AVANCE DEMOCRATIZADOR DEL
NEOPROGRESISMO VS “QUIEBRE” INSTITUCIONAL DE LA DERECHA EN COLOMBIA.
Miguel Ángel Herrera Zgaib, PhD.
“En las últimas semanas ha habido
tres informes o anuncios importantes en materia económica. El primero fue el de
la evaluación anual del FMI sobre la economía del país. El segundo fue el
anuncio del Dane que la economía del país apenas había crecido el 0,6 en 2023.
El tercero fue la afirmación del presidente Petro de que las finanzas públicas
están a punto del colapso.” José A. Ocampo, La economía del país frente al
informe del FMI, 25/02/2024, 1.17.
“El debate estado vs mercado es
un pseudoproblema porque una economía de mercado sólida, fuerte y eficiente
requiere un Estado fuerte.” Carlos Waisman, La Nación (Argentina). En: El
Tiempo, 18/02/24, p. 2.3.
“El tren de la Drummond lleva el
veneno no solo a Europa, sino a toda la humanidad.” Gustavo Petro, Apoyo del
borrador de la nueva ley minera.
En agosto nos vemos
El gobierno neoprogresista de Gustavo Petro cumplirá dos años el 7 de
agosto próximo. Pero desde 2023 afronta el urgente y azaroso tren de las
reformas sociales para cumplir el programa publicitado en calles y plazas.
Ellas fijarán, de realizarse, el efectivo talante de “soy porque somos” de
Francia Márquez como símbolo principal, notorio, del cambio social para un país
racista, misógino y excluyente a lo largo de su historia republicana, que solo
ha vivido brevísimos paréntesis liberalizantes y progres.
Está pendiente, igualmente, la cuota inicial de un giro lejos de la matriz
extractivista en lo económico comprimida en la fórmula: Colombia, potencia de la vida. Que se fundamenta en tres pilares:
la actividad sostenida del presidente en el escenario internacional, donde es
reconocida su vocería; en el papel de dos ministras, Susana Mohamad en medio
ambiente, y Jhenifer Mójica en la cartera de agricultura y desarrollo, y, de
modo específico, Andrés Camacho, ministro de minas y energía, quien insiste en
“desarrollar en conjunto la territorialidad, mejorar la producción y el aprovechamiento de los recursos, y transformar
la minería para la vida y la paz.”[1]
En síntesis, el programa expuesto por el binomio del primer gobierno de
oposición reclama un reencuentro entre la población y la naturaleza, a la vez
que exige para que sea viable una nueva productividad que impulse, con el
mínimo de pérdida, el uso de energías limpias conforme con las posibilidades
existentes. Esto supone, no parar en seco la producción de petróleo, la
extracción de gas, carbón y otros minerales que son fundamento de las finanzas
del estado para que viabilicen los cambios sociales y ambientales que se
quieren.
Estos parámetros generales son el fundamento, para que Colombia recupere la
marcha en transición democrática interrumpida, primero, desde el asesinato de
varios líderes reformistas que empieza con el nombre de Jorge Eliécer Gaitán en
los años cuarenta del siglo XX, y se continúa con la eliminación de Jaime Pardo
Leal, Bernardo Jaramillo Ossa, Carlos Pizarro LeónGómez, y del liberal Luis
Carlos Galán. Con tales magnicidios, la revolución democrática, propia de las
transformaciones burguesas que consiguieron plasmar la igualdad social, tomó en
Colombia los rumbos de la subversión y la lucha armada, la que fue
radicalizando su pensamiento y su ideología, desde el tiempo de las guerrillas
liberales “pacificadas” hasta bifurcarse en las varias insurgencias subalternas
que alcanzan hasta el siglo XXI, con quienes el gobierno del cambio busca
pactar la paz.
Inestabilidad Institucional,
¿oficio de quiénes?
“La OEA exige que se abandonen los intentos
por parte de diferentes actores políticos de dañar el proceso democrático en
Colombia y considera imprescindible garantizar que el presidente Gustavo Petro,
quien fue debidamente elegido el 19 de junio de 2022, complete su mandato
presidencial”. Comunicado de Secretaría de la OEA.
Pero, como le dije a Almagro,
nadie en el país que tenga buen juicio está pensando en golpes blandos…donde la
OEA puede ayudar, es que la justicia funcione con independencia, que las instituciones
hagan su trabajo con independencia y objetividad dentro de los términos del
sistema.” Entrevista de Sergio Gómez Maseri con Bruce Mac Master, presidente de
la Andi, en Washington. ET, 18/02/2024, p. 1.8.
“No salgo del asombro (el
comunicado de OEA) … menoscaban la autonomía de la Corte Suprema de Justicia de
Colombia y la separación de poderes.” Expresidente César Gaviria, ET,
18/02/2024, p. 1.8.
