domingo, 8 de mayo de 2011

Alberto Téllez es una de las voces discordantes al interior del Comité Ejecutivo del PDA, que ha sido mangiancho y lento con lo que dispuso la Comisión de Ética con respecto a la situación de crisis moral de sus militantes, empezando por el senador Iván Moreno. Ahora vive el problema de la suspensión por 3 meses ordenada por el procurador Ordóñez, que se tradujo en el nombramiento por encargo de la Ministra de Educación, María Fernanda Campo. Entretanto el Polo, su comité ejecutivo "espera" a que se desate la reposición interpuesta por Samuel. Y la baraja de nombres se desbarajusta. Hay algunos como Carlos Gaviria que han dicho que "no le jalan", porque están para mejores causas, dicen los de abajo. Los que en últimas tendrán que decir para dónde coger en medio de tamaño despelote. N de la R.


SOBRE LA CRISIS DEL PDA, EL CLAN DE LOS MORENO, Y LA CORRUPCIÓN EN BOGOTÁ. EPISODIO I



LA CORRUPCIÒN ES INCOMPATIBLE CON LA IZQUIERDA

(Constancia ante el Comité Ejecutivo Nacional)

Durante los pocos años de existencia del Polo Democrático Alternativo hemos trabajado, con alto nivel de compromiso, por la construcción del PDA como una opción política nueva de cambio para el país, perfilada por los contenidos de izquierda plasmados en el ideario de unidad; sólidamente fundido con las realidades y dinámicas del movimiento social; organizado como un partido de tendencias, como lo señalan los Estatutos; que interprete acertadamente la realidad interna e internacional y la tenga como referencia permanente para su acción política; y que su comportamiento en el Estado, en la dinámica social y en la vida interna del partido responda a inequívocos criterios de honestidad y transparencia.

Resaltamos el elemento ético, porque es el aspecto en el cual queremos hacer énfasis en esta reflexión.

En una primera etapa del Polo, el caudillismo de reconocidas figuras del partido, con su inherente comportamiento equívoco, indisciplinado y disolvente le hizo bastante daño al posicionamiento político del partido en la opinión, a sus posibilidades coyunturales como opción política y en general a la estrategia de gobierno y poder de la democracia.

Simultáneamente y en razón a que el partido tuvo origen en la convergencia amplia de múltiples dinámicas y experiencias de la democracia, el PDA fue permeado por la cultura pragmática del viejo bipartidismo que, con especial énfasis en el periodo del Frente Nacional, redujo la política al lucrativo ejercicio, personal o de grupo, de la distribución y manejo de la burocracia, de los dineros públicos y de las partidas presupuestales, como fuente de enriquecimiento, de ascenso social y de reproducción del poder. Esta herencia clientelista se fortaleció y controló el partido, en administraciones territoriales alcanzadas con el aval del Polo que, sin desconocerles algunos logros en el campo social, se distanciaron en lo programático, organizativo y ético de los lineamientos básicos del partido. Lo sucedido en Bogotá el pasado 10 de abril, en la elección de las Coordinaciones Locales, es la última muestra de cómo operan las maquinarias clientelistas en el PDA: violación de los estatutos por la mayoría del CEN, trasteo de votos, mediatización económica de la elección, injerencia concertada de otros partidos, presiones y engaños sobre los electores, incidencia determinante de los contratos, puestos y partidas presupuestales en los resultados electorales, entre otras prácticas, constituyeron el denominador común de listas patrocinadas por espacios que se mueven en la órbita de la administración.

Las prácticas clientelistas contribuyeron a desgastar la imagen del Polo y la estrategia de la democracia en una coyuntura interna e internacional altamente favorable para las fuerzas de la izquierda.

El tema de la ética no puede ser reducido a la discursividad moralista que agencian algunos sectores del régimen para perpetuar en el poder un modelo de economía, sociedad y Estado que riñe con la dignidad humana y con la supervivencia de la naturaleza. Tampoco puede reducirse a la ética la estrategia de la democracia. Pero lo que si debe quedar absolutamente claro es que la corrupción es incompatible con la izquierda.


Naturaleza estructural de la corrupción

Para el capital, la corrupción es inevitable, es de su esencia, es compatible con su estrategia económica y política, aunque haya que “reducirla a sus justas proporciones”, como alguien lo señalara. Es una forma más de la acumulación del capital. Forma de acumulación que ha sido particularmente evidente en Colombia en las últimas cuatro décadas, en las que se expresó con las más perversas y criminales formas de ingerencia de los dineros del narcotráfico en la economía privada y pública y en el ejercido de la política y del poder. Esta es la lógica del capital, de sus formas de acumulación y de sus saltos y acomodos en las reglas de competencia y competitividad establecidas por el capitalismo en su fase de globalización neoliberal.

Contra ese modelo económico, social, político, cultural, ambiental y ético nació el Polo, como un esfuerzo para darle salida a la crisis irreversible del régimen. Ese propósito solo puede lograrse desde la izquierda y con un modelo alternativo en lo económico, social, político, cultural, ambiental y ético que articule la lucha, la movilización, la organización y la institucionalidad de la democracia, a la construcción de un nuevo orden, de unos nuevos valores, de una nueva sociedad.

Por eso para la izquierda la lucha por ese nuevo orden es inseparable de la lucha contra la corrupción. La corrupción no solo es ajena a la izquierda, sino que al actuar a su interior, sirve y refuerza los intereses objetivos del régimen y además mina, desvía, corrompe y descompone los valores alternativos y la voluntad y el compromiso transformadores de las comunidades y de sus organizaciones.

Un compromiso claro contra la corrupción

Nuestro compromiso de siempre al interior del partido, contra la corrupción y el clientelismo, ha estado inspirado en estos criterios y seguirá estándolo hasta lograr que la acción política de la izquierda se realice con absoluta transparencia. Así lo hemos señalado desde el comienzo, de manera enfática y reiterada en diferentes instancias, oportunidades y documentos en estos años de la vida del partido.

Para evitar interpretaciones equívocas, queremos dejar expresamente señalado que el clientelismo es la expresión de la corrupción en el ejercicio de la política y que de ninguna manera la vinculación laboral, por si misma, cabe dentro de esas prácticas cuestionables. Defendemos de manera irrestricta y legítima el derecho al trabajo que, de acuerdo con los méritos y la transparencia y sin interferencias politiqueras, las administraciones de izquierda están obligadas a garantizar, en condiciones dignas, a todos los ciudadanos, incluidos los que simpatizan o militan con nuestra causa.

No desconocemos que dentro de las prácticas del régimen para combatir la izquierda y la oposición están incluidas todas las formas de acción, desde las prácticas criminales hasta la estigmatización, la mentira y la calumnia ejercidas a través de sus medios de comunicación. Pero esta realidad no puede llevarnos a la simplicidad de afirmar que toda investigación que comprometa a un dirigente del partido forma parte de la estrategia de desprestigio del régimen. Si al interior del partido no se hubieran expresado prácticas de corrupción y clientelismo se hubiera dificultado la acción del régimen para desprestigiar y debilitar el partido por razones éticas. El Polo deber exigir que se adelanten las investigaciones contra toda persona comprometida con presuntos hechos de corrupción y que se lleven hasta sus últimas consecuencias y con más razón debe hacerlo cuando esas investigaciones impliquen a militantes del partido.

Sabemos que toda investigación por hechos que presuntamente comprometan la transparencia de miembros del partido y especialmente de personas con un significativo reconocimiento de opinión, afecta no solamente al investigado, sino que compromete también la imagen del PDA. Es por ello que reclamamos de los órganos competentes, con el respeto de todos los derechos procesales, que se aceleren las investigaciones por presuntos actos de corrupción que hoy se adelantan y comprometen personas vinculadas al Polo. Así mismo, exigimos fortalecer la capacidad investigativa y sancionatoria, de la Comisión Nacional de Ética del Partido, su autonomía, su reconocimiento institucional y el acatamiento de sus decisiones por las instancias e integrantes del Polo, para que en el terreno ético, que es diferente a la competencia jurídica de los entes institucionales del Estado, pueda proteger al partido de prácticas de sus militantes que se aparten de la ética y mantener resguardada la imagen pública del partido.

