domingo, 27 de octubre de 2019


¿QUÉ DIRÁN LAS ELECCIONES TERRITORIALES?
EMPECEMOS POR BOGOTÁ.

Miguel Angel Herrera Zgaib, Ph.D.
Director Grupo PyP, Revista Pensamiento de Ruptura


                                                           Las elecciones del domingo 27 de octubre coinciden, aunque de otro modo, con las de Argentina y Uruguay. Porque en los dos últimos países eligirán presidentes, y parte de su congreso en Argentina.

Las de Colombia son, en cambio, elecciones territoriales, y no pocas veces, los árboles no dejan ver el bosque a buena parte de la ciudadanía. Por lo que es importante desde ya descubrir las familias y las dependencias ideológicas. Se trata, en lo posible, de sacar las castañas del fuego.

Esta vez hay novedades importantes. En Bogotá, con la indicación a la vista de cuatro tendencias políticas reconoscibles, que precisan dos aspirantes a ser presidentes por la oposición, sin que hayan aprendido la lección de 2018.

Establecer un criterio de unidad, en la paz y la anticorrupción, que permita derrotar a la coalición que controla el poder ejecutivo nacional, que no quiere la paz, y constituye el partido de la guerra.


Pasemos revista

Voy a darle prelación a Guarumo, que orienta un exregistrador, y académico. Porque en la competencia de firmas marcó un punto de quiebre, el 29 de septiembre. Su encuesta marcó así:
López, 25,8 %, Galán, 25,7%, Uribe: 20,6%, Morris: 13,6%.

Lo que vino después, incluido el ejercicio de totalizar con rigor diversas encuestas de Infométrika, en alianza con Hora 20/Caracol, no cambió en lo sustancial lo hallado por aquella encuesta de Guarumo/ Ecoanalítica.

Lo nuevo viene casi un mes después, con el notorio repunte de Galán, 30,5%, quien se desprende del trío contrincante; y el cuasi empate entre Claudia, 24,8%, y Miguel, 24,1%, y el bajón de Hollman, quien perdió 1,4%, porque marcó ahora 12,2%, según la encuesta de Guarumo de Octubre 23.

Pero, para que no haya calma en ninguna de las toldas contendientes, quedó claro también que será la ciudadanía indecisa la que inclinará la balanza del triunfo, esto es el grupo de NS/NR: 19%. Que se entiende por qué, hace que todos los candidatos al sonreír lo hagan con un rictus nervioso y expectante.
Pero, en todo caso, y con estos antecedentes pasemos revista a las fuerzas que dentro de 2 años estarán disputándose la presidencia de Colombia.

La reacción y la derecha se atrincheró con Miguel Uribe, y la obra realizada con el actual alcalde Peñalosa. Ellos se ufanen de tener 2.500 proyectos en marcha o a punto de terminarse el año entrante.

Para este proyecto de país, la Bogotá social no existe, sino el crecimiento económico a ultranza y los grandes negocios de las obras civiles, el comercio a gran escala, y la propiedad raíz. Guarumo le dio a este candidato: 24,1%, con 1200 encuestados, y margen de error del 3,3%.
El liberalismo, vestido de independiente tiene como su campeón, a un vástago de la familia Galán, el menos caracterizado de los dos hermanos. Es el puntero, y ha ido mordiendo parte de la centro derecha, en forma ascendente. Tiene la mayor favorabilidad: 30,5%, y el que menor imagen desfavorable tiene.

Claudia López, quien punteaba hasta hace un mes, más o menos, se ha mantenido segunda. Guarumo le da: 24,8%, y tiene por divisa la Alianza Verde. Expresa la tendencia de centro-izquierda, por su acompañamiento explícito del PDA.  Ella hizo de nuevo profesión de fe presidencial con Sergio Fajardo, quien viajó a Bogotá, para recibir la posta de nuevo.

Hollman Morris apenas registró el 12,2%. Es el portaestandarte de la Colombia Humana, y el progresismo, que a diferencia de varios países de Suramérica, aquí no alcanza todavía la presidencia. Su candidato presidencial es Gustavo Petro desde antes, y Fajardo se apresuró a cantarle de nuevo su rivalidad.


¿Cuál es la composición de la representación?

“Los tiempos de las alianzas ya pasaron, ahora estamos en manos de los ciudadanos.” Claudia López, en radio al responder a la Farc que pedía unidad con Morris.

                                                                        En Bogotá, sumando porcentajes, la pareja Galán/Uribe ya obtuvo el 55,3 %, mientras que la que se define como oposición, López/Hollman alcanza el 37 %. Esto es, que a 24 de octubre, habiendo hecho el equipo de Guarumo la última muestra el 20, con muestreo presencial de 1.200 encuestados, la diferencia es de 18,3%. La misma encuesta señala que 6,5% es voto en blanco, y el resto NS/NR: 1,9%.

Así las cosas, Bogotá, en materia de cultura política, visto lo que muestra la encuesta en comento es la más avanzada, una mixtura de centro izquierda y progresismo. Pero, sigue sin tener la mayoría.

