miércoles, 4 de agosto de 2010

Este es un texto publicado por Jaime A. Moreno en una de las redes de discusión política radical más visitadas y concurridas por los interesados en el pensamiento crítico de América Latina. N de la R.

De la agresion imperial a la guerra patria en los Andes

La vida del comandante hay que protegerla a como de lugar, es sobre ella que en esta coyuntura se yergue el futuro independentista de la región Andina de nuestro continente.
Jaime A moreno | Colombia | 1-8-2010
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Dentro del ya extenso número de artículos sobre la provocación colombiana contra la revolución Bolivariana, muchos de éstos apuntan a explicar el suceso, endilgándole la responsabilidad a una estrategia coyuntural devenida de los temores Uribistas como forma de desviar su responsabilidad por sus múltiples fechorías cometidas antes y durante sus 8 años de gobierno.

Otros apuntan a la maledicencia enfermiza contra sus enemigos de las FARC-EP, que ciertamente lo tienen ad portas de un colapso nervioso al tener que dejar su obra inconclusa sin la cabeza de Alfonso Cano sangrante exhibida en alguna vía pública. Con muy pocas excepciones, estos análisis presuponen que en las postrimerías de su mandato, el rehén vociferante del ex presidente Álvaro Uribe Vélez, decidió su último acto autónomo intentando salvar su pellejo, precisamente armando un zafarrancho contra la República Bolivariana de Venezuela, sin el consentimiento de Juan Manuel Santos quien fungirá como presidente a partir del 7 de agosto.

Algunas ingenuas reflexiones generalmente no dialécticas marxistas, caen en semejante simplismo aunque estén bien intencionadas como la de Heinz Dieterich aparecida en Aporrea, y algunos comentaristas disparan a todos lados queriendo atinar pero desechando el contexto interno colombiano.

Uribe ya hace parte de la historia de la criminalidad de la elite colombiana y pronto pasarán sus actos a ser enjuiciados antes de pasar al basurero de la historia, y seguramente a una cárcel, siempre y cuando no se le atraviese una bala perdida de tantas victimas o enemigos traicionados que dejo en el camino. Es claro que este muñeco sigue siendo utilizado hasta el último momento de su gobierno, desmatonándole el camino a Santos para continuar con el objetivo imperial.

Los hechos hablan por si mismos, muestran que el montaje sobre la presencia masiva guerrillera en la mismísima frontera Venezolana es solo la disculpa apropiada, cualquier otra disculpa tendría las mismas implicaciones prácticas. La decisión está tomada desde hace tiempo, el asunto es construir el hecho político que sea avalado por una parte de América latina que produzca cierta cobertura; teniendo en cuenta que los tiempos imperiales se estrechan para “castigar” a su máximo responsable: muerto el rey que viva el rey, y revertir así los procesos autónomos en America Latina: la revolución bolivariana, el ALBA y UNASUR, para que renazca el ministerio de las colonias, como lo sostenía el Che Guevara.

Este estrepitoso y falsario montaje, al amparo de la OEA, es solo un escalón mas dirigido a encontrar el momento adecuado para dar el zarpazo y cazar al presidente Chávez, elegido diáfanamente por su pueblo. Van tras él para después ir tras de lo que quede de él. No es al revés, y esto debe quedar muy claro en la conciencia de los revolucionarios del mundo y en los estrategas de la guerra asimétrica defensiva. Los preparativos del cerco militar a Venezuela conocidos por todos: Colombia, Panamá, Costa Rica; Aruba, Curazao (Holanda), cuarta flota, apuntan a que su monstruosa logística de muerte se utilizara inexorablemente para asesinar al presidente Chávez, sin importar un bledo los centenares de muertos causados, ya habrá tiempo para explicarlos como daños colaterales; requisito sine qua non para apropiarse de los recursos petroleros y minerales del pueblo Bolivariano.

Los EEUU, no están dispuestos a asumir una invasión prolongada a Venezuela con Chávez vivo, porque sería sumamente incierto para sus intereses. No asesinarlo en las primeras de cambio seria empantanarse y levantar a los pueblos de America Latina en su contra en forma inmediata, es destruir su patio trasero que aceleraría el necesario colapso del imperio. Guerras atroces contra pueblos indefensos aquí y allá, no son sostenibles desde ninguna perspectiva por el imperialismo y sus acólitos en el mundo, dado el entorno de crisis sistémica del capitalismo mundial, y porque definitivamente desenmascararía la naturaleza belicista del imperio en contubernio con el sionismo corporativista mundial, ante el pueblo norteamericano; elevaría la conciencia política y su capacidad de lucha; ello, el premio novel de la paz, señor OBAMA, no lo soportaría.