¿Por qué el presidente no estuvo
contento con nosotros? No entiendo…Yo le decía al presidente, estos cambios son
absolutamente revolucionarios…Por qué el presidente no ha entendido que lo que
propuso el plan nacional de desarrollo es absolutamente transformador.” Jorge
I. González, ex director del PND.
Después
que el binomio opositor, progresista y de izquierda logró derrotar en Colombia
al candidato de la reacción y derecha, Rodolfo Hernández, un “bocón” con
perfiles neopopulistas, muy parecidos en lo mediático a Javier Milei, presidente
en Argentina. Es requisito fundamental para la fuerza y la alianza del cambio
democrático en Colombia, que gane presencia el protagonismo multitudinario de
los grupos y clases subalternas, que anunciaba en campaña, y demandó el presidente
Petro con premura, desde la tribuna del palacio de Nariño, en los actos de la
celebración en el histórico 1o. de mayo de 2023.
Ello es posible, porque antes ocurrió un cambio en el sentido común de estas
multitudes que empezó a gestarse en las grandes movilizaciones de 2010.[2]
Las multitudes subalternas ya no son más peones de brega, instrumentalizadas
por el bipartidismo que las circunscribía al papel subordinado de gobernados y
votantes dóciles.
La ecuación actual de la política tardo moderna progresista exige partidos
fuertes, con nuevas formas, tales como el partido movimiento, la exitosa Morena
conducida por Amlo en México, sin demagogos de ocasión, en cambio, sí con obras
sociales, grandes programas educativos y de infraestructura que hace notorios
tanto el tren Maya, como el nuevo aeropuerto de ciudad de México.
A contravía del cesarismo regresivo representado por los figurones que
“brillan” en la arena internacional, Donald Trump, Nazif Bukele, Jair
Bolsonaro, Viktor Orbán, y últimamente, el carnicero de la insurgencia
palestina, Benjamin Netanyahu. Todo estos que marcan el canto del cisne
neoliberal que agoniza produciendo una inestabilidad tal, porque enfrenta con
la guerra social a la democracia de lo común, y ensaya con fórmulas
neopopulistas el placebo de la “seguridad” contra el miedo de la miseria y la
hambruna cotidiana de millones, para fabricar un falso consenso y orquestar una
contención, una fragmentación y desvío reaccionario de las multitudes
subalternas.
De este modo, la coyuntura estratégica glocal hace parecer el interregno
2008 2023/2024 en el siglo XXI similar a lo acaecido entre 1929-1933 que puso
al frente del poder del estado, primero a Benito Mussolini en Italia, un ex socialista que aplastó los brotes revolucionarios de los
consejos obreros del bienio rojo, 1919-1920. Así maduró el fascismo ordinario
en la Europa de la primera posguerra, y culminó con el desastre civilizatorio
que trajo el ascenso del canciller Adolfo Hitler sobre las cenizas de la
república de Weimar, tras el incendio simbólico del Reichstag. Hasta darle
protagonismo único, excluyente al nazismo que impuso el holocausto y el
silencio insultante de los hornos crematorios, e intentó someter a la Unión
Soviética de Stalin, después que firmaran el pacto de no agresión del 23/24 de
agosto de 1939.
Ahora bien, en Colombia, hasta hace poco un bastión neoliberal al lado de
Perú y Chile, los gobernados que habían
estado sujetos a los dictados del bloque dominante bipartidista, primero, y
después con variantes de nombre, a los dictados del bloque dominante
recompuesto por una negociación parcial de paz que impuso de modo paradójico, la apertura
económica neoliberal, durante el ejercicio constituyente de 1991. Éste ha visto
que la reproducción de su control se interrumpió en Colombia con la elección de
los candidatos del Pacto Histórico, la llave política del triunfo subalterno
construida con la alianza Petro/Márquez a la que se sumó el estallido social.[3]
Entonces el establecimiento neoliberal, por fuera del gobierno confronta a
Petro en todos los escenarios, desde las trincheras de las instituciones de
control, Fiscalía y Procuraduría, principalmente, sobre todo, después que el
Frente Amplio, acordado al inicio del gobierno del cambio en Colombia se
disolvió, cuando la inteligentsia
neoliberal/liberal rechazó la cascada de las reformas sociales.[4]
Luego vino el triunfo del bloque de la oposición en las elecciones
regionales y locales, donde el Pacto Histórico fue derrotado en las principales
ciudades del país, Bogotá, Medellín Cali, y Barranquilla, y en la mayor parte
de las ciudades intermedias y la mayoría de los municipios. Las desorganizadas
fuerzas del Pacto Histórico y sus aliados, que conforman una abigarrada
pluralidad política no lograron quebrar los hilos del viejo orden amenazado.
Dando así pábulo a una probable derrota en la elección presidencial de 2026, que
prende todas las alarmas.
