miércoles, 12 de octubre de 2011

Texto tomado del periódico regional La Realidad Girardoteña. Es una aproximación analítica a la competición electoral por la alcaldía de Girardot en el Departamento de Cundinamarca, del cual se hacen aproximaciones en presente y pasado a la historia de los grupos y clases subalternas. N de la R.

GIRARDOGRAFÍAS

VOTO PROGRAMÁTICO Y CONTROL CIUDADANO

Miguel Angel Herrera Zgaib[1]

miguel.herrera@transpolitica.org

Antesala

Una novedad muy importante y desaprovechada durante los 20 años de la Constitución de 1991, es el voto programático para alcaldes y gobernadores. Fue reglamentado por la Ley 131/1994, y sobrevive como un ritual sin eficacia operativa para exigir la responsabilidad de las autoridades elegidas que no cumplen con sus programas inscritos.

Ahora tenemos delante el caso de Girardot, cuando ya conocemos tres de los cuatro posibles programas inscritos por los aspirantes a la alcaldía, porque el otro posible candidato, por el Conservatismo, se encuentra a la espera de que le decidan una impugnación

Criterios

Los candidatos Carmen Lucía Arias Barrero, del Grupo Significativo de Ciudadanos, Jairo Beltrán Galvis, Partido Liberal/Partido de la U, y Diego Escobar Guinea, Partido Asi, ya depositaron sus programas. Vamos a hacer con ellos una aproximación analítica de cara a la ciudadanía. Ojalá sirva de referencia a las otras alcaldías en disputa en la vecindad de Girardot.

Primero que todo conviene establecer que un programa serio debe ser claro en su fundamentación, es decir, los compromisos que hace frente a la ciudadanía que lo votará, y la determinación de los mismos, que hagan posible tanto el cumplimiento como la exigibilidad de lo que se promete por escrito.

El voto programático es un contrato político que tiene más fuerza vinculante que un contrato civil común de la variedad de las llamadas promesas. Éstas, lo sabe el común de la gente, tienen pactadas unas “arras”, un aseguramiento que es la sanción en dinero para la parte incumplida. Luego el voto programático habilita para una vigilancia y control participativo de parte de la ciudadanía cuyo máximo efecto es la destitución del funcionario electo popularmente.

Hasta el día de hoy no ha visto Girardot un ejercicio de esta naturaleza, que supone como mínimo un año de servicio del alcalde, para poder exigirle su remoción por no estar cumpliendo lo pactado en el programa con la comunidad política que lo eligió.

Tres programas y verdades

En gracia de ser breves y concisos, hecha la lectura transversal de los tres documentos: “Haremos más por la ciudad, haremos mucho más por la gente” de Diego Escobar, “Girardot Ciudad-Región de Oportunidades” suscrito por Jairo Beltrán, y el programa de gobierno de Carmen Lucía Arias, los siguientes son los aspectos más relevantes.

El más breve de todos es el de la exdiputada Carmen Lucía, que no tiene un nombre bandera específico y abarca 6 páginas, mientras que los de Jairo tiene 25, y el de Diego 29 páginas respectivamente.

En su estructura, cada escrito contiene una presentación, una referencia normativa, partidista e ideológica, un diagnóstico de la situación de la ciudad y su población, unos compromisos, y unas iniciativas a implementar en el periodo de los cuatro años que tendrá a disposición quien gane.

Es muy importante indicar también que en el mejor de los casos estos programas fueron inscritos en el mes de agosto de 2011, y sólo a partir de la segunda semana de septiembre estuvieron disponibles. Así las cosas, el ciudadano común y corriente tendrá para conocerlos un tiempo máximo no superior a 45 días. Este examen de la ciudadanía cuenta así con menos tiempo que el requerido para preparar el examen del ICFES por quienes terminan la educación secundaria.

Los ejes de cada uno son: la metropolitización para el programa de gobierno de Diego, la gestión de oportunidades para el de Jairo, y la concertación ciudadana para Carmen Lucía. De los tres, sólo un programa hace un diagnóstico relativamente serio de la situación de Girardot, allegando estadísticas como prueba a lo que se afirma.

En “Haremos más por la ciudad,…mucho más por la gente” se lee que Girardot tiene una población regular de 110.000 habitantes, y flotante hasta de 350.000 en vacaciones. La ciudad ocupa el 6o. lugar entre 116 municipios cundinamarqueses, y el 58 de los 1119 que existen en la nación. Está clasidicado en el tercer nivel presupuestal, lo que afecta el monto de recursos disponibles y proyectos posibles.

