La coyuntura universitaria local
LOS POBRES RESULTADOS DE LA CONSULTA
CAMINO DEL CONGRESO UNIVERSITARIO
El parto de los humedales
Resultó que lo de ayer no era votación sino consulta, para direcciones de derecho y ciencia política. Hubo abstención en Derecho, y presencia de solo dos candidatos, esto es, no hubo terna. Rn Ciencia Política sí hubo tres, pero una no se presentó al foro convocado por estudiantes de la carrera, al cual asistieron alrededor de 40.
En el caso de Ciencia Política, hubo dos colegas profesoras, Diana y Catalina, y un profesor Germán Burgos. El primer lugar en votos lo obtuvo Burgos, con 7, y luego Toro con 6. Por Diana hubo 4. Aquí también faltaron profesores por expresarse en la consulta.
La consulta mantiene el poder de decisión en cabeza del decano, por lo que no es ni puede calificarse a este como un ejercicio democrático. SIn embargo, no pocos se alegran que después de una seguidilla de nombramientos a dedo, después de Fabián Acosta, quien no terminó periodo, que cuando menos haya habido consulta.
No soy del grupo de los que se alegran. Pienso que en tiempos de negociación de paz, lo mínimo que se requiere es participación, poder de decisión, sin demagogia, de todos los estamentos, incluidos los padres de familia, como lo sugirió en su intervención uno de los aspirantes en el foro de ayer. Incluso fue más allá, al sugerir que estuviera presente toda la nación en la elección de ocurrir esta.
La democracia, ¿para cuándo?
Esta reducción al absurdo no lo acompaño, porque la democracia también exige especificidad. No se trata que tod@s se pronuncien acerca de todo, sino que lo hagan, los directamente implicados, para empezar. La democracia es para ya, nos urge ensayarla de modo radical no diluirla en un mar de mirones y faltones.
Pero, eso no ocurrió ayer en la Facultad de Derecho y Ciencia Política, que urge que de ejemplo en el reclamo y la práctica democrática, y le ponga fin a los interinatos en la parte de gobierno y administración de los departamentos, y en cualquier instancia. Es lo menos que se puede exigir.
Tampoco puede seguir prosperando la fórmula "anarquista" de que quien quiera de los estudiantes se pronuncie sobre la labor académica de los docentes. Urge que sea un ejercicio obligatorio para todos, y se cumpla en una misma jornada, que bien puede ser un día específico.
Sigue pendiente la aclaración, p.e., de qué pasó con la evaluación semestral de profesores ausentes de la sede de Bogotá, como lo hizo manifiesto la aspirante docente Catalina Toro.
Mientras tenemos que no hubo reacreditación para Derecho, y Ciencia Política suspendió la visita de los pares que estaba programada para estos días. No hay vientos propicios.
Un anuncio y la elección de rectoría que viene
Hubo un anuncio importante: la celebración de un Congreso nacional universitario. Ojalá que así sea, pero con la debida participación, sin exclusiones y con documentos difundidos previamente y propuestas en los asuntos relevantes.
No puede repetirse la elección a dedo de rector. Es urgente curar la herida abierta, retomar con el respectivo inventario y lecciones, la experiencia del cogobierno ensayada a comienzos de los años 70.
Responder a las objeciones de clientelismo que han prosperado sin la existencia del "co-gobierno", en varias entidades públicas. Luego pareciera que la problemática es otra, y para eso se requiere de un buen diagnóstico y procedimientos expeditos que corrijan in situ las malas mañas.
jueves, 11 de septiembre de 2014
sábado, 6 de septiembre de 2014
Por último
Parte III
"No tiene presentación que sea el jefe de Estado quien nomine al responsable de investigar la conducta disciplinaria de los administradores públicos." José David Name, presidente del congreso, Partido de la U.
"El presidente se arroga una cantidad de competencias que no tenía...significa fortalecer el presidencialismo." Alexander López, sindicalista, senador del PDA, ET 5/09/2014, p. 3.
Esta reforma ya tiene contrafuertes. Ellos provienen del Centro
Democrático, el partido uribista, el centro focal de la reacción política, que
presenta también su particular versión
de la reforma política, en la que mantiene, preserva el articulito del
“despelote” político, según decir de sus detractores. Pero estos son también
férreos cultores del presidencialismo, como los
partidarios de la U.
