martes, 24 de mayo de 2016

SOBRE LA DISTINCIÓN AL PROFESOR MIGUEL ANGEL 

BELTRÁN Y LA LIBERTAD DE PENSAMIENTO Y 

CÁTEDRA EN LA U. NACIONAL DE COLOMBIA.

Carta abierta firmada por profesores sobre la distinción 

de la FCH a Miguél Ángel Beltrán

Representacion Profesoral Consejo Academico
22 may. (hace 2 días)


Los profesores que han expresado públicamente su objeción a la distinción otorgada al doctor Miguel Ángel Beltrán por la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia abrieron con su carta un espacio de opinión sobre importantes temas de la vida académica. Por tanto, yo quisiera pronunciarme al respecto o, para decirlo en términos más coloquiales, no pasar de agache.

Estoy profundamente de acuerdo con los colegas que expresaron la mencionada objeción en lo que concierne a la forma en la cual le fue otorgada al doctor Beltrán el mencionado reconocimiento. Una distinción como esa debería haber sido otorgada mediante un procedimiento que permitiera alcanzar, como lo dice la carta de los colegas, “niveles de consenso y representación que unan y no dividan a las comunidades académicas.”

Sin embargo, estoy en profundo desacuerdo en su pronunciamiento con respecto a este punto: “No nos corresponde tomar partido en relación con todos los procesos legales por los que ha pasado el doctor Beltrán, situación muy debatida en la Universidad Nacional de Colombia y también en múltiples reuniones del Departamento de Sociología.”

Me parece que esta es una posición cómoda de abstención frente a una situación en la cual los procedimientos jurídicos, el disciplinario y el penal, han sido puestos al servicio de una agenda política de criminalización de opiniones contrarias a las compartidas o toleradas por el establecimiento político y académico. La abstención que critico, me parece, arroja una sombra de duda sobre los esfuerzos que esa misma carta dice reivindicar, esto es, liberar a la academia de politizaciones e instrumentalizaciones extrañas a su propia lógica.

Yo le cuestiono pues a los colegas que expresaron su objeción por el reconocimiento dado al doctor Beltrán el doble rasero con el cual cuestionan la politización e instrumentalización de la vida académica. Sobre todo, deploro su falta de solidaridad con un colega que fue objeto de un trato inhumano y degradante, y que hoy está tras las rejas con base en decisiones proferidas, de acuerdo con lo que pude saber, con pruebas obtenidas con violación de su derecho al debido proceso y al derecho de defensa.

Yo no tengo por mi colega, el profesor Beltrán, ninguna simpatía personal. Antes bien, quisiera señalar que le cuestioné su silencio con respecto a formas de protesta que me parecen irrazonables y contrarias al espíritu académico. No obstante, yo me solidarizo con su causa. En la medida de lo posible, creo que sus colegas deberíamos contribuir a aliviar el sufrimiento causado por su injusto encarcelamiento y ayudar a que reinicie su actividad académica en este centro universitario.

Juan Gabriel Gómez Albarello

Profesor, IEPRI


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Mensaje reenviado

De: Juan Gabriel Gomez Albarello
Fecha: 22 de mayo de 2016, 20:10
Asunto: Re: Carta abierta firmada por profesores sobre la distinción de la FCH a Miguél Ángel Beltrán
Para: Representacion Profesoral Consejo Academico

El 19 de mayo de 2016, 11:11, Representacion Profesoral Consejo Academico escribió:
Apreciados colegas,

Les copio la Carta Abierta que un grupo de profesores de la facultad de ciencias humanas ha firmado con objeciones al otorgamiento al Dr. Miguel Ángel Beltrán de una distinción por parte de la Facultad en su celebración de los 50 años.

Le solicitamos respetuosamente a la UCRI de la FCH y a la Representación Profesoral circular nuestra Carta Abierta.

Adjuntamos la comunicación con la lista de los académicos y egresados que tuvieron el reconocimiento y al fondo de este correo la comunicación interna por parte de la decanatura de la facultad de ciencias humanas.

