sábado, 1 de junio de 2019

Se va el caimán, y torrente de “pruebas”

Pues ya están las 7.000 has aquí, en un mes. Y las otras 3.000 has, en un mes y una semana más (…) Dice Marín a los dos agentes encubiertos en el video recién filtrado a la opinión pública por desconocidos.

                                    El “inesperado” resultado de libertad para el guerrillero de las Farc-Ep fue contestado por la renuncia irrevocable del Fiscal general, quien fuera interlocutor directo de los acuerdos de La Habana. 

Luego Néstor Humberto, el caimán de los Andes, cerebro descubierto de la continuación de la guerra por otros medios; prolongó el asedio a la paz mediante el memorando de 6 objeciones, repetidas por el presidente Duque alegando conveniencia; y así no firmar la reglamentación de la JEP, luego de las marrullas de Ernesto Macías, presidente del Congreso.

Antes, dos magistrados que no desayunaron con el procónsul Kevin Whitaker, fueron “tallados” con la supresión de sus visas, Antonio José Lizarazo, ponente del fallo de exequibilidad; y Diana Fajardo, compañera de Corte. La táctica de los desayunos se destapó por los representantes López de Cambio Radical, y David Racero de Colombia Humana, el 2 de abril.

A “fundamentar” las objeciones presidenciales dedicó los días el fiscal renunciante, mientras de noche escribía cartas en defensa de Sarmiento Angulo frente al caso Odebrecht, según decir de Gustavo Petro. La embajada de Estados Unidos, en cabeza del procónsul Whitaker, continuaba un afanoso y puntilloso lobby institucional.

Antes, el 1o. de abril, los senadores en el desayunadero Whitaker, con la excepción de Iván Marulanda, le hacían la voz segunda. Él pensó que no la tendría “fácil” con la cámara baja, donde la correlación de fuerzas es desfavorable a la reacción y la derecha conservadora sumada con algunos “independientes”.

Con posterioridad, se supo que a tres magistrados les habían retirado la visa previamente. El primero, Antonio José Lizarazo, ponente en la Corte Constitucional del fallo de exequibilidad de la JEP, se acercó a los servicios consulares, y recuperó su visa.Una vez “visitaron” la sesión consular, a dos de los tres les restituyeron el paso a la sede imperial. Sin embargo, hubo un tercer magistrado, Eyder Patiño, presidente de la sala penal de la Corte Suprema, quien no aceptó se quedó sin visa.

 La punta del iceberg

“Es pretencioso decirlo así. Pero dado que tengo el privilegio de mantener diálogo con todos los sectores de la vida nacional, puedo servir de puente entre ellos”... Entrevista de Néstor Humberto Martínez con Yamid Amat, en ET, 19/05/19, p. 17.7.
“91 excombatientes y 26 familiares de las Farc asesinados entre 24/11/16 y 23/04/2019, reporta la Fundación Paz& Reconciliación, mientras que las Farc reporta 131 asesinatos de guerrilleros con última fecha 14/05/2019.

                                              La extradición de Santrich es el chivo expiatorio para desacreditar la JEP, y así cumplir de carambola las “promesas” hechas por Iván Duque. El exfiscal Martínez es el alfil jurídico de esta maniobra, y cobrará caro, mientras lo anuncia con cinismo:
 “No estoy en el proselitismo político y hoy mucho menos. No tengo ambiciones de esa naturaleza.”

Sin embargo, otra cosa piensan las fuerzas de la oposición, y observadores neutrales, su fiscalía ha sido la más politizada de todas. En goce pleno de la renuncia orquestada con el bloque reaccionario, corrobora a Yamid Amat la estrategia en la disputa hegemónica de la sociedad civil: “Es curioso: uno habla con todos los sectores y todos dicen “queremos la paz”. Bueno, empecemos por la paz política para que la institucionalidad de la paz funcione” (ET, 19/05/19, 1.6).

Este decir, ¡qué duda deja! El señor Martínez no solo quiere escabullirse de las trapisondas que armó por interpuesta persona, en defensa de Odebrecht, sino que da los primeros pasos como primer aspirante a la candidatura presidencial.

Él quiere asegurar su puesto en la sucesión, a través de un “nuevo” acuerdo nacional, que parecía fracasar en el primer convite a manteles con el presidente Iván Duque.

Para que avance, el nuevo acuerdo nacional, este Frente Nacional tiene que sellar la Pax romana, es decir, pasar de la paz neoliberal impuesta por Juan Manuel Santos a la guerrilla,―a cambio de justicia transicional y curules ―, a la paz reaccionaria, pretextando que el bloque reaccionario derrotó en el plebiscito por algo más de 42.000 votos, sin contar la abstención superior al total de votos emitidos.

(continúa)

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