¿DE QUÉ REFORMA POLÍTICA SE TRATA?
Parte I
Miguel Angel Herrera Zgaib
Profesor Asociado, C. Política, Unal. Catedrático Maestría Estudios Políticos, U. Javeriana, Bogotá.
Profesor Asociado, C. Política, Unal. Catedrático Maestría Estudios Políticos, U. Javeriana, Bogotá.
Antecedentes
“Surgió entonces una “Tercera Vía” para dar cabida, de lado y
lado, a las tesis y preocupaciones del contrario. Nacieron las llamadas
economías mixtas que, como su nombre lo indica, son una mezcla de lo público y
lo privado…Las versiones originales de la Tercera Vía, puestas en práctica por
partidos de centro-izquierda, y muy influidas por las teorías de Keynes después
de la depresión de los años treinta, son las que ahora, en una forma adecuada y
modificada a los tiempos modernos, muchos de esos partidos quieren retomar.”
Juan Manuel Santos, en: La Tercera Vía: una alternativa para Colombia (1999),
pp: 15-16.
A partir del 20 de julio
pasado, el presidente reelecto hizo explícitos tres énfasis en respaldo de los
huevitos de su mentor, y principal contradictor, el expresidente y senador
Álvaro Uribe Vélez, indisputado líder de la reacción política colombiana. Santos
señaló entonces a la paz, el equilibrio de poderes y el impulso a una agenda
social progresista como el norte que alimenta su versión suramericana de la
tercera vía, donde tiene la atenta compañía de Tony Blair.
Para esta segunda
presidencia, Juan Manuel Santos, ha "reencauchado" su discurso, y blindado a sus
coequiperos más inmediatos, transformando en primer lugar, sin acudir al trámite del congreso, al
vértice sacrosanto del poder ejecutivo. Santos avanzó su reforma política, haciendo primero un uso
discrecional de los poderes presidenciales,
avanzando en la perfección de la fórmula hiper-presidencial de la que habló el jurista Carlos Santiago Nino en su trabajo
sobre la democracia deliberativa.
Él oficiaba como asesor de primera línea en la restauración
de la democracia argentina, la que condujo
el radical Raúl Alfonsín,
acompañando por Pancho Portantiero, un socialista de prosapia gramsciana. Esta tuvo un devenir accidentado, a
la postre signado por la tragedia económica.
Recordando a la
tradición anglosajona, el liberalismo
clásico, Santos insiste a destiempo en
la lógica política de los pesos y contra-pesos, que supone la Constitución de 1991 gozó en su redacción
original; pero que se afectó con la modificación del “articulito” que benefició el entusiasmo
reeleccionista de un
“contra-reformador”. Santos, el más aventajado discípulo del kínder de la
guerra de los diez años, ahora se exhibe como abanderado de la negociación de
paz con las Farc-Ep.
Para el fin de la
guerra
“La Presidencia formula las política públicas con el apoyo de
todos sus ministerios, porque somos un equipo. De lo que se trata es de
armonizar la tarea de todos sin suplantar la acción de los ministerios.” Néstor
H. Martínez, el superministro, ET,
17/08/14, p. 6.
La continuidad de la reforma
política ya se destapó en la primera semana de septiembre, ante el congreso con
el proyecto que el partido de la U defenderá. Allí se establece, de entrada, el
desmonte de la reelección, después que este reformador sui generis pelecha con ella. Es una especie de “después de mi, el
diluvio”, pero al revés; a la espera que desde ahora se encaucen los ríos de la
prosperidad para los más.
El ejecutivo ya obtuvo su reforma, con la creación expedita
del ministro de la presidencia, en cabeza de Néstor Humberto Martínez, hombre de confianza del
mayor urbanizador de Colombia, Luis Carlos Sarmiento Angulo. Él será el jefe de gabinete, una suerte de
híbrido que combina el presidencialismo estadounidense con el parlamentarismo
británico.
De otra parte, con la
presencia de Germán Vargas Lleras, rediseñó la vicepresidencia, para que en
lugar de la paz, como lo debía hacer su anterior vice, Angelino Garzón, éste se encargue de abrir y consolidar las
vías para la paz, juntando la comisión de infraestructura y los proyectos estratégicos.
El tercero de los mosqueteros, con el D´Artagnan criollo, es
el general (r) Oscar Naranjo, el segundo mejor policía del mundo, quien se
desempeña como ministro consejero de posconflicto, derechos humanos y
seguridad. El general se perfila según este encargo ejecutivo como el modernizador de los cuerpos de policía, a la vez que el articulador
de la seguridad ciudadana en el posconflicto, una vez la infraestructura, los
proyectos viales de cuarta generación (4G) cobijen a la mayoría de los
colombianos excluidos de la modernidad, que apenas se respira en algunas
capitales, albergando grandes conglomerados urbanos en condiciones de extrema desigualdad.
En realidad, hay una reforma al relato de Alejandro Dumas
hijo, con la presencia de una cuarta figura, femenina, María Lorena Gutiérrez,
ministra consejera de gobierno y sector privado. Ella ha sido al interior del
equipo de reforma el alter-ego de Tony Blair, a quien por supuesto, el
principal triunfo que se le endilga, es haber aconductado a la díscola y
reformista clase obrera inglesa, desde los tiempos del movimiento cartista,
pasando por los consejos obreros de Sylvia Pankhurst (1862-1960), hasta las
grandes huelgas de los mineros en la segunda mitad del pasado siglo.
Blair se sirvió para esta reforma del sociólogo Anthony
Giddens y el think tank de la London
School of Economics and Political Science. En Colombia, la combinación está
entre dos instituciones, por un lado, el pseudo-politécnico de la Universidad
de los Andes, con su facultad de economía, mandando la parada.
Por el otro lado, un núcleo intelectual de la Universidad Nacional, atiende a la agenda de
la paz pactada, a través de Centro de Pensamiento y Seguimiento a la
negociación de la paz, que se nuclea en torno a la Facultad de Ciencia Política
y Derecho con el concurso de intelectuales de diversas instancias académicas; y
con el acompañamiento laico del PNUD, y piadoso de la Iglesia Católica.
(Continua)
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