jueves, 8 de marzo de 2018

LA ELECCIÓN DEL SIGLO XXI EN COLOMBIA

Miguel Angel Herrera Zgaib
Profesor asociado, ex rector U. Libre, director C.Política/Unijus, UNal
Director Grupo Presidencialismo y participación
Observatorio Posconflicto y Elecciones


La encuesta de Publimétrica y el pasado

“Hoy en día, la verdadera sorpresa de la izquierda gira alrededor de Petro. Número uno en las encuestas, su mágico recurso al populismo.” Plinio Apuleyo Mendoza, ET, 02/03/18


Esta muestra cubre 19,8 millones de votantes activos. La encuesta tiene un error del 4 por ciento, y cubrió a 25 capitales de departamento. Fueron 2960 las personas encuestadas. La recolección se hizo entre el 23 y el 26 de febrero, y correspondió a la población urbana. Se puede consultar de manera completa en el sitio EleccionesColombia.

Estas el banco de prueba para los análisis que siguen, la puesta a prueba de determinados conceptos, y el fundamento de mis pronósticos hasta la fecha, que tendrán que vivir la doble prueba del 11 de marzo, cuando sepamos quiénes conformarán el nuevo poder legislativo de Colombia, y cuál de las dos consultas abiertas para presidente obtendrá la mayoría de los votos.

Afirmo lo último con independencia de que los ganadores en las consultas ya están cantados, Gustavo Petro, e Iván Duque, a quienes postulo como los representantes de los partidos de la paz y de la guerra, en torno a quienes gravitan, además, los liderazgos restantes del centro y la derecha.

Ellos aparecen, por lo pronto, como protagónicos de la presente coyuntura estratégica, valiéndome de categorías tomadas del análisis de Antonio Gramsci, elaborado para Italia en un tiempo de entreguerras, cuando escribió de pie, sus cuadernos “silenciado” en una celda por el fascismo de Benito Mussolini.

El ciclo electoral de 2018, es un segundo episodio, o momento de lo que denomino en mi trabajo doctoral, presentado en 2017, el desenlace de una crisis de hegemonía en el marco de una crisis orgánica de larga duración abierta en 1947.

La primera parte, 1999-2010, la estudié en interlocución con el Grupo Presidencialismo y participación. En consecuencia, asistimos a su desenlace que tiene su prueba en el doble episodio electoral, este 11 de marzo, y luego el 27 de mayo, y el consiguiente ballotage si las tendencias advertidas desde ahora se mantienen.

Ahora bien. La crisis de hegemonía, tiene varios episodios, pero ella comenzó a manifestarse como el componente variable de la crisis orgánica de larga duración que afecta a la formación social capitalista dependiente colombiana. Esta crisis empezó a erosionar el bloque histórico de la dominación bipartidista liberal conservadora, forjado en un proceso de unidad nacional reaccionario que impuso la hegemonía conservadora después de la derrota radical, cuyo gobierno arrancó en la segunda mitad del siglo XIX, con la presidencia de Tomás Cipriano de Mosquera, y la sanción de la Constitución de Rionegro en 1863.

Derrotado el radicalismo, la reacción política arrancó con la traición de Rafael Núñez, quien había dados sus primeros pasos en las filas del radicalismo, y hasta contribuyó con las reformas del medio siglo. Luego se unió al reaccionario Miguel Antonio Caro, y con él forjaron a punta de guerras intestinas, un ciclo de confrontaciones civiles parciales selladas con la guerra de los mil días, la monarquía constitucional.

Este proyecto político y económico centralista, excluyente y segregacionista, apenas empezó a desmontarse, por cuotas, en el corto interregno de la llamada segunda república liberal, bajo el protagonismo de dos centenaristas: Alfonso López y Laureano Gómez, pero cuya gestión bipartidista se extendieron con sus delfines.

