REPRODUZCO PARTE DE LA ENTREVISTA DEL COLEGA PERIODISTA CESAR PAREDES DE SEMANA.COM. Es un abrebocas al  IV SEMINARIO INTERNACIONAL A. GRAMSCI, 17-18 NOV, AUDIT CAMILO TORRES, BOGOTÁ, COLOMBIA, DONDE TRATAREMOS DEL PRESENTE Y PROYECCIÓN DE LOS  GRUPOS Y CLASES SUBALTERNAS EN LA REGIÓN ANDINO AMAZÓNICA, SUS TRIUNFOS RECIENTES, SUS DERROTAS Y SUS LUCHAS. N DE LA R.
 El Estado colombiano está “Alterado”, según DeJusticia
Por César Paredes, periodista de Semana.com
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|   La cooptación mafiosa del Estado, según los propios "paras" alcanzó casi una tercera parte del Congreso.  | 
ENTREVISTAEn su más reciente investigación, la organización DeJusticia pone la lupa a los principales males de la democracia colombiana: clientelismo, mafias y debilidad institucional.
El Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad (DeJusticia), acaba de publicar su más reciente investigación, llamada Estado Alterado.
En el libro, que consta de cinco capítulos y que es la continuación del libro Mayorías sin democracia, la organización analiza hasta dónde las mafias, el clientelismo y la debilidad institucional, han afectado la democracia colombiana.
Para el efecto, los investigadores  Javier Revelo (columnista de Semana.com) y Mauricio García (columnista del El  Espectador) se basaron en investigaciones previas, pero se concentraron en temas  fundamentales como la cooptación del Estado en el nivel regional, la fragilidad  de las instituciones que intervienen en los procesos electorales y la  resistencia de la Justicia al proceso de cooptación de los poderes ilegales.
La conclusión, reza la investigación: “En Colombia hay instituciones que  funcionan más o menos bien, sobre todo en las grandes ciudades… Pero en el resto  del país la mafia parasita las instituciones”.
A propósito de la  publicación de la investigación. Semana.com habló con Javier Revelo, coautor del  libro, quien explicó por qué si bien en Colombia no hay un Estado fallido,  tampoco se puede decir que hay un Estado victorioso.
Semana.com: Ustedes afirman en su  libro que el Estado colombiano es un “Estado alterado”. ¿Por qué?  
Javier Revelo: Colombia  siempre ha tenido un Estado débil que no ha logrado llegar a las regiones. Ha  delegado poder en caciques y gamonales y a través de esa delegación ha hecho  presencia. Esa debilidad y esa delegación generaron prácticas clientelistas. Hay  grandes intermediarios que manejan el Estado a su servicio y se usufructúan de  él.
Pero eso no es nuevo, eso viene de atrás. Lo que ha pasado en los  últimos 15 años es que a ese fenómeno se le sumó el interés de las mafias y las  organizaciones criminales de incrustarse en la política. Los intermediarios  entre ciudadanos y el Estado pasaron a ser los señores de la guerra.
Semana.com:  Pero hay quienes destacan que Colombia tiene 200 años de historia republicana.  Aun así, ¿las instituciones son débiles?  
J.R.: Se ha construido una  historia de exaltación de la democracia que en cierta medida es verdadera. Si se  compara la primera mitad del siglo XX de Colombia con la de otros países, se  advierte que este país era una de las pocas democracias vigentes de América  Latina, aunque criticable. Eso ha creado una idea del civilismo de nuestra  democracia, pero hay que revisar qué tan cierto es. Porque, por ejemplo, el  fraude electoral, que se conoce muy poco pero que viene de atrás, demuestra que  esa “regularidad de las elecciones” está acompañada de prácticas irregulares. Y  a esas prácticas fraudulentas se sumó el poder de la coacción.
Semana.com:  ¿Qué han hecho los gobiernos recientes?  