Ahora bien, el flanco de Colombia y los preparativos que desde ahí se hacen para penetrar y explotar las debilidades y vulnerabilidades militares de la revolución bolivariana, apuntan en el mismo sentido de brindar toda la cobertura para que la guerra relámpago imperial (uno a dos meses), cumpla con el objetivo inicial de matar al comandante Chávez; es la otra cara del mismo plan. Cabe destacar que Colombia es incapaz de sostener una guerra siquiera a mediano plazo contra Venezuela estando el comandante Chávez vivo, sin que la oligarquía chovinista vende patria, reciba una respuesta inédita por el pueblo colombiano y sus organizaciones populares y armadas, que hoy se encuentran en pleno ascenso como legado del gran desastre social Uribista.

El salto cualitativo en Colombia supondría que en corto plazo la guerra de guerrillas se transformaría en una gigantesca guerra patria, contra la oligarquía colombiana mientras en Venezuela su pueblo haría lo suyo con la venezolana y sus aliados invasores, ellos lo intuyen, por eso prefieren el golpe de mano encubierto.

La vida del comandante hay que protegerla a como de lugar, es sobre ella que en esta coyuntura se yergue el futuro independentista de la región Andina de nuestro continente. Sin desconocer los avances en el nivel de conciencia del pueblo bolivariano y venezolano; la vida del presidente Chávez, nos ahorrara miles de vidas de los mejores hijos de esta parte del continente, pues como el mismo lo señalo, tal tragedia de la guerra, la lamentaran generaciones enteras de colombianos y venezolanos, a la vez que los yanquis se reirán de la estupidez oligárquica colombiana.

El recambio en Colombia y los planes imperiales.

La hiena Santos o Chuki como en Colombia se le conoce al designado presidente de los colombianos por los poderes ocultos que tienen secuestrada a Colombia.

“Caído” el referendo reeleccionista, es la carta oligárquica mas idónea para continuar la aplicada y vergonzosa política Uribista al servicio del imperio, ungido por el inmenso odio que le profesa al gobierno bolivariano, y por ser un eficaz miembro de la lucha anticomunista; su macabro prontuario de los falsos positivos, o asesinatos de pobladores de las barriadas pobres de las ciudades colombianas, para mostrarlos sistemáticamente como guerrilleros caídos en combate, devenida de la oprobiosa política diseñada por el y su cohorte Uribista, de incentivar a las mercenarias fuerzas armadas colombianas para matar guerrilleros o amigos de estos sin mediar ningún tipo de escrúpulo, lo llevaron al solio de la republica de Colombia en funciones pro imperiales.

El nombre del nuevo presidente se conocía mucho antes de que pasaran las elecciones; es preciso aclarar que en Colombia antes de que ocurran las elecciones, ya se sabe quien es el presidente, estas apenas son un formalismo sobreviniente para legitimar la ilegitima falseada y genocida democracia colombiana.

La propuesta de Santos de conformar un gobierno de Unidad Nacional a nivel interno, entre los que la oligarquía llama colombianos de bien, o la suma de todas las tendencias de derecha que odian al pueblo colombiano, extensivas a las organizaciones socialdemócratas y a uno que otro de los que se autocalifican de izquierda democrática, mas que estar dirigidas a acabar las FARC-EP, son el complemento político interno, que hacen parte del mismo plan imperial, de ir preparando al pueblo colombiano para la agresión armada a Venezuela.

La oligarquía colombiana necesita internamente una matriz de opinión favorable y necesaria que justifique la participación colombiana en la agresión a Venezuela. La tal unidad nacional, es pues, un mecanismo mediático político de recomposición del poder para evitar fisuras ante la aventura contra Venezuela.

La contradicción evidente que tiene la oligarquía colombiana, es creer que su propia existencia esta en peligro, por la sola existencia del proceso hacia el socialismo en Venezuela. Es un temor real, es el mismo temor que siente un asesino al percibir que esta siendo descubierto que lo dispone a seguir matando, no repara en escrúpulos.

Dada su naturaleza excluyente, siempre ha negado la democracia económica, social y política como proyecto para la sociedad; el concepto de la democracia directa a partir del pueblo es intolerable, de ahí, que todos los gobiernos oligárquicos de los últimos 60 años, por no regresar hasta Santander, el que traiciono una y mil veces a Bolívar, han desechado la democracia burguesa en cualquier sentido como instrumento para disminuir la desigualdad social.

Para ellos, la democracia es un exquisito bien de su clase, solo aplicable en sus rebatiñas internas dentro de la alternancia del poder y la repartición del ponque de su gran hacienda, incluido su rebaño de esclavos; no han reconocido al pueblo como sujeto histórico con derechos; el producto de su practica es la alineación del grueso del pueblo colombiano, por eso a la gente, ante la adversidad solo le quedan los caminos de emigrar, refugiarse, mimetizarse, rebuscarse o clandestinizarse y luchar para salvar el pellejo de los embates de la antidemocracia y la represión.