Uno de ellos llegó a ser presidente, Alfonso, autoproclamándose revolucionario liberal, y Álvaro Gómez, quien se dispuso a combatir las autodefensas campesinas de izquierda, denunciando las “repúblicas independientes”, no llegó a ser presidente, insistió en un acuerdo sobre lo fundamental, y fue asesinado cuando se preparaba para intentarlo por enésima vez.


Mass Media y temores del 54% de los potenciales electores

Al revisar la primera parte de la encuesta realizada por César Caballero, la mesa de comentaristas de la casa Caracol Radio/Prisa, vocera del establecimiento bipartidista, señalaba que los encuestados reparten sus temores así:

Primero que todo, que Colombia se convierta en otra Venezuela, el temor a una crisis económica; sufrir un daño o agresión a un familiar, y en cuarto lugar, la pérdida del empleo que para esta escala descendente de temores concita la respuesta de casi una cuarta parte de los 2960 encuestados.

El desempleo es de por sí es indiciario de lo que pasa con el estrato inferior de la clase media, unas de las fuentes sociales que canaliza el candidato de la Colombia Humana, primero en las encuestas. Sobre él pesa el fantasma del Castrochavismo.

El comentario de los periodistas de Caracol que dirige, Darío Arismendi, Erica Fontalvo y Juan Lozano en coro con Darío a la cabeza, citan cifras a Kruger de migración Colombia, para señalar que hay más de 600.000 venezolanos en éxodo viviendo en el país, y entre estos se cuentan 25.000 niños que llegaron con sus padres.

Juanito Lozano, destacado alfil intelectual del CD, en la sombra, arguye que el problema de Venezuela, es de gobierno, porque éste condujo a la ruina de un país rico en petróleo. El abogado Hernando Herrera ofrece el colofón al relacionar a Petro con el MaduroChavismo.

Enseguida, Darío Arismendi siembra la "estocada" en el corazón del temor de los electores encuestados. Colombia dice él, está contra el cambio del modelo económico. Añade este dizque formador de opinión, que hay "rechazo al populismo económico".

Pero, volviendo a la encuesta, Caballero destaca que hay un contraste con el 64% de los esperanzados y optimistas, que quieren que su situación económica mejore.

Decidiendo por quién votar

La segunda parte de la encuesta de Cifras y Conceptos tiene que ver con el asunto principal de las preferencias por partidos y candidatos en la liza electoral de marzo y mayo.

Al respecto, el Centro Democrático con el 16 %, es el partido que tiene más afinidad con los que responden, mientras los partidos que apoyan a Fajardo no superan el 7%, en tanto que los progresistas solo tienen el 2%.

En particular, el nuevo partido de la Farc marca 0% de afinidad con el candidato Rodrigo Londoño, Timochenko. Pero, lo más notable es que el 46% de los preguntados no tiene afinidad con ningún partido.

Estos últimos son los independientes. Juanito Lozano lanza sus cábalas. Y dice que Petro ha colonizado a los independientes, a los que no tienen partido.

Enseguida, Darío llama la atención sobre el 0 obtenido por la Farc; y cita a Carlos Antonio Lozada, vocero de este partido quien había dicho, Colombia no nos quiere, retiremos la lista, ya tenemos 10 congresistas.

Siguiendo con la encuesta, los votantes para Congreso alcanzan ya un 64 por ciento. Para la elección de presidente suman un 52%. Hay gente, recuerdan, que fluctúa el última día.

Así que de ese 48% restante, entre 8 y 12 % votarán el último día. Por lo que hechas las cuentas hay todavía un 32% de indecisos de cara a las presidenciales, y un 24 % aún por decidirse para escoger congresistas.

