LABORATORIO ELECTORAL
COLOMBIANO. PARTE I
DE UNA CONVENCIÓN AMAÑADA A UNA
ASAMBLEA CONSTITUYENTE
Miguel Angel Herrera Zgaib.
Director Grupo Presidencialismo y participación, Unal/Colciencias/DIB.
El llamado partido Uribe Centro
Democrático se encuentra reunido desde ayer en Corferias, compartiendo espacio
ferial con ArtBo, juntos arte crítico, a juzgar por la foto de la obra del
cubano Adonis Flores, "Pelotón", que parece recordar el mundial de
Argentina, en los tiempos de la dictadura
y política tradicional, que anima en primera persona, como gran patrón
clientelista, el dos veces presidente, Álvaro Uribe Vélez.
El despelote de los delegados
Lo que pasó ayer con los
convencionistas, que según anuncios superarían los 1300, recordó lo que pasó
cuando hubo el segundo y tercer congreso del PDA, cuando éste empezaba a dar
pasos de gigante para precipitarse en el abismo de la corrupción que tuvo su tapa con la alcaldía de Samuel
Moreno, quien antes de ser electo no tuvo empacho en decir, que si era necesario
"comprar" votos no había problema.
El "convencionista" de
nuevo tipo, el ex Uribe, siendo presidente, tampoco tuvo reato de decencia
alguno cuando invitaba a los congresistas de la parapolítica a votar sus
iniciativas antes que fueran procesados. El que ahora en lugar de Puro Centro
Democrático, el proto-partido se llama Uribe Centro Democrático simboliza bien
la inclusión de la "impureza" en sus ejecutorias.
Pero, habría que añadir algo más,
que sus llamados presidenciales al
"estado de opinión" para llevarse por delante las salvaguardas
constitucionales de la democracia liberal, haciendo profesión de fe
"populista", ahora se esfumaron de un plumazo suyo, cuando borró del
mapa democrático "la consulta
popular", y dejó viendo un chispero a Francisco Santos, que espera
competir por el mancillado solio de Bolívar con su primo, JuanMa. Y a esto se
pretende todavía llamar democracia.
Además de lo dicho, sabemos por
los reportes de prensa hablada y escrita lo que ocurrió ayer hasta tarde en la
noche con la inscripción de delegados, y en particular los acreditados por los
tres aspirantes, Oscar, Carlos y Pacho, a representar al UCD, esto es, a un
partido unipersonal, a trochas y mochas, con todo el desparpajo.
El propio mayordomo del proyecto
tuvo que llegar en persona, y desgañitarse hasta casi "perder su voz"
de culebrero, sin las comodidades de en
un consejo comunitario poner orden a la chalupa a punta de naufragar con dobles
inscripciones, y con la prohibición de ingresar al recinto de muchos asistentes,
venidos en buses y por otros medios de diversos rincones de Colombia, con o sin
para-política en la trastienda.
Votando el programa: el sainete
de la otra seguridad
"Si está claro todo que se
vote, de lo contrario no." Carlos Holmes.
"Hay que votar hoy."
Oscar I. Zuluaga.
"Yo no presiono ni me dejo
presionar." Álvaro Uribe Vélez
Ayer, así y las cosas, se alcanzó
a votar por dos de los cinco puntos principales de la plataforma, votos que
para ser protegidos de cualquier robo, hurto, o asechanza, se pusieron en caja
fuerte, urna triclave y bajo vigilancia policial. Prueba de la gran
"confianza" que se tiene en los convencionistas y sus invitados
especiales.
Para votar, estando en ayunas las
garantías, y con esmirriados refrigerios, se estableció que la votación no se
haría con escarapelas como identificación sino con la cédula de cada
convencionista acreditado.
A las 10 pm., se votaron dos
puntos, seguridad democrática y cohesión social, de lo cual la convención misma
daba "prueba elocuente" por lo ya dicho. Quedan pendientes tres temas
más, para hoy: confianza inversionista, diálogo ciudadano y Estado austero.
Después de las 10 de la noche, el
pabellón 8 de Corferias parecía curarse de espantos. Sin embargo, Gabriel
Santos, el hijo de Francisco se disponía a atarse a la urna para cuidar los
votos de un eventual saqueo, por los rivales eventuales de la candidatura de su
padre.
De Convención a Asamblea Constituyente
Por supuesto, la terminología de la Convención, cuando menos nos
proyecta al tiempo de la Revolución francesa, y al quehacer de la fracción
radical jacobina por la que desfilaron Robespierre, Dantón y Marat, Saint Just.
Por supuesto, estos ciudadanos no
se parecen en nada a los cuatro jinetes del "Termidor" nacional,
Alvaro, Carlos, Pacho y Oscar, agrupados en el Centro reaccionario, quienes
quieren a toda costa evitar cualquier avance democrático, empezando por su
propio remedo de partido, que nació muerto en la cuna, para revelar su rancia
catadura.
Esta Convención tampoco es la
Convención de Aguascalientes en la revolución mexicana, donde se estableció el
programa más radical con las figuras de Zapata y Pancho Villa presentes, y que
condujeron al impulso del Plan de Ayala, y a su derrota y aplastamiento
posterior, cuando las fuerzas de abajo del sur y del norte, a la entrada a
Ciudad de México.
Confiaron en el entusiasmo
democrático de los "burgueses y propietarios" que capitalizaron la
revolución campesina y la adocenaron en el PRI, que vuelve a gobernar a México
por estos días. Zapata y Villa terminaron emboscados y asesinados.
La Asamblea Constituyente, y no
el referendum será la garantía para salir de la garrulería, el clientelismo
hirsuto y variopinto que hace contrapeso desde la vida independiente al
reclamo, a la necesidad de democracia e igualdad social que no tenemos, y que
tampoco practica ni quiere practicar el "novedoso" Centro democrático,
que quiso anteponer a su nombre el apellido Uribe, para obtener el mayor número
de votos y congresistas para engrosar las filas del partido de la guerra.
Lo que anuncia la última encuesta
Sin duda, el 2014, es el tiempo de la democracia, de darle
alas poderosas a la democracia subalterna, de abajo que exige autonomía en
todos los órdenes. La encuesta de César Caballero, hecha a gente que ha votado
en los últimos 5 años arroja importantes indicadores.
Porque, a contrario de los cantos
de sirena de los publicistas del UCD,
estos no obtendrán los 4 millones de votos con que "cañan" hasta hoy,
pero sí conseguirán elegir, si hoy se ponen de acuerdo, sus caciques y
capataces, unos 10 senadores. Antonio Navarro y Clara López, por aparte,
sumados, alcanzan más del 20 porciento d favoritismo electoral, y la población
indecisa es, en verdad, por lo pronto "el partido ganador".
Esta indecisión se irá evaporando
a medida que nos acerquemos al mes de marzo. Por lo que es el tiempo del
despegue de la izquierda democrática, si es capaz de ponerle tatequieto a los
mismos vicios que se muestran en la Convención del Pabellón 8. Es la hora de
nona, y el tiempo de acabar con la guerra y la clientela juntas como forma de
gobernar a Colombia.
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