Corresponderá ver que
hacen las fuerzas de la oposición de izquierda, menguadas en materia de voto,
pero con posibilidades estratégicas cuando se definan los bloques
congresionales en el curso de los siguientes días. Pero, hay ya un oscuro
precedente, el modo como se taponó hasta hoy, en la comisión segunda, la
posibilidad que el senador Iván Cepeda, del PDA, pudiera adelantar el debate
por para-política interpelando al senador Álvaro Uribe Vélez mismo.
Lo cual tiene notorias
resistencias en el Congreso. Será la suerte del constituyente real la que fije
el derrotero que nos lleve de la democracia liberal al llano de la democracia
radical, lo que está por verse a partir de ahora y hasta el 16 de diciembre
cuando le suenen los timbres al tiempo de las reformas posibles para el segundo
cuatrenio de Juan Manuel Santos y su tercer vía neoliberal, afectada de
anacronismo desde su mismo comienzo.
(La primera versión fue publicada por Caja de Herramientas el 6/09/2014)
Otros aspectos de la
reforma
Parte II
“Ese es el gran reto de
cualquier Estado, satisfacer esas necesidades. Buscar cómo podemos hacer rendir
más los recursos, cómo podemos hacer más por los pobres, cómo podemos hacer más
para mejorar el país.” J.M. Santos, ET,
4/08/14, p. 3.
El proyecto de la reforma, radicado el pasado miércoles, también toca
con recortarle poderes políticos a la rama jurisdiccional del poder público, en
concreto, su facultad nominadora, que se transformó de choque de trenes, en
carrusel de auto-nombramiento hasta el hastío de una ciudadanía, que poco se
beneficia de su intercambio de prebendas de todo tipo, por las alturas.
Adicionalmente se propone una instancia constituida por el
Tribunal de Aforados, que le fije responsabilidades a los togados, cuando
quiera que se requiera por sus actuaciones no ajustadas a la ley y a la
constitución en materia penal, disciplinaria y fiscal. Todo lo cual a la fecha
no es posible. Quedaron bajo su resorte, igualmente, las instituciones de
control del Estado.
La mermelada para los congresistas se aumenta en la medida en
que el proyecto levanta para ellos las inhabilidades, siempre que renuncien a
su curul, con la pérdida del “derecho” de regresar al congreso. El pretexto es
dizque conculcar, terminar con la permanencia en el congreso hasta su
jubilación, como ocurre con buena parte de los llamados “padres de la patria”.
Nadie ronda a la justicia colombiana, y eso hace tentador el
ejercicio de un gobierno de los jueces, en lugar de resultar los garantes de
las reglas del juego democrático liberal, bajo los parámetros clásicos de la
supercorte estadounidense. Lo cual en tiempos de globalización se ha ido
cayendo a pedazos, en particular cuando tuvo que decidir sobre el máximo
litigio electoral del año 2000.
El presidente estaba interesado en ampliar el periodo
presidencial, y hacer algo similar con otras instancias del poder ejecutivo
regional y local. En lugar de la reelección, establecer un periodo de 5 años.
Pero ello no prosperó y se mantiene intacto el periodo, entre otras, recordando
que hubo un tiempo de experimentación que se extiende hasta el siglo XIX, hasta
estabilizarse la fórmula del cuatrenio.
La unificación de periodos no se incluyó en el actual
proyecto que deberá cumplir cuatro debates para diciembre de este año, si
quiere tener un futuro promisorio. Pero, por fuera, el presidente Santos dijo a
los alcaldes que su promesa de campaña es deuda, insiste en que “vamos a
presentar una reforma en ese sentido al Congreso”. Dicho lo cual, queda claro,
que la reforma política tiene desde ya, un antes, lo que hizo por decreto con
el ejecutivo, unificándolo y especializándolo más, y un después, con sus
arandelas, como la unificación de periodos de alcaldes, gobernadores y
presidente.
Las instituciones de control están en la mira, y en
particular la Procuraduría, en la que el actual funcionario se ha enseñoreado,
aplicando sus competencias en detrimento del libre juego democrático
cuando quiera que le conviene en las rencillas interpartidistas, y con las
fuerzas de la oposición no reaccionaria, como en el sonado caso del Alcalde
mayor de Bogotá.
