domingo, 8 de noviembre de 2009

La destorcida de la Reelección. Una despedida presidencial

En aplicación del derecho de réplica, Rafael Pardo, candidato presidencial del Liberalismo, le pasó en público cuenta de cobro al presidente Álvaro Uribe por su programa Agro Ingreso Seguro, AIS, que repartió a manos llenas subsidios e incentivos a los ricos. Ellos apoyan su gestión, cómo no, hasta el día de hoy, y son quienes, con todo y escándalo, a no dudarlo lo apoyarán, o a su exministro Arias, mientras tanto, uno de los comodines conservadores de la segunda reelección.

La enumeración de razones con que Pardo borró lo dicho por Arias en un Consejo Comunitario, en los que el presidente desenchipa regularmente la estrategia política de legitimación de su gobierno, el exministro Pardo recordó la anterior fidelidad a Uribe, cómo votó por él para presidente, y por qué respaldó la primera reelección.

Ahora, en cambio, lo que él trata es no reelegirlo más, y mucho menos al peculado continuado de Agro Ingreso Seguro. A pesar de los descargos destemplados de los dos ministros de Agricultura, Arias y Fernández, las fichas tristes que se derrumban en este dominó del engaño. La situación es tan grave que hasta las encuentas lo registran: la caída del presidente en su "popularidad" y de contera la del referendo reeleccionista.

Un furibista arrepentido

El furibismo de Pardo Rueda se agotó, y regresó a las toldas liberales conducidas por su exjefe político, César Gaviria Trujillo. Pero, en lo que, sin embargo, Uribe y Pardo mantienen una identificación es en su respaldo a la guerra integral contra el "narcoterrorismo", y en su defensa del orden marcial para el campo colombiano. Aunque Pardo haya dicho que la cuestión agraria, v.g., la concentración de la tierra, el más colonial de los privilegios, es el peor de los males, y tiene que ser atacad con firmeza. Pero eso no ocurrió en los dos periodos seguidos del mentado gobernante, y tampoco cuando el presidente era César Gaviria, el promotor cerril de la apertura económica.

En la enumeración de favorecidos por AIS, el vocero del Liberalismo en campaña guardó silencio sobre uno de los más escandalosos subsidios, para una de las empresas del potentado del grupo Aval, también benefactor de la Universidad Nacional. Esta institución hoy por hoy, se haya al borde de la quiebra presupuestal.

Una de las empresas de Luis Carlos Sarmiento Angulo dedicada a la agroindustria recibió, lo señaló el senador Cristo, la bicoca de $ 6.000 millones. Y no parece que él sea un ejemplo de la burguesía nacional a proteger, como siempre la han buscado los entusiastas seguidores del Moir, hoy entusiastas asociados del PDA, con el senador Robledo a la cabeza.

El contrafuerte del bloque en el poder

No hay duda, a todas éstas, el bloque en el poder del régimen de excepción lo comandan, el capital financiero (trans) nacional y los grandes terratenientes, la alianza regional nuclear entre antioqueños y costeños. Su sartal de abusos y anormalidades anti-democráticas que son legión para vergüenza de Colombia, tiene que acabar en el 2010. Es necesario que a 200 años de independencia política, se le ponga un tate quieto a la dependencia abyecta del capital. Y esta es una tarea que le toca cumplir al ciudadano raso que no come más cuento de las bondades del autoritarismo y los beneficios que recibirá porque la riqueza se concentra más y más.

Así las cosas, antes de la intervención de Pardo en Putumayo, en las calles de Bogotá, un puñado de jóvenes se enfrentaban con el escuadrón del Esmad para protestar contra Uribe, vistiendo camisetas como la que lució el líder de Calle 13. Contrarios a la desfinanciación de la educación pública superior, y a la impunidad que invade los estrados judiciales, comoquiera que después de 5 años de la Ley de Justicia y Paz no hay un solo sentenciado en Colombia, la juventud se toma la calle con osadía y riesgo de sus vidas.

Dos indicios finales de un derrumbe

Los actos de violencia de jóvenes airados en el centro de la capital, y las réplicas no son garantía que los reclamos serán finalmente escuchados. Tampoco que se torcerá el rumbo a la exclusión social y a la miseria colombiana. Pero sí son una advertencia del estado del alma colectiva, de la cual hacen parte, a su modo, las réplicas de hecho y de derecho que el régimen de excepción y su adalid vienen "cosechando" de los de abajo y de sectores medios cansados de su "apostolado" redentor del capital .

La democracia tiene una cita que cumplir, y un objetivo que llevar a feliz término. La oposición en todas sus manifestaciones así ha de entenderlo, ahora que la situación es más que propicia para el derrumbe. La urgencia de la tarea es inocultable, y la labor a cumplir con reflexión, desobediencia consecuente y firmeza harán la diferencia. Y nos permitirá cambiarle el rumbo a una economía en ascuas que comienza a experimentar la destorcida con las secuelas de una probable, severa hecatombe social.






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