EL
SENTIDO COMÚN DESDE EL SEGUNDO PISO DESPUÉS DE LA PRIMERA VUELTA DE ELECCIÓN PRESIDENCIAL
COLOMBIANA DE 2014
Durlandy
Orrego
Se dice
por las calles del pueblo, que en esta oportunidad la campaña presidencial no
fue tan sonada, porque no hubo ese inútil despliegue de carteles y volantes que
sólo ensuciaban las ciudades. Efectivamente, el último debate de los
Presidenciables, que se llevó a efecto por el canal RCN, en la noche del 22 de
mayo, dejó ver la plausible elasticidad de los aspirantes a la presidencia que
puso de relieve una nueva consideración por parte del común de la gente que no
entona con las encuestas publicitarias.
La
presentación de la aspirante Martha Lucía Ramírez, serena y coordina con su
convicción religiosa, claramente tiene entendido que el aspecto de la moralidad
es base fundamental de un buen gobierno, que el no al aborto, el no a la
adopción por parte de homosexuales, el no a la muerte provocada en caso médicos
extremos, cuya aprobación desmiembra conductas como la prostitución juvenil; la
irresponsabilidad paternal, la ausencia de respeto a la vida, las que atentan
contra la existencia y protección de la familia, los derechos fundamentales de
la vida y la igualdad, los cuales son la piedra angular de todo estado de
derecho.
La postura
seria y segura de la candidata ante estos
tópicos, la levanta sobre los demás candidatos, en la medida que
responde a la añoranza del común de la comunidad cristiana y católica
colombiana que es mayoritaria, de restablecer los valores morales que han
desembocado en la grave corrupción, delincuencia, y desajuste social de este
tiempo.
Mientras
que la candidata burguesa del Polo Democrático-Unión Patriótica, desde ya,
preventivamente, inclinó su programa hacia el bando del Presidente Santos, con
el continuismo que puso de presente. Y si piensa enviar a su esposo de
vacaciones para gobernar, no sería de extrañar que mande el país a Caracas o la
Habana, para que desde allí se gobierne Colombia. Pues no habría siquiera
acierto en la consideración que de detrás de un gran hombre hay una gran mujer,
porque la mujer cuando gobierna dice el
común de la gente, se le sube los humos, por lo que es corriente los gobiernos
totalitarios, como ejemplo, los períodos Victoriano, Isabelino, incluyendo las
más actual Margaret Thatcher, la primer ministra alemán, Corazón Aquino o el
descalabro nicaragüense de Violeta.
No en
vano, Jesús advierte, que el hombre es cabeza de la mujer, y ordena, nunca
mande la mujer al hombre, y cómo no obedecerle, cuando el feminismo llenó de
homosexuales el planeta civilizado, dejó los hijos al amparo de los hombres,
quienes como machos frustrados nunca harán idóneamente la labor de educar, para
lo que está hábilmente dotada la mujer, y sin la cual, todo proyecto de
educación es iluso, entre otras
consideraciones por las que no es óptimo el gobierno de las mujeres sino
en el interior de sus hogares.
El
feminismo no salvó a la mujer sino ha destruido a la familia y por ende a la
sociedad. No es que la mujer no sea lo suficientemente inteligente para
desempeñar cargos de dirección, claro que sí, pero debe hacerlo respetando esa
natural predisposición del hombre, que es ágil, dialéctico y objetivo, quizá
porque su aparato pasional se lo colocó Dios al exterior y no al interior como
a la mujer, por lo que ésta, está condenada a la pasión en sus sentimientos,
pensamientos y discursos. Es notable, la
diferencia del discurrir masculino, así sea muy pasional con el de la mujer,
que asume toda discusión como si se tratara de una contienda. Aunque en este
aspecto, la heredera de la aristocrática familia López, educados para gobernar,
ha aprendido a expresar sus ideas sin apasionamientos.
La mujer
gobierna sin estar en el frente, ejemplo típico en nuestro país, Berta de
Ospina, y si observemos la primera dama de César Gaviria, quien llegó a la
presidencia sin ningún pronóstico histórico y de allí se elevó a presidir la
OEA, teniendo a su derecha una mujer ilustre, dinámica, carismática que provocó
escándalo al contradecir las excesivas costumbres del protocolo
presidencial, sustituidas por la sólo
necesaria formalidad, a la que le ganó la comodidad y sencillez.
Los hijos
necesitan la calidez y rigidez de las madres ocupadas en su esmerada educación.
De las que quedan hoy unas pocas, quienes extenuadas de sus labores de oficina
llegan a sus hogares a continuar con las labores domésticas, y a hacer tareas
con sus hijos hasta largas horas de la noche. Estos hijos no gritan a sus
madres ni las amenazan con denunciarlas por violar sus derechos cuando los
corrige, sino que las guardan profundo respeto y admiración. Pero esta clase de
madres son las menos, las más cambian la compañía de sus hijos por regalos, por
permisiones, por alcahuetería, y cada vez, la descomposición social eleva este
género de hogares, que ha traído consigo la hecatombe de corrupción que anega
todas nuestras instituciones.
No sólo
el feminismo sacó a las mujeres de sus hogares sin la cada vez mayor codicia de
los pocos ricos, quienes insisten en mantener bajos salarios que no alcanzan a
cubrir el gasto en que incurre cada familia.
