domingo, 12 de abril de 2020


Un virus recorre… el mundo

Giovanni Mora Lemus

                                                                Hoy, la palabra virus, retorna a su significado original o literal, escribió por estos días Slavoj Zizek[1]. Hasta hace un par de meses los virus estaban en el mundo de las redes y las computadoras, pero, hoy son virtuales y reales al mismo tiempo. 

Pienso, además, en los videos virales que tanto pregonan los medios masivos de comunicación y que están circunscriptos a las redes sociales y a sus seguidores. Hoy “lo viral” toma un sentido más mórbido y menos trivial.

Sin embargo, en la columna del filósofo esloveno, encontré con un halo de optimismo, pensando esta crisis global como una oportunidad. Así lo señala en su artículo: “Pero quizás otro virus ideológico, y mucho más beneficioso, se propagará y con suerte nos infectará: el virus de pensar en una sociedad alternativa, una sociedad más allá del Estado-Nación, una sociedad que se actualiza así misma en las formas de solidaridad y cooperación global”.       

Luego, él reflexiona a propósito de la crisis sanitaria, y se pregunta: ¿Es la lección de la epidemia del coronavirus que no se necesita aún más, que debemos comenzar a crear algún tipo de red global de atención médica? Claro, podemos ir más allá del cuestionamiento hecho por Zizek, y que va en sintonía con la medicina social latinoamericana, interrogándonos de manera retórica; ¿No queda claro que la salud y la enfermedad están determinadas por las condiciones de vida globales?  

Por su parte, Giorgio Agamben[2] quien se muestra incrédulo y escéptico con el virus en Italia anotaba dos consideraciones claves sobre la pandemia: Es una fórmula contemporánea y sui generis para que los Estados decreten el estado de excepción. Y la segunda, la mejor confirmación que lo anterior es cierto, es que vamos a vivir en la excepcionalidad sin límites de tiempo. Cosa que el analista italiano ya había advertido en sus trabajos de teoría política, así lo registra en una de sus columnas:

“…pero es difícil no pensar que la situación que crean es exactamente la que los que nos gobiernan han tratado de realizar repetidamente: que las universidades y las escuelas se cierren de una vez por todas que las lecciones sólo se den en línea, que dejemos de reunirnos y hablar por razones políticas y culturales y sólo intercambiemos mensajes digitales, que en la medida de lo posible las máquinas sustituyan todo contacto-todo contagio-entre los seres humanos”.      

Desde Uruguay Raúl Zibechi[3] confirma su tesis, dicha en otros momentos, que nos encontramos en una situación de “campo de concentración a cielo abierto”. Los sistemas de control tecnológicos, por ejemplo, se han venido sofisticando cada vez más, la circulación libre de la ciudadanía se limita en los tiempos de pandemia, lo que de paso ocasiona una clara desmovilización de los subalternos, categoría que no es utilizada por el periodista uruguayo.      

El riesgo, siguiendo con Zibechi, es que una vez pasada la emergencia sanitaria, el escenario sea el de unas elites fortalecidas y unos movimientos sociales, concepto con el que siente más cómodo en su análisis, desmovilizados; por lo tanto, es tarea de los sectores sociales empobrecidos organizar redes de apoyo, movilizarse, actuar. Activar otro tipo de virus, siguiendo la metáfora planteada por Zizek.   

En Colombia, William Ospina[4], comprende estos momentos del virus 2020, en una clave distinta. Para él, ha sido en esta etapa de confinamiento, que hemos logrado entender “las virtudes de la modestia, de la privación, de la meditación”. Pero va más allá, en estas circunstancias, vuelve a aparece la pregunta humana por la deidad: “Son muchos los que piensan que es el ser humano el que ha creado a Dios, pero puede ser más exacto decir que lo ha descubierto, como se descubre una estrella”. Sin embargo, ¿será que esta honda meditación ayudará a activar el solidario contra-virus que requerimos?      
  
Un descreído, “Fernando Vallejo en el supermercado”[5], así tituló su crónica periodística. El iconoclasta paisa se despachó, como ya nos tiene acostumbrados, contra todos los carnívoros, y dijo, además, que estaba dichoso con el coronavirus, ¿llegará el fin de la especie humana? Lo preguntaba con ansia. Sin embargo, Vallejo nos dio pocas luces para entender el momento.    

Con todo, hasta aquí, las voces ausentes han sido las de muchas mujeres que analizan esta coyuntura. No las hemos olvidado, sus puntos de vista serán la materia prima de la siguiente columna.    


[1] Véase el artículo de Slavoj Zizek : “Coronavirus es un golpe al capitalismo al estilo de kill Bill y podría conducir a la reinvención del comunismo”, publicado en Russia Today,  27 de febrero 2020.  En la compilación hecha por Pablo Amadeo titulada “Sopa de Wuhan”. 
[2] Véase el artículo de Giogio Agamben: “Contagio” publicado en Quodlibet.it 11 de marzo 2020. En la compilación hecha por Pablo Amadeo titulada “Sopa de Wuhan”. 
 
[3] Véase la conferencia “Una mirada global a la pandemia” https://www.youtube.com/watch?v=fg00fYjUSRM&t=482s
[4] Véase la columna titulada “La voz de Dios” en El espectador, 5 de abril de 2020
[5] Véase la crónica publicada en el Espectador, 3 de abril 2020.

1 comentario:

  1. Es una buena columna, pero me quedé esperando leer, cómo analizas tu este momento de la vida. Muchos abrazos.

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