La “inestabilidad” coyuntural interna proviene, en lo fundamental, del
hecho que el ascenso al ejecutivo nacional de la coalición del Pacto Histórico
parece quebrar el repertorio de sucesivas revoluciones pasivas que implementó
hasta ahora el bloque en el poder practicante consuetudinario del
transformismo, la cooptación, cuando no de la eliminación física de los
liderazgos alternativos.[5]
El botón de muestra de esta crisis se concentró en el viaje de
representantes de las fuerzas en conflicto en Colombia a entrevistarse con el
secretario general de la OEA, Luis Almagro en Washington, quien recibió a todos
los mensajeros. Primero viajaron tres congresistas del Pacto Histórico, Karmen
Ramírez, Alejandro Toro y Alejandro Ocampo. Almagro comentó lo siguiente,
“Mantuve reunión de trabajo…sobre los principales temas de la actualidad
política, económica y social de su país, con énfasis en aquellos relevantes
para la estabilidad institucional del país.”[6]
Después vino el lobby de la derecha, la delegación de congresistas de la
oposición, María F. Cabal, José Uscátegui, Miguel Uribe, Paloma Valencia, Y
Hernán Cadavid, todos elegidos por el Centro Democrático. Se escuchó en
Washington la voz de la senadora Valencia, “Señores de la OEA en Colombia no
hay intentos de golpe. Investigar conductas delictivas del hijo del presidente
(Nicolás Petro) y algunos de sus colaboradores de campaña no es un golpe, son
los frenos y contrapesos propios de la democracia.”[7]
En todo caso, la respuesta de las fuerzas del gobierno fue prepararse para
la continuación del trámite de las reformas en la legislatura de 2024, dándole
paso a lo que no pocos llaman el reemplazo en los mandos directivos del
gobierno de técnicos por políticos, de confianza para la coalición del Pacto
Histórico. Para conjurar los ruidos producidos por la andanada librada contra
Álvaro Leyva, ministro de relaciones exteriores, que fue la cereza en el pastel
del connato de “golpe blando”. Entonces fue suspendido por la procuradora,
Margarita Cabello Blanco por tres meses, cuando aquel intentó parar la
contratación “consuetudinaria” de pasaportes con la firma transnacional Thomas,
Gregg & Sons, franquicia de los hermanos Bautista.[8]
Del Frente Amplio a la Primera Línea
“Los colombianos esperan en estos
momentos claridad en lo que representamos y convicción en lo que defendemos.”
Carta de Efraín Cepeda, presidente del partido conservador. En ET, 23/02/2024,
p. 1.4.
“Los periodistas hemos sido una
de sus presas favoritas. Ha insultado a Caracol, al que acusa de ensañamiento
esquizofrénico contra Petro…a El Tiempo, a la FM, a Blu Radio, a la W, “que no
son ajenos a la falta de ética y a la completa impudicia.” María Isabel Rueda,
contra Gregorio Oviedo, en: ET 25/02/2024, p. 1.17.
“Tecnocracia es supuestos
técnicos en el poder. Democracia es el pueblo en el poder. En la primera, el
pueblo les sirve a los supuestos técnicos, en el segundo los técnicos sirven al
pueblo.” El presidente dice adiós a los técnicos…, en ET, 03/3/2024, p. 1.6.
“La crisis del sistema de salud
no tiene que ver con que existan actores privados, sino con el hecho de que las
cuentas no dan. Y esta conclusión se
resume en que el gasto es mucho mayor que el ingreso.” Ricardo Ávila, Más cerca
del abismo, en ET, 25/02/2024, p. 1.26.
En las
últimas semanas, la alharaca mediática ha ido in crescendo y las voces de crítica, así como la censura a los
cambios producidos por el presidente Petro en el comando de las agencias de la
rama ejecutiva del poder ejecutivo; a lo que suma el trabajo de zapa y
conquista de los votos de los congresistas de la oposición e independientes
para que avancen las reformas sociales, a cargo de la bancada del Pacto
Histórico.
El hecho más notorio en cuanto a
reconfiguración de mayorías en el Congreso, la operación de la última semana
del gobierno, causó ampolla el nombramiento de ministra del deporte a la
conservadora Luz Cristina López Crespo, licenciada en educación física,
presentada por una cuerda de representantes encabezada por Alfredo Ape Cuello.
A la maniobra “desistitucionalizante” del Pacto Histórico respondió Efraín
Cepeda que ipso facto renunció a la
presidencia de su partido. El partido
concernido no la aceptó, reiteró la independencia política, pero la nueva
ministra permanece en el cargo.
