domingo, 22 de abril de 2018

El sentido común se transforma

miguel angel herrera zgaib
Observatorio Posconflicto y Elecciones

En varios escritos previos, me atreví a calificar el ciclo electoral de 2018, como la elección, cuando menos, del siglo XXI, en Colombia. Es, conviene recordarlo, una definición múltiple de la ciudadanía de nuestro país, en búsqueda urgente de una mayoría de edad, tanto intelectual como política.

Tal transformación del sentido común está sujeta en parte, por unas insultantes condiciones de desigualdad social que, al mismo tiempo, están "sobredeterminadas" por el devastador fantasma de la guerra interna, que fue financiada por el principal señor de la guerra, el gobierno estadounidense, el Plan Colombia, del que el colega Duncan, ahora regular columnista de El Tiempo, nada dice ahora, ni antes del posconflicto.

Las dos caras de la moneda

El partido de la guerra, conducido por su capitán más caracterizado, Don Álvaro, escogió una cara bonita,Iván Duque, del establecimiento; "apapachada" por los buenos oficios del establecimiento, en las entidades internacionales, donde probó sus lealtades a la vulgata neoliberal; sostenido su periplo de potencia procónsul con jugosas remuneraciones pagadas por todos los colombianos.

El partido de la paz, con múltiples voces, y por ratos despistado, lo lidera, Gustavo Petro, quien no nació en Bogotá, sino en Ciénaga de Oro, en Córdoba, un territorio rico y martirizado. Gustavo no se formó políticamente compartiendo los manteles del establecimiento, sino en la gélida Zipaquirá, donde estudió el bachillerato, en el mismo colegio donde Gabo garrapateó las bellas letras, y conoció los primeros amores.

En Zipaquirá, respaldado por campesino, obreros y jóvenes, Gustavo consiguió el primer puesto político, Concejal, y desde allí desarrolló un programa de vivienda, en una ladera con el apoyo del cura Saturnino, heredero de la prédica de Golconda.

Por aquellos días, después del robo electoral a la Anapo de general Rojas, Petro jugó el tremendo episodio de la doble militancia. Bajo la interpelación de "Con el pueblo, con las armas al poder". Y le tocó a Gustavo sufrir la tortura bajo el régimen del "liberal" Julio César, el presidente de las bibliotecas de adorno, y la milimetría bipartidista.

Del régimen del terror a la Constituyente popular

Durante el régimen del terror, y el estado de sitio de aquellos años y días, con centros de indignidad localizados en las caballerizas de Usaquén, el joven Iván siguió otro rumbo, apoyado por su padre, gobernador de Antioquia, nombrado por Turbay, a lo que nunca renunció, y luego fue también nombrado ministro en la siguiente administración.

Los dos candidatos de hoy, estaban ya en las dos orillas. Ahora, Gustavo e Iván. ahora se encuentran, cuando la parábola de la guerra parece concluir, ante el dilema de una paz.

Para que la paz del medio siglo sea duradera y eficaz, tiene que serlo , al menos de dos maneras, progresivas: la paz con los de abajo como protagonistas: la Paz Subalterna, primero; y enseguida, de manera ininterrumpida, la paz democrática.

En esta coyuntura estratégica, las multitudes ciudadanas de Colombia tienen que resolver sin armas, la guerra de posiciones por la igualdad social. Esta es una promesa incumplida por el flamante "Estado social de Derecho", que la AFD/M19 contribuyó a perfilar como el fruto más prometedor de la única Constituyente popular que ha conocido Colombia, en casi 200 años de vida republicana contrahecha.

Igualdad Social vs Extractivismo

Obtener la abolición de los privilegios es el verdadero antídoto contra la reproducción en progresión geométrica de la corrupción, en la que se devanan los sesos, y distraen sus mejores fuerzas y argumentos, las fuerzas del centro, con Sergio y Humberto, como sus líderes.

De otra parte, para combatir de manera inmediata la impunidad, se tiene que tomar distancia de los falsos positivos, y de los robos billionarios del erario, y del despojo de tierras y los desplazamientos de más de 8 millones de campesinos de las mejores tierras, para explotarlos como arrendatarios y/o peones de los megaproyectos agromineros, y petroleros que dan contenido real al extractivismo mono-exportador.

De nada de lo anterior hablan siquiera los demás candidatos, con Iván a la cabeza, del partido de la guerra y el extractivismo. A su lado, a distancia prudente, camino Germán Vargas Lleras, el candidato del presidente Santos.

Por supuesto, Vargas Lleras, nieto de Carlos Lleras no es el candidato de la reacción, por lo pronto, sino de la derecha, que le jugó a la paz neoliberal, y que logró imponerla, ante el hecho de no haber podido aplastar militar y políticamente a la insurgencia subalterna de las Farc-ep.



Él "denuncia" a Petro, por todos los medios, como el real enemigo, definiéndolo con descarado cinismo como candidato dizque de la izquierda radical, porque el fantasma de la Farc ya no es suficiente para asustar a los pequeños burgueses como se estila desde los tiempos de la revolución francesa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario