DEBATE
UNIVERSITARIO EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL,
BOGOTÀ.
¿PAPELES,
TAN SOLO “PAPERS”?
Miguel Angel Herrera
Zgaib
Es más que útil y significativo que el año 2014 cierre con un debate que
toca con la labor académica, su validez científica, formativa y su proyección
social, y el modo como ésta es remunerada en el espacio tiempo de la
Universidad Nacional, y la pública de modo más general.
Y digo que significativo, en primer lugar, porque en el ámbito de los
trabajadores comunes y corrientes hay la consabida disputa por los aumentos que
obtendrán; y estos se mueven entre un posible 4 por ciento y un 9.5 por ciento,
que en ningún caso se compadecen con las ganancias obtenidas por los dueños del
capital financiero, industrial, comercial, etc.
Igualmente es relevante recordar cómo los empleados de la rama
jurisdiccional del poder público superaron los 90 días en paro reclamando una
relación salarial en concordancia con la nivelación establecida conforme a la
ley nacional. La cual en efecto ocurrió con respecto a los altos magistrados,
la que los coloca casi en proporción de 1 a 5, sin que haya explicación que
valga.
Nosotros somos parte del sector público, y no me queda claro por qué dicha
nivelación no ha ocurrido hasta el día de hoy. Revelando a las claras que los
sectores educación y salud, particularmente, siguen siendo cenicientas en este aggiornamento.
Soy de los que piensa que un profesor que sea tiempo completo debe ser
remunerado con un salario mensual de $10 millones de pesos, porque alcanzar la
condición de tal tiene unos requerimientos que son equiparables con otras
actividades y experticias.
La particularidad del
debate
Ahora en cuanto al escenario del debate, y la explosión de
"papers" en el quehacer universitario colombiano, conviene que la
Universidad Nacional, primero que todo, la vicerrectoría de investigación nos
ofrezca cuando menos las estadísticas consolidadas de los pasados 10 años, al
tiempo que la división financiera y salarial de la universidad nos ofrezca la
información de lo que salarialmente se paga en la Universidad Nacional de
Colombia. Con estos dos datos podemos luego hacer un estado de la cuestión que
combine factores y resultados en tan sensible materia.
En cuanto a los criterios para valorar las tres funciones: extensión,
investigación y docencia tienen que ser explícitos y operativos. Por supuesto
que habrá unos inclinados a magnificar uno cualquiera de los factores. Cuál sea
el énfasis puede cambiar según la política universitaria que se adopte, y que
tendrá en cualquier caso que ser debatido dicho rumbo democráticamente.
En lo que tiene que ver en particular, con la valoración académica, desde
los tiempos de Abelardo, por lo que leí en doctas citas, tiene que ver con la
percepción ilustrada de los dicentes, los alumnos, los párvulos, pero no una
parte de ellos, los que "quieran" responder a las encuestas
elaboradas por la Universidad, sino todos sin excepción y en un tiempo uniforme
cada semestre, y no bajo la fórmula escalonada y anárquica con que se aplican.
Y todo eso es posible hasta hoy contando con los elementos técnicos con que se
cuenta.
Por supuesto, que lo antes dicho, no deja de lado otros factores a
considerar, que tienen que estar claros y no fijados discrecional, casuística o
caprichosamente. La genialidad, cuando la hay, no tiene medida, porque ella es
la desmesura. En tanto desmesura ella es
la medida, y para esta no trabaja la universidad en ninguna parte, porque no
hay modo de prefabricar genialidades.
No es este el caso de Colombia, todavía, si tomamos como medida, p.e., el
otorgamiento de premios Nobel. Solo tenemos registrado un ejemplo. Para este
caso, si tuviera que ver en algo con la academia, el logro estaría compartido
por la Universidad nacional, su facultad de derecho, pues en ella estudió Gabo,
y desertó de la misma.
Tal como se pudo constatar para los visitantes regulares y
circunstanciales de la Biblioteca Central durante el año que termina, en pos de
su vocación literaria, como su condiscípulo Camilo Torres lo hizo en procura de
la emancipación y liberación social con suertes diferentes.
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