La tasa de desempleo reconocida fluctúa entre el 11 y 15 % en el año 2010. La población en edad de trabajar (PET), entre los 18 y 55 años, es de 66.000, de los cuales el 15% , es decir, 10.000 padecen el desempleo, y algo más del 20%, adicional, hacen parte del rebusque diario. Es el anterior un porcentaje cercano al 50% que suma desempleo abierto y subempleo precario. Conviene también decir que el salario de los empleados no supera el mínimo legal, y de modo general, un miembro familiar es quien reporta ingresos.

Los otros dos programas al respecto de lo anterior guardan silencio, y ninguno de los tres menciona las cifras del presupuesto anual de municipio, y el nivel de ejecución respectiva, y en particular lo correspondiente al corriente año de 2011, y cuál es el estado de las conocidas técnicamente como vigencias futuras.

Mucho menos hay mención alguna sobre proyectos en ejecución de responsabilidad de la alcaldía actual, y casi nada de las deudas contraídas, su amortización pactada, y aquellas que serán exigibles para el tiempo en que entre en funciones el alcalde(sa) elegida por el voto popular. Tampoco hay una indicación precisa de la nómina a cargo del municipio, discriminada por actividades y el valor actual de la misma y sus pensiones; y el costo de los programas de subsidio a las familias pobres y miserables.

Hechas estas observaciones, que fijan el grado de realismo que puede acompañar a lo que promete cada programa, pasemos revista a la concreción de compromisos e iniciativas de los candidatos.

El programa más conciso, el de la exdiputada Carmen Lucía tiene 11 ítems. El más numeroso en promesas es el de educación y cultura con 7 puntos, y el único de estos que se “garantiza” es el acceso a la educación en sus diferentes niveles, lo cual ya señaló la ministra de educación, excepto a la educación superior.

Los demás son un listado de promesas indefinidas. Le siguen en importancia Empleo, Salud y Deporte con 5 puntos, y Turismo con 4, donde la aspirante señala que fortalecerá seguridad, arquitectura y recreación en los siguientes atractivos turísticos: Mirador Alto de las Rosas, Tren, Parque el Talismán, Reserva las Cavernas, Navegación Río y Embarcadero. Pero, en ningún caso se sabe cómo, en cuanto tiempo, y cuál será el presupuesto estimado para las obras y actividades a emprender.

El más prolijo de los programas es el del Diego, bacteriólogo de trayectoria administrativa en la vecina Ibagué, y familia de educadores. El clasifica así los problemas prioritarios: erradicar pobreza y hambre, lograr educación primaria, promover igualdad de género, reducir mortalidad infantil, mejorar salud materna, combatir VIH/sida, y garantizar sostenibilidad ambiental.

Aunque las cifras no le cuadren, Diego estima que hay 50.000 pobres, y 18.000 por debajo de la pobreza, es decir, 68.000 entre pobres y miserables de un total de 110.000 habitantes de base, es decir, 2/3 partes de los girardoteños sobreviven con menos de un salario mínimo legal.

La solución al problema de la pobreza, el hambre y sus derivados es constituir la Metropolitana del Sol, una asociación de 18 municipios, 9 de Cundinamarca y 9 del Tolima, aplicando la Ley 128 de 1994, teniendo como núcleo o metrópoli a Girardot, que dejó de ser una economía fuerte en industria y agricultura; ocupa el 6o lugar en infraestructura y manejo económico.

Establecer tal área metropolitana tiene tiempos y procedimiento para implementarla conforme a lo dispuesto en la Ley OOT, en concordancia con el Art. 319 de la C.N. Para lo cual requerirá convocar y realizar consultas populares en 18 municipios, una acción ciudadana sin precedentes en Colombia. Luego protocolizar con alcaldes y concejos la conformación del área y demás detalles.

En los asuntos más inmediatos, empleo y educación para disminuir la pobreza la fórmula en concreto es: recuperar el 15% de las vías de Girardot, y rediseñar la Plaza de Mercado. En educación establecerá un megacolegio con instituciones públicas y privadas, fortalecimiento de las escuelas de formación artística y cultural en las comunas y veredas.

Promoverá según la Ley 181/95, la creación del Instituto de Deportes, y las escuelas deportivas, Decreto 2225/85. Basado en la Ley 19/91 recuperará el presupuesto para mantenimiento de escenarios y capacitación deportiva.