Igualmente hubo toda la acción
internacional, de parte de la bancada de oposición para neutralizar la denuncia
de un golpe de estado que hizo el propio presidente de Colombia. Este “destape”
le dio un protagonismo notorio al connato de lawfare del Fiscal general,
Francisco Barbosa, en abierta contienda con el presidente, cuando adelantó bajo
el comando de su subalterna, Marta Mancera, el proceso contra el hijo del
presidente, Nicolás Petro, quien fue llamado a juicio.
La vicefiscal Mancera, quedó como
titular desde el 12 de febrero, puesto que después de varios meses, la Corte
Suprema no elige fiscal del trío de mujeres propuesto por el presidente.[9]
A lo cual hubo, según el magistrado Chaverra, quien preside la CSJ, un intento
de bloqueo de manifestantes que agolpados a las puertas del parqueadero del
Palacio de Justicia, amenazaban con ingresar para presionar que ese día se
eligiera, por fin, a la nueva Fiscal. El plantón terminó con la intervención de
la Policía ordenada por el presidente Petro: “le ordeno a la Policía Nacional
actuar sobre las personas que impiden la libre movilidad de magistrados y
presentar un informe público de quienes se trata.”
Después del incidente con ribetes de asedio
durante la última sesión fallida de la Corte, luego de seguidillas de votos en
blanco en sesiones anteriores, repuntó la candidata Amelia Pérez Parra, cuando
obtuvo 16 votos, y le faltaron 3 a la ternada para ser elegida. Enseguida el
país político abrió fuego a través de los medios mainstream. Estos exhibieron trinos del esposo de la aspirante,
Gregorio Oviedo, un ex director de CTI en Antioquia, quien años atrás tuvo que
exiliarse con su familia en Canadá.
María Isabel Rueda, graduada de
periodista de derecha, en El Tiempo tituló su diatriba Candidata inelegible, para descalificar la posible elección de
Amelia Pérez. En su columna del 25 de febrero, echó mano de la alerta de sus colegas D´Arcy
Quinn y Ani Abello, quienes el 23 de febrero informaron de “la vorágine de
mensajes de Twitter y X que el marido de doña Amelia, Gregorio Oviedo,
“petrista de primera línea”…viene escribiendo en contra absolutamente de todo
el mundo”.[10]
Semanas después vino la
renovación de la cúpula de la sociedad política, en el vértice del poder
ejecutivo. Fueron nombrados, el excongresista valluno Alexánder López, director
del Departamento de Planeación Nacional, quien reemplazó al economista Jorge
Iván González; Gustavo Bolívar, excongresista que aspiró a la alcaldía de
Bogotá, nombrado director del Departamento de la Prosperidad Social, en lugar
de Laura Sarabia; el exconcejal Carlos Carrillo, ahora director de la Unidad
Nacional para la Gestión del Riesgo, y la abogada Cielo Rusinque,
superintendente de Industria y Comercio.
Esta decisión fue contestada por
la exministra de agricultura, Cecilia López: “La vapuleada que este gobierno le
ha pegado a la tecnocracia es una vergüenza, hoy predomina el activismo…pero mi
pregunta es si el activismo sabe ejecutar. ¡Eso es lo que predomina! A su voz
se unió, en la reunión de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas. La del
renunciado Jorge I. González: “Es muy duro lo que ha pasado. El tono del
Consejo de ministros cambió de manera sustantiva. Es increíble ver cómo se pasa
de un consejo de ministros, de gobernantes, a uno que cada vez es más de
activistas. Y eso es brutal.”
No pocos dejan de mencionar, que
Bolívar en Bogotá, y López en Cali, entre ellos el periodista Armando Neira,
editor político de El Tiempo, que ellos “fueron protagonistas del estallido
social de 2021, que los analistas consideran impulsó con éxito la campaña de
Petro para que se convirtiera en el primer líder de la izquierda en llegar a la
Casa de Nariño.”[11]
Carlos Carrillo, quien estuvo en
desacuerdo en el modo como se organizaron las listas para las pasadas
elecciones regionales, en particular, en Bogotá, por los barones de la
coalición del Pacto Histórico, reemplaza a Olmedo López, una cuota política de
quienes apoyaron al candidato Petro en la Costa caribe. Este político cayó en
desgracia por los inexplicables sobrecostos en la compra de 47 carro tanques
para auxiliar el deprimido departamento de la Guajira, azotado por la sequía,
urgido de agua potable, antes y más ahora, en la primera de las regiones desde
donde el presidente en funciones despachó por una semana.
Cielo Rusinque es una abogada
aguerrida, que ha asistido al presidente en diferentes contiendas jurídicas. Es
una militante de “hueso colorado” en el Pacto Histórico, desde sus tiempos de estudiante
de posgrado en París, donde cuestionó al entonces presidente Iván Duque en la
conversación con académicos en Francia.
