Coyuntura Socio-Política

DOCUMENTOS SOBRE LA CRISIS

Comunicación del docente de Derecho laboral, Marcel Silva

Señores Profesores

Debido a que están convocando a una asamblea de profesores para esta tarde, lamentablemente no puedo asistir pues debo estar presente en mi cátedra de 'Teoría del trabajo y regulaciones jurídicas de la seguridad social" de 4 a 6 p.m.

Insisto en cada una de las críticas que efectué por escrito (que reproduzco a continuación) y personalmente al Decano y al renunciante Vicedecano Académico por la falta de consideración con  los eminentes profesores de las áreas de derecho del trabajo y de la seguridad social, lo mismo que a sus estudiantes, con tanto desbarajuste y desgreño, así expidan comunicados donde demuestren 'grandes esfuerzos', pero inoficiosos en lo que mi área corresponde.

En un comunicado que expidieron el día viernes y solo conozco hoy, en el punto octavo, tratan de eludir las críticas que les hice desde el viernes pasado, desviándolas hacia los fuertes reclamos que debí hacerle a quien me indicaron que resolvía las inquietudes y los problemas, que mal me atendió, con la vieja táctica del enroque como es  poner a responder a secretarias, sin conocimiento alguno, como escudos contra la justa ira de los reclamantes, como a menudo  nos sucede cuando nos dejan varados la líneas aéreas.  El viernes remití:

Después de la parálisis de actividades durante meses por el paro de un grupo de trabajadores reiniciamos clases pero no pudimos avanzar porque se cayó el techo, se suspenden clases y cuando se van a reanudar, insólito, adjudican salones a la loca: ¡Qué pena¡, ¡qué vergüenza¡ con los estudiantes  -todos abogados y abogadas- que ilusionados y animados estaban por la reanudación de clases. Pero ese salón era un laboratorio y no se podía dictar clase, además no había quien lo abriera.

Debí reunirme con los alumnos en el prado, como cualquier centro de primaria de cuarta categoría, y explicarles sobre la ineficiencia e irresponsabilidad de los administradores de la Universidad y de la Facultad, con nombre propio para que no se escuden que 'es un problema institucional o de la universidad o de la Facultad en abstracto'. ¿por qué será que no se preocupan por respetar la dignidad de los estudiantes y profesores y nos manosean con reuniones 'democráticas' o clases 'rebeldes ante el Mineducación'  con lo que solo buscan difuminar, diluir, su responsabilidad?. 

Quien no sabe atender y resolver, lógicamente estando presente, los problemas pequeños no podrá manejar los más complicados, pero parece que hay abundancia de quienes demuestran que no pueden ni con lo uno, ni con lo otro, pero aspiran a más poder. ¡Qué pena¡, qué vergüenza¡ .
Marcel Silva Romero
Coordinador especialización en 'Instituciones Jurídicas de la Seguridad Social'

Oscar Mejia Quintana	13:40 (hace 18 horas)

Hola a todos:

Creo que es el momento de unidad, así sea pragmática, alrededor de la Facultad y sus directivas y funcionarios que están haciendo lo que mejor pueden en las actuales circunstancias.

No es el momento de críticas desmedidas y de pretensiones individualizantes para que "salven mi programa" mientras la facultad se hunde. Nada, nada, nada justifica el maltrato, ni los gritos, ni las amenazas, ni los llamados -que terminan siendo oportunistas- a bloqueos, protestas y acciones directas -tan propias del estalinismo- en momentos en que requerimos es prudencia, ponderación y ecuanimidad.  

El Consejo Directivo, el decano, los vicedecanos, la secretaria académica, los funcionarios están haciendo lo mejor que pueden en las actuales circunstancias, muchas veces sin el apoyo de nadie. Lo mejor que podemos hacer como profesores es acompañarlos en esa tarea y no pretender pescar en rio revuelto con intereses que trascienden lo puntual: reiniciar las clases en las mejores condiciones (que no serán las ideales) y no perder el semestre.

Después vendrán las cuentas de cobro pues esta situación, mas que a la actual decanatura, compromete la indiferencia de varias anteriores, así como de directivas y vicerrectores de sede que poco o nada hicieron y que, en últimas son también corresponsables de lo que le sucedió a la facultad.

No es un decano ni un aguacero la causa de lo sucedido: son años de negligencia e indiferencia bajo cuyo peso finalmente colapsaron sus techos. la responsabilidad es también histórica.

Refrenemos los ánimos y apoyemos los esfuerzos de nuestras directivas y funcionarios con responsabilidad institucional, respeto y moderación.

OMQ