domingo, 11 de junio de 2017

REVISANDO LA HISTORIA.  EL BRASIL  DE LULA  Y EL AHORA .

LULA Y OBAMA: ¿RESOLVIENDO A RITMO DE TANGO?

Los intereses primero

"En ese tema, el de nuestra incursión en la selva ecuatoriana, en ese bombardeo contra "Reyes", yo les pido perdón por eso. Se lo dijimos en República Dominicana". Álvaro Uribe. Clausura de la asamblea de la Andi. Medellín, 14 de agosto 2009.

Nos han pedido nuevamente disculpas, las aceptamos de corazón, pongámonos a trabajar juntos para construir la paz". Rafael Correa. Quito, 15 de agosto de 2009.

Ya no queda duda que habrá reunión en Bariloche, el 28. El gobierno de Colombia, para prepararla repitió excusas a Ecuador. El presidente Correa dijo que las acepta con condiciones, que empiezan por prohibir la extraterritorialidad que evite cualquier nueva violación pretextando motivos de seguridad nacional o internacional.

El presidente Chávez ripostó desde la otra frontera a su homólogo colombiano, porque alcanzó el colmo del cinismo; y en la farsa regional el canciller Bermúdez recordó a "tirios y troyanos" que primero se defienden los intereses nacionales, - ergo el acuerdo con Estados Unidos -, y luego se dialoga. Tal y como ocurrirá teniendo al matrimonio Kirchner como anfitrión de la reunión de UNASUR, un diálogo erizado de intereses estratégicos donde los Estados Unidos es el telón de fondo.

La cancillería brasileña continua apretando el acelerador, para en paralelo insistir en su interlocución bilateral con el presidente Obama, una vez que éste y Colombia cerraron su negociación. Sin embargo, la opinión pública nacional y regional sigue sin conocer la totalidad de los puntos anunciados, y mucho menos la letra menuda del acuerdo con Colombia. Y "la diplomacia paralela" del expresidente Samper equilibra la balanza, denunciando "bases dentro de las bases", y proponiendo, en cambio de las norteamericanas una base hemisférica en Palanquero.

Mientras tanto, el presidente Lula recibió la visita del mandatario Calderón de México, con quien firmaron un acuerdo comercial este lunes. Calderón se refirió a que el verdadero crecimiento que necesitamos provendrá de las economías emergentes, que los incluye a ambos, así como a India y China, y no de los países desarrollados, donde Estados Unidos es su socio principal en el TLC que incluye a Canadá.

Porque, a ojos vista, lo que el gran hegemón ofrece como placebo en tiempos de gran crisis capitalista es expansión militar, cuando las aventuras imperiales que tienen como punto de referencia sus restantes 830 bases alrededor del mundo, que no lograron paliar la recesión, pero sí seguir imponiendo el dólar como forma expedita de socialización de sus pérdidas financieras.

El acuerdo plan y las mentiras

"Colombia y nosotros continuaremos discutiéndolo con los otros países de la región". Philip Crowley. Portavoz del Depto de Estado de EUA.

"Lo sucedido en Manta parece destinado a convertirse en un síndrome común a las bases norteamericanas, que terminan operando para todo menos para aquello para lo cual fueron creadas". Ernesto Samper Pizano. Acuerdo con E.U.: falta discusión. El Tiempo, 16 de agosto 2009.

El acuerdo de la discordia suramericana permitirá a E.U., para empezar, el uso de 5 bases militares aéreas y 2 navales en Colombia. Compartirán inteligencia técnica en tiempo real sobre narcotráfico y terrorismo; y sus militares y contratistas, no superiores a 1400 en total, gozarán de inmunidad que les impide ser procesados en este país y ante los organismos internacionales, sin llegaran a cometer delitos de lesa humanidad.

Entretanto, a lo dicho por Crowley, siguió el pronunciamiento de Frank Mora, subsecretario del Pentágono, en la entrevista de O´Globo: "Todo lo que se discute entre el Pentágono y los militares colombianos es sobre Colombia". De ninguna maner se trata de internacionalizar la Amazonia, sino extender la misión del Plan Colombia de combatir el narcotráfico y el terrorismo, cuyas bases jurídico constitucionales, dicen los congresistas pro-uribistas, se remontan al año 1952.

Hugo Chávez sigue siendo la voz discordante en la subregión andina. Él señaló que es imposible reconstruir las relaciones con Colombia: "¿Cómo voy a confiar en el presidente de Colombia? ¿Cómo, si utiliza la mentira para tratar de descalificarnos? No puedo." Y reforzó su declaración con la publicación pagada en varios diarios, entre ellos EL Tiempo, de su carta A los presidentes de Unasur, una página completa en la sección A, el 16 de agosto pasado.