Con este núcleo duro de
activistas políticos se busca conjurar la crisis democratizadora, sacar al
Pacto Histórico y su coalición de los dilemas de la inejecución presupuestal, y
de la parálisis inducida por los tecnócratas reacios a correr riesgos en la
aplicación de las políticas públicas demandadas desde la presidencia, cuando
pronto se cumplirá los dos primeros años del gobierno del cambio.
Bloque histórico y revolución democrática interrumpida
El nuevo bloque histórico en formación tiene que mostrar obras tangibles
que beneficien a las mayorías que hicieron posible el triunfo del Pacto
Histórico. Aunque, conviene recordarlo, no con un número suficiente de votos
para garantizar el apoyo del poder legislativo en las elecciones del Congreso.[12]
Esto, por ejemplo, sí ocurrió en el caso de Morena luego de los varios intentos
de Amlo por ser presidente. Él triunfo en ambas ramas del poder público en un
régimen presidencialista como el de México, bloqueado por un bipartidismo
heredero de la interrumpida revolución mexicana de 1910.
Otros comparan también el triunfo
de Petro con el de Gabriel Boric en Chile, quien era sabedor que no obtendría
la mayoría en el Congreso; por eso, desde el comienzo, él apostó al impulso de
una asamblea constitucional, que no constituyente. Ésta no prosperó, siendo
derrotada por el bloque de la reacción/derecha, con la abstención de los
sectores de la izquierda más radical, entre otras, no convencida de modo
suficiente del peso relativo otorgado a las minorías, no solamente étnicas.
Fernando Savater, que cada vez
vira más a la derecha del espectro intelectual, acaba de escribir un libro, Carne gobernada. Trata de explicar lo
que ha pasado con Podemos y ahora con Sumar en España, y en otras latitudes.[13]
Neira lo cita así: “Si uno proclama que quiere acabar con la miseria y la
desigualdad, conseguir una educación universal y una sanidad que proteja por
igual a todos los ciudadanos…solo cabe aplaudir estos objetivos generosos,”[14]pero,
claro está cómo lograrlo.
Para el caso colombiano se trata
de un proceso interrumpido de revolución democrática, aquella que llevó a
término, hace algo más de 100 años, el partido bolchevique y el genial
conductor de la izquierda Vladimir I. Lenin.[15]
Con él se pusieron a prueba las “bondades” en teoría y práctica de la
hegemonía, una palabra que cada día gana más centralidad en el debate político
de izquierda y derecha, cuando menos desde la celebrada obra de Laclau y
Mouffe, Hegemonía y Estrategia Socialista
publicada en inglés en 1985.
Esta a prueba casi toda la
primera línea del Pacto Histórico. Pero tiene un acceso a recursos billonarios.
Gustavo Bolívar tiene desde el martes de esta semana el manejo de 10,6 billones
de pesos. La prioridad la tienen las inversiones en las regiones
descentralizadas del pulpo de las grandes ciudades con Bogotá a la cabeza. Aquí
se probarán los esfuerzos conjuntos de DNP, DPS y UNGRD, en relación con la
mayoría de alcaldes y gobernadores que no los eligió la coalición neo
progresista gobernante.
En el curso de las siguientes
semanas se producirán los giros acordados para una población en tercera edad,
superior a las 500.000 personas que recibirá los primeros giros, distribuidos
por el Departamento de la Prosperidad Social. A lo anterior se une la orden
impartida por el presidente de avanzar en parte de la reforma a la salud,
implementado algunos aspectos de ésta, en particular la promoción y prevención
de la salud con base en la afiliación a la Nueva EPS, que tiene el mayor número
de personas, 10 millones, está bajo control gubernamental y a ésta suma cinco
Eps intervenidas.
Gustavo Petro y Francia Márquez aprendieron la
lección al jugar el primer año con unos aliados “conspiretas”, en la medida en
que estaban en desacuerdo abierto o encubierto hasta que no pudieron seguir
ocultando sus desacuerdos, y ya fue imposible que permanecieran en la dirección
de este nuevo gobierno. Ahora obrar así, a pesar de la escandola, no se
distingue en mucho de la forma corriente de gobernabilidad, esto es, colocar al
frente de las entidades más importantes y con mayores recursos disponibles a
políticos conformes, partícipes de las directrices principales de quien
gobierna.[16]
Petro no es, por supuesto Lenin,[17]
aunque ambos tengan con más de un siglo de diferencia, tienen similitudes al
templar el acero de la reforma democrática en un país periférico y dependiente,
de crecimiento medio, sin reforma agraria, con altísimos niveles de pobreza y
miseria y analfabetismo, y deficiencias y desatención en materia de salud
La punta del iceberg de las reformas
“La crisis del sistema de salud
no tiene que ver con que existan actores privados, sino con el hecho de que las
cuentas no dan. Y esta conclusión se
resume en que el gasto es mucho mayor que el ingreso.” Ricardo Ávila, Más cerca
del abismo, en ET, 25/02/2024, p. 1.26.
