Por.
Tony López R (*)
El
show de Mike Pompeo, Iván Duque y
Juan Guaidó, el presidente sin país.
Del 19 al 20 de enero tuvo lugar en Bogotá, Colombia la III Cumbre
Anti-terrorista, convocada por el presidente Iván Duque y teniendo como sede la
Escuela de Cadetes de la Policía Nacional General Francisco de Paula
Santander. Acudieron a este convite, ministros y delegados de 20 países
de la región. Los discursos del Secretario de Estado Mike Pompeo e Iván Duque y
el invitado especial Juan Guaidó estuvieron dirigidos a un ataque frontal
contra Venezuela.
Los discursos de Mike Pompeo e Iván
Duque, contra Venezuela y sin mencionarla, contra Cuba, al escoger
como sede la escuela de cadetes de la policía, tenía el interés de
sensibilizar a la opinión pública, por la muerte de 22 jóvenes cadetes y
señalar que allí se llevó cabo un acto terrorista supuestamente por
el ELN; y quedó sembrada la matriz de opinión, cuando el presidente Duque
señaló “en este lugar hace un año atrás, el ELN realizó una acción
terrorista” y Pompeo expresó “el ELN que desde territorio venezolano está
apoyado por el dictador Maduro”.
Realizar este cónclave en este sitio, obviamente tenía y tiene un objetivo
político; por eso se le imprimió al acto un dramatismo
del gobierno de Duque, utilizando a los familiares de las víctimas,
a los cuales llevaron al evento y rendirle tributo a los caídos por esa
demencial acción, no porque estuvieran sensibilizados con las muertes de estos
jóvenes , sino por el interés y la intención de demostrar que el ELN es una
organización terrorista y que le sirva de base para las reclamaciones de
extradición de los dirigentes de esta organización político-militar,
que aguardan que Duque cumpla el acuerdo de restablecer los diálogos de paz, a
lo que ahora se niega y cuyo gobierno pretende que los países
garantes, incumplan los protocolos firmados por el gobierno anterior y que su
gobierno, tiene la obligación de cumplir.
¿Por qué el gobierno de Duque no realiza
esta Cumbre en el Cauca, en algunas de las comunidades, donde los líderes
indígenas son víctimas del terrorismo de Estado? Ese terrorismo que en estos
primeros 20 días, del año 2020, se ha cobrado la vida de 25 líderes y lideresas,
asesinados por comandos o bandas, que vienen operando desde la firma de los
acuerdos de paz el pasado 26 de noviembre del 2016.
Resulta contradictorio que esta Cumbre Antiterrorista se desarrolle en
Bogotá, convocada por el presidente Duque, un gobierno que practica una
política de terrorismo de Estado. Ni una sola palabra se ha pronunciado
en esta reunión, sobre los sistemáticos crímenes que se cometen contra
los líderes y lideresas sociales y comunitarios, indígenas, afrodescendientes,
que ya rondan los 800 asesinados y que incluyen a más de 175 ex
combatientes de la insurgentes FARC y a 38 de sus familiares, que debían estar
protegidos por los Acuerdos de Paz.
Los narco paramilitares, desde su
nacimiento en la década del 80 siempre estuvieron respaldados por sectores de
las Fuerzas Militares y de la Policía, está denuncia es pública y conocidas
por instituciones nacionales y extranjeras como la CDIH y la Corte Penal
Internacional, el caso más grave lo ha sido la masacre de los más de 5 mil
asesinados de la Unión Patriótica, en la década del 80 y en el
gobierno de Álvaro Uribe Vélez, los más de 3000 a 5000 mil jóvenes
inocentes asesinados por miembros de las Fuerzas Militares, ordenado por los
altos mandos y por sus jefes civiles, conocidos como Falsos-Positivos.
Por cierto, sobre el caso de los Falsos-Positivos, el ex Fiscal General de la
República, Néstor Humberto Martínez, se negó a entregar a la Fiscal Fatou
Bensouda de la CPI la información y expedientes de los altos mandos
involucrados en estos crímenes de guerra, considerados de Lesa Humanidad. Según
medios de prensa colombiana, ella se fue descontenta de la reunión con el
Fiscal Martínez Neira, al declarar que “le había solicitado pruebas al Fiscal
que demostraran investigaciones serias y contundentes contra los militares
acusados de permitir falsos-positivos y no obtuvo ningún compromiso a su
solicitud” dichas declaraciones se produjeron en septiembre del 2017. Está
conducta de la Fiscalía hacia la CPI sobre este tema, aún se mantiene.
