miércoles, 28 de septiembre de 2016

CÓMO CAMBIAR EL MUNDO HOY

Miguel Angel Herrera Liliana Zgaib
Profesor asociado
Ciencia Política, UNAL

"En homenaje a Paco Fernández Buey, y Carlos Nelson Coutinho, estudiosos de legado de Carlos Marx y Antonio Gramscim en España y América Latina."

Estas son reflexiones que resultan de estar leyendo apartes del libro "Cómo cambiar el mundo" del pensador Eric Hobsbawn, historiador marxista longevo y lúcido, que ha influido y en parte formado a varios estudiosos colombianos de la historia desde Marco Palacios hasta Gonzalo Sánchez, para no hablar de las camadas intelectuales más cercanas.

Al enterarme del fallecimiento de modo diverso, de Paco Fernández Buey, y Carlos Nelson Coutinho, a la vez que pensamos en lo que serán las jornadas del VII Seminario internacional A. Gramsci, donde la interlocución será a propósito de Antonio Gramsci, Nicolás Maquiavelo, Jacques Rancière y Antonio Negri, un caro compagno, con quien empezamos los contactos intelectuales con ocasión de la Cátedra Manuel Ancízar.

Marx hoy

En el nuevo libro publicado hace algo más de un año, en su edición castellana, él cumple una cita primero con Marx y Engels, y luego con Antonio Gramsci, y se pregunta con realismo que es lo vivo y lo muerto del primero; y su influencia actual de cara a la recesión experimentada por el capitalismo global entre 2008-2009, cuyas secuelas no han dejado de manifestarse.

Para la muestra están los botones de fuego en la Atenas de hoy, sublevada contra la austeridad, y los indignados españoles que está semana volvieron a copar las calles de Madrid. Haciéndose visibles por miles, más los reclamos de independencia por parte de Cataluña, que no quiere compartir las desgracias de España como un todo dividido, desde los tiempos de la reconquista.

Eric Hobsbawn recuerda cómo junto a otros brillantes intelectuales de la izquierda contribuyó a la escritura de Storia del Marxismo, 1978-1982, la coronación póstuma de 10 años de luchas en Italia; donde el nuevo proletariado, estudiantes y diversas capas de la población, adelantaron en "los años del plomo" la causa de la autonomía. Entonces padecieron el terror estatal, el derrumbe del proyecto socialista del eurocomunismo, y vivieron exiliados o en las cárceles.

Más allá de Marx

Entre estos, y quienes están vivos se encontraba Antonio Negri, quien para los años 70 le dio cuerpo a un primer balance que avanzó en la medida de lo posible, en la comprensión de Marx. Negri tomó posición frente a los marxismos, en su trabajo "Marx, más allá de Marx", en un diálogo crítico con Althusser y su reflexión estructuralista de Marx. Lo trabajó inicialmente en un seminario sobre los Grundrisse en París.

El propio Hobsbawn hizo sus apuntaciones históricas a los Grundrisse, cuando revisó los apartados de éstos publicados como "Formaciones económicas precapitalistas," como él lo recuerda en el Prólogo a su libro "Cómo cambiar el mundo."

Era el tiempo en que se debatía en el Tercer mundo, de modo intenso, las transiciones del capitalismo al socialismo, y con ellas el tópico del desarrollo de signo soviético o estadounidense, donde, y no porque sí, W.E. Rostow había escrito su manifiesto anti comunista.

Para 1998, en el 150 aniversario del Manifiesto Comunista, Eric nos refiere anécdotas significativas. La primera es la petición del editor de la revista de la línea aérea United Arlines, para que le autoriza publicar apartes de su artículo al respecto.

Allí aparece la pregunta que le hizo el financista húngaro George Soros sobre Marx. Él mismo le decía, que "Hace 150 años este hombre descubrió algo sobre el capitalismo que hemos de tener en cuenta".

Socialismo, capitalismo y más

Dice Hobsbawn, Marx pensaba que "El capitalismo era por naturaleza, incapaz de conformar la economía resultante de la producción social. Ésta suponía, sería necesariamente socialista".

En el siglo XX, según Eric, el proyecto socialista "en su forma del siglo XX, está muerto. El socialismo tal como se aplicó en la URSS y las otras economías "centralmente planificadas", es decir, economías dirigidas teóricamente sin mercado, propiedad del estado y controladas por el mismo, han desaparecido y no resurgirán".

A renglón seguido, se advierte, cómo al igual que Marx lo dejara claro, que él no inventó la lucha de clases, sino que ella fue teorizada, primero, por los historiadores burgueses, y en particular cita, como ejemplos, a Edward Gibbon, a quien leyó en no pocas sentadas en la sala de lectura del Museo Británico, y a Thiers, por Francia. Pero, él sí elaboró una teoría sobre la lucha de clases como lo dejó en claro a su corresponsal en Estados Unidos, Joseph Weydemeyer, en una célebre carta.