La democracia venezolana les esta pisando los talones, pero en sus cuentas no están las reformas sociales ni los pactos entre contrarios, sus cálculos coinciden totalmente con los cálculos e intereses del imperio: Cero negociación; se refugian en la madre sustituta del imperio, no les interesa para nada el país ni su destino.

Ven enemigos por todas partes, la protesta social a pesar de la infame guerra sucia la llena de terror, más cuando esta se diversifica y se acrecienta; pero fundamentalmente lloran porque las FARC-EP y el ELN, reaparecen dinámicas en el escenario de la politica y la guerra. En los últimos 2 meses, se han manifestado militarmente con hostigamientos y emboscadas en 23 de los 32 departamentos en que esta dividido el país, con una cobertura de sus acciones en 154 municipios de los 1000 y tantos que tiene el país, a decir de los partes militares que envían a los medios alternativos. Entre mas disminuidas las muestran aparecen mas fortalecidas están, en respuesta a la dialéctica de la guerra colombiana y sus contradicciones no resueltas.

Es sintomático de su propio miedo los nuevos acontecimientos, la transición que hace el régimen de su Mesías Uribe al clon de Santos requiere de ajustes y nuevas premisas para justificar la guerra relámpago. Antes que el mismo Uribe, Santos ya había hablado públicamente de la necesidad y urgencia de sacar a Chávez como fuera de Venezuela, todos los planes abortados para asesinar al comandante no han sido óbice para pararlos; con su propaganda antiterrorista ininterrumpida lo intentaran a menos que en el campo interno se les empiece a caer la estantería.

Semejante arremetida ideológica que se cierne sobre los colombianos tras la ruptura de las relaciones con Venezuela se estrellara con la muralla de los reales problemas de la gente: Violencia generalizada en campos y ciudades, desempleo, informalidad rampante, bajos salarios, inestabilidad, carestía encubierta, incredulidad, pillaje, corrupción generalizada, fragmentación, exclusión, estratificación, inmovilidad, ausencia total de oportunidades etc. Con tal legado, no deja de sorprender que hayan sacrificado las exportaciones colombianas a Venezuela. Seguramente están convencidos que traerán la presea dorada del crimen del comandante, y todo volverá a la “normalidad”.

Pretenden demonizar hasta el extremo y llevar hasta el paroxismo enfermizo el odio a la figura de Hugo Chávez, la idea es quitarle su ¡condición humana!, como lo hicieron con Sadan Hussein y llevarlo a la condición de monstruo, luego con su muerte dirán que no mataron a un hombre, mataron a un perro.

Ya es un lugar común en los comentarios de los grandes medios de intoxicación masiva colombianos, que los servicios de inteligencia, se dirijan a él como animal, chavestia, simio, mandril, bestia, perro, dinosaurio y cuanto epíteto exista.
De tal manera que cuando se vea su figura hablando de paz, justicia y progreso etc., la gente no lo quiera escuchar.

Tal lavado de cerebro muestra la decadencia e intenciones del régimen colombiano y la necesidad histórica de suprimirlo de la conciencia de nuestro pueblo. Reconforta el desprecio cada vez mas generalizado por la obra de Uribe. Sus fechorías cada día más en boga de la gente del común aparecen como una daga que produce perplejidad en la gente. Existe una corriente de gente inteligente que empieza a sospechar que detrás de lo que hay contra Venezuela es una confabulación. Tal confusión, debe ser aclarada por el trabajo popular revolucionario lastimosamente por fuera de las organizaciones electoreras llamadas de izquierda que no salen de su madriguera y su incapacidad para conectarse con las masas y explicar verdaderamente lo que esta ocurriendo.

El momento exige prender los alertas. Es importante leer los artículos de Alan Wood en Aporrea y Norberto Bacher en Rebelión sobre la coyuntura. Hay que construir las defensas ideológicas y políticas comunicacionales, educativas para impedir la manipulación y prepararnos para la segunda y definitiva independencia, porque la agresión por venir se debe enfrentar en los campos que pongan los enemigos de los pueblos.

El reconocimiento de la beligerancia de los movimientos insurgentes colombianos debe estar acompañado del apoyo material, con este o sin este apoyo, las razones imperiales y oligárquicas serán las mismas. Es en Colombia donde se puede disuadir la aventura imperial para asesinar al comandante. Las razones de las agresiones son económicas, a ellos solo les interesan los recursos, y estos están en nuestros suelos, hay que defenderlos cueste lo que cueste.

¡La solidaridad es la ternura de los pueblos¡

Jaime A Moreno




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