Una tesis peligrosa

Hacemos esta exigencia, porque lo que de ninguna manera puede imponerse en el Polo, es la tesis que ha venido abriéndose paso, según la cual mientras los entes institucionales del Estado no produzcan los fallos y estos no se encuentren debidamente ejecutoriados, el partido, a través de su comisión de ética no puede adoptar medidas mínimas de protección de su imagen, como la suspensión provisional de la militancia, cuando la evidencia de hechos, indicios graves o pruebas comprometan la responsabilidad del investigado. Tesis que en el caso de la suspensión provisional del senador Iván Moreno fue defendida por la mayoría del Ejecutivo Nacional. Las decisiones de la Comisión de Ética son actos eminentemente políticos, encaminados a proteger el partido. Son actos de valoración del comportamiento político de los afiliados y las afiliadas frente al Ideario y a los Estatutos que, con un procedimiento determinado y un debido proceso, conllevan sanciones, absoluciones o medidas preventivas.

Esta tesis de reducir lo ético a lo jurídico resulta peligrosa para el partido porque lo somete a asumir, indefinidamente en el tiempo, el costo político de conductas individuales de algunos de sus integrantes.

Pero es más, se trata de una tesis, tras la cual se ocultan intereses de la pragmática política, que termina conciliando con la impunidad, conocida la ineficiencia o mediatización de la administración de justicia del Estado. Al interior del partido tenemos casos en los que después de dos o más años de haberse producido el fallo de primera instancia no se ha resuelto su apelación o en los que por vencimiento de términos ha operado la caducidad del proceso o de la acción penal. Como si nada hubiera pasado, los tenemos actuando hasta en el CEN.


Plenas garantías procesales

Lamentamos la situación personal del Senador Iván Moreno Rojas, ante la cual el partido está obligado a exigir y vigilar el pleno respeto de todos sus derechos procesales para que pueda adelantar su defensa con absolutas garantías. Acataremos el fallo que en estas circunstancias profiera la Corte Suprema de Justicia. Pero solicitamos simultáneamente que, ante la gravedad de los hechos conocidos, el Senador Moreno renuncie a la reposición presentada contra la decisión de la Comisión Nacional de Ética o que ésta resuelva negativamente la reposición, para que quede en firme la suspensión provisional de la militancia del Senador en el partido.

En relación con la suspensión ordenada por la Procuraduría General de la Nación en contra del Alcalde Mayor de Bogotá Samuel Moreno Rojas, solicitamos a la Comisión Nacional de Ética del PDA suspenderle provisionalmente la afiliación al Polo y al Alcalde le pedimos presentar renuncia al cargo para evitar un mayor desgaste político del partido.

Vamos al Tercer Congreso Nacional del Polo

A pesar de las dificultades actuales, el Polo sigue siendo la opción de gobierno de la izquierda y el único partido de oposición al régimen. Así lo reconocen los sectores más sensibilizados de la democracia. Nuestra obligación es reposicionar y fortalecer el partido. Esa es la tarea que tenemos hacia el Tercer Congreso Nacional y su Foro Ideológico previo. Aquí no podemos hacerle el juego a la ofensiva ideológica del régimen y de sus medios para desmotivar la opinión frente al partido, ni pueden tener eco actitudes pesimistas que van a hacerle más daño al partido.

La estrategia es avanzar hacia el Tercer Congreso para corregir los errores del pasado y defender en él, con una favorable relación de fuerzas, las tesis esénciales fundantes del partido. El Polo es pues una necesidad imperiosa para la izquierda y la democracia y nuestra obligación es avanzar desde ya en el reposicionamiento político y organizativo del PDA.

ALBERTO TÉLLEZ IREGUI

Comité Ejecutivo Nacional

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