domingo, 25 de julio de 2010

Reproducimos el texto escrito por el historiador colombiano Carlos Vidales, remitida por Luis Mejía, doctor en economía residente en los EUA. N. de la R.

Carta abierta a ambos




Señores presidentes:



Pórtense como si fueran adultos. Hagan de cuenta que saben meditar las cosas. De ustedes depende la vida o la muerte de mucha gente. No sean irresponsables.



Usted, presidente Uribe, ya ha matado a mucha gente. Basta ya. No siga. Sepa que a usted no le cree nadie. Si usted dijera hoy que la tierra es esférica, habría que convocar a astrónomos, comisiones internacionales, tribunales de la verdad y cien mil notarios para verificar su afirmación. Usted ya ha agotado toda la confianza de la opinión pública internacional y lo único que le queda es la confianza de sus compinches paramilitares y genocidas.



Es probable que sus fotografías y pruebas sobre la existencia de guerrilleros de las FARC en territorio de Venezuela sean auténticas. Pero hay un problema: a usted nadie le cree. Toda su historia es una larga cadena de falsedades, mentiras, calumnias contra la oposición, agresiones y asesinatos contra la gente honesta, humilde y trabajadora de Colombia. Creer lo que usted dice ya es un delito de lesa humanidad. Habrá, pues, que esperar a que los hechos digan si en este caso, por alguna extraña patología de su carácter, dijo usted la verdad.



Usted, presidente Chávez, ya nos tiene (o me tiene a mí) cansado de sus exabruptos, sus respuestas exageradas, incontroladas, sobre una cosa y otra. Un día dice usted que Uribe es “un facineroso” y al día siguiente lo llama “hermano”. Contrólese. No pierda la calma. Piense antes de abrir la boca. Usted rompe relaciones con Colombia, manda batallones a la frontera, amenaza, grita, califica y descalifica como un niño malcriado, no piensa que los gringos están a la espera de un conflicto para meter sus tropas y, en general… no piensa. Perdone la franqueza, se lo digo como amigo: usted se comporta como un niñito con rabieta.



¿No se da cuenta de que lo están provocando? ¿No se da cuenta de que quieren crear una situación que dé cabida a una intervención “multilateral” en gran escala contra Venezuela? ¿No se da cuenta de que quieren fabricar un incidente, una chispa, como lo hicieron en Granada en el caso Bishop, para meter sus tropas y aplastar el proceso venezolano? ¿No se da cuenta de que las grandes potencias “amigas” no se van a jugar el pellejo por la justicia, como no se lo jugaron en Honduras? Piense, querido amigo, y si no sabe pensar, oiga a sus consejeros, que me consta que piensan. No oiga a sus aduladores: los aduladores son agentes gratuitos del enemigo. Trabajan, sin saberlo y sin sueldo, para el enemigo. Los aduladores e incondicionales son la quinta columna del imperialismo. Desconfíe de sus aplausos. Razone.



Sobre todo, presidente Chávez, no use el maldito recurso de romper relaciones comerciales. Esa es una práctica imperialista. Es lo que han hecho cntra Cuba desde ya más de medio siglo. No use los métodos del imperialismo. Los bloqueos económicos se vuelven contra los pueblos, no contra los gobiernos. Es como bombardear la población civil con napalm. Piense. Razone. Oiga el consejo de un amigo: compórtese de acuerdo a los principios de humanidad, que son sagrados para los revolucionarios.



A usted, presidente Chávez, no tengo que pedirle perdón por mi franqueza. Si es revolucionario, oirá mis razones, aunque duelan.



A usted, presidente Uribe, solamente tengo que decirle que usted es enemigo de los pueblos de América Latina. Es usted un lacayo miserable del imperio, que termina su siniestro mandato de muerte con una provocación que puede producir millones de víctimas. Que su Dios y su Satanás se lo cobren como lo merece.



Si fuera verdad –digo, si fuera– que hay bases de las Farc en territorio venezolano, oiga usted lo que le digo, presidente Chávez: sacrifique a esos señores. En la política, como en el ajedrez, hay que saber sacrificar la reina para ganar la partida. No se juegue la suerte de Venezuela por nada ni por nadie. Usted tiene una responsabilidad inmensa con su pueblo. Cumpla con ella.



Carlos Vidales,

Estocolmo, 2010-07-22

No hay comentarios:

Publicar un comentario