La procuraduría no tendrá más reelección, y el presidente
escogerá la terna, y el congreso votará en pleno por un determinado candidato.
Lo cual, por supuesto, acrecienta los poderes del presidente, que no tendrá
control de esta singular institución colombiana, que proviene de los tiempos
coloniales, dicen los estudiosos nacionales.
A los contralores se les seleccionará de un concurso público de méritos,
coordinado por el legislativo, pero su elección la tendrá, igualmente, el
congreso.
Otro tanto pasa con la Contraloría, cuya directora al
terminar su mandato buscó refugio en Italia;
y en parte, algo pasa con la Fiscalía, que en verdad corresponde a la
rama jurisdiccional, donde la implementación del sistema acusatorio en materia
penal va a marchas forzadas, y define preferencias, a discreción del dictado
del ejecutivo de turno.
Se elimina el Consejo superior de la judicatura, el lugar
donde se armó la trinca en la que los magistrados se reciclan hasta su
jubilación, con la oportunidad de incluir a familiares y amigotes sin ninguna
consideración distinta al beneficio del nepotismo rampante de los operadores de la justicia.
Por fin, hay un intento de hacer práctica la promesa de la
silla vacía, después de su inicio con la ausencia de Marulanda en la
inauguración del tercer intento de negociación de paz con las Farc-ep. Se plantea, por fin, con alguna claridad la
sanción para los partidos de congresistas corruptos, porque aquellos perderán
la curul. Se introdujo también una modificación con respecto a la elección de
senado, para que no queden departamentos sin representación, como en efecto
viene ocurriendo.
En lo electoral fenecerá también la fórmula del voto
preferente, con lo cual prosperó la operación avispa, una de las últimas
travesuras del estadista liberal, que le cabía el país en la cabeza, López
Michelsen, con lo cual pudo neutralizar en parte la emergencia histórica de una
tercera fuerza, distinta al bipartidismo, en el tiempo de la primera
constituyente exitosa del siglo XX, que le dio existencia a la Constitución de
1991, aquejada por estos días de una enfermedad cuasi mortal.
¿DE QUÉ REFORMA POLÍTICA SE TRATA?
Parte I
Miguel Angel Herrera Zgaib
Profesor Asociado, C. Política, Unal. Catedrático Maestría Estudios Políticos, U. Javeriana, Bogotá.
Profesor Asociado, C. Política, Unal. Catedrático Maestría Estudios Políticos, U. Javeriana, Bogotá.
Antecedentes
“Surgió entonces una “Tercera Vía” para dar cabida, de lado y
lado, a las tesis y preocupaciones del contrario. Nacieron las llamadas
economías mixtas que, como su nombre lo indica, son una mezcla de lo público y
lo privado…Las versiones originales de la Tercera Vía, puestas en práctica por
partidos de centro-izquierda, y muy influidas por las teorías de Keynes después
de la depresión de los años treinta, son las que ahora, en una forma adecuada y
modificada a los tiempos modernos, muchos de esos partidos quieren retomar.”
Juan Manuel Santos, en: La Tercera Vía: una alternativa para Colombia (1999),
pp: 15-16.
A partir del 20 de julio
pasado, el presidente reelecto hizo explícitos tres énfasis en respaldo de los
huevitos de su mentor, y principal contradictor, el expresidente y senador
Álvaro Uribe Vélez, indisputado líder de la reacción política colombiana. Santos
señaló entonces a la paz, el equilibrio de poderes y el impulso a una agenda
social progresista como el norte que alimenta su versión suramericana de la
tercera vía, donde tiene la atenta compañía de Tony Blair.
Para esta segunda
presidencia, Juan Manuel Santos, ha "reencauchado" su discurso, y blindado a sus
coequiperos más inmediatos, transformando en primer lugar, sin acudir al trámite del congreso, al
vértice sacrosanto del poder ejecutivo. Santos avanzó su reforma política, haciendo primero un uso
discrecional de los poderes presidenciales,
avanzando en la perfección de la fórmula hiper-presidencial de la que habló el jurista Carlos Santiago Nino en su trabajo
sobre la democracia deliberativa.
