martes, 8 de diciembre de 2015

LA TRAMPA, ¿DE QUIÉN(ES)?

Miguel Angel Herrera Zgaib

                                                       Atilio destaca ciertos puntos atinadamente, aunque el título, "La trampa," escrito en el portal Aporrea, no es claro en lo que implica e insinúa, ahora, de cara a los resultados. Esto es, a posteriori, después de las elecciones.


Pareciera sugerir que en Venezuela debió procederse como en Gran Bretaña, entre 1940-1945, en tiempo de guerra, cuando allí suspendieron públicamente las elecciones. No se conoce, no lo conozco, un título de su autoría que propusiera esto con antelación a la elección del 6 de diciembre. Tampoco para la Argentina, donde la oposición de centro derecha también ganó la elección, en este caso, presidencial.


¿De qué Imperio se trata?


                                                                           Igualmente, es novedoso que el jurista y sociólogo Atilio Borón hable de imperio, cuando es famoso su ensayo argumental contra el escrito de Hardt & Negri, que tituló "Imperio vs Imperialismo", premiado por Casa de las Américas. Conviene recordar con ellos, quienes escribieron "Multitud. Democracia y guerra en la era del Imperio (2004)," si sus argumentos y los de Atilio, su contradictor, ayudan en algo a entender lo que Nicolás Maduro denunció y denuncia como "guerra económica." 

Es otra manera de expresar la disputa central por la hegemonía en la sociedad civil, venezolana, y en la sociedad civil planetaria, donde la clase media, sus estratos, tienen un peso específico y definitivo en materia de votos como se ha comprobado desde los tiempos de la "tercera vía".


Dicho de otro modo, la pertinencia de tomar hoy en cuenta y actualizar a Gramsci, su legado e intuiciones. Un autor que le hizo erizar los pelos a los comunistas argentinos, y de América Latina, al final de la segunda guerra mundial y después. Hasta producir la expulsión de la joven vanguardia intelectual de Aricó, Del Barco, Portantiero, Scaron, que ni siquiera salvó la protección de Agosti, su ángel guardián, en los tiempos de editorial Lautaro.


Tal estrategia política, y su rechazo al "reformismo" gramsciano, los puso a la cola política del Peronismo en la Argentina; y ahora también, según los resultados obtenidos en la pasada elección de presidente, 70 años después.


¿Qué se ha aprendido?


Es una pregunta abierta, sin claudicaciones, por supuesto, con reflexión y acción. Nadie puede, ni siquiera en derecho, alegar sus propios errores, mucho menos convicciones, como excusa. Se trata de masticar, rumiar con provecho las derrotas, y obrar con consecuencia. 

Es el forzoso inventario del proyecto del socialismo del siglo XXI, por una parte; y por la otra tomar en consideración, la actualidad del comunismo. Lo que supone relanzar un proyecto de izquierda, aprendiendo e incorporando lo mejor de este periplo de 16 años, que no está clausurado todavía, en la medida que tenemos jugando las significativas experiencias de Bolivia, y de Ecuador, con todo y lo que de crítica les quepa. 

Tenemos también la nave brasileña azotada por vientos huracanadas, que amenazan incluso con golpear la dirección política de Lula, y su expectativa de volver a ser presidente, si el  juicio contra Dilma prosperara. En cualquier caso, es tiempo de ponerle cortapisas al caudillismo, y a la bautizada por el difunto Ernesto Laclau con el nombre de "rázón populista". Ya es tiempo de sobra para pasar esta página.


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