Cordial saludo,

Carlo Tognato
Director, CES

Olga Restrepo
Coordinadora, Doctorado en Ciencias Humanas y Sociales

Objeciones a la distinción otorgada al doctor Miguel Ángel Beltrán por la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia: CARTA ABIERTA

Los abajo firmantes, docentes de la Facultad de Ciencias Humanas, hemos tenido en momentos diferentes de nuestra vida académica y profesional posiciones diversas sobre los temas de la relación entre la academia y la política, la academia y los procesos políticos contemporáneos en la vida nacional.
Hemos asumido de manera pública posiciones a favor de los procesos de paz, en particular del presente, a favor de los esfuerzos por mantener los diálogos de paz y alcanzar al fin los acuerdos de paz, reintegración, justicia y reparación tan necesarios para lograr avanzar en las metas de la equidad, justicia social y reconciliación nacional. Esta carta no puede ser, por tanto, interpretada como el reflejo de una postura en contra de estos objetivos.
Esta carta tiene que ver con la defensa de la academia y del legado histórico de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia que este año celebra sus cincuenta años.
En el marco de estas celebraciones, la Facultad lanzó una iniciativa para reconocer “por su trayectoria académica y laboral y su aporte a la Facultad y a la Universidad” a docentes activos y pensionados. El día 17 de mayo del presente año se presentó la lista de docentes reconocidos. Entre ellos, en la sección de docentes activos, se incluyó a Miguel Ángel Beltrán, quien estuvo vinculado al Departamento de Sociología hasta septiembre de 2014, cuando fue destituido de su cargo por orden del Procurador General de la República, y sucesivamente, en diciembre del mismo año, fue condenado por el Tribunal Superior de Bogotá.
No nos corresponde tomar partido en relación con todos los procesos legales por los que ha pasado el doctor Beltrán, situación muy debatida en la Universidad Nacional de Colombia y también en múltiples reuniones del Departamento de Sociología. Tanto en la Universidad, como en el departamento se han expresado diversas y encontradas posiciones al respecto, si bien algunas de ellas, las menos favorables a la causa del doctor Beltrán, tuvieron menos resonancia pública debido a las incómodas asociaciones que podían tener estas posiciones, como si expresar dudas en este caso fuera equivalente a respaldar la censura o no estar de acuerdo con la libertad de cátedra, pensamiento e investigación, valores estos que son fundamentales en el mundo académico. La diferencia de opiniones sobre el caso ha estado presente, como corresponde en el mundo académico del libre examen de ideas.
Esta carta quiere manifestar nuestro desconcierto frente al reconocimiento que recibe el doctor Miguel Ángel Beltrán como docente activo de la Universidad Nacional de Colombia, según la comunicación oficial a la Facultad por parte de la Decanatura. Esta decisión manifestada en esos términos en esa comunicación interna, una vez más, mina la institucionalidad de nuestra universidad y del estado de derecho (pues al presente la destitución efectuada por la rectoría está vigente, como también lo está la condena por el Tribunal Superior de Bogotá).

En el marco de la celebración de los cincuenta años de la Facultad de Ciencias Humanas, extiende una sombra muy preocupante sobre el sentido de ese legado y sobre el mensaje que la facultad, y por defecto, la Universidad le envía al resto de la sociedad colombiana, sobre todo en una coyuntura en la cual se le pide a la sociedad asumir mayor compromiso con la universidad pública.
En esta carta también rechazamos la forma que llevó al otorgamiento de estos reconocimientos docentes (no nos referimos a los reconocimientos para el personal administrativo, que se regiría por otras lógicas), pues se procedió por nominaciones personales o colectivas, pero no por medio de deliberaciones de claustros de docentes, que para el caso de reconocer “legados” de la Facultad en sus cincuenta años hubieran sido más adecuados.

Al tratarse de homenajear al cuerpo docente de la Facultad, en un balance de tantos años de historia, hubiera sido necesario alcanzar niveles de consenso y representación que unan y no dividan a las comunidades académicas.

