corriente tendrá para conocerlos un tiempo máximo no superior a 45 días. Este examen de la ciudadanía cuenta así con menos tiempo que el requerido para preparar el examen del ICFES por quienes terminan la educación secundaria.

Los ejes de cada uno son: la metropolitización para el programa de gobierno de Diego, la gestión de oportunidades para el de Jairo, y la concertación ciudadana para Carmen Lucía. De los tres, sólo un programa hace un diagnóstico relativamente serio de la situación de Girardot, allegando estadísticas como prueba a lo que se afirma.

En “Haremos más por la ciudad,…mucho más por la gente” se lee que Girardot tiene una población regular de 110.000 habitantes, y flotante hasta de 350.000 en vacaciones. La ciudad ocupa el 6o. lugar entre 116 municipios cundinamarqueses, y el 58 de los 1119 que existen en la nación. Está clasidicado en el tercer nivel presupuestal, lo que afecta el monto de recursos disponibles y proyectos posibles.

La tasa de desempleo reconocida fluctúa entre el 11 y 15 % en el año 2010. La población en edad de trabajar (PET), entre los 18 y 55 años, es de 66.000, de los cuales el 15% , es decir, 10.000 padecen el desempleo, y algo más del 20%, adicional, hacen parte del rebusque diario. Es el anterior un porcentaje cercano al 50% que suma desempleo abierto y subempleo precario. Conviene también decir que el salario de los empleados no supera el mínimo legal, y de modo general, un miembro familiar es quien reporta ingresos.

Los otros dos programas al respecto de lo anterior guardan silencio, y ninguno de los tres menciona las cifras del presupuesto anual de municipio, y el nivel de ejecución respectiva, y en particular lo correspondiente al corriente año de 2011, y cuál es el estado de las conocidas técnicamente como vigencias futuras.

Mucho menos hay mención alguna sobre proyectos en ejecución de responsabilidad de la alcaldía actual, y casi nada de las deudas contraídas, su amortización pactada, y aquellas que serán exigibles para el tiempo en que entre en funciones el alcalde(sa) elegida por el voto popular. Tampoco hay una indicación precisa de la nómina a cargo del municipio, discriminada por actividades y el valor actual de la misma y sus pensiones; y el costo de los programas de subsidio a las familias pobres y miserables.

Hechas estas observaciones, que fijan el grado de realismo que puede acompañar a lo que promete cada programa, pasemos revista a la concreción de compromisos e iniciativas de los candidatos.

El programa más conciso, el de la exdiputada Carmen Lucía tiene 11 ítems. El más numeroso en promesas es el de educación y cultura con 7 puntos, y el único de estos que se “garantiza” es el acceso a la educación en sus diferentes niveles, lo cual ya señaló la ministra de educación, excepto a la educación superior.

Los demás son un listado de promesas indefinidas. Le siguen en importancia Empleo, Salud y Deporte con 5 puntos, y Turismo con 4, donde la aspirante señala que fortalecerá seguridad, arquitectura y recreación en los siguientes atractivos turísticos: Mirador Alto de las Rosas, Tren, Parque el Talismán, Reserva las Cavernas, Navegación Río y Embarcadero. Pero, en ningún caso se sabe cómo, en cuanto tiempo, y cuál será el presupuesto estimado para las obras y actividades a emprender.

El más prolijo de los programas es el del Diego, bacteriólogo de trayectoria administrativa en la vecina Ibagué, y familia de educadores. El clasifica así los problemas prioritarios: erradicar pobreza y hambre, lograr educación primaria, promover igualdad de género, reducir mortalidad infantil, mejorar salud materna, combatir VIH/sida, y garantizar sostenibilidad ambiental.

Aunque las cifras no le cuadren, Diego estima que hay 50.000 pobres, y 18.000 por debajo de la pobreza, es decir, 68.000 entre pobres y miserables de un total de 110.000 habitantes de base, es decir, 2/3 partes de los girardoteños sobreviven con menos de un salario mínimo legal.

La solución al problema de la pobreza, el hambre y sus derivados es constituir la Metropolitana del Sol, una asociación de 18 municipios, 9 de Cundinamarca y 9 del Tolima, aplicando la Ley 128 de 1994, teniendo como núcleo o metrópoli a Girardot, que dejó de ser una economía fuerte en industria y agricultura; ocupa el 6o lugar en infraestructura y manejo económico.

Establecer tal área metropolitana tiene tiempos y procedimiento para implementarla conforme a lo dispuesto en la Ley OOT, en concordancia con el Art. 319 de la C.N. Para lo cual requerirá convocar y realizar consultas populares en 18 municipios, una acción ciudadana sin precedentes en Colombia. Luego protocolizar con alcaldes y concejos la conformación del área y demás detalles.