Pero estas gravísimas violaciones a los Derechos Humanos, como consecuencia del
terrorismo de Estado en Colombia, fueron totalmente silenciadas por Duque y
Pompeo, solo el recurrente tema de acusar a Venezuela y al castro-chavismo, de
los problemas que confronta Colombia, pero sin aportar ningún elemento,
utilizando el manido argumento de que en Venezuela se refugian los guerrilleros
del ELN y de las FARC-EP.
La presencia o no de estas fuerzas
guerrilleras, en Venezuela nunca han sido probadas por el gobierno
colombiano, y como se sabe desde hace más de treinta años, la insurgencia
ocupaban las zonas del Perijá, el Catatumbo, La Guajira y Arauca, todas
en territorio colombiano, fronterizo con Venezuela.
Por la extensión territorial fronteriza que ambos países tienen, no es
descartable que fuerzas guerrilleras ingresen a territorio
venezolano, pero esto no quiere decir que tengan el respaldo del gobierno de
Maduro. Al igual que la presencia de bandas de los narcoparamilitares
colombianas que operan en territorio venezolano, estas bandas sí
aliadas a la oposición venezolana, especialmente con Juan Guaidó quien tiene
relaciones con los Rastrojos, vínculo absolutamente
público, probado y denunciado.
El
23 de febrero del 2019 la banda narco paramilitar los Rastrojos en la foto arriba reflejada, llevaron sano y
salvo a Guaidó y lo unió al presidente
Duque, para armar el Show de Cúcuta y la supuesta ayuda
humanitaria, este fracasado intento de derrocar al presidente Maduro, es
público, notorio y reportado por la prensa nacional e internacional, incluyendo
el New York Time, que dejó mundialmente aclarado, que la agresión militar
en aquellos hechos partió de Colombia y sus fuerzas policiales, unidos a
desertores venezolanos, y no de la Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela.
Hay que preguntarse, ¿quién le dio a los Rastrojos la misión de trasladar a
Juan Guaidó a Cúcuta?. O acaso, ¿Duque es tan ingenuo de desconocer que esos
narcos fueron los que le llevaron a Guaidó sano y salvo a Cúcuta, después de
violar la frontera venezolana-colombiana? Es una aclaración que le debe
el presidente Duque a los pueblos de Colombia y Venezuela.
Si no lo aclara, se puede llegar a la
conclusión, que el que calla otorga y por tanto o es cómplice o él forma parte
del narco-paramilitarismo. Sobre Juan Guido y la defensa de Pompeo que hizo de
este, a quien trata de Presidente, solo que es un “presidente sin país”
no vale la pena emborronar cuartillas, un corrupto que sus propios
correligionarios, acusan de ladrón y vinculado al narcotráfico y
paramilitarismo.
Sobre la migración de Venezuela a Colombia, Duque tiene mala memoria, o sus
largos años de estancia como residente en Estados Unidos, olvidó que entre 1998
y el 2010, casi 6 millones de colombianos emigraron a Venezuela, 4 millones de
ellos en el gobierno de Uribe Vélez y allí se les acogió con aprecio. Por
cierto, según cifra ofrecidas por expertos e instituciones de DDHH, señalan que
más del 60 por ciento de esos 1,6 millones, que menciona Duque, que ahora se
han refugiado en Colombia, son colombianos residentes en Venezuela.
La diferencia de la migración de colombianos a Venezuela, en el gobierno
chavista, a esos refugiados políticos huyendo de las masacres que impunemente
ejecutaban los paramilitares, se les otorgó la residencia e incluso miles
de ellos adquirieron la nacionalidad venezolana y se les trató con
dignidad, todo lo contrario a lo que les sucede a la actual migración
venezolana en territorio colombiano, donde son vilipendiados y maltratados por
los agentes gubernamentales y por la campaña negativa de los medios, que
siembran en la población una conducta xenófobas.