En materia de las consultas en la de izquierda, participará un 24%, mientras que la de derecha ya tiene un 32% decidida. Hay un 42 % de los posibles votantes que afirma que no la votará. Si tradujéramos los porcentajes en números, habría un potencial de 11.484 votantes dispuestos a expresarse en la consulta, y según lo registrado por la encuesta. Para la izquierda se contabilizarían 4.552.000, mientras que por la derecha, la suma alcanzaría a 6.532.000, esto es, habría entre una y otra una diferencia de 1.980.000, antes de producirse la primera vuelta.

Conviene recordar que este cálculo está basado en la encuesta que consulta a la población urbana, que preguntó a 2960 personas sobre un estimado de 19,8 millones de votantes activos.

¿Cuál ganará?

Por dentro del bloque de la reacción, ¿quién ganará en la alianza, Martha Lucía o Duque/Uribe? Martha, 25%, Iván, 63%, Ordoñez, 8 %. Así que se invirtió la tendencia que antes favorecía a Marta Lucía. La reacción cerró filas por la dupla DU, y el jefe de debate, Luis Alfredo Ramos, es su indicador más notable.

Aunque sigue aún, por fuera de aro, el "quemado" Oscar Iván Zuluaga, quien muy juicioso hace tiempo y calcula para adherirse a un candidato después de los idus de marzo, para unirse al bloque reaccionario en mejores condiciones.

Entre tanto, la otra consulta, la intención de voto no muestra ningún misterio pendiente de solución. Por Petro votará el 89%, mientras que Caicedo, ele exalcade de Santa Marta apenas obtiene el 3%, en la consulta de la izquierda.

Volviendo a la conversión, Petro tendría asegurada una votación ligeramente superior a los 4 millones para la consulta del 11 de marzo. Con este indicador ingresaría a la competición por la presidencia de Colombia, conun repunte jamás imaginado por ninguno de los diagnósticos y análisis previos a las elecciones de 2018.

¿Quién obtendrá más votos de las dos alianzas?

Entonces vuelven los comentarios de los periodistas radiales. Gustavo Gómez, otra estrella de Caracol, reemplazo de Hernán Peláez en La Luciérnaga, que ridiculiza a Petro, Timochenko y Piedad Córdoba cada que puede, insiste de nuevo en los temores y sorpresas combinadas.

Uno, la sopresa mayúscula, que gane Marta Lucía, la candidata de Pastrana, lo cual es contraevidente, a no ser que la corriente ultraconservadora de Oscar Iván Zuluaga irrumpiera subrepticiamente en las urnas.

El otro es el temor manifiesto, recurrente que sea Petro quien le gane al favorito de la reacción, Iván Duque. Conforme a los porcentajes contabilizados está claro que Petro va adelante, obtiene una cuenta favorable de 4.009.500, mientras que Iván Duque contabiliza 3.913.900.

En todo caso, Juanito Lozano dice que el Uribismo se solidifica frente a los ataques más recientes a Álvaro, por lo decidido contra él en la Corte Suprema Justicia, después que absolvió a Iván Cepeda, candidato al senado por el PDA, y adversario político de quien es cabeza de la reacción burgués-terrateniente de Colombia.

Hernando Herrera, quien hace de "jurista" en la mesa de Caracol, ahora, convertido en analista político, remata este segmento del programa sobre la última encuesta de Cifras & Conceptos con la siguiente frase lapidaria: Colombia se solidariza con las víctimas, y esta vez, según él, la víctima es el expresidente Uribe Vélez.

Por fuera de la radio, como Coro, preguntan los oyentes al otro lado de una línea clausurada a la opinión “libre” de los oyentes:
¿Dónde quedan las madres de Suacha y sus hijos asesinados en tiempos de la "seguridad democrática"?, ¿quiénes son las víctimas?

¿Cómo van los candidatos a presidente?

En esta coyuntura estratégica, como comenté al comienzo del escrito, sobredeterminada, por la Elección del siglo, es significativo que el bloque de universidades privadas nos ha superado con creces en esta tarea de urgente pedagogía ciudadana, que multiplique con conciencia la importancia de lo que decide Colombia en el año 2018.

