Duque a través de los discursos
miguel angel herrera zgaib
profesor asociado, C.Política, Unal
Presidente de la IGS-Colombia.
“Estamos
en este momento en medio de lo que algunos llaman la cuarta revolución
industrial.” Iván Duque, presidente.
En la
evaluación de la gestión presidencial es, igualmente, útil un estudio de
estadística textual de los discursos de Iván Duque al cabo de sus 100 días. Es un
procedimiento construido y aplicado en la experiencia universitaria francesa.
En Colombia, este procedimiento es el resultado de una tarea investigativa cumplida por María Fernanda González, Ph.D. de la Sorbonne, a quien conocí
años atrás, cuando era estudiante de Ciencia Política en los Andes, que hizo
pública el pasado 14 de noviembre, investigación de cuyos resultados voy a valerme enseguida.
El trabajo
Inventaría las
alocuciones presidenciales entre el 7 de agosto y el 12 de noviembre, con un
promedio de tres discursos diarios. La mitad de las intervenciones de Duque
fueron desde la ciudad capital, y el resto en diferentes zonas, con
preponderancia de las ciudades capitales, y en municipios específicos como
Soledad, Filandia y Tibú.
Incluye también las
participaciones del presidente en foros internacionales, y sus visitas a Ciudad
de Panamá, y París, en el centenario del armisticio, donde se encontró con su
par, Emmanuel Macron, semanas antes de las manifestaciones del área
metropolitana que le inflingieron la primera derrota política de consideración.
Los discursos
Están
clasificados en cuatro áreas de interés: economía, seguridad, aspectos
sociales, y política cultural.
En lo económico su bandera
es la ley de financiamiento, para cubrir el déficit de 14 billones heredado de
la administración Santos, requerida para enjugar los faltantes presupuestales
de su antecesor. Él ha insistido mientras tanto en el “desarrollo empresarial,
el empleo formal y de calidad, el matrimonio entre inversión privada y sector público y el impulso al
emprendimiento.
En cuanto a seguridad, dos
son los ejes, el plan Diamante y la fórmula “El que la hace la paga”, para
desarticular y vencer las organizaciones criminales, combatir la extorsión, el
secuestro y reducir la criminalidad. Claro con el apoyo de las FF.AA y de la
Policía.
En materia social, el verbo
conjuga los temas de la desigualdad, en particular, en la Otra Colombia,
Guajira, Cauca y Chocó en la mira discursiva. Se refirió, por ejemplo, a “La
Guajira profunda, donde solamente el 4 por ciento del área rural tiene acceso
al acueducto. O es la Colombia del Casanare profundo, que no tiene ni siquiera
las mejores vías terciarias para sacar un potencial agrícola.”
De otra parte aparece el apartado de la
política cultural, en función económica, esto es, como componente sustancial de la publicitada economía
naranja que interpela a los jóvenes emprendedores. Porque, dice la
investigación de González, “Duque le apuesta a las industrias creativas, los
nuevos emprendimientos digitales, el turismo y la gastronomía.” (En ET,14/11/18,
1.14)
(continua)