Sobre
todos estos aspectos es que debe elevarse el debate político, sobre corregir
estos errores históricos, desplegarse con seriedad y trascendencia su actividad
en las reformas de la educación y de la justicia, enmendando las leyes que han
mandado al traste la autoridad de los padres, la autoridad de los maestros, el
respeto a los superiores y a la ley, que han hecho de los niños sujetos de
acciones delictiva que quedan impunes mientras esconden sus verdaderos autores,
pero los tópicos son otros, si la minería es artesanal o industrial, si
inmiscuirse en la política del vecino país o no, y otros aspectos de menor
alcurnia que sólo por la buena voluntad y clara decisión de una persona sensata
tienen pronta solución.
La
postura del aspirante Oscar Iván Zuluaga, es meritoria por la concreción de su
exposición. Responde con suma fluidez dando soluciones concretas a las
preguntas formuladas, poniendo de manifiesto un extenso conocimiento del quehacer
nacional, de las necesidades y aspiraciones del pueblo colombiano, pero
lamentablemente, por haber resultado inmerso en esa consuetudinaria y
deshonrosa actividad de fondos ilícitos
en las campañas políticas, bajó su popularidad, pues sería sin dudas, el
próximo presidente de la república, ya que tiene bien claro que la paz es el
producto de la justicia social, y no el resultado de unos diálogos de dos
bandos enfrentados en diálogos oscuros durante tanto tiempo.
En Colombia
tenemos una genética social del diálogo con los insurgentes, porque mueren unos
cabecillas y los heredan otros, tanto en un bando como en el otro, que parece
ser una historia sin fin, por lo que no se considera un gran acierto, por
ejemplo, haber pactado con los
narcotraficantes guerrilleros que ya no van a traficar más, sino más bien un
acto vergonzante, que en lugar de extraditarlos, estén sentándose a la mesa con
delincuentes de esa envergadura. Este debate subió la población votante a su favor.
El Doctor
Enrique Peñaloza, defraudó porque con su comportamiento se inscribió en la
tradicional inútil revancha entre candidatos, y salvo, su postura como
ferviente protector del ambiente, no presentó ninguna idea renovadora.
El doctor
Santos atinó en concretar sobre los aspectos de su actividad gubernamental
notoria, su labor en el campo de la educación, su trabajo en relaciones
internacionales, su labor de proveer vivienda gratis o a muy bajos precios a
personas de estratos 1 y 2, la disminución en el índice de desempleo, pese a la
desmesurada corrupción de este país, donde a pleno siglo XXI, hay gamonales que
suben y bajan alcaldes, guardan el archivo del municipio en su casa, y ejecutan
el presupuesto conforme sus propios intereses, como ocurre en este pueblo de
Nilo.
Pero no
fue acertada su confrontación con el candidato Zuluaga, que reproduce esa tradicional manía politiquera de
la pelea, la revancha, el ataque etc., de la que está cansada la gente y hace
escéptica la sociedad civil, reproduciendo la convicción del pueblo, que es
sólo un oligarca más, interesado en continuar comiéndose la torta del poder.
Pero su
peor error estuvo al responder que no traicionó al doctor Uribe sino a la
corrupción, porque olvidó, que era miembro clave en el engranaje de gobierno
del doctor Uribe, con lo que implícitamente, afirmó que era un corrupto. Y su
gestión diplomática exitosa, fue gracias al conflicto armado en pro de la paz
de Colombia en el gobierno que tan vehemente ataca, en el que fue ministro de
Defensa.
E
igualmente, fue una equivocación, al mencionar como éxito suyo la creación del Ministerio de
Justicia, toda vez que éste existía y el Doctor Santos hacía parte del gobierno
que lo suprimió, gran desacierto como la supresión del Ministerio de Trabajo,
del gobierno de Uribe.
En el
orden legal existe la figura jurídica de la Revocatoria Directa, que concede a
las autoridades la opción de revisar sus actos y enmendarlos mediante unos
nuevos. En nuestro credo religioso, está la posibilidad de confesarnos y enmendar
nuestros errores. Debe el señor Presidente, revestirse de grandeza de espíritu, y en lugar
de esa guerra con su antiguo amigo y coadministrador, invitarlo a la paz. Dar
el ejemplo de ser el primer pacifista, pues dijo, que se hace la paz con el
enemigo, y así considera al Doctor Uribe, y si una vez comieron en una mesa, y
hace 4 años rompieron cobijas, debe ser inteligente, reconociéndole sus aciertos,
porque los tiene, y empezar por casa lo que espera lograr en la Habana, con
cuya conducta atraería no sólo la voluntad de la gente sino que se haría a un
socio poderoso en la construcción de todos sus proyectos políticos.
Y por
cierto, el Tratado de Paz, también es
objeto de revisión, donde debería quedar claro, el límite final en cuanto una
fecha determinada para los diálogos, y efectivamente, acordar sancionar los
crímenes atroces, porque cuando no se castiga al necio, dice Dios, sigue
cometiendo errores, y cada vez más graves. La impunidad ataca la raíz de la
justicia, y deja sin piso jurídico los siglos de evolución del derecho, donde
se concluyó que la pena es reeducadora, resocializadora y preventiva, porque
con su aplicación hace temer a la comunidad,
que se abstiene de delinquir para impedirla.
De modo,
que el debate político televisado reformó el cálculo de votación, donde muy
seguramente, entrarán en riña la votación a favor del Presidente, Zuleta y
Ramírez, en equilibrio de votación, y
sin duda, sacaron del panorama a los aspirantes del Centro Izquierda. El
conservatismo y el liberalismo continúan liderando el juego del poder del
estado colombiano.
Nilo,
mayo 23 de 2014
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