miguel angel herrera zgaib
Director Grupo Presidencialismo y participación, y
XIII Seminario Internacional Antonio Gramsci
¿Por qué la pregunta?
Cuál dilema se resuelve en los quince días que estremecerán a Venezuela? El hacer de los subalternos constituyentes, o los subalternos conducidos por la representación de los poderes constituidos y enfrentados en procura de la hegemonía, esto es, la dirección de los grupos y clases de la sociedad civil venezolana, o su autonomía, estableciendo un tránsito a la mayoría de edad política, que aún no conocemos en la inmensa mayoría de las multitudes en ciernes a lo largo y ancho de América Latina.
Sin embargo, para las oligarquías nacidas con el Pacto de Punto Fijo, está claro que se encuentran en presencia de una transformación del sentido común de los de abajo, los sumisos y sometidos de antes, que los miraban desde las laderas consumirse la renta petrolera sin limitación alguna.
El "startazo" ocurrió con la rebeldía contra las mentiras del adeco Carlos Andrés, cuando las multitudes bajaron de las montañas de Caracas como abejas, y tomaron su parte sin perder permiso, y fueron masacradas en la calle. Ese fue el comienzo del llamado "Chavismo," que puso a un militar, en un ejército que le dio cabida en las filas superiores a los pobres, a las puertas de la presidencia, luego de ser amnistiado por el presidente copeyano, elegido entonces por una forzosa y forzada coalición.
El momento definitivo vino luego, cuando ocurrió el fallido golpe de estado contra Chávez, trasladado a la fuerza a Tiuna, con el beneplácto de las oligarquías de Venezuela y Colombia. Como prueba fehaciente está que el presidente por un día es un exiliado desde entonces en Bogotá, donde ha estado enseñando su sabiduría de empresario golpista en la cátedra de la Universidad Sergio Arboleda.
Los subalternos no son en Venezuela, y en ninguna parte, una multitud homogénea. Es la heterogeneidad su característica principal hoy, pero en los quince días que se cuentan a partir de este domingo, estremecerán a Venezuela, dejando a un lado la violencia de las agresiones físicas, para medir su poder constituyente, su potencia en las urnas, de hecho y de derecho.
Para definir, cuál es la voluntad de todos y cada uno, sin mediaciones. Haciendo a un lado las representaciones que buscan interpelar a la ciudadanía subalterna como pueblo soberano, encarnación abstracta de lo uno. Estas dos votaciones nos permitirán saber si los grupos y clases subalternas aprendieron la lección de estos 17 años de renovación de su sentido común, que los habilita para reclamar otro rumbo a la riqueza social que ellos producen, es decir, "sembrar, por fin, la renta petrolera", y avanzar así, más allá del llamado socialismo del siglo XXI, afectado, enfermo de dirigismo errático, de parte y parte.
Porque lo viejo se resiste aún a morir
Y lo nuevo no tiene hasta ahora la fuerza suficiente para darle "pacífica" sepultura. Cuando no pocos sueñan, y la oligarquía reaccionaria colombiana es un ejemplo, con Uribe Vélez y su "centro democrático", más su consueta, el abogado Abelardo de la Espriella así lo demandan desde lejos, sin ir ellos, en persona a intentarlo al otro lado del río Táchira o Pamplonita.
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