miércoles, 17 de octubre de 2012


LA PAZ NO ES UN NEGOCIO, AUNQUE LO PAREZCA

Miguel Angel Herrera Zgaib
Proyecto @utonomista

"De las lunas, la de Octubre es más hermosa..."

Ya llegaron los equipos negociadores, 10X10, o casi todos, a Oslo, y hoy se comenta que estarán reunidos en forma reservada para acordar cómo se presentarán mañana, en el escenario público.
Por una parte, está Iván Márquez, y de la otra, Humberto de la Calle. Cada uno con experiencia política en el congreso, uno en los tiempos de la UP, y el otro como el coequipero de César Gaviria en el armazón de la Asamblea Constitucional de 1990-91.
Digo Constitucional, aunque pudo ser constituyente, porque así lo avaló la CSJ en su momento, pero hubo luego la encerrona partidista con la componenda entre las principales fuerzas representadas. Pero no ocurrió así, en la medida en que se omitió su refrendación por el pueblo.
Fue el congreso, el llamado equivocadamente "constituyente secundario" el que legitimó lo pactado entonces, que no resultó, a la postre, después de 20 años, un pacto de paz, como por ejemplo, lo sugería el texto que preparó John Dugas, con investigadores de Ciencia Política de los Andes. Por el contrario, resultó ser, a la romana "una preparación para la guerra".

DE CARA A LO NUEVO

Después del trayecto de la fementida "seguridad" democrática, el imaginario del bloque dominante mutó hacia la "prosperidad" democrática, que los balances del capital financiero muestran a las claras cómo benefician a un estrecho puñado de potentados. Y cuyo otro extremo son las doscientas mil familias que hacen cola, con frío y acampando de un día para otro, para recibir subsidios en Medellín; y en Bogotá, no, por problemas logísticos, dicen las autoridades.
Los grandes "cacaos" se siguen tomando el chocolate. Y se hacen los de la vista gorda frente a los grandes robos impunes contra la riqueza nacional, legales e ilegales, de los que también se lucran. El último de los cuales acaba de documentarse con la entrega de subsidios, sin retorno, por más de 36.000 millones que fueron a parar a las cuentas de floricultores, y por esa misma vía a financiar las campañas políticas de los adalides de la seguridad, Uribe y Uribito.
Estamos a la espera de qué informará la Fiscalía de la audiencia tenida con Santiago, el hermano de Álvaro, durante 8 horas, y a quien se señala como haber sido organizador de la banda de "Los 12 apóstoles", acerca de lo cual escribió un libro la periodista y académica  Olga Béhar, basándose en el testimonio del mayor Meneses, y los expedientes judiciales.

LAS LECCIONES DE VENEZUELA Y OSLO

La clase política y los cacaos, propietarios de medios,  se hacen los de los oídos sordos a lo que sucedió en Venezuela, donde el "populismo" de Chávez sigue cosechando votos de los de abajo organizados con el concurso de las misiones cubanas. Allí no importan los costos de la reserva petrolera,  tampoco la inflación. El PSUV y el proyecto Bolivariano  garantizan una existencia con unos mínimos de dignidad para el común de la gente venezolana. Y eso es bueno, o qué de bueno tiene morir de hambre, y sufrir una exclusión sempiterna?
Lo demás resulta ser charlatanería, oculta bajo la fórmula de la eficacia y la eficiencia del capital. Y en Venezuela celebran elecciones, más que en cualquier lugar de la tierra, y se acepta, por el triunfador regular, su derrota. Y un candidato afectado por cáncer triunfa, a pesar de todos los pronósticos e inversiones en su contra.

¿CUÁL ES EL MISTERIO?

Atender a las necesidades del común, con organización de la gente. Ahora es urgente que esa productividad se canalice, y en lo posible, ese país logre la autosuficiencia alimentaria e industrial, pero es necesario tener la gente con el estómago lleno, con salud, y estudiando lo que quiera conforme a sus habilidades e inclinaciones.
Ya está claro, teórica y prácticamente, la posibilidad de un "salario mínimo" decente para todos, en las economías desarrolladas, trabajen o no trabajen formalmente. Es lo que han estudiado y defendido los economistas de izquierda, y los políticos que los acompañan. De ese modo se desmercantiliza la vida humana, y se reactivan las economías de la tierra.
A su manera, es lo que se practica en Noruega, y eso no evita que haya "corridos" que asesinan a un sinnúmero de jóvenes como les pasó hace pocos meses. Luego, de Noruega conviene aprender e incorporar la efectiva construcción de igualdad social, hasta donde es posible y alcanzable, de acuerdo a cada país.
Colombia ordeña sus recursos naturales, luego, con el debido cuidado, tiene que proceder a redistribuirlos, sin engordar en modo exclusivo las faltriqueras de los que ya tienen dinero y privilegios en exceso.
No se trata de exprimir a la clase media, como trató de hacerlo el remedo de reforma tributaria preparada por Ortega y el combo de los Sarmiento/Ardila/Santodomingo/Santos, sino de grabar la riqueza del capital financiero nacional y foráneo, sin agüeros, y en forma productiva.

¿Y ENTONCES?

Veremos qué proponen las dos representaciones, autoescogidas, al resto de Colombia, quien es la que decide. Eso lo dirán mañana, y esperamos que sea claro y duro, "clear and loud". Entonces sabremos a qué atenernos. Para precisar que no es un simulacro más, un aplazamiento suicida de las reformas sociales y políticas que no dan más espera.
No hay duda que Humberto sabe de qué se trata en materia de paz, y por lo conocido, él y Gaviria, son lectores devotos de la vulgata neoliberal, luego de "reforma social" na, nai, cucas. Su liberalismo no es el de Gaitán y tampoco el socialismo liberal de Antonio García Nossa, cuyo nacimiento hace 100 años se sigue celebrando por estos días.

                                               ¿Luego, quiénes le pondrán el cascabel al gato ?

                                                     Los de abajo, la representación política armada de los subalternos no basta, es necesario el activo concurso de los grupos y clases de trabajadores de Colombia, que se mueven y luchan todos los días por sobrevivir. Pero, eso sí,  esta representación guerrillera tiene a cómo de lugar que abrir las avenidas de la participación de millones. No se pueden transar por menos para no "fabricar" otra derrota estratégica.
No se puede repetir la fila de reclamos, que por miles llenó de monótona impotencia los 18 meses de San Vicente del Caguán. En La Habana tienen un desafío histórico: darle la voz, y reconocerle el protagonismo a los muchos, quienes en la calle, en las plazas, en la organización barrial fijarán el efectivo rumbo y "precio" de la paz, después de medio siglo de sangre y exclusión. De lo contrario, no importan los motivos, será más de lo mismo.

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