INTERLOCUCIONES ANTES Y DESPUÉS DE LA ELECCIÓN EN ESTADOS UNIDOS
APRENDIENDO CON GARRY WILLS
Reproduzco estas notas en interlocución con el escrito de la autoría de
Garry Wills, remitido por el amigo Luis Mejía, quien desarrolla una activa y
continua reflexión sobre los asuntos de Estados Unidos de América y del mundo. Está
también incluida la respuesta del maestro Alfredo Arango, maestro, periodista y
novelista residenciado en Washington, donde se desempeña como docente en una
escuela secundaria.
Él está basado en New York, y nutre su blogger de excelentes piezas que
selecciona con atención y aguda pertinencia; y acaba de publicar una nota sobre
las elecciones en Estados Unidos que le publicó La Silla Vacía en la versión
corta, y anuncia que la reproducirá completa en su blog que pueden visitar los
interesados.
EL DEVENIR DE UNA CRISIS DE AUTORIDAD
El escrito de Wills, “Discípulos de la Desconfianza,” plantea que el
fenómeno Trump obedece a una profunda crisis de autoridad que ha sido
magnificada por la mendaz experiencia de la guerra contra Iraq, que resulta ser
la más larga de la historia de los Estados Unidos de América.
Este efecto se ha visto magnificado durante los dos gobiernos de Obama,
que no salió de la primera, y volvió a entrar en la guerra de Afganistán. En
mis términos, borrando con el codo lo que había escrito con la mano, cuando
siendo senador fue el único que rechazó la guerra en Iraq, acción que lo
catapultó en su aspiración presidencial, desde su silencioso pero efectivo
trabajo como activista social en las barriadas de Chicago.
Fue también en Chicago donde nació Hillary Clinton, quien por segunda
vez intenta ser presidente, pero con un expediente enteramente diferente, al
cual le añadió los yerros de Obama, actuando como "halcón", esto es,
como secretaria de estado, y acudiendo a formas no sanctas para conducirse en
su ministerio, entre otras razones, consciente del espionaje oficial
establecido de modo general desde los nefastos tiempos de Bush hijo.
Sin embargo, la opción del "patito" Donald, quien navega sobre
todas las sangres de las dos guerras injustas, imperialistas, bajo los dictados
del nuevo orden global, resultó ser el candidato mejor posicionado ante la
mitad de posibles votantes, descreídos y heridos por la inmensa concentración
de la riqueza, cuya denuncia hizo popular a Bernie Sanders. Él, sin embargo,
prefirió tomar las de Villa Diego, y entregarse con "buenas, piadosas
razones" al establecimiento bipartidista estadounidense, para, diríamos
aquí, rescatar del "ahogado el sombrero".
El (nuevo) Donald Trump promete como presidente "todopoderoso"
que él hará solo lo que tiene que hacer, que no tendrá límites, ni siquiera la
tortura para conseguir que su país vuelva a ser grande, y que el interés
nacional no se hunda en el marasmo de los últimos quince años, ofreciendo
"buenos y estables trabajos" a quienes los perdieron, y vivienda a
los que ilusionados sufrieron el estallido devastador de la burbuja financiera
de las hipotecas basuras.
Asistimos al desenlace, en perspectiva gramsciana, de una crisis de
hegemonía que se manifiesta como una crisis de autoridad en todos los órdenes,
en el nodo principal del capitalismo global, que ha prolongado su agonía
reproduciéndose a través de la guerra. Su opuesta es la democracia, pero, la
crisis del sentido común que lo hizo posible con el refuerzo de la prensa que
mintió con descaro, incluido al gran diario liberal el New York Times.
Está claro ante todos, que los Estados Unidos han perdido dos guerras,
habiéndolas "supuestamente" ganado en lo militar, y han extendido
esta explosión nuclear, molecular por todo el planeta, desde el Medio y el
Lejano Oriente, de la que el éxodo y el yihadismo son sus dos mayores síntomas.
Hoy, y desde hace varias semanas, vemos cómo se resuelve este estruendo
descomunal a punta de votos descreídos. El cierre de campaña de Hillary en
Philadelphia, donde se firmó la Declaración de Independencia, que ignoró a
pueblos originarios, mujeres y esclavos negros, y de Trump que lo hizo en dos
lugares, New Hampshire y Michigan, parte de las trece colonias con las que
arrancó la república americana.
Estos cierres son el colofón de esta tragicomedia, cuyo desenlace
es impredecible. Las otras dos candidaturas, libertarios y verdes, son briznas
en la tormenta, la lucidez de los jóvenes que pusieron músculo a la campaña de
Sanders pueden ser la alternativa, recuperando las múltiples formas de lo
común, que reverdecieron en la experiencia de Occupy Wall Street. Después de
las elecciones que no dejarán contento a ninguno de los votantes, aunque habrá
un ganador sobre las cenizas de la "democracia" representativa que
mostró ya todo el cobre en público. Se cierra así el ciclo de la antipolítica
que floreció como planta carnívora, como contracara de la globalización
capitalista.
Miguel Angel Herrera Zgaib
Director XI Seminario Internacional A. Gramsci
Nota: Este ensayo fue escrito con anterioridad al resultado electoral que le dio el triunfo, sorpresivo, pero no sorprendente, al heredero de Tío Rico McPato, como lo precisa nuestro interlocutor, Alfredo Arango.
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