DEBATE ACERCA DE LA EDUCACIÓN MUNDIAL
El inquieto intelectual colombiano, Alpher Rojas, nos llama la atención sobre este debate en la cátedra de Economía en Harvard, donde la inconformidad con las recetas conocidas y los resultados obtenidos desborda el convencionalismo de hace unos años de loas y reverencias al discurso neoliberal. Eran los tiempos del mandarín Summers, apoyado por el presidente Clinton, y la prosperidad al debe con la cual crecía Estados Unidos a costillas del resto del mundo, lo cual no ha cesado hasta nuestros días, con perfiles cada vez más catastróficos como amenaza inminente. N de la R.
Educación superior: se rebela la élite de Harvard
Algo está pasando con la juventud mundial. ARC
Para su información, reflexiones y consideraciones........
Máxima  indignación en Harvard: Los alumnos de la cátedra de Introducción a la  Economía de la Universidad Harvard exigen nuevas perspectivas  académicas.Posted on 18 noviembre 2011
Un un hecho insólito, digno de ser incluido en la saga de “Aunque usted  no lo crea”de Ripley, el pasado 02.11.2011, un grupo de estudiantes de  economía tomó la decisión de retirarse en bloque de la cátedra de  Introducción a la Economía de la Universidad Harvard, en protesta por el  contenido y el enfoque desde el cual se imparte esta materia.
 ¿Qué hay  de asombroso en este hecho?. En primera lugar, la protesta tuvo como  destinatario directo al conocido economista Gregory Mankiw, ex asesor  del Presidente George W. Bush y autor de uno de los manuales de  macroeconomía más utilizado en las escuelas de economía dentro y fuera  de Estados unidos. En segundo lugar, porque de acuerdo a la carta  entregada por los/as estudiantes antes de retirarse de la cátedra, el  motivo de la protesta fue su indignación por lo que consideran el vacío  intelectual y la corrupción moral y económica de gran parte del mundo  académico, cómplices por acción u omisión en la actual crisis  económica. 
Y en tercer lugar, se trata de un hecho insólito, porque los integrantes  del movimiento estudiantil detrás de este hecho de indignación  académica en contra del pensamiento único neoclásico, pertenecen a la  élite económica, social y política de los Estados Unidos, que se forma  en la Universidad de Harvard para dirigir las corporaciones  empresariales globales y/o para asesorar a los gobiernos en materia de  políticas económicas y financieras. 
En diversos párrafos de la carta al profesor Mankiw se lee: “hoy estamos  abandonando su clase, con el fin de expresar nuestro descontento con el  sesgo inherente a este curso. Estamos profundamente preocupados por la  forma en que este sesgo afecta a los estudiantes, a la Universidad, y  nuestra sociedad en general (…) Un estudio académico legítimo de la  economía debe incluir una discusión crítica de las ventajas y los  defectos de los diferentes modelos económicos. A medida que su clase no  incluye las fuentes primarias y rara vez se cuenta con artículos de  revistas académicas, tenemos muy poco acceso a aproximaciones económicas  alternativas. No hay ninguna justificación para la presentación de las  teorías económicas de Adam Smith como algo más fundamental o básico que,  por ejemplo, la teoría keynesiana ..(…)
..Los graduados de Harvard  juegan un papel importante en las instituciones financieras y en la  conformación de las políticas públicas en todo el mundo. Si falla la  Universidad de Harvard a la hora de equipar a sus estudiantes con una  comprensión amplia y crítica de la economía, sus acciones serán  susceptibles de perjudicar el sistema financiero mundial. Los últimos  cinco años de crisis económica han sido prueba suficiente de ello”. La  carta concluye: “No estamos retirando de su clase este día, tanto para  protestar por la falta de discusión de la teoría económica básica y como  para dar nuestro apoyo a un movimiento que está cambiando el discurso  estadounidense sobre la injusticia económica (Occupy wall street) .
Profesor Mankiw, le pedimos que se tome nuestras inquietudes y nuestro retiro de su clase en serio”. 
Según  reportan los escasos medios de comunicación que le dieron cobertura a  esta protesta, el movimiento de los estudiantes de Harvard a favor de  una economía crítica, se ha ampliado y ha incorporado otras demandas  para hacer de Harvard una “universidad socialmente responsable”. Una de  éstas consiste en la negociación de contratos de trabajo más dignos para  el personal de servicios de la universidad que sufre las políticas de  flexibilización laboral que tanto daño le han ocasionado a la clase  trabajadora norteamericana. Movimientos similares han comenzado a surgir  en la Universidad de Duke (Carolina del Norte) y en la Universidad de  Berkeley (California)El movimiento iniciado en Harvard por un cambio en  el enfoque dominante de la enseñanza de la economía no es nuevo. Más  bien es un movimiento que viene a sumarse a la iniciativa por un cambio  en la enseñanza de esta disciplina que iniciaron en mayo de 2000 los y  las estudiantes de las universidades francesas y que meses después  recibió el apoyo de estudiantes de Cambridge, Inglaterra. 