La mentira alude al último señalamiento que el gobierno colombiano le hizo por los lanza cohetes capturados a las Farc, propiedad del ejército venezolano que los compró a Suecia en 1988. Chávez lo desvirtuó ante la prensa internacional, donde mostró el funcionamiento de los AT-4, y explicó que las Farc se habían apoderado de 5 lanzacohetes AT-4 en 1995, en una incursión cruenta al puesto de Cararabo en la que murieron 14 venezolanos. Chávez repitió estos argumentos a Vicky Dávila, la periodista de RCN que lo entrevistó, poco días después que su colega de Noticias Uno, María Cristina Uribe hubiera hecho lo propio con el presidente Correa.

Vicky arguyó públicamente que el ataque a Cararabo no la hizo las Farc sino el Eln. Y la revista Semana, en su última entrega publicó el texto las mentiras de Chávez, donde hizo la contabilidad de los lanza-cohetes, son 7 y no 5. Tres que estaban en poder de Jhon 40 se recuperaron el 7 de octubre de 2008. Antes, contra la columna Teófilo Forero de las Farc se obtuvieron 2 más, el 31 de marzo de 2003; y el mismo año, el 21 de octubre, otro cohete fue disparado contra la base militar de Catam, antes que aterrizara el avión con el presidente a bordo, y se recuperaron 2 AT-4 en la casa desde donde dispararon.

A la anterior contabilidad la revista añade citando al NYT, información de los computadores incautados en el campamento de Angostura a Raúl Reyes. Un reporte de Iván Márquez en enero de 2007, negociando misiles tierra-aire, rifles para francotiradores y radios con la ayuda del gral Henry Rangel Silva, de la inteligencia venezolana. Y de otra parte, la revista indica que las Farc negociaron cohetes antitanques 85 mm, dos tubos y 21 cargas, con los generales venezolanos Alcalá y Carvajal.

Entretanto, nadie entrevista a Uribe, la manzana de la discordia. Otros hacen el juego de medios, mientras él visitó a los países más proclives a apoyar la presencia norteamericana, pretextando un asunto exclusivo de soberanía nacional. Lo acompaña un experto comunicador, Jaime Bermúdez, quien antes estuvo desempeñándose como embajador en Argentina, el territorio "neutral" donde se resolverá el entuerto.

En resumen, Chávez y Uribe, por diferentes vías, son sindicados de mentirosos y cínicos, esto es, dos veces mentirosos. La opinión pública continental, y los analistas que valoran la verdad requieren una aclaración de los presidentes en entredicho. A ello ayudará también el presidente Correa al exigir que Colombia entregue los discos duros de los computadores, el video del ataque e indemnizaciones por el bombardeo a Angostura, así como el sostenimiento para los miles de refugiados colombianos que habitan la provincia de Sucumbíos.

La presencia militar estadounidense

"Ojalá que no tenga (Uribe) que pedir perdón también a Suramérica". Rafael Correa.

El sábado 15 de agosto Correa respondió positivamente a Uribe, exigiendo que Colombia deje de vincular su gobierno con las Farc. Entonces " sí podré estrechar la mano al representante de un país hermano y de un pueblo hermano". Luego, él mismo trató el tópico candente de la injerencia estadounidense en Suramérica, la aceptación de "bases extranjeras en Colombia, porque esa no es una cuestión de soberanía de Colombia, es una cuestión que afecta a toda la región".

A su turno, Chávez, socio del ALBA, rememoró también el golpe de Estado en Honduras, para censurar la participación estadounidense en el derrocamiento de Manuel Zelaya. Porque es necesario que Obama le explique a Suramérica qué pasó en el aeropuerto de Palmerola, donde aterrizó y partió la aeronave que llevó al presidente Zelaya a Costa Rica. A lo que siguen las explicaciones debidas sobre las bases en Colombia.

Por lo demás, el mandatario venezolano dice que se está rodeando a Venezuela con bases militares norteamericanas: en Curazao, Aruba, y ahora en Colombia; y arremete contra este gobierno, señalando que hay "un cinismo sin límites...nos están agrediendo, difamando"; y concluye que Uribe "no puede arreglar nada". Uribe no ha respondido las diatribas y señalamientos, porque reserva el listado de preocupaciones para la reunión del 28 de agosto.