Volvamos a las cifras. Luego de tabular 2960 encuestas, realizadas de manera presencial, con un diseño estadístico de muestreo probabilístico, multietápico y estratificado, con selección aleatoria de la unidad de observación. En su ficha técnica se aclara que tuvo una población muestra distribuida así:

Un 48%, mujeres, y 52% hombres, con los siguientes rangos de edades: 20% de 18-25 años, 23%, 26-35, 18% 326-45, y 16%, 46-55, 12%, 56-65, y 11% de más de 65 años. Una población, cuyo hacer cotidiano es como sigue: 59% trabaja, 17% oficios de hogar, 6% sin trabajo, 6% estudia, 5% otra actividad, 5% estudia y trabaja, 2% incapacitado para trabajar,.

Estos son los resultados obtenidos:

Gustavo Petro e Iván Duque, 22 %, Sergio Fajardo 11%,
Germán Vargas 8%, Marta Lucía Ramírez 6%, Humberto De la Calle 6%, Alejandro Ordóñez 3%, Viviane Morales 2%.

Por último se encuentran con el 1%, de coleros, Piedad Córdoba, Juan Carlos Pinzón, Rodrigo Londoño, quien sufrió un preinfarto, y Carlos Caicedo.

Conviene recordar, que el cálculo se hizo cubriendo una población de votantes que alcanza 19,8 millones, en la que no cuentan 890.000, que no han ido hasta ahora a reclamar sus cédulas, según lo informa la Registraduría.

Un análisis prospectivo

A la vista de esta medición, podemos hacer la siguiente aproximación a algo más de una semana de las elecciones de Congreso. Tomando en consideración el concepto/noción de izquierda/derecha, previo al hecho que se decidan las diferentes candidaturas para apoyar a los más opcionados en cada campos.

Para hablar de derecha/izquierda, me apoyo en lo dicho por el candidato más caracterizado de la derecha, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, quien ocupa el cuarto lugar en la encuesta. Porque él, por separado, ha calificado a su principal adversario, Gustavo Petro, como representante de la izquierda radical.

Igualmente, me apoyo en los calificativos de la politóloga María Fernanda Cabal, quien engloba a los candidatos y líderes de la izquierda con la expresión "mamerto", vocablo que atribuye equivocadamente a un chascarrillo de Darío Echandía, a quien de manera equivocada calificó también de expresidente. En verdad, la expresión es de Jorge Child, un notable economista con perfiles de izquierda, y quien logró ser concejal de Bogotá, al final de su vida.

Para distinguir derecha e izquierda, utilizo la posición que tienen los candidatos y partidos sobre la paz. Dicho lo cual, los divido en dos bloques, el bloque de la guerra y el de la paz.

En efecto, hablo también al lado de cada uno de ellos, de manera provisional, del centro, proclive a la paz, y la reacción como dispuesta a hacer trizas los acuerdos de paz con las Farc-ep, cuyo cumplimiento, cumplido el primer año de vigencia, no superó el 8 % de lo pactado.

Los porcentajes favorables a los candidatos de la guerra, que provienen en lo ideológico de la reacción y la derecha. Sumados arrojan esta cifra:

Duque: 22 + Ramírez 6 + Ordóñez 3 + Vivian Morales 2 + Juan C. Pinzón 1 = 34%

Los porcentajes de los candidatos que se reclaman del bloque de la paz, quienes defienden los acuerdos:

Petro: 22 + Fajardo 11 + De la Calle 6 + Piedad 1 + Caicedo 1 + Rodrigo Londoño/Timo 1 = 42%

Hay un candidato de la derecha, relativamente descentrado, Germán Vargas Lleras, que representa una tercería, en la medida que favoreció la paz neoliberal con Santos, y guardó silencio hasta la fecha: 8 %.