En ese entonces, también el movimiento estudiantil francés hizo pública  una carta declarándose globalmente descontento por la enseñanza  recibida, que les impedía lograr una comprensión profunda de los  fenómenos económicos a los cuales las personas se enfrentan en el mundo  real.
Un pasaje de esta carta señalaba que “ la mayor parte de nosotros ha escogido la formación económica con el fin de adquirir una comprensión profunda de los fenómenos económicos a los cuales el ciudadano de hoy en día se encuentra confrontado. Ahora bien, la enseñanza tal como es expuesta –es decir en la mayor parte de los casos la teoría neoclásica o enfoques derivados –, generalmente no responde a esta expectativa”. La carta finalizaba con un exhortación al profesorado francés similar al mensaje enviado al profesor Mankiw: ¡Despiértense antes de que sea demasiado tarde!.
Hace casi 200 años, John Stuart Mill al asumir como Rector de la  Universidad de Saint Andrew, recordaba al claustro de profesores de  dicha universidad, que la función de las universidades no es hacer que  los estudiantes aprendan a repetir lo que se les enseña como verdadero  sino que su función es formar personas con capacidad de pensar por si  mismas. De acuerdo a este gran economista y filosofo, las universidades  deben enseñarles a las personas a “Poner en duda las cosas; no aceptar  doctrinas, propias o ajenas, sin el riguroso escrutinio de la crítica  negativa, sin dejar pasar inadvertidas falacias, incoherencias o  confusiones; sobre todo, insistir en tener claro el significado de una  palabra antes de usarla y el significado de una proposición antes de  afirmarla……. El objetivo de la universidad no es enseñar el conocimiento  requerido para que los estudiantes puedan ganarse el sustento de una  manera particular. Su objetivo no es formar abogados ó médicos ó  ingenieros (ó economistas) hábiles, sino seres humanos capaces y  sensatos……. Los estudiantes son seres humanos antes de ser abogados,  médicos, comerciantes o industriales; y sí se les forma como seres  humanos capaces y sensatos, serán por sí mismos médicos y abogados (y  economistas) capaces y sensatos”. 
Es obvio que la incapacidad de las universidades actuales de formar  economistas críticos y sensatos no responde únicamente a posturas  personales e ideológicas de docentes y/o autoridades universitarias,  sino más bien responde a factores relacionados con el rol que las  universidades cumplen en la reproducción de las relaciones de poder  dentro del sistema capitalista en su fase neoliberal. Probablemente uno  de los principales factores explicativos de la crisis en la enseñanza de  una economía crítica e integral, es la pérdida de la identidad e  independencia de las universidades debido a que han sido capturadas por  los intereses de las corporaciones y/o por la demanda del mercado.
Se les ha presionado directa (o indirectamente) a convertirse en empresas educativas con la misión de formar a los dos tipos básicos de economistas que demanda el mercado en la fase actual del capitalismo: economistas especialistas altamente calificados/as y economistas generalistas poco calificados/as para apoyar a especialistas o para desempeñarse en funciones gerenciales. Esto a su vez ha conducido a una especie de fragmentación del conocimiento y a la ausencia de pensamiento crítico. ¿El resultado final? Economistas formados para adaptarse y/o colaborar con el status quo que mantiene a la mayor parte de la humanidad en la exclusión y la pobreza.
El mensaje que desde Harvard envían los y las estudiantes de economía,  no debería pasar desapercibido por las escuelas de economía del mundo  entero, en particular por las escuelas de economía de los países del  sur. Es tiempo de rectificar el rumbo (si se ha perdido en algún  momento). Es tiempo de separar la verdadera función universitaria de la  función de formación técnica superior, y sobre todo, es tiempo de  devolverle a la enseñanza de la economía el carácter crítico, riguroso e  integral que tanta falta hace en los momentos actuales de crisis  sistémica que ha provocado el sistema capitalista. 
Si no actuamos ahora, con hechos y no con meros discursos, las escuelas  de economía (y quienes trabajamos en ellas) estamos en riesgo de correr –  más tarde o más temprano- con la misma suerte del desafortunado  profesor Mankiw.StarViewerTeam International 2011Ha publicado este  artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative  Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras  fuentes.Autora:Julia Evelyn Martínez 
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