Él oficiaba como asesor de primera línea en la restauración
de la democracia argentina, la que condujo
el radical Raúl Alfonsín,
acompañando por Pancho Portantiero, un socialista de prosapia gramsciana. Esta tuvo un devenir accidentado, a
la postre signado por la tragedia económica.
Recordando a la
tradición anglosajona, el liberalismo
clásico, Santos insiste a destiempo en
la lógica política de los pesos y contra-pesos, que supone la Constitución de 1991 gozó en su redacción
original; pero que se afectó con la modificación del “articulito” que benefició el entusiasmo
reeleccionista de un
“contra-reformador”. Santos, el más aventajado discípulo del kínder de la
guerra de los diez años, ahora se exhibe como abanderado de la negociación de
paz con las Farc-Ep.
Para el fin de la
guerra
“La Presidencia formula las política públicas con el apoyo de
todos sus ministerios, porque somos un equipo. De lo que se trata es de
armonizar la tarea de todos sin suplantar la acción de los ministerios.” Néstor
H. Martínez, el superministro, ET,
17/08/14, p. 6.
La continuidad de la reforma
política ya se destapó en la primera semana de septiembre, ante el congreso con
el proyecto que el partido de la U defenderá. Allí se establece, de entrada, el
desmonte de la reelección, después que este reformador sui generis pelecha con ella. Es una especie de “después de mi, el
diluvio”, pero al revés; a la espera que desde ahora se encaucen los ríos de la
prosperidad para los más.
El ejecutivo ya obtuvo su reforma, con la creación expedita
del ministro de la presidencia, en cabeza de Néstor Humberto Martínez, hombre de confianza del
mayor urbanizador de Colombia, Luis Carlos Sarmiento Angulo. Él será el jefe de gabinete, una suerte de
híbrido que combina el presidencialismo estadounidense con el parlamentarismo
británico.
De otra parte, con la
presencia de Germán Vargas Lleras, rediseñó la vicepresidencia, para que en
lugar de la paz, como lo debía hacer su anterior vice, Angelino Garzón, éste se encargue de abrir y consolidar las
vías para la paz, juntando la comisión de infraestructura y los proyectos estratégicos.
El tercero de los mosqueteros, con el D´Artagnan criollo, es
el general (r) Oscar Naranjo, el segundo mejor policía del mundo, quien se
desempeña como ministro consejero de posconflicto, derechos humanos y
seguridad. El general se perfila según este encargo ejecutivo como el modernizador de los cuerpos de policía, a la vez que el articulador
de la seguridad ciudadana en el posconflicto, una vez la infraestructura, los
proyectos viales de cuarta generación (4G) cobijen a la mayoría de los
colombianos excluidos de la modernidad, que apenas se respira en algunas
capitales, albergando grandes conglomerados urbanos en condiciones de extrema desigualdad.
En realidad, hay una reforma al relato de Alejandro Dumas
hijo, con la presencia de una cuarta figura, femenina, María Lorena Gutiérrez,
ministra consejera de gobierno y sector privado. Ella ha sido al interior del
equipo de reforma el alter-ego de Tony Blair, a quien por supuesto, el
principal triunfo que se le endilga, es haber aconductado a la díscola y
reformista clase obrera inglesa, desde los tiempos del movimiento cartista,
pasando por los consejos obreros de Sylvia Pankhurst (1862-1960), hasta las
grandes huelgas de los mineros en la segunda mitad del pasado siglo.
Blair se sirvió para esta reforma del sociólogo Anthony
Giddens y el think tank de la London
School of Economics and Political Science. En Colombia, la combinación está
entre dos instituciones, por un lado, el pseudo-politécnico de la Universidad
de los Andes, con su facultad de economía, mandando la parada.
Por el otro lado, un núcleo intelectual de la Universidad Nacional, atiende a la agenda de
la paz pactada, a través de Centro de Pensamiento y Seguimiento a la
negociación de la paz, que se nuclea en torno a la Facultad de Ciencia Política
y Derecho con el concurso de intelectuales de diversas instancias académicas; y
con el acompañamiento laico del PNUD, y piadoso de la Iglesia Católica.
(Continua)
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