En los asuntos más inmediatos, empleo y educación para disminuir la pobreza la fórmula en concreto es: recuperar el 15% de las vías de Girardot, y rediseñar la Plaza de Mercado. En educación establecerá un megacolegio con instituciones públicas y privadas, fortalecimiento de las escuelas de formación artística y cultural en las comunas y veredas.

Promoverá según la Ley 181/95, la creación del Instituto de Deportes, y las escuelas deportivas, Decreto 2225/85. Basado en la Ley 19/91 recuperará el presupuesto para mantenimiento de escenarios y capacitación deportiva.

El candidato en todos estos asuntos no define ni plazos ni montos para realizar lo que promete. Eso sí, tiene un gran aliado, porque pone este programa “en las manos del Altísimo Dios, quien pone y quita gobernantes.

Para Jairo, un liberal de doble filiación, según los logos que presiden su programa de gobierno, en el intertítulo “Nuestro desafío” parte de decir que “Durante años hemos sido testigos del deterioro de Girardot, tanto en lo físico como en lo humano”. Y salva su responsabilidad, diciendo, “en los dos periodos que me ha correspondido presidir (los esfuerzos)…no han sido suficientes para detener…revertir los efectos contaminantes de la fuga de empresas industriales…que sustentaban la dinámica comercial de la ciudad y servía de conducto para redistribuir el producto colectivamente”.

La respuesta salvadora es “Pensar en grande. Crear oportunidades”. Lo cual, puede inferirse, no ocurrió en sus dos anteriores administraciones, de cuyo saldo positivo, en concreto no da cuenta, porque en su programa de gobierno no hay estadísticas y cifras que apoyen la retórica del candidato.

A cambio ofrece un modelo teórico de gestión, conforme a la vulgata neoliberal que impuso el Consenso de Washington y que hundió en materia social a la mayor parte del continente. Esta es la “santísima trinidad” neoliberal que se ofrece: gestión, administración y gerencia para Girardot, donde el alcalde será el líder de procesos, e ideólogo del cambio y la transformación (p. 8).

Por último, veamos el cuadro de iniciativas para la gestión de oportunidades, cuyas cuantificación, tiempos y personal no aparecen detallados en ninguna parte, para el periodo 2012-2015. Las iniciativas son, en su orden: sociales (9), educación (16), salud (7), vivienda (3), deporte (11), infraestructura (6), desarrollo económico (4), internacionalización (6), empleo (7), turismo y cultura (6), rural (6), financieras (4), seguridad ciudadana (10), medio ambiente (5), transparencia (5), fortalecimiento institucional (6).

Sumadas las iniciativas de Jairo y su equipo multipartidista, éstas llegan a 91, 9 menos que el programa de 100 puntos del expresidente Uribe Vélez, que cumpliría en sus dos periodos de gobierno. En orden de importancia están, primero, educación, deporte, y sociales. Sin embargo, desarrollo económico tiene 4, y financiera 4. Así que el motor principal para responder al desafío no se corresponde con las promesas que aquí se hacen.

Por último, el fortalecimiento institucional incluye una confesión de parte, la necesidad de “una institucionalidad ágil, moderna, basada en la mejor información técnica y científica, y la participación local y regional”, porque, cualquier ciudadano podría preguntarse qué fue lo que hizo el aspirante en las dos alcaldías anteriores; y peor aún, qué muestras da este programa en su redacción del propósito de enmienda que ahora lo acompaña, que no sea una retórica vacía de cifras y prueba estadística de lo hecho, y sobre todo, lo por hacer con eficacia y eficencia.

Sólo nos falta considerar el programa de Alfonso Buendía, si es que logra obtener un fallo favorable para su impugnación, o un pronunciamiento en igual sentido por la Registraduría del estado civil.

Colofón inquietante

Cada lector y potencial elector sacará sus conclusiones sobre la consistencia teórica, rigor y viabilidad práctica de lo se comprometen a hacer los aspirantes. Las mías son desalentadoras, pero pienso, en cambio, que en los días que siguen es necesario que Girardot, su gente, constituya un movimiento ciudadano que vigile y controle la retórica de quien resulte elegido, y en el curso de un año de la administración esté preparado para remover del cargo al falsario de las promesas hechas, o para ratificar a quien haya cumplido con lo prometido, según un cronograma de realizaciones posibles para igual periodo, que ninguno de los nombrados ha hecho hasta la fecha. Es tiempo, acuciante y angustiante, de corregir un nuevo desastre en materia de gobernación y administración.



[1] Profesor Asociado. Departamento de Ciencia Política, Unal. Bogotá. Director Grupo Presidencialismo y participación. Catedrático Maestría Estudios Políticos, U. Javeriana. Autor: La Participación y representación política en Occidente. Coautor. El 28 de mayo y el presidencialismo de excepción en Colombia; La toma de la participación. Mayo 68.