sábado, 15 de diciembre de 2018


Duque a través de los discursos

miguel angel herrera zgaib
profesor asociado, C.Política, Unal
Presidente de la IGS-Colombia.

“Estamos en este momento en medio de lo que algunos llaman la cuarta revolución industrial.” Iván Duque, presidente.

                                         En la evaluación de la gestión presidencial es, igualmente, útil un estudio de estadística textual de los discursos de Iván Duque al cabo de sus 100 días. Es un procedimiento construido y aplicado en la experiencia universitaria francesa. 

En Colombia, este procedimiento es el resultado de una tarea investigativa cumplida por María Fernanda González, Ph.D. de la Sorbonne, a quien conocí años atrás, cuando era estudiante de Ciencia Política en los Andes, que hizo pública el pasado 14 de noviembre, investigación de cuyos resultados voy a valerme enseguida.

El trabajo 

Inventaría las alocuciones presidenciales entre el 7 de agosto y el 12 de noviembre, con un promedio de tres discursos diarios. La mitad de las intervenciones de Duque fueron desde la ciudad capital, y el resto en diferentes zonas, con preponderancia de las ciudades capitales, y en municipios específicos como Soledad, Filandia y Tibú.

Incluye también las participaciones del presidente en foros internacionales, y sus visitas a Ciudad de Panamá, y París, en el centenario del armisticio, donde se encontró con su par, Emmanuel Macron, semanas antes de las manifestaciones del área metropolitana que le inflingieron la primera derrota política de consideración.

Los discursos 

Están clasificados en cuatro áreas de interés: economía, seguridad, aspectos sociales, y política cultural.

En lo económico su bandera es la ley de financiamiento, para cubrir el déficit de 14 billones heredado de la administración Santos, requerida para enjugar los faltantes presupuestales de su antecesor. Él ha insistido mientras tanto en el “desarrollo empresarial, el empleo formal y de calidad, el matrimonio entre inversión  privada y sector público y el impulso al emprendimiento.

En cuanto a seguridad, dos son los ejes, el plan Diamante y la fórmula “El que la hace la paga”, para desarticular y vencer las organizaciones criminales, combatir la extorsión, el secuestro y reducir la criminalidad. Claro con el apoyo de las FF.AA y de la Policía.

En materia social, el verbo conjuga los temas de la desigualdad, en particular, en la Otra Colombia, Guajira, Cauca y Chocó en la mira discursiva. Se refirió, por ejemplo, a “La Guajira profunda, donde solamente el 4 por ciento del área rural tiene acceso al acueducto. O es la Colombia del Casanare profundo, que no tiene ni siquiera las mejores vías terciarias para sacar un potencial agrícola.”

De otra parte aparece el apartado de la política cultural, en función económica, esto es, como componente sustancial de la publicitada economía naranja que interpela a los jóvenes emprendedores. Porque, dice la investigación de González, “Duque le apuesta a las industrias creativas, los nuevos emprendimientos digitales, el turismo y la gastronomía.” (En ET,14/11/18, 1.14)

(continua)

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