Mientras tanto, El Tiempo comentó sin publicarlo algunos de los 20 puntos del acuerdo con Estados Unidos. El acuerdo tiene tres temas principales: el personal estadounidense, las operaciones en Colombia, y la información de inteligencia en tiempo real. El acuerdo que empezó en 1952 se extenderá por 10 años más.

El almirante David René Moreno sostiene que cada movimiento o acción que se haga en las bases tendrá que ser avalada por las F.A de Colombia, para desvirtuar la especie que se establecerán bases norteamericanas. Y el comandante de las F.A. de Colombia, Freddy Padilla De León, uno de los nuevos generales de 3 soles, ascendido en la actual presidencia, dice que "Todos los puntos fueron de mutuo acuerdo y no hubo imposición de temas".

Pero, nadie lo discute ahora, este acuerdo "extendido" tiene pendiente su trámite constitucional, que lo exige el art. 173, para que el Senado autorice operaciones que suponen tránsito y/o estacionamiento de tropas y naves extranjeras, y el concepto previo del Consejo de Estado, art. 273, que tampoco se ha surtido. Todo ocurrirá esta semana.

Aunque ahora no son pocos lo que señalan, vistas las realidades, y no los artículos de fe, que ésta no es la extensión de un acuerdo, sino que se ha roto la supuesta cadena constitucional del acuerdo militar con E.U. que empezó en 1952, con el presidente Laureano Gómez. En verdad, es un nuevo tratado internacional, que modificará "sustancialmente la política exterior colombiana en principios capitulares, como la solución pacífica de controversias, el multilateralismo o la solidaridad hemisférica".

Así lo señaló el expresidente Samper en su artículo del domingo pasado, y después de conversar con el presidente Chávez en Venezuela. Así las cosas, el nuevo acuerdo tendrá que tramitarse en el Congreso para su aprobación, y en la Corte Constitucional para control de exequibilidad.

Si el acuerdo sigue por la vía rápida, y salva los obstáculos judiciales y legislativos, habrá nuevo personal norteamericano permanente, como ya ocurre en las bases aéreas de Apiay y Tolemaida, en las nuevas bases son de tránsito para las F.A. de los Estados Unidos. Habrá un primer desembolso fruto de 46 millones de dólares para garantizar el uso de las aeronaves en Palanquero, donde aterrizarán los gigantescos C-17, que despliegan unidades de combate, aviones P-3 Orion, espías electrónicos, y los Awacs, grandes plataformas dedicados a la inteligencia aérea.

Ahora estarán disponibles también las bases de Malambo, Apiay, Tolemaida y Larandia, dedicadas a controlar las rutas del narcotráfico, y hacer monitoreo a los movimientos de la guerrilla, y apoyar la acción contraguerrillera del gobierno nacional con completa confidencialidad.

La discusión de la seguridad hemisférica


"La presencia de enclaves militares norteamericanos en territorio colombiano sería un retroceso en esta tarea de construir un espacio autónomo latinoamericano para manejar sus problemas de seguridad". Ernesto Samper Pizano. El Tiempo, 16 de agosto 2009.

Hay varios puntos polémicos en el acuerdo en ciernes. Palanquero será para el Comando Sur de los E.U., centro de la "Estrategia de movilidad aérea global". No sustituye a la base de Manta, ni tiene que ver con el estricto combate al narcotráfico en Colombia, y combatir a la guerrilla.

El establecimiento de un poder disuasivo en la región suramericana, que pueda intervenir en un escenario político que es hostil a la tradicional hegemonía estadounidense, choca a la vez ha levantado con el proyecto estratégico autónomo de Unasur. La raíz lejana es el cierre de la base de Howard, en los tiempos del presidente panameño Pérez Balladares; la mediata son los episodios de Angostura, y los inmediatos tienen que ver con el golpe de estado en Honduras.

La vocería suramericana la tiene aquí el presidente Lula, respaldado por el creciente poder mundial del Brasil como apetitoso mercado y como economía emergente poderosa, al lado de la India y China. Ya su voz se escucha en las grandes ligas capitalistas, y su cancillería está atenta a la movida estadounidense, a la que exigirá, a no dudarlo, contraprestaciones.
Lula representa de modo tardío, una tercera vía a la suramericana, donde el capitalismo sigue su curso, y el hambre de millones apiñuscados en las grandes urbes, y contenidos en el nordeste tiene que ser satisfecha de algún modo. La multitud de pobres en esos tres países es una amenaza y una carta de negociación permanente.

