sábado, 16 de abril de 2016

UNA INTERLOCUCIÓN CON FERNANDO DORADO
NOTA ACERCA DEL ANÁLISIS DE COYUNTURA

Miguel Angel Herrera Zgaib

El análisis coyuntural que propuso Fernando, en su escrito "Crisis Sistémica", publicado en el presente número del semanario virtual "Caja de Herramientas", permite hacer una suerte de excurso teórico, en el sentido de precisar una exploración y debate en torno a cómo obra la relación entre antagonismo y contradicciones. 


Siendo específicos, en el artículo, el antagonismo está presente en la relación capital-trabajo, que es una relación entre opuestos, y define la lucha estratégica fundamental como anticapitalista, esto es, la lucha en términos económico sociales en el orden glocal. De otra parte, en lo analítico, en materia de contradicciones, Fernando propone en su análisis, para asir la relación política, entre contrarios, que se distingue de los opuestos, tal como la presentara Lucio Colletti, l'enfant terrible de la escuela dellavolpiana, en escritos de hace cuarenta años. 

En materia política, la contradicción principal, recordando los análisis de Mao Tse Tung, con ocasión de lo pensado y actuado en la revolución china, es entre la oligarquía financiera,  William Robinson habla de una burguesía transnacional, y la inmensa mayoría de la población mundial, nos dice el ensayista Dorado, para quien también esta mayoría la constituyen, principalmente, los trabajadores, y entre estos destaca el nuevo proletariado, "el precariado", y los pueblos. Las demás contradicciones serían, en cuanto a jerarquía contradicciones secundarias.

Sin embargo, Fernando establece que la contradicción principal es entre capital y trabajo. Al hacerlo la refunde con el antagonismo económico y social, y lo llama también contradicción principal. Igualmente, Fernando habla de oligarquía financiera, noción que combina en su caracterización aspectos económicos, el capital financiero, y políticos, al referirse a ella, en términos de gobierno oligárquico. 

Sin embargo, nuestro analista no nos precisa si estamos en presencia de un orden global imperial, o un orden mundial, imperialista o neo-imperialista, para precisar interlocuciones con publicitados analistas de la actualidad, tales como Antonio Negri &Hardt, James Petras, David Harvey, o Atilio Borón. Y de otra parte, si hay o no, si es necesaria, una articulación entre lo local y lo global, una glocalización, y de qué modo; en la forma que la trató Ulrich Beck, o la presentan Saskia Sassen, o Samir Amin, entre otros.

No está del todo claro, si la coyuntura presente, en el plano global, podría aprehenderse en términos de Negri& Hardt, como la relación entre guerra y democracia, y tal sería la contradicción principal, y de otra parte, cuál sería la relación entre mayoría de la población y multitud, el para mucho evanescente sujeto surgido de la pluralidad de luchas, entre múltiples actores singulares.

En este caso, por supuesto, las menciones directas o indirectas, a otro Antonio, Gramsci, no aparecen todavía, y podrían ser de utilidad. Por ejemplo, la utilización de la categoría de los subalternos, que involucran a los grupos y clases subalternas, y entre estos podrían caber, a manera de ejemplos, los pueblos y el precariado, además de los pobres, los campesinos. 

Tampoco existe mención al problema de la hegemonía, que toca con la caracterización de lo local-nacional, cuando Gramsci propuso para los años 30 del siglo pasado, pensar el estado ampliado o integral, en el que se articula no una superestructura, sino las superestructuras complejas, sociedad civil y política, con sus especificidades funcionales, en la primera, la hegemonía (dirección) y la dominación (coerción), y lo que implicaba para él hablar a este respecto de un Estado de gobierno.




Pero, en cualquier caso, la aproximación del analista Dorado es fructífera, y, un poco, se inscribe en la inquietante y retadora lectura de Slavoj Zizek, de la tesis XI Sobre Feuerbach, de Carlos Marx, para contrariarlo en el sentido, de decir, que a hoy, No hay un basta de interpretar el mundo, y que para los filósofos (y los hacedores de teoría), la cuestión es transformarlo de modo consecuente. Dicho de otro modo, que el momento de la teoría está en defícit; y que entre otras, la cuestión de la actualidad del comunismo está a la hora del día, y tenemos que pensarla.

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