martes, 18 de noviembre de 2014

MIRADOR UNIVERSITARIO
PARA EL DEBATE ENTRE CANDIDATOS DE  LISTAS  1  Y 2.

Miguel Angel Herrera Zgaib. Profesor asociado, C. Política. Unal, Bogotá


Hoy, cuando se desarrolla el debate entre los candidatos estudiantiles, es necesario insistir en que la representación estudiantil por elegirse en Ciencia Política presenta dos listas y dos propuestas a considerar,. Una lista la constituyen los activos políticos organizados en las diversas tendencias y sus expresiones gremiales, mientras que la otra insiste en ser independiente y no "alineada".

Esta última fórmula fue la que ganó en Ciencia Política en la anterior elección, ante la división de tres listas presentadas por los agrupamientos de la izquierda local. Una lección aprendida de aquella derrota condujo a asumir la pertinencia de aceptar que es necesaria la pluralidad si se quiere conseguir el favor de los votantes cada vez más exigentes y conscientes de la diversidad y de la claridad en las ejecutorias en beneficio de la comunidad estudiantil, y universitaria, en general.

Sin embargo, parece que el acuerdo al que se llegó en el bloque de organizaciones, para federar los esfuerzos electorales y programáticos no se está cumpliendo a cabalidad, y hay malestar en una de las propuestas gremiales asociadas, la OCE, que ha llamado la atención al respecto.

También, en apariencia, no hay interés en darle cabida a las diversas expresiones que se mueven al interior de este espectro, de tendencias, que puede ser un paso fundamental en la reconstrucción del proyecto Mane, afectado después de 2011, por pretensiones monopólicas en su conducción, y centralistas en los procesos decisorios, relegando las expresiones regionales a un segundo lugar.

El sector independiente que se convirtió en factor de mejora y desafío positivo a la izquierda en sus manifestaciones, vivió la prueba de la crisisi de la infraestructura, ante lo cual fue indecisa y tambaleante en la distancia que debió tomar frente a la administración, así como en la revisión y recibo ilustrado de los trabajos hechos para reparar la infraestructura. Lo cual se hizo ya presente con las goteras en el sector contiguo a la biblioteca. 

Tampoco lo ha sido en reclamar el servicio regular de la nueva cafetería, en el arreglo de los accesos averiados por la obra de la edificación de enfermería, y en recuperar los espacios de descanso y esparcimiento en los halls de la Facultad, de los cuales se retiraron los muebles que había, sin que hasta la fecha haya ningún mobilario que los reemplace.

Pero, lo que es más importante en esta materia, cuáles serán los recursos presupuestales que se destinarán a arreglar efectivamente los servicios técnicos y físicos de la facultad en sus diversas instancias. No están las cuentas ni la ilustración suficiente para la base estudiantil, profesoral y de empleados.

Por supuesto, está el más grueso de los asuntos pendiente: qué pasa con la reacreditación de ambas carreras, y cuál es la evaluación efectiva de la reforma académica en cifras y logros. Así como de qué modo se va a garantizar los procesos de evaluación de docentes, funcionarios académicos, administrativos, y estudiantes,


Y cuál es la propuesta que para el autogobierno universitario se tiene, empezando por la propia facultad, y de cara a la que será la nueva elección de directivas de sede y nacional. Lo cual no permite más aplazamientos, o miradas por encima del hombro.