sábado, 31 de marzo de 2018


LA GRAN MARCHA DEL RETORNO Y EL POLVORÍN DEL MEDIO ORIENTE EN SEMANA SANTA. PALESTINA RESISTE.

Miguel Angel Herrera Zgaib
Profesor asociado, Ciencia Política, Unal
Catedrático Maestría de Estudios Políticos, U. Javeriana
Ex rector Universidad Libre de Colombia

“Hace 70 años dejamos nuestra tierra.” Khaled al Batsh.

                                                                   Entre el jueves y el viernes de esta semana santa, Palestina está en pie de lucha en la franja de Gaza, con el respaldo político de Hamás que gobierna este territorio, que ha sido regularmente objeto de ocupación por parte del estado de Israel, que quiere someter y asfixiar a sangre y fuego.


Algunos hablan que la Gran Marcha es el comienzo de otra Intifada, que arranca este viernes con la celebración del día universal de la tierra, que resignifica la heroica resistencia del pueblo Palestino que alcanza y supera el año 1948. Pues bien, la jornada ha empezado, y ya contabiliza a 8 palestinos muertos, y el conteo de heridos en la población movilizada por Hamás supera los 500 heridos.


La Gran marcha del retorno, según lo anuncian sus organizadores políticos, se extenderá hasta el 15 de mayo, con diversas acciones de desobediencia civil que son reprimidos con el uso de carros de combate, potentes gases lacrimógenos y cobardes disparos de francotiradores.

Sin embargo, desafiando esta bestial sangría, miles de palestinos se ubican ya en 6 puntos de Gaza en las inmediaciones de la barrera levantada por el gobierno y el ejército de ocupación. Para recordarles con altivo, indomeñable heroísmo que el ejemplo de Massada no ha sido olvidado.

 En esa barrera están apostados 100 francotiradores israelíes, que ya han hecho impacto mortal con sus disparos en los manifestantes indefensos según los reportes  llegados de la zona de este nuevo holocausto que tiene que conmover a los pueblos de la tierra, y, de modo particular, a los cristianos y católicos que actualizan el recuerdo de un crucificado que en defensa de su palabra estuvo dispuesto a enfrentar todas las vejaciones imaginables en público.

¿Jerusalem, capital de cuál Estado?

                                                   En todo caso, cuando Israel ha tenido el respaldo de Mr. Trump para convertir a Jerusalem en su capital, exclusiva y excluyente cruzó la raya. Las acciones que empezaron en Gaza muy probablemente tendrán repercusiones definitivas en la parte oriental de la capital de todos los monoteísmos. Allí residen miles de palestinos, quienes la reclaman igualmente como su capital histórico religiosa, sin abandonar la tierra y sin doblegarse al poder del dinero y de la fuerza bruta, que se ejercita contra una población desarmada y empobrecida.

Así las cosas, después de haber experimentado estos martirizados territorios dos grandes intifadas, ésta que se perfila y moviliza a miles, puede tener las dimensiones de una catástrofe social y humana de dimensiones incalculables. Pero, a la vez, es el precio de un sacrificio colectivo que libera de la opresión de una fuerza extranjera, y rompe con la indiferencia de los demás pueblos libres de la tierra.


Es una movilización que se corresponde con el trámite cercano de las elecciones en Israel, con la expectativa que Netanyahu, acusado de varias conductas judicialmente punibles, trate de sacar ventaja de un estado de guerra, sectorializado, en la sitiada área de Gaza, que lo proyecte de nuevo en el cargo que no quiere dejar, y al que ha llegado por su capacidad de infringir daño a un Estado vecino al que no se quiere dejar existir a todo costo.


La autoridad palestina y Hamás han hecho acuerdos, producto de los anuncios de imponer a Jerusalem como capital del estado de Israel, un sueño que la dirección judía, histórica y nueva, acaricia desde la propia fundación, después de la II Guerra Mundial, a raíz de lo que se decidiera por la ONU, que se tradujo en la creación del estado de Israel en 1948, y la postergación del Estado Palestino hasta nuestros días, después de la tragicomedia de Camp David, y la corrupción del proyecto que lideraba en sus inicio Yasser Arafat. Una claudicación que denunció con vigor y ardentía el gran intelectual palestino, Edward Said, quien presidió por algún tiempo el Consejo Palestino.

El Medio Oriente a punto del holocausto

                                                            Esta campaña de recuperación simbólica del territorio palestino, que se viene perdiendo progresivamente, a través de lo colonos israelíes, quienes vienen ocupando a la fuerza, o comprando territorios en la zona litigiosa, parece llegar al punto de no retorno.

Esta situación se puede encadenar de modo probable con la inmensa carnicería en la vecina Siria, donde la Rusia de Putin apoya al gobernante Bashar al Asad, porque ahora Rusia se encuentra sujeta a retaliación por 14 naciones europeas, más EUA y Canadá.

El castigo ocurre a raíz del atentado perpetrado contra un doble espía ruso, y su hija, quienes están residenciados en Londres. Fueron envenenados empleando productos elaborados en el tiempo de la guerra fría, cuando Putin era funcionario máximo de la KGB.

Las acciones sancionatorias ordenadas por Teresa May, la primer ministro, ya son respondidas con las dos primeras expulsiones efectuadas por el gobierno ruso, más las que anunció realizará contra el cuerpo diplomático británico de aquí al mes de mayo, si no abandonan "voluntariamente" el territorio ruso.

No sería extraño que si la situación empeora en Jerusalem, el principal socio de Israel, los Estados Unidos intervenga como lo hace de modo regular a través de la mayor ayuda económico militar, en el área de Gaza, atizando el incendio.

Con el riesgo de que Rusia, no sólo obre en el Consejo de Seguridad con el veto, sino que disponga de parte de su flota para colocarla en la vecindad de Gaza, lo cual no ocurrió hasta la fecha. Es una situación hipotética que pareciera recordar, por momentos, a la crisis del Canal de Suez, con todas sus obvias diferencias, en los años 50.


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