viernes, 24 de junio de 2011

¿De qué cambios se trata?
Un pequeño homenaje a lo que no ha sido todavía

Miguel Angel Herrera Zgaib
Grupo Presidencialismo y Participación


En estos días de "grandes cambios", conviene recordar a Deleuze, una figura intelectual y filosófica elusiva como la que más. En particular conviene recordar una cita suya tomada del libro publicado bajo el título Negotiations, por la Universidad de Columbia, Pourparlers en el original fránces, y Conversaciones en la traducción castellana de 1999.


La cita hace parte del libro escrito por Slavoj Zizek, Organos sin cuerpo. Sobre Deleuze y consecuencias, que es una diatriba específica al libro Cuerpo sin órganos, y donde Zizek indaga más allá de Deleuze en el interés de descubrir un pensador más radical que el que en apariencia creyó ser. Es, por supuesto, una interpretación hecha, advierte el autor de la crítica, desde Lacan en la particular comprensión que Zizek tiene de esa teorización.


La cita tiene que ver con un reproche que le hizo Gilles Deleuze a los pensadores conservadores contrarios por principio a las revoluciones, desde Burke en adelante. Y el asunto que se ventila en dicho reproche es el entendimiento del tiempo, y en particular del devenir, así:


"La única oportunidad de los hombres está en el devenir revolucionario, es lo único que puede exorcizar la vergüenza o responder a lo intolerable".


1968 cuarenta tres años después


(No) es muy pronto para decirlo. (Al contrario) del viejo Chou En Lai


Y aquí, el devenir tiene resonancias hegelianas, a propósito de aquella sentencia de la Filosofía de la Historia, que ésta se repite en compañía del búho de Minerva esquivo en buena medida a todas las águilas imperiales. Zizek lo subraya del siguiente modo:


"El devenir es, pues, estrictamente correlativo al concepto de REPETICIÓN: lejos de oponerse a la aparición de lo Nuevo, la propia paradoja deleuziana es que algo verdaderamente nuevo sólo puede aparecer en la repetición".


Porque lo que la repetición en verdad repite es la virtualidad inherente al pasado y que ha sido, dice Zizek, traicionada por su actualización en el propio pasado. Y que es el modo cómo Deleuze distingue lo virtual de lo actual.


Con estas claves estamos en mora de entender lo que acontece de nuevo en Europa después de 1968. A lo cual nos habíamos referido de un modo peculiar en un libro colectivo, Mayo 68. La toma de la participación, que algunos lectores censuraron, al encontrar que las fotos que lo ilustraban no eran del mayo francés, y que de aquel mayo muy poco se decía. Y no les faltaba verdad, porque nos anticipábamos si entenderlo del todo al devenir en ciernes.


Dos años después casi, lo tenemos delante, la revolución se despereza delante de nuestros ojos. Primero con las insurrecciones en el Norte de Africa, un Africa atípica, donde la población negra se agolpa como es sabido en la parte subsahariana, que sigue a la espera. Y luego como en una reacción en cadena, lo nuevo atravesó el Mediterráneo y revienta a Grecia, que ya ha contabilizado tres huelgas generales, a España que arrancó el 15 de mayo y remontó el 19 de junio, y también el Reino Unido que se prepara para una huelga general que no se escuchaba desde los tiempos de Margaret Thatcher, "la dama de hierro". El devenir, cómo dudarlo, reveló lo virtual que quedó pendiente desde 1968.


Ecos de la selva Lacandona


Pero antes que el norte de Africa la cosa empezó a cuajar en 1994, en la selva Lacandona, y luego en las calles del París de 1995. Y de allí saltó a Suramérica que se hizo revolucionaria con la movilización autónoma de los de abajo que ha quedado en parte, enclaustrada, bloqueada por los llamados gobiernos de la nueva izquierda, o del socialismo del siglo XXI.


Así las cosas, estamos recordando a Kant, en el devenir de las sociedades abigarradas de hoy, y no son sólo las de Suramérica, con Bolivia a la cabeza como lo postulaba René Zabaleta, y lo han recordado tanto Álvaro García Linera como Armando Bartra en los tiempos actuales.


Estamos "trascendiendo" lo acontecido en 1968, esto es, el contexto de las condiciones históricas que lo hicieron posible. Se ha puesto en su lugar al multiculturalismo de cuño pluralista neoliberal. Hay en cambio, está presente el acontecimiento de lo Nuevo, y habita entre nosotros, en los términos de lo advertido por Gilles Deleuze, como una singularidad universal que se repite en tres continentes y pronto lo hará también en Asia y Oceanía. Y cerremos esta reflexión, volviendo con Zizek, la singularidad de la que hablamos es "una singularidad que hace saltar los contornos de la universalidad en cuestión y la abre a un contenido radicalmente nuevo.


Y aunque no lo creamos, Colombia está en la lista !!!

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