De otra parte, la tarea de espiar a los vecinos conflictivos y ricos, como Venezuela, Ecuador, y el mismo Brasil no tiene ninguna presentación. Lo sugiere con ironía el candidato liberal, Rafael Pardo Rueda, exministro de defensa y cronista autorizado de las guerras colombianas. Es ésta, piensan las voces críticas, la peor manera de perfeccionar la internacionalización del conflicto colombiano, cuya trayectoria desafiante arrancó en la subregión con la intervención militar en Ecuador.

Se viene aupando la carrera armamentista regional que no le sirve a la paz, ni resuelve la crisis capitalista que golpea a estos países de forma diferencial, pero sí a los negociantes en armas, de uno y otro lado, llámense, Rusia, E.U., Israel, Suecia o Gran Bretaña, para empezar.

Por último, y en materia de derechos humanos, a cuya guarda se aplican tantas ONGS en lo interno y externo, la inmunidad para el personal estadounidense es una afrenta insufrible. Estos militares y "civiles", alrededor de 1400 estables, en ningún caso se juzgarán en Colombia. Es un punto en el que insistió sin éxito la Comisión 2a del senado, de la que hacía parte el senador Galán, cuando visitaron Palanquero. Mientras el senador Gustavo Petro, del PDA intentó probar, sin que le fuera permitido, trayendo al Senado el testimonio de una niña violada por personal norteamericano asentado en la base de Tolemaida en Melgar, que está a hora y media de camino de la capital de la República.

¿Qué alternativas?

La primera propuesta conocida, distinta a la de seguir por la vía del "fast track" el acuerdo tramitado en secreto por los los gobiernos colombiano y estadounidense, es la de rechazar cualquier base norteamericana en Colombia, es proponer el establecimiento de una base hemisférico en Palanquero, eje estratégico de una política de seguridad regional autónoma, bajo la dirección multilateral de Unasur. Todo lo cual, insiste su expositor, Ernesto Samper, tendría que ser concertada con los E.U., quienes siguen siendo el hegemon estratégico en América Latina.

De otra parte, está la voz influyente de Fidel Castro, quien habló de las bases dentro de las bases, como siete puñales, que para recordar a Eduardo Galeano abrirán nuevas venas de discordia en el subcontinente, cuando la guerra de los movimientos no cesa en el globo, según lo escribiera Negri, coautor de Imperio, durante 2003.

Las bases norteamericanas se encuentran en alerta, y activas en todas las esquinas del mundo, luchando contra la irrupción de las multitudes que resisten, por un sinnúmero de razones, al dominio imperial del mundo que "descubre" ejercicios terroristas en todos los lugares. Pero, que, sin embargo, ni siquiera se sonroja para ver el terrorismo de estado en su propio ojo orwelliano. O si no, ¿qué decir de la verguenza humana de Abu Ghraib, y la latinomericana de Guantánamo, enclavada en la propia isla de Cuba, que tiene 50 años de haber hecho su revolución?

La otra propuesta tiene que ver con una fórmula más radical y definitoria, que salgan todas las bases norteamericanas del continente americano, y que se le de paso a una nueva anfictionía, que revitalice el sueño bolivariano frustrado en Panamá, en 1826. Que ahora se cambie el horizonte estratégico, y que Unasur establezca no en Palanquero, sino en Angostura, Ecuador, un eje de paz y por la liberación de la condición humana de la guerra.

Que sea el presidente Rafael Correa el anfitrión, cuyo país ha sido ofendido por la intervención de Colombia con la complicidad estadounidense, quien al presidir Unasur de los primeros pasos en liberarnos del flagelo de la guerra. Para desatar de una vez por todas, una cruzada democrática continental, que tenga a Palmerola, libre de la base militar estadounidense, un segundo territorio de paz continental reinstaurando al presidente Manuel Zelaya en el gobierno de su país.

Por lo pronto, nos toca a las ciudadanías de la subregión Andina amazónica asumir las tareas de la verdadera diplomacia, la que no acepta representaciones que nos conduzcan a extender el virus de la guerra interna y externa. Es necesario y urgente que digamos basta a todos los espíritus guerreros que habitan nuestras desgracias, sin merecérnoslo.

Tenemos que preparar la jornada del 28 de agosto impulsando un referendum latinoamericano contra la guerra y por el fenecimiento de los acuerdos militares que coartan la autonomía política, social y económica de América Latina. Reclamamos, exigimos la mayoría de edad en todos los órdenes de la vida colectiva, poniendo a un lado los ejercicios autoritarios.































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