J.R.: Han tratado de  fortalecer las Fuerzas Armadas y hacer presencia, pero eso no es per se el  fortalecimiento del Estado. Es necesario, pero es importante que se haga dentro  de la legalidad. Si el Estado se alía con actores ilegales, que fue lo que pasó  en muchas regiones, entra deslegitimado y dejando víctimas a su paso. Tampoco es  suficiente. Es necesario fortalecer la administración pública, los servicios  sociales, la administración de justicia. Hay que hacer un trabajo de  reconstrucción institucional.
Semana.com: ¿Cuál fue el objetivo de su  investigación? 
J.R.:  Tenemos una preocupación por ver cuáles son esas debilidades del Estado que han  permitido, que facilitan o que no se oponen a un proceso de captura del Estado  que ya está bien documentado en otras investigaciones. No se trató de hacer el  mapa de la captura del Estado, sino que seleccionamos casos para dar una  interpretación de lo que ocurrió.
Semana.com: ¿Cuáles son los estudios de caso más  relevantes? 
J.R.: Por ejemplo, qué ha  pasado en los últimos 10 años con la carrera administrativa, la carrera  diplomática, la carrera notarial y la política agraria. Se hizo un recuento de  cómo se han intentado regular esas áreas, pero no se ha logrado a pesar de ser  mandatos constitucionales.
También se advierte que los problemas del  clientelismo siguieron presentes en los últimos 10 años, con la diferencia de  que en los últimos ocho, el Presidente tuvo mucho poder, que habría podido  utilizar para fortalecer al Estado y combatir la corrupción, pero no lo hizo.
Semana.com:  A propósito de las carreras, ¿qué encontraron?  
J.R.: La carrera  administrativa es uno de los antídotos fundamentales para combatir el  clientelismo, se trata de establecer un servicio burocrático profesional que  ingrese a través de un concurso de méritos. La Constitución del 91 se preocupó  por eso; hay mandatos expresos para que se regule. Pero encontramos que poderes  políticos se han resistido. El Congreso, desde 1991, ha hecho al menos tres  leyes que regulan la carrera, , pero los congresistas le han incluido artículos  que permiten el ingreso a la carrera sin aprobar los concursos de méritos. La  Corte Constitucional ha declarado inconstitucionales esos proyectos.
Los  políticos se dieron cuenta de que la Corte les iba a seguir declarando  inconstitucionales estas leyes, entonces decidieron, en lugar de hacer una buena  Ley, reformar la Constitución en 2008. Afortunadamente la Corte nuevamente  declaró inconstitucional esta norma.
Semana.com: Hay una afirmación polémica en su libro:  que la “descentralización”, que fue uno de los principios de la democracia  liberal incorporados en la Constitución, ayudó a consolidar a las mafias  locales. ¿Por qué? 
J.E.R.:  El tema de la descentralización se debate entre su bondad teórica y su  aplicación práctica. Este libro no es la respuesta a este difícil dilema, pero  hace preguntas en ese sentido bajo el entendido de que el diseño territorial del  Estado es un tema clave para examinar la debilidad institucionalidad.
La  descentralización está justificada teóricamente porque acerca a los ciudadanos  al Estado.  Además, para el caso colombiano se justificó porque ayudaba a  reducir la violencia. La ecuación era simple: descentralización más democracia  igual paz. Nadie está en contra de esa idea.
Si hay ciudadanos con  garantías de igualdad para competir por las elecciones, eso funciona. Pero aquí  el problema es que no en todos los municipios del país se cuenta con  instituciones estatales y con ciudadanos. En muchas regiones, no todas, el poder  armado tiene una gran capacidad de incidir en el mapa electoral. Freddy Rendón  Herrera, alias el ‘Alemán’, dijo que la base de la democracia estaba en el  municipio porque ahí es donde están los votos. Tenía toda la razón. Hizo una  buena interpretación, porque los constituyentes creyeron que abriendo el régimen  político iban a entrar los ciudadanos, pero en algunos casos, donde la  competencia y la libertad no existían entraron las mafias.

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