Por otra parte, en esta Cumbre Antiterrorista, el Secretario de Estado Mike
Pompeo, acusó al gobierno de Venezuela de ser aliado de Irán y sin ninguna
prueba e irresponsablemente afirmó que el “objetivo de la Cumbre contra el
Terrorismo es investigar la actividad financiera de Hezbollah y los grupos
vinculados a Irán, afirmando que el brazo armado Hezbollah, está en Venezuela”.
Sin presentar, ningún elemento probatorio sobre la acusación contra Venezuela,
exhortó a los países de la región, a compartir información sobre
organizaciones terroristas.
Añadió, que el gobierno de Nicolás Maduro por sus relaciones con Irán, resulta
un peligro para la región, es precisamente aquí el punto focal de esta Cumbre
antiterrorista, al querer articular la actual crisis de Estados Unidos con Irán
y llevarlo a la región teniendo como objetivo político y militar a Venezuela.
No es una casualidad sino una causalidad el agresivo y amenazante discurso del
Secretario de Estado estadounidense, que tiene todos los ingredientes de causa-
efecto, porque paralelamente a esta Cumbre Antiterrorista, este 23
de enero, en territorio colombiano, se iniciarán maniobras entre las Fuerzas
Militares colombianas y estadounidenses y finalizarán supuestamente el
próximo 29 de enero, un inusual ejercicio militar de Estados Unidos, realizar
un ejercicio solo con Colombia, cuando lo normal es realizar ejercicios de
conjunto con varios países, debe llamarnos la atención esta provocadora y
peligrosa maniobra militar.
Toda esta información, está contenida en un comunicado del jefe del Comando
Sur, el Almirante de la Marina de los EE. UU. Craig Faller, según él,
participarán aproximadamente 75 paracaidistas de la 82da División
Aerotransportada asentada Fort Bragg, Carolina del Norte, y 40 miembros del
Ejército Sur. Este ejercicio comenzará con una operación aérea con un
salto desde un avión Hércules C-130, con el objetivo de simular la toma de un
aeropuerto. La 82va división aereotranportada ha sido la utilizada en las
intervenciones militares de EE.UU en América Latina.
El jefe castrense en su comunicado señala, que expertos de ambos países
trabajarán juntos para construir interoperabilidad y compartir conocimientos
estratégicos y tácticos. Este ejercicio tiene todos los elementos básicos para
el desarrollo de una acción ofensiva intervencionista. Aún se desconoce el
escenario donde se desarrollará dicho ejercicio. Alerta debe estar la opinión
pública venezolana y latinoamericana.
Los tambores de guerra, han sido desempolvados y coincidiendo con esta Cumbre,
se convoca a peligrosos ejercicios bélicos, cuyas intenciones pueden estar
encaminadas a provocar un conflicto con Venezuela, con el interés de desviar
las tensiones con Irán y en el oriente próximo, que tienen muy preocupados a la
opinión pública internacional y al propio pueblo de los Estados Unidos. También
influye el gran escándalo por el juicio político Donald Trump y que obviamente
cualquier conflicto en nuestra región, sacaría de la agenda publicitaria y
noticiosa lo que sucede actualmente en el Senado estadounidense.
Víctimas del terrorismo de Estado, fue Dylan Cruz a manos de los escuadrones de
la ESMA cuando pacíficamente protestaban contra el gobierno de Duque, junto a
millones de colombianos que se oponen firmemente al actual modelo económico
neoliberal, a la corrupción y a la impunidad y la complicidad de altos
funcionarios civiles y militares vinculados al paramilitarismo y el
narcotráfico. Pero la represión contra las marchas pacíficas ha dejado el saldo
de 12 muertos más de 700 heridos y unos 600 detenidos.
El pueblo colombiano está pidiendo la desaparición del terrorista escuadrón de
la policía (ESMA), el 21 E, salieron para protestar y tributar homenaje a los
más de 25 líderes y lideresa que en los primeros 20 días de este año, han sido
asesinados y la cuenta sigue, sin que el presidente Duque, haya tomado una sola
medida contra las bandas criminales del narcoparamilitarismo y los agentes del
Estado, que continúan con su obra de horror y muerte.
Es importante dejar saber, que la práctica de estos asesinatos selectivos de
líderes de base, no es por una razón de voluntarismo, esta práctica está
diseñada y orientada desde hace muchos años, por literatura de la Agencia
de Inteligencia de EE.UU (CIA) y contenida en los manuales que ellos
titulan “Guerra de baja Intensidad” que se impartían en la Escuela
de las América en Panamá y desde la salida de las tropas gringas de este
país, esas Escuelas funcionan en el Comando Sur con sede en
la Florida.