“Somos completamente respetuosos
de las competencias del Gobierno y del Congreso para diseñar la arquitectura
para la paz, pero tienen que tener en cuenta los marcos legales y
constitucionales que establecen que la amnistía tiene un límite, no se pueden
amnistiar crímenes internacionales…Estos preceptos dan origne a los tribunales de justicia transicional…”
Roberto Vidal, presidente de la JEP, ET, 3/03/2024, p. 1.4.
El gobierno está en la faena de avanzar al tercer debate de la reforma a
la salud, que es la reina de la corona en materia de igualdad social, puesto
que de prosperar redundará en garantizar la vida a la población, sin lo cual
todo lo demás es inútil, y con más veras cuando es central el lema Colombia potencia de la vida.
Para avanzar en ella, después de
la contabilización de los impedimentos, la jefe de ponentes exige que el
ministerio de Hacienda les informe antes cuánto costará la implementación de la
reforma de la salud. El ministro Jaramillo recuerda que el primer cálculo fue
que costaría $900.000 millones.
Igualmente, se posesionó el nuevo
Supersalud, Luis Carlos Leal, un cirujano general, expresidente de la
Asociación Nacional de Internos y Residentes, promotor de Ley 1917 de 2018. Fue
concejal de Bogotá por la Alianza Verde. Lo mismo hizo, otro galeno, Francisco
Rossi, nombrado al frente de Invima. Él es epidemiólogo y ha lidiado con problemas
de salud pública internacional, centrado en política farmacéutica y propiedad
intelectual. Tendrá que combatir de inmediato la corrupción al interior del
Invima, según indicaciones del propio presidente.
Del lado de los más poderosos
contradictores está el economista uniandino, Alejandro Gaviria, quien vuelve a
señalar: “En las condiciones actuales, va a ser muy difícil o imposible
invertir en equipos territoriales, por ejemplo, sin desfinanciar tratamientos y
medicamentos.”[18]
De otra parte, Acemi afirma: “las
estrategias que se pretenden implementar en la reforma a la salud pueden
hacerse vía reglamentaria de la normatividad existente…lo que se refiere al
fortalecimiento de la atención primaria y los temas de promoción y prevención
de la salud se pueden hacer bajo el marco jurídico actual.”[19]
De tener razón las voces
disonantes, lo que se concluye es que la reforma a la salud no se necesita, y
que, en consecuencia, deberá hundirse. Estrategia en la que han fracasado la
oposición al gobierno y sus aliados hasta ahora. Pero es sabido que cobraron
como presa a la exministra Carolina Corcho, pero cuyos discípulos y colegas
pasan al frente en la disputa de la hegemonía social situados en el contexto de
la sociedad civil. Aquí se escenifica el desenlace de la crisis de hegemonía
del antiguo régimen parapresidencial, y sus líderes libran la más enconada
batalla en esta guerra de trincheras, para proteger los jugosos dividendos que
ha obtenido el capital financiero desde que se aprobó la Ley 100, y se le dio
muerte artificial al ISS.
Desde las trincheras de la
sociedad política, la procuradora Cabello, escribió una editorial: La salud, en la encrucijada. Alertó
sobre una crisis sin precedentes, en un activismo político que llama a acciones
preventivas. Como editorialista toma
posición en El Tiempo, para decir que “la crisis financiera provocada por
políticas gubernamentales…incidirían severamente en la operatividad del
sistema.”[20]
Ella señala también que la
financiación del sistema, la UPC , se mermó
por no ajustarse la inflación, la devaluación, la inclusión de nuevas
tecnologías, amén de otros aspectos. Para luego puntualizar en el
desabastecimiento de medicamentos, cuando entra en funciones el gobierno Petro desde
el segundo semestre de 2022. Más aún, la procuradora remata con la
descalificación de la reestructuración al sistema general de la seguridad
social que ahora busca una arquitectura institucional pública con riesgos
significativos; contraría un sistema construido durante tres décadas y cuenta
con el apoyo del 70% de los usuarios.
Ella remata con la siguiente
perla argumentativa, “el proyecto de reforma no surge directamente por la
crisis financiera, más bien, la crisis se ha utilizado para precipitar de facto
la reforma…En realidad, no se requeriría un proyecto de reforma si consideramos
que ya contamos con normativas pendientes de ser desarrolladas.”[21]
El trompo de poner de la salud es
la punta del iceberg, pero, en torno a ella giran las otras reformas, la
pensional, la laboral, y a la cola de éstas la educativa. Ninguna de las cuales
cuenta con el favor de la oposición. Precisamente, este martes 6 de marzo, el
bloque de la guerra que lidera el Centro Democrático, con la resucitada vocería
de Álvaro Uribe Vélez, quien grabó un mensaje de “guerra social” y de renovada
lucha de clases, de un minuto y medio, para llamar a la movilización de las
fuerzas de la oposición en 18 ciudades principales.