En un medio académico que se presta demasiado fácilmente a politizaciones e instrumentalizaciones sobre el sentido de la labor académica, y en el cual demasiadas veces grupos específicos han buscado avanzar sus visiones particularistas de la academia al servicio de la política, es fundamental que las decisiones en lo académico puedan resultar de procesos de deliberación pública en escenarios en los cuales las diferentes visiones puedan manifestarse y dirimirse en búsqueda de estándares comunes de calidad en línea con criterios básicos del mundo académico nacional e internacional.
No es la primera vez que en celebraciones de este tipo se busca imponer sobre la comunidad académica evaluaciones sobre el perfil científico y el legado histórico de sociólogos que quienes firmamos consideramos inspiradas por agendas políticas externas que nada tienen que ver con lo académico y al servicio de intereses que se originan afuera de la academia y que buscan colonizarla.
Esta defensa de lo académico se vuelve aún más urgente durante la etapa de post acuerdo y en el marco de procesos de reinserción de miembros de grupos insurgentes a la vida civil.


Una universidad que se dejara ocupar por lógicas ajenas a lo académico faltaría a su misión histórica de formar capacidades en toda la sociedad colombiana al servicio del fortalecimiento democrático del país y de la consolidación de la paz y se transformaría en un mero órgano de propaganda y adoctrinamiento cuyo papel ya no sería la institucionalización del estado de derecho, sino el debilitamiento, esta vez directo y proactivo, de los ideales de una sociedad abierta y más democrática.
Bogotá, D. C., 18 de mayo de 2016
FIRMAN
Carlo Tognato
Departamento de Sociología
Olga Restrepo Forero
Departamento de Sociología
Víctor Manuel Gómez
Departamento de Sociología
Fabián Sanabria
Departamento de Sociología
Alexis de Greiff
Departamento de Sociología
Oscar Iván Salazar
Departamento de Sociología
Estela Restrepo (pensionada)
Departamento de Historia
Myriam Jimeno Santoyo
Departamento de Antropología
Ángela Uribe Botero
Departamento de Filosofía
Lisímaco Parra
Departamento de Filosofía
Jaime Ramos
Departamento de Filosofía
Germán Meléndez
Departamento de Filosofía
José Antonio Amaya
Departamento de Historia
Yuri Jack Gómez Morales
Departamento de Sociología
Marisol Lamprea
Departamento de Psicología
Germán Gutiérrez
Departamento de Psicología
William Duica
Departamento de Filosofía
Juana Reyes
Departamento de Lenguas Extranjeras
Juan José Botero
Departamento de Filosofía
José Daniel Pabón
Departamento de Geografía
Rodolfo Suárez
Departamento de Lenguas Extranjeras
Carmen Elvira Navia Arroyo
Departamento de Psicología
Porfirio Ruiz
Departamento de Filosofía
Javier Sáenz Obregón
Departamento de Sociología
Ignacio Ávila
Departamento de Filosofía
Arturo Clavijo Álvarez
Departamento de Psicología
Fernando Cubides (pensionado)
Departamento de Sociología
Jaime Arocha (pensionado)
Departamento de Antropología
Raul Meléndez
Departamento de Filosofía



martes, 17 de mayo de 2016


REFLEXIONES PARA EL VII FORO PALABRA Y ACCIÓN, 26-27 DE MAYO. BOGOTÁ.

proyecto "Retorno al futuro"

¿UN ENCARTE? A VECES LLEGAN CARTAS.

MIGUEL ANGEL HERRERA ZGAIB

Por estos días, se escriben misivas, dos "enamorados" de la guerra, que ahora intentan conjugarla en pasado. Uno que la hecho en directo, enmontado, "Timochenko", y otro que la ha mandado a hacer, por correspondencia desde el escritorio, dizque de estadista, o ahora desde la curul.

En cualquier caso, el insurgente, Timoleón, ha invitado a Álvaro, el reaccionario, a que se sienten a hablar sin más miramientos, en el sitio que estime conveniente, siempre que sea seguro.