Dicho lo cual, todo indicaría, ante la terquedad de Claudia, quien además denuncia que Petro la quiso chantajear, la más preparada intelectualmente de las candidatas, pero con un corazón neoliberal en lo económico está a punto de perder la alcaldía de Bogotá.

Está claro, también, que el progresismo de la Colombia Humana, y su presidenciable, tiene que prepararse para perder la alcaldía, y, entonces, construir organización democrática en todas las localidades. En espera que este 27 de octubre logre elegir más de 2 concejales.

Es igualmente cierto, que esta vez, el repunte de la chequera mejor provista, y la milimetría turbayista no le alcanzarán a Miguel, y al autodenominado Centro Democrático para someter a Bogotá al modelo neoliberal que acrecentó más la desigualdad, la que sus juventudes resisten, resienten y detectan en las calles, colegios y universidades, y en el transmilenio.

¿Quién ganará en Bogotá?

Claro está que ninguna de las encuestas conocidas hasta el pasado viernes pronostica quién ganará la alcaldía de Bogotá. Lo que hacen, en efecto, es registrar tendencias, y percepciones favorables y desfavorables para los aspirantes en las elecciones territoriales, que continúan siendo, al estar separadas, un termómetro de qué esperar en términos de dirección y gobierno, de la sociedad civil y la sociedad política colombiana.

Tomando con consideración, y con diferencias, lo que han informado, además de Guarumo, Yanhaas, CNC, Datanálisis, Invamer, Pronósticos S.A.S de Medellín, Infométrika, que hace un consolidado de los resultados ofrecidos por las consultoras validadas por el Consejo Nacional Electoral, hay una firma, en cierta forma disidente del resto, Tecnología y Servicios Electorales, T&SE, que difundió sus resultados el viernes 18 de octubre.

Para T&SE, en la delantera seguían Galán y López, con 22,3 %, y 22,1%, pisándose los talones. La pareja siguiente, Uribe y Morris, con menos de 8% de diferencia, tienen una diferencia entre ellos similar, 14,6% y 14,4%, respectivamente. Pero, además, lo más notable de esta encuesta tiene que ver con el registro del voto en blanco: 15,9%, superando a la pareja “colera”; al tiempo que reconocía 10,6% de indecisos, esto es, quienes van a votar, pero no habían decidido por quien.

Sin embargo, 6 días después, los indecisos: 10,6%, según Guarumo, ya eran apenas: 1,9%, mientras que el voto en blanco: 15,9% ahora quedaba reducido a 6,5%.

Con todo, tales condiciones medidas por vía cuantitativa, y en contraste, no es exagerado pronosticar que de mantenerse la tendencia, en efecto, las elecciones más reñidas de la historia electoral bogotana, quien gane no llegarán a superar el 30% de la votación total.

Para avanzar en materia de análisis de cifras, si hacemos un contraste entre lo informado por Guarumo el 23 de octubre, y lo establecido antes por T&SE, en su encuesta del 18 de octubre, quienes más crecieron fueron Uribe con 9,5 %, y Galán con 8, 2%. Entre tanto, la dupla de la centro izquierda y el progresismo es a la que peor le va, así,  Claudia sólo subió 2,7%., mientras que Hollman, es el único de los tres decreció: 2,2%.

Pero, no sobra insistir en cualquier caso, que hay todavía un voto repartible, si sumamos en la encuesta de Guarumo, la del 23 de octubre, NS/NR: 1,9 % más el voto en blanco: 6,5%, esto es 7,4%.

Con estos márgenes, la posibilidad de que Claudia derrote al puntero, Galán, sólo es posible en uno de dos casos, que haya una migración de votantes de Hollman hacia la candidata de la Alianza Verde, o que la mayor parte del voto en blanco, y migrantes de Hollman hacia ella completen los votos que requiere para impedir el envión final de Galán y/o, Uribe, que es la tendencia que más avanzó entre las encuestas conocidas por el público.

Una digresión necesaria

Una pequeña digresión sobre encuestas y estadísticas. Su poder indicativo está probado, y cuando se realizan en serie pueden medir el rumbo de una tendencia, Lo que no pueden es capturar lo inesperado, lo extraordinario, aquí y en Cafarnaum. En tal caso, sólo se raya con la “adivinación”, o con el hecho que las propias fuerzas movilizadas hacen la diferencia, y en este caso, tales partidos no existen, sino que por el contrario, los tradicionales están en merma, y de capa caída, y los movimientos también son débiles e inciertas sus influencias efectivas.

 Dos hechos que lo prueban: se hicieron en el país, 3.142 coaliciones, que avalaron en el país a 5.694 candidatos. Es igualmente relevante, por aquello de las candidaturas presidenciales a futuro, que Cambio Radical es el partido con más coaliciones. 466, lo siguen Partido de la U: 445, Partido Liberal: 411, Partido Conservador: 367, y Colombia Humana-UP: 293. Los coleros en este ejercicio, como puede verse son Centro Democrático, que es el partido más estructurado y doctrinalmente más consolidado, y el recientemente creado la Farc, al que la mayoría de los otros lo rehúyen.