La del ex senador es una diatriba
contra todo lo hecho y por hacer del gobierno del Pacto Histórico. Vuelve a
sacar el caballito de la inseguridad, el descuaderne de la economía, cuyo
crecimiento cayó al 0,6 %, la disminución de la inversión extranjera, y las
bajas ejecutorias de la administración Petro. Todo lo cual afecta severamente a
las grandes mayorías golpeadas por la improvisación y la ineficiencia.
Las palabras del oráculo de la
reacción, viven el contrapunto de la JEP, que aceptó la presencia de Salvatore
Mancuso, quien ya está en Colombia, cuyas declaraciones descubrirán al núcleo
que sostuvo el montaje del régimen parapresidencial, del cual Mancuso fue la
bisagra operativa.
El expresidente responsable de
los falsos positivos se va lanza en ristre con la validez de ese testimonio, y
vuelve a negar que se reuniera con el jefe paramilitar responsable de más de
50.000 víctimas. El presidente de la JEP, el jurista y magistrado Roberto
Vidal, en entrevista indicó: “Nuestra Sección de Apelaciones abrió la
posibilidad de recibir a Mancuso en una
condición particular de bisagra, son personas que, como Mancuso, podrían no
solo haber trabajado en asocio con la Fuerza Pública, sino darle órdenes a
unidades militares, una asociación sumamente estrecha en el nivel de mando.”[22]
El último asunto a tocar tiene
que ver con la marcha de la paz negociada y pactada con las Farc-EP, y con el
partido Comunes que es su beneficiario inmediato, cuyos excombatientes impulsan
una Ley de punto final, a la cual responde el presidente de la JEP, recordando
al país que “No se pueden amnistiar crímenes internacionales, crímenes de
guerra, genocidio y delitos de lesa humanidad.”
Este episodio es muy importante,
porque el esfuerzo del gobierno actual es realizar el cometido de la paz total.
Están en curso nuevas negociaciones de paz, cuyo principal interlocutor es el Eln,
con quien el gobierno ya culminó la sexta ronda de conversaciones el 6 de
febrero en La Habana. Paró el inicio de la séptima reunión, cuando se enteró
que el gobierno de Nariño buscó impulsar en paralelo, un diálogo regional,
desconociendo la Mesa Nacional, donde Vera Grabe es la jefe de la delegación
del gobierno.
Esta propuesta de diálogo
territorial no salió de la Mesa, sino de la visita del presidente a Tumaco en
el mes de enero. A ella se unió el frente Comuneros del Sur del Eln, que está
aliado con la Segunda Marquetalia de Iván Márquez, a instancias de Luis Alfonso
Escobar, gobernador de Nariño, coro al que se unieron Nubia Córdoba, mandataria
del Chocó, y el activista de derecha, exgobernador de Meta, Juan Guillermo
Zuluaga.
Este desencuentro, en parte,
tiene que ver, según ex militante del Eln, Carlos Arturo Velandia, tiene que
ver con la falta de representación que aqueja aún a las estructuras de la mesa
nacional. Así lo registra: “Una cosa es que hayan llenado una delegación con
gestores de paz de varias estructuras, pero otra cosa es que una estructura
haya enviado a sus propios delegados…”[23]
Él citó los casos de Chocó y
Arauca que tuvieron tal representación. De ahí que se decretara el paro armado
en el Chocó, y que los Comuneros buscaran interlocución a nivel regional. En
suma, se trata de una deficiencia democrática al interior de la insurgencia
subalterna que amenazó con “hacer agua”. Urge articular estas instancias de
deliberación para la acción, esto es, como zanjar la disfonía democrática entre
estos diálogos regionales y el Comité Nacional de Participación, que ya tuvo 42
de 68 preencuentros programados.
Los interlocutores de parte del
Eln que tienen desacuerdos conforman los frente de guerra Oriental y
Occidental, y “representan más o menos el 70 % del Eln y esas estructuras no
están en la mesa.”[24]
De otra parte, el gobernador Escobar, dice que no ha tenido diálogos con el
Eln, pero, advierte, que “Si un grupo armado dice que quiere dejar las
economías ilegales y quiere participar en unos diálogo, pues lo que yo tengo
que hacer es decir que pueden entrar si el gobierno nacional nos delega.”
Con este “parón” en los trámites
de la paz total, se juntan en el desenlace de esta coyuntura estratégica, al
inicio del 2024, las demandas de Comunes representante de la paz firmada con
las Farc-Ep, en noviembre de 2016, las disonancias con la Mesa nacional con la
contraparte, el Eln, y los anuncios de iniciar conversaciones con el Estado
mayor Central, disidencias de las Farc, que dirige Iván Mordisco, y la Segunda
Marquetalia, que ya tiene anunciada una negociación con el gobierno del Cambio.
