martes, 1 de marzo de 2016

¿UN SUPER MARTES QUE HUELE A DESASTRE?

Miguel Angel Herrera Zgaib
Director Grupo Presidencialismo y participación
presid.y.partic@gmail.com

HOY, los ciudadanos de trece estados de la Unión americana, y un territorio, Samoa, anexada en las aventuras coloniales, están votando para escoger quiénes serán a la postre los campeones del partido rojo y el azul, que disputarán el 8 de noviembre de 2016, la presidencia de la cabeza del imperio global.

Ni más ni menos, se define el ejecutor de la presidencia imperial, el gobierno monárquico de la globalización capitalista, enmarcado por los polos antagónicos de democracia y guerra, si algo de verdad tiene lo anticipado por los analistas Antonio Negri y Michael Hardt, en su best seller, "Imperio", publicado en inglés por Harvard University Press el año 2000.

Este libro lo conocimos y discutimos en el año 2002, en sesión especial de la cátedra Manuel Ancízar, con la presencia virtual, en vivo de Toni Negri, desde Roma, donde se encontraba aún bajo libertad condicional, por las condenas proferidas contra él, cuando ejerció una militancia en el movimiento de la Autonomía.

Tiempo de elecciones

El cuento del supermartes empezó en 1986, cuando una iniciativa de políticos demócratas, de los Estados del sur, se pusieron de acuerdo en organizar las primarias en simultánea, para lograr audiencia en la dirección del partido, generalmente atenta a los mandamás de la costa este y oeste, con asiento en Washington.

Esta fórmula fue luego emulada por los Republicanos, el partido de Abraham Lincoln, quien fuera triunfador en la guerra de secesión contra los estados del sur, después de 5 años sangrientos, que produjeron, calculan un millón de muertos. La que sometió la Confederación a los dictados del ejecutivo conducido por el norte, terminando con la esclavitud, y expandiendo la revolución industrial.

Este inolvidable 1o. de marzo, se votan 1017 delegados demócratas, y 661 republicanos. de un total de 4763, y 2472, respectivamente. Después de conocer estos resultados no habrán sido decididos los candidatos del bipartidismo norteamericano, porque quien triunfe bajo cada bandera, tendrá que obtener cuando menos 2382 delegados demócratas, y 1237 republicanos, para ser investidos en las convenciones de este año que serán en el mes de julio.

¿Las sorpresas se desvanecen?

Este año, con independencia de los resultados de hoy, y los que se cosechen en los días que siguen, ha habido dos sorpresas: la presencia electoral de un socialista demócrata, Bernie Sanders, un neokorquino que ha hecho carrera en el Estado liberal de Vermont, donde ha sido hasta senador, y cuyos delegados ganará en este "supermartes".

Y de otra parte, la que trajo la presencia perturbadora de Donald Trump, un magnate especulador, experto en quiebras, y en el negocio de hoteles, casinos y finca raíz, que ha alborotado la reacción y el fundamentalismo de toda laya, incluido el Ku Kux Klan, y el partido nazi estadounidense.

Los pronósticos señalan que Hillary molerá al septuagenario Sanders, que tiene el apoyo de los jóvenes universitarios que acompañaron al liberal Obama, y se desilusionaron de sus ejecutorias. Todos están atentos a lo prometido por Bernie en materia de justicia social, y educación superior, un verdadero privilegio, mientras que los afro y latinos todavía siguen engarzados al oficialismo de Hillary Clinton, perdedora ya en una oportunidad de la carrera presidencial.

En cambio, los republicanos no se reponen de su estupor, al ver al bocón Trump espetar insultos a diestra y siniestra, y menospreciar a las direcciones oficiales del establecimiento rojo. Ya quedó tendido el heredero de la dinastía Bush, y solo sobreviven con posibilidades dos candidatos de ancestro latino, Ted Cruz y Marco Rubio, que miden fuerzas con este advenedizo de la política.

Es muy posible que hoy, Hillary y Donald se dispongan a preparar la más particular de las elecciones de los últimos tiempos, a riesgo que se una a esta comparsa el multimillonario Bloomberg, quien está dispuesto a poner sus dólares y su prestigio de alcalde de New York para "salvar del chasco" de tener a Trump como presidente de la nación americana, la más poderosa del globo.

En cualquier caso, los liderazgos de la representación política nos muestran los contrastes, y el drama presente de la nación americana, y de una política que no podrá seguir siendo la misma. Puede, incluso, ocurrir, que Hillary tenga que incluir a Sanders como su fórmula vicepresidencial.

Ya sabremos qué se impone en los siguientes días, mientras el dólar cae, y los costos del petróleo de esquisto suben. Entonces economía y política serán la tenaza para atrapar carne fresca para el desmedido apetito del minotauro global, que ya se comió parte de la productividad china, y ahora prepara sus dentelladas para la India, que refresquen a la recesión que sigue al acecho, y con un rumbo perverso en su patio trasero, donde ya cayó Brasil, y tiene en la mira a Colombia.

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