Aquí se juntan, en materia de representación los dos extremos, el partido de la guerra y el de la paz, por antonomasia. La Farc escribió lista para asambleas en 8 departamentos: Vichada, Guaviare, Tolima, Santander, Quindío, Antioquia, Córdoba y Nariño. Igualmente, inscribieron 60 listas para Concejos, y 16 aspirantes a alcaldías. Tienen listas para los concejos de 7 capitales de departamento, Bogotá, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga, Villavicencio, Armenia y Florencia. La Farc piensa que podría ganar la alcaldía de Turbaco (Bolívar), con Julián Conrado, el cantante, Caldono (Cauca), Coyaima (Tolima), Planadas (Tolima), Icononzo (Tolima), Pueblo Bello (Cesar) y Venecia (Cundinamarca)

Antes de cerrar esta reflexión, recordemos también que están habilitados 36.602.752 colombianos para votar, quienes elegirán, incluida Bogotá, 1101 alcaldes, 32 gobernadores, 12.063 concejales, 418 diputados, y 6.814 ediles. Este es personal que el país escoge en las elecciones para gobernar y/o administrar los territorios, que son coronados por la administración central, que sigue teniendo como sede a Bogotá, donde están las ramas del poder público entronizadas, prácticamente desde los tiempos en que el orden lo estableció la Constitución de 1886. Es la red político administrativa que reproduce el orden existente desde la actual constitución sancionada en 1991.

Esta vez se pone a prueba el estatuto de la oposición a nivel territorial, del mismo modo que operó ya en la elección presidencial. Quienes ocupen el segundo lugar en la elección de alcaldes y gobernadores, podrán escoger ser concejales y diputados según el caso, con la advertencia que se trata de un derecho personal con independencia de quien lo haya avalado, y tendrán que manifestar su voluntad de aceptación o no. Y en caso que haya aceptación no se alterará el número previo de diputados y concejales.

Por último, los elegidos en las elecciones territoriales, en enero de 2020, al posesionarse, sus partidos tendrán que declararse en oposición, independientes o de gobierno en cada departamento y municipio, de este modo se dará cumplimiento a otra parte del Estatuto de la oposición vigente.

Ahora sí, ¿posible ganador?

De acuerdo con los reportes ofrecidos por las encuestas conocidas, el triunfador en Bogotá sería Carlos Fernando Galán, quien en el inmediato pasado ha militado con Cambio Radical, el partido que esta vez tiene el mayor número de coaliciones, al que no renunció hasta la fecha. Este partido tiene a ojos vistas, al tercer candidato presidencial, Germán Vargas Lleras, el gran derrotado en la pasada contienda, que estará disputándose la primera magistratura junto a Sergio Fajardo, Gustavo Petro, y falta, quién será el cuarto aspirante, cuyo principal proponente será el Centro Democrático, y su gran elector, Álvaro Uribe Vélez, si sale bien librado de la indagatoria ante la Corte Suprema de Justicia.

A no ser que hoy, los electores propios de Colombia Humana se separen por mitad, al menos de su candidato Hollman Morris, y depositen su voto por Claudia López, quien rechazó cualquier coalición, y, no solamente eso, si no que tachó a Petro de chantajista. Tal señalamiento podría costarle la pérdida de la alcaldía, y la pérdida de lo que fuera el triunfo en Bogotá de la Coalición Colombia, en la primera vuelta presidencial del año 2018.

Nadie se atreve a decir que a la fecha, entre el viernes y el sábado se haya establecido un acuerdo electoral entre Galán y Uribe, a pesar que este último se lo propuso en las primeras de cambio, al empezar la competencia por la alcaldía. Tampoco hay grandes diferencias programáticas, empezando por la más jugosa de las obras civiles, la construcción, por fin, del primer tramo del metro de Bogotá, y pocas diferencias en el modo de entender la expansión urbana de la ciudad capital, pensada con sus guardadas proporciones, como Ciudad global.

Para la izquierda y el progresismo en Bogotá, en particular para la Colombia Humana, que sigue aún sin ser partido o movimiento, hay poquísimas esperanzas de ganar la alcaldía, y, claro, mucho que aprender en términos de construir, al fin, el primer partido democrático y con amplia participación, porque de eso no conocemos los colombianos, y es tiempo para su advenimiento, y con un programa que en efecto encarne los intereses efectivos de los grupos y clases subalternas, sin ambages ni conciliaciones dictadas por la conveniencia.

Claro que es importante hacerse contar en términos de fidelidades, habida consideración de las luchas por la ciudad, que no cesan sino que se acrecientan día a día. En una coyuntura internacional, donde la presencia espontánea de la gente ha puesto en entredicho de un modo en apariencia definitivo, el neoliberalismo con su amplísimo reparto de miseria y pobreza que ha impuesto en la población subalterna. Sí, en verdad, es el tiempo de Bogotá, la ciudad social y solidaria, que se compromete con la pluralidad, pero no tendrá esta vez la cabeza en la representación de la ciudad capital.






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