Es probable que vistos los resultado del 11 de marzo, Germán Vargas Lleras, el candidato del presidente Santos, por lo pactado en su disputa contra el Centro Democrático en la pasada elección presidencial se sume al bloque de la reacción. De ser así, la suma quedaría en: 34 + 8, 42 %.

Con estos resultados, el cuadro rebelaría un empate previo a la primera vuelta presidencial, que es, de hecho revelador:

Bloque posible en favor de la paz: izquierda y centro: 42%
Bloque posible de la guerra: reacción y derecha: 42 %.

Hecha las sumas, estarían empatados ambos bandos, con una diferencia por resolverse de un 16% proveniente de los independientes. En los indecisos está la decisión del juego electoral más importante de este siglo de posconflicto.

La población joven es relevante, porque a la fecha le corresponde el 20% del total de los potenciales votantes, que según la encuesta alcanza a los 19.800.000. Hecha la operación, el voto joven dispuesto a votar alcanza a 3.960.000.

La probable elección a Congreso

De otra parte, la medición de Caballero y Publimétrica, y casi ningún encuestador no mide el comportamiento del votante rural, que en la mayoría de los casos es controlado por la derecha y la reacción, pero, esta vez, tiene a la Farc como interlocutor válido, con candidato presidencial y 10 congresistas fijos.

Por lo que campesinos, segmentos de la pequeña burguesía semi-rural, y minorías étnicas siguen siendo, igualmente una incógnita. Pero, esta población rural y semirrural, la ubico dentro del 16% que será decisorio en la solución electoral del asunto del rumbo de la paz, o la vuelta a la guerra.

Para cerrar este apartado, refiramos un poco, los porcentajes para Congreso, donde está el voto de los partidos y maquinarias, donde patronos y clientes son definitivos, más la mermelada legal e ilegal:
CD: 17 %, PL: 12 %, CR: 10 %, L Decencia: 1%, Farc: 0 %. Indecisos: 34 %


Del conjunto de los aspirantes a congreso, 434 han hecho política; 23, afectados por la parapolítica y otras corrupciones; 69 quieren repetir; 143 que no ganaron vuelven a presentarse.

En lo comentado en la mesa radial, se señala que la lista de la Decencia, a lo sumo obtendría 3 senadores. El partido de la U, del presidente está en caída libre, mientras, a su turno, Cambio Radical sube.

Se establece también que hechos estos cálculos hay 12 curules de senado que quedan libres, y puesto que el sistema electoral no es proporcional, los que se llevarán la parte del león son los partidos mayores, esto es: CD, PL y CR.

El cruce de cifras

Así las cosas, la favorabilidad medida en las encuesta tiene que cruzarse con la política tradicional, expresada en los partidos existentes.

De ser esto cierto, en materia de pronósticos para el análisis, el primer lugar lo tiene el CD e Iván Duque, aunque no son lo mismo, de ganar el candidato de Uribe, este tendría 22% por encuesta con 17% de voto al congreso, esto es 39%. Entonces será el primero en superar la barrera de la primera vuelta.

En el campo opuesto estaría Petro en la segunda vuelta, sumaría 22 % + 1%= 23 %. En tercer lugar quedan, por lo pronto, German Vargas Lleras: 8% + 10%= 18%. En cuarto lugar, quedaría Sergio Fajardo: 12% + 5%.

Estas tercerías tendrán que alinderarse después del 11 de marzo, y entonces, tendremos a la vista, qué tan consistentes son unos y otros con el asunto de la paz, y los costos de la misma, que a todas luces, no tienen que ver únicamente con la impunidad/corrupción, sino de modo particular con la desigualdad social sostenida y aumentada desde el tiempo del frente de las clases dominantes, conocido como Frente Nacional.

El dilema de un pseudo Shakespeare.

El presidente Santos, que lo ha sido dos veces, ya obtuvo casi todo lo que se propuso, reelegirse, firma la paz con la insurgencia subalterna de las Farc-Ep, hoy Farc, lo logró, y obtener a cambio el nobel, el segundo obtenido por un colombiano.