El candidato en todos estos asuntos no define ni plazos ni montos para realizar lo que promete. Eso sí, tiene un gran aliado, porque pone este programa “en las manos del Altísimo Dios, quien pone y quita gobernantes.

Para Jairo, un liberal de doble filiación, según los logos que presiden su programa de gobierno, en el intertítulo “Nuestro desafío” parte de decir que “Durante años hemos sido testigos del deterioro de Girardot, tanto en lo físico como en lo humano”. Y salva su responsabilidad, diciendo, “en los dos periodos que me ha correspondido presidir (los esfuerzos)…no han sido suficientes para detener…revertir los efectos contaminantes de la fuga de empresas industriales…que sustentaban la dinámica comercial de la ciudad y servía de conducto para redistribuir el producto colectivamente”.

La respuesta salvadora es “Pensar en grande. Crear oportunidades”. Lo cual, puede inferirse, no ocurrió en sus dos anteriores administraciones, de cuyo saldo positivo, en concreto no da cuenta, porque en su programa de gobierno no hay estadísticas y cifras que apoyen la retórica del candidato.

A cambio ofrece un modelo teórico de gestión, conforme a la vulgata neoliberal que impuso el Consenso de Washington y que hundió en materia social a la mayor parte del continente. Esta es la “santísima trinidad” neoliberal que se ofrece: gestión, administración y gerencia para Girardot, donde el alcalde será el líder de procesos, e ideólogo del cambio y la transformación (p. 8).

Por último, veamos el cuadro de iniciativas para la gestión de oportunidades, cuyas cuantificación, tiempos y personal no aparecen detallados en ninguna parte, para el periodo 2012-2015. Las iniciativas son, en su orden: sociales (9), educación (16), salud (7), vivienda (3), deporte (11), infraestructura (6), desarrollo económico (4), internacionalización (6), empleo (7), turismo y cultura (6), rural (6), financieras (4), seguridad ciudadana (10), medio ambiente (5), transparencia (5), fortalecimiento institucional (6).

Sumadas las iniciativas de Jairo y su equipo multipartidista, éstas llegan a 91, 9 menos que el programa de 100 puntos del expresidente Uribe Vélez, que cumpliría en sus dos periodos de gobierno. En orden de importancia están, primero, educación, deporte, y sociales. Sin embargo, desarrollo económico tiene 4, y financiera 4. Así que el motor principal para responder al desafío no se corresponde con las promesas que aquí se hacen.

Por último, el fortalecimiento institucional incluye una confesión de parte, la necesidad de “una institucionalidad ágil, moderna, basada en la mejor información técnica y científica, y la participación local y regional”, porque, cualquier ciudadano podría preguntarse qué fue lo que hizo el aspirante en las dos alcaldías anteriores; y peor aún, qué muestras da este programa en su redacción del propósito de enmienda que ahora lo acompaña, que no sea una retórica vacía de cifras y prueba estadística de lo hecho, y sobre todo, lo por hacer con eficacia y eficencia.

Sólo nos falta considerar el programa de Alfonso Buendía, si es que logra obtener un fallo favorable para su impugnación, o un pronunciamiento en igual sentido por la Registraduría del estado civil.

Colofón inquietante

Cada lector y potencial elector sacará sus conclusiones sobre la consistencia teórica, rigor y viabilidad práctica de lo se comprometen a hacer los aspirantes. Las mías son desalentadoras, pero pienso, en cambio, que en los días que siguen es necesario que Girardot, su gente, constituya un movimiento ciudadano que vigile y controle la retórica de quien resulte elegido, y en el curso de un año de la administración esté preparado para remover del cargo al falsario de las promesas hechas, o para ratificar a quien haya cumplido con lo prometido, según un cronograma de realizaciones posibles para igual periodo, que ninguno de los nombrados ha hecho hasta la fecha. Es tiempo, acuciante y angustiante, de corregir un nuevo desastre en materia de gobernación y administración.



[1] Profesor Asociado. Departamento de Ciencia Política, Unal. Bogotá. Director Grupo Presidencialismo y participación. Catedrático Maestría Estudios Políticos, U. Javeriana. Autor: La Participación y representación política en Occidente. Coautor. El 28 de mayo y el presidencialismo de excepción en Colombia; La toma de la participación. Mayo 68.

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