A la vez que aparece una nueva
prueba de la calle, donde el bloque de la guerra, dirigido por el Centro
Democrático, este 6 de marzo volvió a hacerse contar con una movilización en 18
ciudades. Se espera que el Minhacienda certifica cuánto costará la financiación
de la reforma a la salud, que exigió la coordinadora de ponentes en el senado,
para avanzar en el tercer debate.
El año 2024 marca el choque entre
las fuerzas del bloque dominante en que se encuentran articuladas la derecha y
la reacción, que acaban de reafirmar y avanzar en el poder regional y local,
que son partidarias de continuar la lucha de clases, y la guerra ideológica
contra el bloque de la paz que avanza de modo definitivo en el trámite de las
reformas sociales contra viento y marea.
Ya sonaron las primeras
clarinadas de alerta contra la fragua de un “golpe blando”, para lo cual tratan
de desinstitucionalizar por dentro y por fuera al primer gobierno de la
oposición de izquierda y democrática, que pugna por impulsar la revolución
democrática sin anunciar ningún proyecto socialista, a contrario, de lo que sí proponía
Lenin a su partido, un siglo atrás, en Rusia desde Ginebra en 1905.
[1] Así van las Reformas, en: El
Tiempo, 21/2/2024, 1.2.
[2] Igual a cómo pasó en Chile con el estallido
social, liderado por mujeres y jóvenes contra el gobierno neoliberal
reaccionario del recién fallecido Sebastián Piñera.
[3] El estallido social ocurrió en
Colombia entre los años 2019 y 2021. Lo disparó la reforma tributaria regresiva
que quiso imponen el binomio Duque/Carrasquilla, cuando el contexto, según
cifras del Dane era de 42,5% de pobres, para el año 2020.
[4] Primero salió el trío de los
ministros Cecilia López, Alejandro Gaviria y José Antonio Ocampo, cerebro de la
reforma tributaria y la recuperación económica pospandemia, y, en fecha
reciente, Jorge Iván González, quien fuera el director del Departamento
Nacional de Planeación.
[5] Una situación y una estrategia
similares a los gobernantes del partido de los Moderados en la Italia del Risorgimento,
que desembocó en el fascismo como régimen de excepción, que excluyó las
oposiciones, para reproducir el capitalismo sin obstáculos, impulsando una
economía bélica, durante la primera Posguerra en Europa occidental.
[6] Ver ET, 18/2/2024, p. 1.8.
[7] Ibídem, p. 1.8.
[8] Esta maniobra, en últimas, fue
posible por el secretario de la cancillería, José Antonio Salazar, a quien
Gustavo Petro calificó de traidor, porque alegó legalidad para firmar el
contrato que favoreció a un único proponente.
[9] Ángela María Buitrago, Luz Adriana
Camargo garzón y Amelia Pérez Parra.
[10] A tres votos de coronar, en: ET,
25/02/2024, p. 1.17.
[11] Neira, Armando, El presidente Petro
dice adiós a los técnicos y renueva el alto gobierno con figuras del activismo,
en: ET, 3/03/2024, p. 1.6.
[12] Las que en Colombia están separadas de
las presidenciales, para ayudar con su diseño a la permanencia del status quo.
[13] Savater perdió recientemente la
columna que tenía en el diario socialista El País.
[14] Neira, Armando, ídem, ET, p. 1.6.
[15] Él es el autor de un célebre
escrito, Las dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática,
publicada en Ginebra en julio de 1905. Se encontraba en el exilio, donde prima
facie examina las decisiones tomadas entonces por el III Congreso del P.O.S.D.R.
de Rusia, y la Conferencia menchevique de Ginebra. La tesis táctica fundamental
es la de la hegemonía proletaria, esto es, la dirección proletaria en el
periodo de la revolución democrático-burguesa para transformarla. En ella se
funda la alianza obrera con el campesinado ruso, recién salido de la
servidumbre, como fuerzas motrices de la revolución que él calificó de
ininterrumpida para avanzar hacia el socialismo, en primera instancia.
[16] Baste con recordar quiénes eran
Susana Correa, Pierre García en el DPS, y el hijo del expresidente Gaviria,
Simón atornillado en el DNP.
[17] Vladimir I. Lenin escribió Dos tácticas de la socialdemocracia en la
revolución democrática en 1905.
[18] ET,
02/24/2024, p. 1.5.
[19] Ibídem,
p. 1.5.
[20] ET,
0/25/2024, p. 1.18.
[21] Ibídem, p. 1.18.
[22] Entrevista de María Isabel Ortiz,
ET, 3/03/2024, p. 1.4.
[23] ET, 22/02/2024, p. 1.2.
[24] Ibídem, p. 1.2.