Pero él no ha podido firmar la paz con el Eln, quien, por esta fecha, se comprometió a hacer un cese al fuego para el periodo de la próxima elección. Enfrenta al proyecto insurgente subalterno que contó en su filas con Camilo Torres, célebre por sentenciar en la década del Frente Nacional, que el que escruta elige. Y puede convertirse, según la reacción de Uribe/Ramírez y Ordóñez, en el Kerensky colombiano.

Por haber traicionado a su mentor, y hacer la paz con las Farc-Ep, quien dio pasó al reformismo social, tantas veces aplazado, desde la recortada ley de tierras de Alfonso López Pumarejo y su tragicómica revolución en marcha. Es el mamerto según la clasificación de la politóloga Cabal, beligerante vocera de la reacción, en la ventriloquía del jefe máximo del Centro Democrático.

El país juntó con Santos, paz y literatura, las dos materias en las que más destaca la población colombiana subalterna, a lo que las siguen los deportes. Sin embargo, el bloque dominante, vive un nuevo reto, por la primera vez. Después del fin de la gran Violencia bipartidista, que selló el Plebiscito de 1957, que se tradujo en la fórmula del cogobierno oligárquico, extendida hasta la Constitución de 1991, vive un nuevo reto.

El reto lo protagoniza en materia de representación política, una candidatura de clase media, en la persona de un pequeño burgués que se forjó entre Anapo y M19, en su mocedad; cuyo discurso, práctica congresional y gobierno como alcalde de Bogotá se identifica con los de abajo, con los estratos 0, 1, 2, parte del 3, y un amplio segmento de las juventudes.

La elección del siglo XXI

Es la Colombia que Gustavo Petro llama también en sus intervenciones a votar. Irrumpen de nuevo, las multitudes irredentas, afectadas por la más severa desigualdad social de América Latina. Colombia ocupa el 2o. lugar, después de Haití, y uno de los primeros lugares en el mundo.

Serán ellas, esta vez, las que le den contenido a la que llamo hace un tiempo, la elección del siglo XXI, por lo que implica en presente, y en su proyección futura. En esto coincide el editorialista de la reacción más avezado y socarrón que conoce Colombia.

Plinio es uno que simpatizó con el Eln y fue amigo de Gabo, en sus años mozos. Plinio Apuleyo es el hijo de quien fuera escudero de Jorge E. Gaitán, el abogado Plinio Mendoza Neira, el día que fue asesinado cuando aquel salía de su oficina a la carrera 7a., en Bogotá, el 9 de abril de 1948.

Es decir, estamos contabilizando casi setenta años después del magnicidio del más renombrado caudillo popular de las masas subalternas de Colombia, que a raíz de su muerte ensayaron los primeros brotes de autonomía, juntando a grupos y clases subalternas en una acción contra oligárquica.

Plinio, nombre que revela las travesuras intelectuales de su progrenitor, dice en su editorial de El Tiempo, 2/04/18, "Todo es posible en unas elecciones como jamás se habían visto en el país. Colombia se juega en ellas su destino".

Añado yo, y aclaro, sí, la Colombia subalterna, la otra, la de los muchos, y con ella, la Otra universidad, y la aplazada reforma intelectual y moral, que nos impide ser modernos de un modo diferente, plural, sin exclusiones.

Seremos capaces de entenderlo, y resolver el falso dilema de nuestro pseudo Shakespeare, el tahúr político que ha cosechado tantos premios personales, en la disputa por la hegemonía en la sociedad civil del siglo XXI.

En la liza está la solución a la crisis de hegemonía que abrió en 1948, una crisis orgánica de larga duración, con la eliminación de una candidatura popular bipartidista, y todavía no cicatriza aquella ruptura histórica, social y política, que parece, en todo caso, acercarse a su desenlace.



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