Entretanto, Juan Manuel, salió a resolver el "entuerto" del acuerdo especial, y porfía del hecho que, por fin, las Farc-ep se traguen el sapo del estado colombiano, y acepten el recorrido de los tres poderes para darle "definitividad" a lo que acuerden cuando sólo les falta un punto. Es decir, que la paz bilateral está "de un cacho".

El leguleyismo colombiano, mientras tanto, exhibía su verborrea pseudo-jurídica, en una verdadera comedia de las equivocaciones consentida por una ignorancia pública de lo que discuten los enemigos que se disponen a ser adversarios, aceptando los consejos de Chantal Mouffe, para garantizar a Colombia el retorno de lo político.

Ahora bien, en todo esto hay un tercero, quienes no nos alineamos en ninguno de los bandos enemigos, pero sí queremos la paz efectiva, con reformas, y mantenemos una postura anti-capitalista como viable. Somos parte de la sociedad civil que se auto-organiza, que no come cuento, y no quiere seguir con el conteo de más víctimas.

Pues, bien, manos a la obra. A darle fuerza y contenido a la Constituyente social y a la paz subalterna, antes y después de que los enemigos dejen de botar fuego. Es tiempo de ejercer y reclamar autonomía, en plural y sin renunciar a la verdad de la situación de una paz que requiere que después de un cuarto de siglo, "la igualdad sea real y efectiva", aquí en la tierrita colombiana y no en el cielo.

sábado, 14 de mayo de 2016

PREPAREMOS LAS INTERLOCUCIONES DEL 26 Y 27 DE

MAYO. VII FORO PALABRA Y ACCIÓN.

LA DISPUTA POR LA PAZ, UNO A UNO

Fernando, yo estoy de acuerdo en que la izquierda no tiene y no debe ir a la cola de nadie, por ningún motivo, si quiere ser autónoma. De otra parte, en la coyuntura la disputa es por la paz.

En mi lectura, la propuesta de izquierda es la de la paz subalterna, y es la bandera que propongo para el movimiento del que hablas en el último párrafo. Bien sabes, que mi propuesta es la de la Constituyente Social y se construye desde ya, y tiene fases que la lucha de clases define, con lo de contigencia que ella tiene.

Las Paces a la calle

La paz de Santos es la paz neoliberal y está enfrentada con la paz reaccionaria. En la disputa Santos y Farc están de un mismo lado, y van uno a uno. Refrendación vía plebiscito, a cambio de acuerdo especial para blindar, dicen, lo que se acordará en La Habana. Para mi, las Farc no son lo mismo que el CD, y Uribe Vélez tampoco es equiparable a Timochenko.

Es posible que se pierda el plebiscito, es posible que la Corte declara inconstitucional el acuerdo especial. Es posible que el Congreso, sus mayorías hundan el trámite de la reforma en la 7a y 8a vueltas.

Es posible que una candidatura salida de Claudia, Sergio y Antonio, CSA, triunfe sobre el centro reaccionario. O que pierdan ante la que levante el uribismo, en términos de la realpolitik convencional.

Sobre elecciones, mi pensamiento es como sigue, que se agencie una candidatura de izquierda que compita democráticamente con la de Centro liberal que representa la trilogía CSA, y que se decida el ganador en una consulta nacional, y que , en todo caso, se pacte que la vicepresidencia la pone el bloque perdedor entre los dos.

Un Frente Común y Constituyente de los Pueblos

De otra parte, para que esto sea viable, y de pasos en firme, es necesaria la constitución de un frente común, donde concurran todas las fuerzas dispuestas para la paz subalterna, esto es, con reformas sustanciales que van más allá de lo acordado en La Habana.

Reivindicaciones que tienen por horizonte inmediato la consecución de "la igualdad real y efectiva de las multitudes", de una parte; y la autonomía e igual trato recíproco con todas las naciones de la tierra, y un énfasis en el impulso a la unidad regional en América del Sur.

Para impulsar una Constituyente de los Pueblos, propuesta del internacionalista y colega Antonio José Rengifo, para que reforme progresivamente a la actual ONU, en materia de democracia, igualdad y libertad para las poblaciones asociadas en la Asamblea General de nuestros días.

MIGUEL ANGEL HERRERA ZGAIB