Duque recordó que Colombia adoptó la lista de organizaciones terroristas de
Estados Unidos y la Unión Europea. "Eso nos permitirá detectar
oportunamente células de Hezbollah, el Estado Islámico y de Al Qaeda , pero
también del ELN y de las disidencias. Mi invitación respetuosa es que podamos
todos armonizarnos con esas dos listas", no menciona ni a las Águilas
Negra, tampoco a Los Rastrojos ni al Clan del Golfo, como dice el dicho “por
algo será”.
Sería importante que en la lista de organizaciones terrorista que él Presidente
señaló en su discurso, incluya a las instituciones del Estado, responsables de
los más de 3000 a 5000 jóvenes colombianos asesinados en los llamados
“falsos-positivos” cometidos durante el gobierno de su mentor el Dr. Álvaro
Uribe Vélez, líder del Centro Democrático, y del oficialista partido del
gobierno de Duque.
Ni Pompeo, ni Duque se han referido a tales acciones terroristas, tampoco se
han pronunciado sobre la denuncia que el senador Gustavo Petro realizó,
el pasado 19 de enero en Bogotá, señalando que las Águilas
Negras son sectores de la inteligencia de la policía y del ejército por las amenazas
que dichas bandas han anunciado, contra líderes políticos, entre ellos, al
propio senador Petro, a la recién electa alcaldesa Claudia López, al ex
presidente Juan Manuel Santos, al senador Carlos A Lozada, a los periodistas
Ariel Ávila y Daniel Coronell, incluso amenazaron a la presidenta de la
Justicia Especial de Paz, Patricia Linares.
Por último hay que señalar que en esta Cumbre participaron algunos países que
son una expresión muy clara de aplicar es sus países el Terrorismo de
Estado, como es el caso del gobierno de Sebastián Piñera en Chile, cuya brutal
represión ha dejado miles de heridos, mas de 300 chilenos afectados gravemente
de su visión, un medio centenar de muertos provocados por los
Carabineros, Ecuador de Lenin Moreno, cuya población indígena fue también
masacrada por los Fuerzas Militares y Policiales, en octubre pasado.
Y qué decir de los asesinatos cometidos por la Fuerzas Militares y de la
Policía ordenados por autoproclamada y militante fascista Jeanine Añez de
decenas de bolivianos, cientos de heridos, luego del cruento Golpe de
Estado, contra el gobierno legítimo y constitucional de Evo Morales y que
involucra al Gobierno de Estados Unidos y al propio Mike Pompeo, cuyo
Encargado de Negocios de la embajada en La Paz, venía conspirando con la
ultra derecha fascista santacruceña, en la provincia Argentina de
Jujuy.
No es el gobierno de Estados Unidos el ejemplar exponente en esta Cumbre Anti –
terrorista, cuando la política que sigue y ha seguido durante muchos años, ha
sido la de imponer el terror, mediante diferentes métodos, como el genocida
bloqueo a Cuba y ahora a Venezuela y con la amenaza de ser invadido
militarmente, los distinto gobiernos estadounidenses son los que
han realizado innumerables intervenciones militares en nuestros países,
República Dominicana, Cuba, Nicaragua, Granada, y Panamá, han sido sangrientas
y brutales, todas ellas para imponer gobiernos que se subordinen a
Washington.
Y que decir los cerca de 500 mil muertos que costó la intervención militar
gringa en Irak, miles en Afganistán, Libia y Siria, utilizando a las
organizaciones que la CIA formó, entrenó y financió, como el Estado Islámico,Al
Qaeda y que ahora dice Mike Pompeo, que hay que perseguir, que
descaro, si son ellos los que actualmente los apoyan para promover el
derrocamiento del gobierno Sirio.
Por eso, en alta voz podemos afirmar que la Cumbre Anti-terrorista de Bogotá,
convocada por un gobierno que practica el Terrorismo de Estado, está
inhabilitado para levantar la bandera del anti-terrorismo, más bien se convocó
para apoyar esa macabra política de intervención, horror y muerte en nuestros
países al sur del rio Bravo.
(*)Periodista, politólogo y analista internacional.
La Habana, Cuba 23 de enero del 2020