viernes, 25 de abril de 2014

SANTOS INSISTE EN EL CUENTO. 

¿QUIÉN ES EL "PAGANINI"?

EL presidente de Colombia, como es la costumbre, volvió a "mostrar el cobre". Ahora alega la "sacrosanta" razón de Estado para impetrar el recurso que tiene contra la providencia del magistrado agrario. 

Así las cosas, quiere volver a agriarle la "fiesta" al compa Petro, que regresó a habitar la casa de los bogotanos, con la incertidumbre eventual que vuelvan a desalojarlo, en el reiterado sainete que hace posible un equivocado diseño institucional de la Procu, y sus competencias en manos de un doctrinante católico, no apto para garantizar el libre ejercicio de los derechos fundamentales.

Nos vamos a pasar por lo alto, que coautores del texto de la Constitución de 1991 le hicieron claras y semi-ocultas concesiones al autoritarismo, que fueron del hecho de no desmontar los privilegios militares y policiales, pasando por injertar instituciones económicas neoliberales, hasta negar las bondades del onbudsman nórdico, convertido en el revés de aquella institución.

El otro actor judicial

Es urgente escuchar y conocer lo que hará el magistrado Arenas, frente a la acción de nulidad ejercitada por Petro ante el Consejo de Estado. Aún no ha llegado la respuesta del Procu Ordóñez, que de todos modos llegará, porque de lo contrario renunciará a los dispositivos judiciales a su alcance. 

Más aún, el conoce la tendencia del consejero Ordóñez, porque estuvo del lado de la minoría. Igual sabe, que luego podrá hacer uso de la súplica ante otros magistrados que no tienen el mismo pensamiento de Arenas. 

Responder con su pecunio

Por lo visto, Colombia, seguirá teniendo una lección comprimida de lo que es y lo que ofrece nuestro orden judicial cuando chocan pesos pesados. Al mismo tiempo, es posible distinguir entre los recursos judiciales y los políticos, y lo que es más importante, descubrir por qué liberalismo y democracia no se pueden confundir.

Pero, más allá de las lecciones  de este encuentro están los costos para todos nosotros, que requieren responsabilidades de parte de cada uno de los implicados en la representación de esta tragicomedia, para que cada quien pondere lo que hace y deja de hacer porque toca su pellejo y no el de los otros, es decir, nosotros.

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