Igualmente, y es más común, no fue ni Marx, ni tampoco Engels quienes teorizaron acerca de la economía socialista centralizada tal y como se practicó, y quizá aun se practica entrados en el siglo XXI. La primera teoría no fue elaborada por los socialista recuerda Hobsbawn en "Marx hoy". En verdad la elaboró un economista italiano no socialista, Enrico Barone, en 1908, quien pensó "la cuestión de nacionalizar las industrias privadas".

Marx no dijo nada al respecto nada concreto sobre la "planificación" tratándose de la gestión social de la economía. Esto se desarrolló en cambio, aplicando el enfoque de la teoría de los sistemas, traducido en el análisis de entrada-salida de Wassili Leontiev.

Fue una suerte de respuesta a las exigencias de las economías de guerra durante la primera gran guerra europea del siglo XX. Esto también lo recuerda Hobsbawn, quien ya camina sobre sus 90 años. Y a quien le tocó vivir las consecuencias de ésta, según recuerda en notas autobiográficas.

El derrumbe y el siglo XXI

Caído en desgracia el socialismo del siglo XX, para no levantarse más, el presidente Vladimir Putin, exjerarca de la KGB, y hoy presidente del la Federación rusa, por vía fraudulenta, según lo recuerda hasta el grupo musical "pussy riots", procesadas por sus críticas a este régimen, le pasa la cuenta de 27 mil millones de dólares de deuda, a la Cuba socialista gobernada hoy por Raúl Castro. Una deuda contraída en los tiempos en que la isla tenía una estrecha relación con el desaparecido régimen soviético.

El socialismo cubano permanece en medio de grandes afugias después de sobrevivir al periodo especial, y ahora vuelve a ser tratado como deudor moroso por el otrora gran socio, todopoderoso, con quien protagonizaran la "crisis de los misiles". Está por verse qué vendrá en seguida en esta recuperación de cartera morosa, para nada amorosa entre estas dos experiencias socialistas, sujetas a los dramas de la hora presente del capitalismo globalizado.

Al respecto del siglo XXI y Marx que comenta el historiador británico-alemán, y de ancestro judío como el propio Marx.
Recordando el encuentro con Jacques Attali, quien también ha escrito un esbozo biográfico de Marx, dice compartir con él, que "fue el primero en aprehender el mundo en su conjunto, que es a la vez político, económico, científico y filosófico".

Aunque, y así lo reconoce también, "mucho de lo que escribió está obsoleto, y parte de ello no es, o ya no es, aceptable...Nadie va ya a convertirlo en dogma, y menos en una ortodoxia institucionalmente apuntalada". Y en la segunda década del siglo XXI.

¿Entonces, qué?

Las características esenciales del análisis de Marx que permanecen, son: "el análisis de la irresistible dinámica global del desarrollo económico capitalista y su capacidad de destruir todo lo anterior, incluyendo...como por ejemplo las estructuras familiares."

La segunda, y quizás más relevante y dura realidad presente es:
"el análisis del mecanismo de crecimiento capitalista mediante la generación de "contradicciones" internas: interminables arrebatos de tensiones y resoluciones temporales, crecimiento abocado a la crisis y el cambio, todos produciendo concentración económica en una economía cada vez más globalizada".

Esta inaudita concentración de poder económico está a la vista, y como Attali lo recuerda, dice Hobsbawn, en ella deciden 1.000, o como mucho 10.000, los Slim, Buffet, Gates, los reunidos en el Foro de Davos, los Sarmiento Angulo a menor escala en América Latina dicen, Hardt y Negri. De cara a ellos están las multitudes, un sujeto político en emergencia, que también ha transformado la figura del proletariado del fordismo, y aun no se ha producido "la expropiación de los expropiadores".

El cierre de su reflexión, Hobsbawn lo hace citando al Nobel de economía, Sir John Hicks, "La mayoría de aquellos que desean establecer un curso general de la historia...utilizarían las categorías marxistas o una versión modificada de las mismas, puesto que hay pocas versiones alternativas disponibles".

En este horizonte, en otro escrito, que publicaré en los papeles para el VII Seminario Gramsci, donde tendremos interlocución con Rancière y Negri, visitantes en Bogotá, en Octubre el primero, y en Noviembre el segundo, me referiré a lo que sobre Gramsci escribiera Eric Hobsbawn en el libro que ha motivado estos comentarios.

Los invito a visitar el blog Praxisur, y los links asociados en la red Ciudad Blanca: www.praxisur.blogspot.com.

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