viernes, 3 de mayo de 2019

LEGITIMIDAD EN VENEZUELA Y FERIA DEL LIBRO de BOGOTÁ.

MIGUEL ANGEL HERRERA ZGAIB

Aprovechando la Feria del LIbro, abrimos con Gramsci Teve y la Plataforma Comunicacional de la IGS-Colombia y la revista Pensamiento de Ruptura este espacio foral virtual en paralelo con la Feria instituida y realizada regularmente.

Sea esta la oportunidad para, frente a los lanzamientos sobre
la cuestión política venezolana, que tienen escritos de ficción y de análisis, invitarlos a que lean mi libro Antonio Gramsci y el Pensamiento de Ruptura, que publiqué en Unijus/UNal, en el año 2016. Ustedes lo pueden comprar en el stand de la Nacho.

Es a partir de este libro que desarrollo las ideas presentes en este analisis, abierto, como todo lo que aquí se publica y en nuestras redes al debate, sin insultos, con pasión por la verdad situada.

Es también un anticipo a la salida del segundo número de Pensamiento de Ruptura, revista del Grupo PyP- Sociedad GlobAL Gramsci, cuyo primer número circula desde enero de este año.

¿Cómo probar la legitimidad entre opuestos?

En Venezuela hay una crisis de legitimidad manifiesta. No se aceptan los poderes, esto es, la formas de dominación establecidas conforme a las creencias que las sustentan.

En efecto, al terminar el periodo presidencial de Maduro, éste se presentó a la reelección, y la mayoría de los que se le oponen no aceptaron el mecanismo de la votación. Se abstuvieron.

Como ocurría en varias oportunidades en la Colombia de la primera mitad del siglo XX, durante las hegemonías conservadora y liberal. Lo cual desembocó en una guerra civil no declarada, llamada con eufemismo "La Violencia".

A esta elección calificada por la oposición como ilegítima se procedió por la Asamblea Nacional, desconocida por el gobierno de Maduro, a encargar a Juan Guaidó, primero investido como su presidente, a dizque encargarlo de la presidencia de Venezuela, descalificando a Maduro, acto seguido, como a un usurpador.

Juan Guaidó salió a la callle, para que interpelando al pueblo de Caracas, éste lo confirmara su encargo, ya que no podía hacerlo tampoco el poder judicial en cabeza de la coalición de gobierno. Claro no el pueblo de Caracas, tampoco el de Venezuela, sino una parte, y en ningún caso la mayoría, como se desprende del conteo de las votaciones en las elecciones realizadas, sobre las que se alega por la oposición, un fraude.

Es contra-evidente este alegato, porque fue el mismo organismo electoral hegemonizado y dominado por el PSUV y su alianza el que registró primero el triunfo del referendo contrario a la propuesta de Chávez, y el siguiente triunfo de la oposición, esta vez en la votación de la Asamblea Nacional, que incluyó, claro está,a impugnación a 3 de sus diputados.

Ahora Venezuela tiene

A la vista del mundo, dos presidentes, es lo que se alega, a propósito de la legitimidad de la dominación legal racional. Una es la segunda presidencia de Maduro, y la otra, la presidencia interina, encargada en cabeza de Juan Guaidó, porque la constitución bolivariana que él invoca, surtida mediante el trámite extraordinario, o de hecho, no le da pie para la titularidad.

El pasado 30 de abril, la dupla Guaidó/López se lanzaron a la callle, contando, es lo que creían, con el principal aparato de dominación, las FFAA, Ejército, Policía y Guardia Nacional. Pero, la auto-denominada Operación Libertad fracasó en el intento de toma de la Base de La Carlota, mientras Maduro estaba en el Palacio de Miraflores, y/o el Fuerte de Tiuna.

Sin embargo, Leopoldo López quedó en libertad, por acción de un comando del Sebin, burlando su arresto domiciliario, donde según su decir, estuvo preparando copn fuerzas castrenses el levantamiento contra el usurpador Maduro. Entonces fue acogido por la embajada de Chile, y de ahí por la de España, que supone lo trasladó en carro de una u otra legación.

A la fecha, López es "acogido" por el embajador español, porque no ha pedido el estatuto de exilado. Sin embargo, hoy Leopoldo salió a hacer pronunciamientos políticos que vulneran los protocolos internacionales. Así que las autoridades españolas se lo han advertido al acogido.

Con este episodio, la legitimidad reclamada por las vías de hecho, orquestada por la oposición con respaldo de fuerzas internacionales que incluyen al gobierno de Colombia, y su canciller fracasó. López perdió la calidad de arresto domiciliario. No puede hacer política desde la embajada.

(Continua)

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