miércoles, 21 de abril de 2010

TE VEO VERDE

Daniel Alberto Cardona Gòmez

Como en toda competencia en la que los atletas se debaten entre el resultado de su entrenamiento y lo dado por la naturaleza; el pasado debate evidencio una realidad latente a pesar de lo que muchos nos resistíamos a creer y pensar.

El pasado Domingo se patentizo lo que términos de Schopenhauer seria “la supremacía de la Voluntad” en el que haciendo alusión al nombre de su partido se erigió entre la politiquería y entre las hegemonías militaristas una esperanza de color VERDE; del mismo modo como nacen y emergen las flores en medio de la peste.

El candidato Antanas Mockus demostró, en un ejercicio puro de democracia deliberativa, que la tesis de la seguridad democrática (la cual compartían todos los candidatos) es insostenible si su propósito único es la reducción militar de las FARC.

El uso monopólico de las armas en Colombia no ha sido de uso exclusivo del Estado; la prosperidad por otra parte, tampoco puede ser efecto de la repartición de tierras y beneficios financieros que se dan hoy a las clases dominantes y sectores considerados de alta productividad.

Conocemos desde la Ética demostrada según el orden geométrico de Spinoza que la conciencia justifica cualquier discurso, de donde nos resulta posible comprender el argumento sobre el cual se asevera que después de la Seguridad Democrática será el reino de la prosperidad; nuevamente percibo el susurro en mi oído del gran holandés pulidor de lentes quien sin dejar discípulos o amor alguno en este mundo, nos dejo este gran pensamiento: “los hombres corren tras su esclavitud creyendo ser libres” (Spinoza; Ética Demostrada)

Porque la prosperidad económica no tiene significado alguno, sin equidad y justicia distributiva, ya que uso legitimo de la violencia o no legitimo, recuerda una vez más la síntesis del Príncipe de Maquiavelo en el que “el fin justifica los medios”, en donde en Colombia la violencia se resalta como el Modus operandi tanto de los amigos del autoritarismo democrático como del narco-terrorismo, ya que la prosperidad legitima la violencia.

La cultura del atajo, en la que Mockus encuentra la racionalidad política de la ilegalidad, es el primer aspecto en la agenda de su gobierno, así lo expreso y lo ejemplifico con el pago del 16% del IVA y la cultura del uso de la factura, y ¿Qué nos quiso decir con esto? ¿Cuál el sentido de comparar su política de seguridad con el candidato Santos? La respuesta, evidenciar que entre la Seguridad Democrática y la prosperidad se hace necesaria la mediación, la soberanía y el cumplimiento estricto de la Ley, expresadas estas en la acción de una cultura de la legalidad, condición sin la cual no solo es imposible la prosperidad sino la democracia misma.

Medios de comunicación han tachado las respuestas de Mockus como gaseosas e incluso de otro planeta, es el sendero que ya índico Platón en el mito de la caverna, el destino de quienes develando la razón, se ven avocados a la furia asesina y criminal de la ignorancia.

El pensamiento debe retornar a su lugar originario, la vida, y la política también debe retornar a donde tiene su horizonte de sentido tal como Álvaro Gómez Hurtado señalo: “Las cosas son, en política, como nuestro talante no las permite apreciar. El diálogo es el ejercicio de la inteligencia” y la inteligencia es supremacía de la voluntad de un pueblo que se ve representado en las manos de este candidato que no es Mockus, sino todos aquellos que creemos que otros país es posible.

No han ganado los partidos, han ganado los argumentos.

Dios les bendiga;


DANIEL CARDONA

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