Coyuntura Socio-Política

Documentos en la crisis de la Universidad Pública

NUEVO CIERRE DE LA NACIONAL

SIN TON NI SON, ¿CUÁL RENDICIÓN?

Miguel Angel Herrera Zgaib

                                                                                 Se rompió toda posibilidad de asombro. El realismo mágico quedó tachuela. Resulta que ahora la sede de la Nacional en Bogotá, se convirtió en todo el sentido de la palabra, en una finca. Sus directivos se están comportando como mayordomos.

El símil con los semovientes que pastan apacibles, en los potreros que recuerdan los humedales taponados, de la finca que fuera propiedad del hacendado liberal Nemesio Camacho, se convirtió en profecía de lo que ahora acontece delante de todos.

El argumento conocido hasta hoy es que simpatizantes y animadores de la subversión, que el vicerrector afirma nada tienen que ver con la comunidad universitaria, protagonizaron el martes pasado en la noche actos que se asocian con el tropel, e hicieron presencia encapuchados en los predios universitarios.

Cuarto cierre

Con este argumento, ayer, vía twitter, se informó que no había clase, y luego entrada la mañana vino el consabido comunicado, el número 6, y ayer el comunicado 7, con el cual se despacha un nuevo cierre. Advirtiendo eso sí, que la parte administrativa no para su quehacer.

Los perjudicados somos la parte activa, fundamental de la Universidad, los estudiantes y profesores, que ya tenemos dos días más que sumar a los retrasos anteriores, y a los traumatismos del semestre pasado. En particular, para el caso de la Facultad de Derecho y Ciencia Política, es peor.

Aquí srguimos a la espera de recibir reparado el edificio, para poder tener "normalidad" relativa, alterada por algo más de 4 meses. Mientras, en la vecindad se levanta la infraestructura del nuevo edificio de enfermería. Al tiempo se deterioran, uno de los accesos a la Facultad de Derecho, por el paso inusitado y no previsto de camiones de más de 12 toneladas que averiaron esta vía; y han roto el camino a medio pavimentar que permite el acceso de los vehículos a "nuestro" parqueadero.

Para cerrar esta denuncia, en el folleto profusamente repartido, titulado "construyendo un campus de clase mundial", sólo al final aparece mencionada la Facultad de Derecho, donde se comenta que se reemplazan cubiertas del edificio 201.

De otra parte se comparte una información errónea que habla de la etapa de estudios y diseños para el edificio de posgrados de las facultades de economia y la nuestra con una inversión de $3.010 pesos. Errónea porque se nos dijo en Ciencia Política que el edificio se destina a aulas para clases de pregrado y posgrados, y espacios de oficina para los docentes, que tampoco las tienen hasta el presente.

¿Rendición de cuentos?

"147 años de incumplimientos..."

                                                       Para concluir, esta realidad no permite hablar, sin mentirnos, de un campus de clase mundial, con un lunar tan notorio, tan protuberante a la vista. Ayer se nos informó que en Colombia bajamos al segundo lugar, y al 15 en América Latina.

Es hora de recuperar la Ciudad Blanca, y es un asunto de todos, incluidos los "parientes pobres" de esta hacienda, en medio de una metrópolis que crece dándole la espalda a sus tres principales universidades públicas: la Nacional, la Distrital y la Pedagógica.

La paz universitaria es componente fundamental de la paz nacional, sin más simulacros. Reitero mi desobediencia a estos cierres inconsultos y sin exhibición de pruebas. Peor aún en un día en que se anuncia y se reitera que la dirección universitaria rendirá cuentas, cuando el campus, la ciudad blanca, está vacía. En ella solamente rumian vacas y relinchan los equinos, y vuela una que otra garza que expulga a estos testigos casi mudos y pacientes.